tag:blogger.com,1999:blog-73720268331752868902024-03-21T05:21:15.805-07:00LA VUELTA AL MUNDO EN 80 KM/HHernan Brusahttp://www.blogger.com/profile/00907133139203446621noreply@blogger.comBlogger28125tag:blogger.com,1999:blog-7372026833175286890.post-83259769900608954612014-07-22T14:56:00.000-07:002014-07-22T14:56:34.863-07:00Interbalnearia parte IVEstaba finalmente en Mar del Plata, la ciudad en la que había vivido 10 años dejando parte de mi familia, de mis amigos, y de migo mismo. Pero no era como las innumerables veces que fui de visita desde que me volví, esta vez estaba en moto, y pensaba disfrutar al máximo ese poder de sentarme en la Morocha y llegar a cuaquiera de los tantos lugares alucinantes que conozco por esa zona.<br />
En mis tantas visitas resultó siempre difícil reunir a la monada, ya a esta edad cada uno tiene su rutina y es difícil salir de la telaraña que sin darnos cuenta nos fuimos armando. Por más que los años dorados mientras duraron parecieron eternos, las obligaciones y horarios que creamos nos terminaron convirtiendo en prisioneros. Con nosotros me incluyo chamigos.<br />
Entonces apliqué una táctica nueva que funcionó de maravillas, inspirada por la salida de la primer noche con el Caruso a la Laguna de Los Padres (en el anterior capítulo). Hice privadas. En vez de perder tiempo organizando un difícil encuentro colectivo, durante los distintos días que estuve allá los fui visitando de a uno, cargándolos en la Morocha y llevándolos de joda a los lugares que yo quería visitar, mis lugares preferidos de la zona de Mardel. Todo un flazzz.<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiES2lsWKtMgIbuE0tM8XPNMnTkM3t7e6gWQTwUY0xK6-UtF7GlsA5VA-KEyusPCy30fTR1ktz04JCuaqR1J1sp6zb8D4HIac6ZG-FNw8UGzKl4FDqHP60MoBHzjeOp3RpzEN3rdCHnz0JV/s1600/IMG_2679.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiES2lsWKtMgIbuE0tM8XPNMnTkM3t7e6gWQTwUY0xK6-UtF7GlsA5VA-KEyusPCy30fTR1ktz04JCuaqR1J1sp6zb8D4HIac6ZG-FNw8UGzKl4FDqHP60MoBHzjeOp3RpzEN3rdCHnz0JV/s1600/IMG_2679.jpg" height="426" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Con el Kili en la playa del Vivero de Miramar</td></tr>
</tbody></table>
<a name='more'></a>Primero enfilé para Playa de Los Lobos, en cuyo bosque vive el Kili. Agarré obviamente todo por la costa, La Morocha venía feliz por la avenida en zigzag de Varese, Playa Chica, el Parque San Martín, es muy muy copado hacerlo en moto, bordeando las bajadas de pasto y la costa rocosa que tantas anécdotas guarda. La 11 me recibió nuevamente de brazos abiertos una vez afuera de la ciudad. Todo ese tramo junto al mar junto a los Acantilados es hermosísima, y ese día pensaba recorrerlo todo. Avanzaba rumbo a lo de mi amigo con un ojo en el asfalto y otro en el horizonte marítimo que no paraba de regalarme inmensidad. Y ese vientito de mar que ya te cambia el ph de los pulmones...<br />
Llegué a lo del Kili ¡una alegría! Al toque le propuse:<br />
- ¿Vamos al bosque oscuro de Miramar?<br />
- ¡Vamoh!<br />
Estuvimos un rato para salir, eso sí. No teníamos horarios apurándonos y el lugar estaba tan lindo bajo esos pinos gigantes que lo disfrutamos. Aunque al Kili yo sí lo tuve que empezar a apurar en un momento sino no salíamos más. Nuevamente viajando en ruta, por segundo día consecutivo, con un amigo de aquellos. ¡Joya! Ruteábamos junto al océano pasando por Chapadmalal, Marquesado y tantas otras playas bajo cuyas arenas se hayan enterrados preciosos recuerdos. Pasamos Miramar y llegamos al bosque oscuro (también conocido como energético, aunque es muchísimo más fiel a la realidad el primer nombre) y entramos caminando a ese mundo escondido.<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgM1LkuPBAeE0EWdvOfBvujhvnCLC59UygJGU-MpiVX5VqA4ABWvyrh2MR1RAepODrRD1B8s5oV6Dm2N5zBX90z3Hv07X_XEqmP6PsqDz_-a2ro8yfPO5d6A8MigL3XfPt0LAHwep9tuJBk/s1600/IMG_2796.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgM1LkuPBAeE0EWdvOfBvujhvnCLC59UygJGU-MpiVX5VqA4ABWvyrh2MR1RAepODrRD1B8s5oV6Dm2N5zBX90z3Hv07X_XEqmP6PsqDz_-a2ro8yfPO5d6A8MigL3XfPt0LAHwep9tuJBk/s1600/IMG_2796.jpg" height="278" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Vaquitas curiosas mirándonos matear en el bosque</td></tr>
</tbody></table>
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjvLajJbtlMVORmDWn3dXSekP9h-5qDS7lfXiUKDIvcxwZIP3qXEQQQoSZGpB-2u1pTgxmae-t9YjcLjc4bUJAhu0_SD4FuqtcqpyFJwKBLDOm2qzaZAwyGH1XnnyNO4tJ7OCqT97HNkmyX/s1600/IMG_2800.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjvLajJbtlMVORmDWn3dXSekP9h-5qDS7lfXiUKDIvcxwZIP3qXEQQQoSZGpB-2u1pTgxmae-t9YjcLjc4bUJAhu0_SD4FuqtcqpyFJwKBLDOm2qzaZAwyGH1XnnyNO4tJ7OCqT97HNkmyX/s1600/IMG_2800.jpg" height="426" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">El perro del Kili sacándolas cagando</td></tr>
</tbody></table>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj1GSJTpznhJXPhJJJOIFSfpclrIEjo3aI9xFRAt0-V8J6gWK2N098GJrra87q6T1enFgDeqtagnhONLo0n-LAho9zEQFgCPNVLl59RH8rlRckjjuQ7US50nAhZEmDD3GLoCC-Gi2RgffNx/s1600/IMG_2813.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj1GSJTpznhJXPhJJJOIFSfpclrIEjo3aI9xFRAt0-V8J6gWK2N098GJrra87q6T1enFgDeqtagnhONLo0n-LAho9zEQFgCPNVLl59RH8rlRckjjuQ7US50nAhZEmDD3GLoCC-Gi2RgffNx/s1600/IMG_2813.jpg" height="426" width="640" /></a></div>
<br />
El Bosque oscuro es un lugar muy particular al que voy esporádicamente desde hace mucho tiempo, pese a que en los últimos años se puso bastante turístico. Ahora se puede encontrar en su entrada hasta una feria de artesanos, lo visitan combis con turistas y está bastante cuidado. En otras épocas, he llegado a dormir en el mismo ¡y hasta me hice un asado! Jajaja qué locura, yo soy precavido con el fuego, pero igual no es recomendable hacer fuego en un lugar único e inflamable como ese... Dicen que las peculiaridades de ese bosque se deben a la alta concentración de ferrita en su suelo. Los árboles tienen la corteza color cobrizo, no hay ni un pasto, casi no entra la luz... ¡ni los animales! No hay pájaros ni insectos, la oscuridad y el silencio dentro del mismo son supremos. Y entrar de noche es acceder a otra dimensión.<br />
Pero ese bosque está muriendo. Varios árboles han caído arrastrando a otros más creando claros dentro del mismo, triste...<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgy9OidaZstIXWA1vIUT2AFzsUBoPKVLgwFlk0BO4ZAWyIRwtoZxoeNbJGE4SM8s9nflx_78MeC_SfrxKaomVA4uQnWfW_yvzoYRSftwiDWHmAm00F4C409rRIJATr2VCBgDmJLZErRM3kS/s1600/IMG_2654.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgy9OidaZstIXWA1vIUT2AFzsUBoPKVLgwFlk0BO4ZAWyIRwtoZxoeNbJGE4SM8s9nflx_78MeC_SfrxKaomVA4uQnWfW_yvzoYRSftwiDWHmAm00F4C409rRIJATr2VCBgDmJLZErRM3kS/s1600/IMG_2654.jpg" height="426" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Pasos de Capoeira en el Bosque Oscuro</td></tr>
</tbody></table>
Entramos y estuvimos un buen rato tirando unos pasos de capoeira en la quietud de ese lugar, y después encaramos hacia la costa. Saliendo de ese bosque comienza un bosque más "normal" donde la vegetación es variada, penetra el sol y vive la fauna de la zona, una zona fascinante a decir verdad. Hasta la costa son unos 300-500 metros de naturaleza pura, hasta los médanos, la vastedad de esas playas interminables y el océano como un reflejo del universo que nos tragará y nos multiprocesará para seguir creando maravillas. Un anochecer inolvidable.<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEivL9_kc10bqEi_VWI6pMouphzDdSgCGR-BfwpBDtRt-HiF1SJgf7X9EssJ5kZqTRhHskLD5nv0tsqPaBOzPuqwhdr5Cbrqs7VwihkYbd9pbxuDJB9nWCj2Nvh60_pciNnQGjn6xEsXWuzm/s1600/IMG_2680.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEivL9_kc10bqEi_VWI6pMouphzDdSgCGR-BfwpBDtRt-HiF1SJgf7X9EssJ5kZqTRhHskLD5nv0tsqPaBOzPuqwhdr5Cbrqs7VwihkYbd9pbxuDJB9nWCj2Nvh60_pciNnQGjn6xEsXWuzm/s1600/IMG_2680.jpg" height="426" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">El sol escapándose entre las dunas</td></tr>
</tbody></table>
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjdC6WcdqzxGu0_uG_zJNl2m8AKZMd7jNpcscO1nIeFMyn6uuRjN3fuh22MjW4vs68boWl-O4Yzr05OOqiNQ8YxQN-tqOq4r7k1fV_uqM1ffC9XbBQE3TeJehudwgMKOqpIfZ9fVWq-gFUm/s1600/IMG_2692.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjdC6WcdqzxGu0_uG_zJNl2m8AKZMd7jNpcscO1nIeFMyn6uuRjN3fuh22MjW4vs68boWl-O4Yzr05OOqiNQ8YxQN-tqOq4r7k1fV_uqM1ffC9XbBQE3TeJehudwgMKOqpIfZ9fVWq-gFUm/s1600/IMG_2692.jpg" height="386" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Amistad junto al mar</td></tr>
</tbody></table>
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhmBmbbtYIeV94l6z-Hn-WUHy3BRkxeAqvUtCy78Tnk2VB-cqnND7uSEYKYiW_zA7KA8A0pUzuOgJas4_wdFFZmNmWbcpwi1kHp0HiOCU9XXGFUMRFSssKpB0UjFLsJKKJS5JflUwVHmE-q/s1600/IMG_2705.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhmBmbbtYIeV94l6z-Hn-WUHy3BRkxeAqvUtCy78Tnk2VB-cqnND7uSEYKYiW_zA7KA8A0pUzuOgJas4_wdFFZmNmWbcpwi1kHp0HiOCU9XXGFUMRFSssKpB0UjFLsJKKJS5JflUwVHmE-q/s1600/IMG_2705.jpg" height="426" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Límite entre la tierra y el agua</td></tr>
</tbody></table>
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg_HUk0q0xEv0dW8hBEQfpBQ_QAIF05rUMDkwZOnrC0lcymnx5ZI05QNRdkugeqOh1XGBlYaBzXFG3l5Kq-uf9ghIw29PZjUUdBEGhcv5J8JvTJKQxBPf_AfhzrllJAw9j7JFVbpZDFDtUH/s1600/IMG_2708-2.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg_HUk0q0xEv0dW8hBEQfpBQ_QAIF05rUMDkwZOnrC0lcymnx5ZI05QNRdkugeqOh1XGBlYaBzXFG3l5Kq-uf9ghIw29PZjUUdBEGhcv5J8JvTJKQxBPf_AfhzrllJAw9j7JFVbpZDFDtUH/s1600/IMG_2708-2.jpg" height="640" width="426" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Los últimos colores</td></tr>
</tbody></table>
A la vuelta, con los últimos reflejos de un cielo en agonía, entramos nuevamente en el Bosque Oscuro. Había que moverse lentamente y con sigilo, ya que no se veía un culo a dos metros. Además, el silencio reinante era más espeso en la oscuridad, y exigía no ser profanado. Después de un rato subimos a la moto y volvimos a la ruta rumbo a Playa de Los Lobos, la casa del Kili. Cenamos, tiramos fotos del cielo nocturno y nos despedimos. Volví a la ruta 11 de madrugada, era casi el único en esos parajes, digo casi porque me acompañaba la luna recién nacida del mar. No podía seguir de largo sin dedicarle un rato, bajé del asfalto al pasto y así anduve por los bordes de los precipicios recordando viejas épocas de asados y villas cariños frente al Atlántico, hasta encontrar un lugar al borde del abismo donde parar el motor y perderme en el horizonte.<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi98lAH-RLzbvYfFVRiCT-wgDFAn5s4ouot0XcIYdWaO1VLF0xnRPWtNQECI8MZ9XshhbpkjSnqaNc-1LjJqGd6kRqIUtAENuotfGhtvk5ddCqgJq6WQAwU00T1iqYwS-RyHqBTBEWEvKVP/s1600/IMG_2831.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi98lAH-RLzbvYfFVRiCT-wgDFAn5s4ouot0XcIYdWaO1VLF0xnRPWtNQECI8MZ9XshhbpkjSnqaNc-1LjJqGd6kRqIUtAENuotfGhtvk5ddCqgJq6WQAwU00T1iqYwS-RyHqBTBEWEvKVP/s1600/IMG_2831.jpg" height="640" width="426" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Medianoche en el bosque de Playa de Los Lobos</td></tr>
</tbody></table>
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhiJCgvhtx0nwNiYl_2dhbVgkhyRLSnQeNNw1O5pC4xX7CGV_GeN7fhijGVfNxh-1kKq8vvEqdlnxqeevNV7Y0kwf42ng9ZXKx1AvDQnJ-mKmbmgW4BIPS5CN-uKBLN4qq9Du6L-T5hUI4M/s1600/IMG_2721.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhiJCgvhtx0nwNiYl_2dhbVgkhyRLSnQeNNw1O5pC4xX7CGV_GeN7fhijGVfNxh-1kKq8vvEqdlnxqeevNV7Y0kwf42ng9ZXKx1AvDQnJ-mKmbmgW4BIPS5CN-uKBLN4qq9Du6L-T5hUI4M/s1600/IMG_2721.jpg" height="304" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Madrugada al borde del acantilado</td></tr>
</tbody></table>
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj85q0OGynDq6-KzovuwwxbcFO7_ZgH5aAcLAIfzj1TOUVGpbGxh0bQTPqPm7HUqRnKeomb7ViZf3JEWJfmKF4HW0G0PgBWqkx8XCf_1LvRHwwvX42Q9wUZuWMaBd7UFD51VeW06ROTBJax/s1600/IMG_2726.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj85q0OGynDq6-KzovuwwxbcFO7_ZgH5aAcLAIfzj1TOUVGpbGxh0bQTPqPm7HUqRnKeomb7ViZf3JEWJfmKF4HW0G0PgBWqkx8XCf_1LvRHwwvX42Q9wUZuWMaBd7UFD51VeW06ROTBJax/s1600/IMG_2726.jpg" height="640" width="426" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Manejando junto al precipicio, debajo de Orion</td></tr>
</tbody></table>
<br />
CONTINUARA...Hernan Brusahttp://www.blogger.com/profile/00907133139203446621noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7372026833175286890.post-80928885694415602102014-06-23T15:47:00.003-07:002014-06-23T15:47:39.003-07:00Interbalnearia parte IIIEl segundo amanecer del viaje, también en carpa, no fue como
el primero. La poderosa cercanía del mar cambiaba las circunstancias. Las diferencias que más sentí fueron la leve tensión muscular debido al frío y
la distensión pulmonar debido a lo mismo. El aire frío del mar cargado de pureza
me ensanchaba los bronquiolos. Tenía por delante un tercer día consecutivo de
ruta sin tener aún decidido dónde pasar la noche. Joya.<br />
<div class="MsoNormal">
<a name='more'></a></div>
<div class="MsoNormal">
Las posibilidades eran en principio dos: acampar en Punta
Arenas, una inmensa área de médanos alejada de las zonas habitadas que se veía
en el mapa a mitad de camino, o llegar a Mar del Plata para que comenzara la
segunda parte del viaje, ya no en solitario sino en compañía de los amigos de siempre. Desayuné y partí. A esta altura, si bien estaba en temporada baja, ya algunos autos
pasaban. No había un viento como el día anterior pero igual por tramos había
que gambetearlos.</div>
<div class="MsoNormal">
¡Qué lindo volver a armar, amarrar y arrancar! Subirme a la
moto así cargada y manejar fuera de un pueblo o ciudad es despegar. En la ruta
la gravedad es otra, uno surca el espacio entre distintas realidades, aunque
sea realmente en ese espacio, donde la realidad se manifieste.</div>
<div class="MsoNormal">
Una tras otra iba pasando las ciudades balnearias, las de
más al norte, hasta que después de un rato llegué a la entrada de Punta Arenas,
la parte sur del Cabo San Antonio, digamos la parte de abajo de la parte más salida de la provincia.
La parte norte era Punta Rasa. Era un camino zigzagueante entre bosques y
médanos. Encaré para el faro, pero después de varias vueltas llegué a una
tranquera cerrada con el típico cartelito y sus prohibiciones. Dejé la moto con
todo y salí a caminar un buen rato por los médanos en dirección al mar. Qué bueno…<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgmGx8lvc-60wV4boHjcKQpLpO-DjkgL73efw1__RohyphenhyphenFPwx1sRGqw1ZUdyc3a0JFa1smqgoCZFYCSBY_wausQOfJBNDA6Sykdjq2i_YR6B0HBdc8wwxO5Hy9VFNjnvjUttkbe_HdciRJYe/s1600/IMG_2598.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgmGx8lvc-60wV4boHjcKQpLpO-DjkgL73efw1__RohyphenhyphenFPwx1sRGqw1ZUdyc3a0JFa1smqgoCZFYCSBY_wausQOfJBNDA6Sykdjq2i_YR6B0HBdc8wwxO5Hy9VFNjnvjUttkbe_HdciRJYe/s1600/IMG_2598.jpg" height="400" width="266" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Faro de Punta Arenas</td></tr>
</tbody></table>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi5icux-Sq0bW9sDKUzDe-OyFB9d7zaXhyxCl_dQ5sj-Q0MBUEh4KIY6-AkJ_Q9zqGggOxGbOX6Y8WSnNqCn2hVa72i_CFGmxKPsNBgVI0SpszL04XcqTdaWc-We3ygc2_-8pRh9MBnxXIi/s1600/IMG_2599.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi5icux-Sq0bW9sDKUzDe-OyFB9d7zaXhyxCl_dQ5sj-Q0MBUEh4KIY6-AkJ_Q9zqGggOxGbOX6Y8WSnNqCn2hVa72i_CFGmxKPsNBgVI0SpszL04XcqTdaWc-We3ygc2_-8pRh9MBnxXIi/s1600/IMG_2599.jpg" height="426" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">La libertad de los médanos</td></tr>
</tbody></table>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
Pero no era el lugar para quedarme a dormir, en realidad me dieron
ganas de llegar a Mar del Plata donde me esperaba el puchero materno y una
excursión nocturna a la Laguna de los Padres con un amigo de aquellos. Mandé los
mensajitos pertinentes para arreglar estas cuestiones y volví a la ruta.</div>
<div class="MsoNormal">
A la altura de Villa Gesell tuve que parar a ponerme el
equipo de lluvia. Si bien había sol el aire era muy frío y con la velocidad
atravesaba mis barreras abrigatorias.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Aproveché para
sentarme en el pasto a lastrar unos ammenities. Bah, los que más se
aprovecharon fueron los abrojos, que se aferraban a mi ropa y a mi carne
rompiéndome los kinotos. Tuve que aprender a gambetearlos también, cosas del camino.</div>
<div class="MsoNormal">
Desde hace mucho tiempo quiero conocer el Faro Querandí, y nunca
fui. Según el mapa iba a pasar a unos 15 km del mismo, así que después de Villa
Gesell que termina la zona urbana estiraba cada tanto el
cogote a ver si lo divisaba. Tiempo después, cuando menos me lo esperaba, lo ví.
En perspectiva se veía pequeño por la lejanía, pero yo lo veía inmenso, solo en
las infinitas soledades de los médanos y el océano. Parecía que miraba un
partido de tenis, porque la cabeza iba de la ruta al faro ida y vuelta, ida y
vuelta. Cuando llegué a una entrada de tierra con un cartel de madera anunciando
“Faro Querandí” comenzó la lucha interna entre desviarme y entrar a una nueva aventura o seguir con mi plan, pero así y todo mi muñeca derecha no participó de esta discusión y no le aflojó al acelerador. <br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg-Aen7svHIWJj5kxTOpODlbOddOn_BiqF4SGbPsV9IXj-3j_fzQBwaj0W5Fe_rqVEl1Y1rf1iBT8GYado7IBDjRg9-qxD2wvE07bxNNMbMY8RwBoUJjUIshyphenhyphendFW6ZtRCNgTs6umOhybTnJ/s1600/IMG_2602.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg-Aen7svHIWJj5kxTOpODlbOddOn_BiqF4SGbPsV9IXj-3j_fzQBwaj0W5Fe_rqVEl1Y1rf1iBT8GYado7IBDjRg9-qxD2wvE07bxNNMbMY8RwBoUJjUIshyphenhyphendFW6ZtRCNgTs6umOhybTnJ/s1600/IMG_2602.jpg" height="426" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Laguna de Mar Chiquita</td></tr>
</tbody></table>
Al rato apareció la Laguna de Mar Chiquita, una laguna de
agua salada dentro del continente. Después ya volvió la zona urbana. Santa
Clara con sus muchos recuerdos y el último tramo de la 11 que tantas veces he
recorrido, para terminar manejando, con la moto toda cargada y yo con pinta de
extraterrestre, por las callesitas de Mardel. ¡Un flá! Ya en la casa de mi mamá
desarmé todo, charlé un rato con ella y me fui al sobre, metiéndome con placer
entre las sábanas, liberándome de tantos kilómetros.</div>
<div class="MsoNormal">
Desperté con el timbre del Caruso que estaba invitado al
pucherazo con que mi vieja nos deleitó esa noche. ¡Qué rrrico! Ya con todas las calorías salimos a la
fría madrugada marplanauta rumbo a la querida ruta 226. Una vez que la Morocha comenzó a rodar sobre la misma lejos de los resplandores de la ciudad, éramos los
únicos, por momentos apagaba la luz y sentía la adrenalina fluir al manejar a
toda velocidad a ciegas. Entré por el primer acceso a la laguna atravesando los bosques y
llegamos finalmente al espejo de agua. La rodeamos hasta llegar al Museo José
Hernández, y ahí nomás me mandé por la bajada de pasto pegando una patinada
que casi nos caemos, lo bajé al Caruso y seguí solo, manejando al borde de lbarranco entre lals raíces de los árboles en plena oscuridad. Estacioné en un lugar con una vista suprema. Y unos
murciélagos con una puntería bárbara. Volaban a grandes velocidades pero un
metro antes de llegar a mi cara se desviaban. Y a jugar con la cámara, como siempre. Un
rato ahí y un rato en otro lado al borde de la laguna, iluminados por una luna
bellísima.<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh2PQgbi8t9-rUdq0dckbTNMOgu0M1PaOeksuy-oZGN6S_vw64s1-TezXPq5WFt5w3ADLcXmVqxHxcAlhKzBt0chfK3XRsVuLs1Nlr3s5Cpib8eTEoGLR_xQUw18vb8nm1S5FqA8vt58uTe/s1600/IMG_2611.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh2PQgbi8t9-rUdq0dckbTNMOgu0M1PaOeksuy-oZGN6S_vw64s1-TezXPq5WFt5w3ADLcXmVqxHxcAlhKzBt0chfK3XRsVuLs1Nlr3s5Cpib8eTEoGLR_xQUw18vb8nm1S5FqA8vt58uTe/s1600/IMG_2611.jpg" height="426" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Autorretrato con el Caruso en una noche misteriosa</td></tr>
</tbody></table>
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh1o6aq7SMSBbuKr9USP4X_JXAkH5JLyxKQ_Lal-5dBh0NxITC4eDVNIwSQopCbnW45duaLHHosqgNIPMSa-_hCt2cxvPmTTS-Z0x5vJRF4EHvkRG3AKU0ZMWAiRyN-Q19mWKT816yk6-1N/s1600/IMG_2632.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh1o6aq7SMSBbuKr9USP4X_JXAkH5JLyxKQ_Lal-5dBh0NxITC4eDVNIwSQopCbnW45duaLHHosqgNIPMSa-_hCt2cxvPmTTS-Z0x5vJRF4EHvkRG3AKU0ZMWAiRyN-Q19mWKT816yk6-1N/s1600/IMG_2632.jpg" height="426" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Experimentos nocturnos en la Laguna de los Padres</td></tr>
</tbody></table>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiuuNtit8fDFE4rtpZOxgkfF0kkWW5DpCczIpmERhWefVHgPpKLQwRPmk2U2erXyiEhD50WP0fk0zTQ5pZ3Vkm1A80-WtqfGO4BmOhT3UpalZvQxR7KSvAbYimnSceBXkHhwfLbVHZfaLB7/s1600/IMG_2613.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiuuNtit8fDFE4rtpZOxgkfF0kkWW5DpCczIpmERhWefVHgPpKLQwRPmk2U2erXyiEhD50WP0fk0zTQ5pZ3Vkm1A80-WtqfGO4BmOhT3UpalZvQxR7KSvAbYimnSceBXkHhwfLbVHZfaLB7/s1600/IMG_2613.jpg" height="426" width="640" /></a></div>
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjU3iXt-K7qqRM1o-2XCNDHqJ5whccCxYbc2AtIjZZSlLHIxFaFsKdGm-tenOgFnDkMrm-yDhGXl0u7rC1M6PsGXjZ0H8R7aXKPoaoaQWEVlGqSehcUItiiYPx_eLjX0jnClU12XJNFyRRg/s1600/IMG_2625.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjU3iXt-K7qqRM1o-2XCNDHqJ5whccCxYbc2AtIjZZSlLHIxFaFsKdGm-tenOgFnDkMrm-yDhGXl0u7rC1M6PsGXjZ0H8R7aXKPoaoaQWEVlGqSehcUItiiYPx_eLjX0jnClU12XJNFyRRg/s1600/IMG_2625.jpg" height="426" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Me parece que está hablando del...</td></tr>
</tbody></table>
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Fue una noche inolvidable, donde volví a comprobar que los momentos intensos de la vida merecen ser compartidos. Una segunda etapa del viaje comenzaba.</div>
<div class="MsoNormal">
CONTINUARA…</div>
Hernan Brusahttp://www.blogger.com/profile/00907133139203446621noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-7372026833175286890.post-74633409943057065232014-05-20T18:15:00.001-07:002014-05-25T18:35:13.085-07:00Interbalnearia parte IIEl primer día de un viaje no es el que uno sale de su casa. Pueden en realidad ser dos. Uno, quizás algo difuso, es el día en que uno comienza a planearlo, imaginarlo. Otro, el primer día en que uno despierta en un lugar nuevo, con infinitas posibilidades por delante. El día que partí de mi casa había sido un prólogo, el primer capítulo comenzó al despertar dentro de la carpa en el camping de Punta Indio.<br />
De resaca ni rastros, energía había de sobra para encarar otro día de ruta. Afuera de la carpa dormían tres perros enormes, uno de ellos descomunal. Estaban contentos de verme y fue contagioso. Desayuné esas cosas raras que yo acostumbro comer (aunque yo las vea más naturales que las masivas) y amarré todo a la Morocha como a un caballo para otro día de caravana. Uno de los perros, el que parecía el más joven, corrió loco de contento detrás de la moto unos 500m hasta que se cansó.<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjR0m_-o162EoVnNsBk9CxHndXtlCb89d7p3aCUfxQ3WX1Y_hBq38GiryORNZFyvUjyBf7On1y1Qn-7LRk-PeRPEgJXxz8e4wIKu9-AVE736lefxB6EowwHscpms_xU_LtAUfl71vYRB2bB/s1600/IMG_2521.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjR0m_-o162EoVnNsBk9CxHndXtlCb89d7p3aCUfxQ3WX1Y_hBq38GiryORNZFyvUjyBf7On1y1Qn-7LRk-PeRPEgJXxz8e4wIKu9-AVE736lefxB6EowwHscpms_xU_LtAUfl71vYRB2bB/s1600/IMG_2521.jpg" height="426" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Los desconocidos orígenes de la Interbalnearia</td></tr>
</tbody></table>
<br />
<a name='more'></a><br />
Ahora el tema era la nafta. Por meterle pata el día anterior escapando de la noche (pero al mismo tiempo corriendo hacia ella) no le había echado nafta. Haciendo cálculos sobre el mapa, unos 5-10km antes de llegar a la primera estación de servicio se me iba a acabar la joda, ya que por delante tenía la ruta 11 de tierra atravesando una reserva donde quedan los últimos venados de las pampas (junto con un parque en San Luis), y después al llegar al asfalto tenía que atravesar de punta a punta la Bahía de Samborombón en la que no hay NADA. Las opciones eran: 1. Ir a una ferretería en el pueblo que vendía bidones de nafta andá a saber de qué calidad. 2. Volver unos 22km hacia Verónica a una estación. 3. Seguir mi camino y confiar en la Morocha. Opté por la tercera.<br />
Los primeros 50km fueron de tierra bordeando el río rodeados de vegetación en los que me crucé con un gato montés y varias serpientes. El día era de sol radiante, mi sonrisa rebalsaba a mares. La naturaleza me envolvía, lo único que podía pedir era cruzarme con algún venado. El gato montés no se me quiso acercar cuando paré a unos 5 metros de él con la moto prendida y le dije "miyi" o algo así, pero tampoco salió corriendo, me miró de una manera en la que me sentí medio pelotudo y seguí. Todo ese tramo de tierra atravesando la cercana pero desconocida reserva del Samborombón fue lo que más disfruté del viaje, ya que al llegar al comienzo de la bahía esperaba encontrar la seguridad del asfalto, pero me encontré con unos vientos cruzados que mamita! Ya de por sí manejaba inclinando la moto en ángulo obtuso respecto del suelo para contrarrestar el empuje de la inmensa masa de aire, y además con las fuertes ráfagas zigzagueaba peligrosamente. Alguna vez hasta me cruzaron al carril contrario, pero por suerte no pasaba ni el loro. Se notaba el poder del viento huyendo hacia el mar. Paré a orillas del Salado a matear y relajar. Tenía ilusiones de cruzar algún venado, pero no ví más que hormigas. Después de un tiempo lento junto a los reflejos dorados en el fluir acuático, volví a la máquina y los tironeos aéreos.<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh8FkStonG3vCVoW4GmLViQBtukBP7FRZBwqePlHCKz757w0kC7DRVMiUw1MsHz3C8d0tAQ6YvXNvCrdaXyml0CzQxM0NhrKt3-5wWWUK1HrUT3RnNt6h3ujqCwSJ6zdKwb_hoIuIBrNxzr/s1600/IMG_2522.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh8FkStonG3vCVoW4GmLViQBtukBP7FRZBwqePlHCKz757w0kC7DRVMiUw1MsHz3C8d0tAQ6YvXNvCrdaXyml0CzQxM0NhrKt3-5wWWUK1HrUT3RnNt6h3ujqCwSJ6zdKwb_hoIuIBrNxzr/s1600/IMG_2522.jpg" height="426" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Parada a matear a orillas del Salado</td></tr>
</tbody></table>
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiFjnB0kMHTTRgX5iI6NOJ6yf2E1Xsw3rqdQpsmslcPFR88s2wVgh41m_McVB2zyi6f6x2pQaApgv26DBG19-M8U7mhpjBRX0W9gFpPMf49qKMYhkwBBmMLl6Obmk1owPdSb6kiQ6fRSoCS/s1600/IMG_2529.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiFjnB0kMHTTRgX5iI6NOJ6yf2E1Xsw3rqdQpsmslcPFR88s2wVgh41m_McVB2zyi6f6x2pQaApgv26DBG19-M8U7mhpjBRX0W9gFpPMf49qKMYhkwBBmMLl6Obmk1owPdSb6kiQ6fRSoCS/s1600/IMG_2529.jpg" height="426" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Ríos fluyendo hacia la bahía de Samborombón</td></tr>
</tbody></table>
Crucé un cartel que decía: "Atención. Próxima estación a 135km" y se me frunció, pero miré hacia adelante y a llegar. Y así fue como una vez más la Morocha demostró de qué está hecha. Después de mucho correr y surcar por esa bahía interminable encontramos finalmente una estación justo antes del peaje. Me bajé junto al surtidor con una sonrisa, y no pude evitar ponerme a hablarle de mi moto al playero.<br />
La posibilidad que barajaba era la de pasar la noche en Gral Villegas así que hacia allá partí. Entré al pueblo y me dirigí a las rías. Era una costanera en un delta con puestitos de comida y barcos amarillos. Me senté en uno de ellos a morfar como corresponde, y al flaco que me atendió también le hablé de mi moto. Igual creo que les gusta que les hable de la Moro, la admiración por ese aparatito es contagiosa, ¡con las cosas que ha hecho!<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjVyOXjBbWS-Uy_gKDqDDP8hO3wHrJDBrDRuaeH1kHLrheVgX3k2lUjMAGjxDaquwh96Kc0LoGQOX9by19AYJp710GmcltBmKSs1Q2WxWHuqaIzq9PHkr21hZdqWQ42HMO2H18W3gJ7f0gR/s1600/IMG_2533.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjVyOXjBbWS-Uy_gKDqDDP8hO3wHrJDBrDRuaeH1kHLrheVgX3k2lUjMAGjxDaquwh96Kc0LoGQOX9by19AYJp710GmcltBmKSs1Q2WxWHuqaIzq9PHkr21hZdqWQ42HMO2H18W3gJ7f0gR/s1600/IMG_2533.jpg" height="426" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Cerca del desvío a Gral Villegas</td></tr>
</tbody></table>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
Pero ese no era el lugar para quedarme a dormir, yo quería más acción, y sabía que el océano rugiente unos 30 kilómetros más adelante me la podía dar, ¡y no me equivoqué! Terminada de cargar mi panza con combustible, volví al lomo de la Moro en dirección a la ruta, y ahí enfilé para San Clemente del Tuyú, la primer ciudad balnearia. Llegué y encontré camping al toque, desarmé todo lo más rápido que pude, armé la carpa, organicé las cosas, cargué el termo y volví a la moto rumbo a un lugar que no voy a olvidar: Punta Rasa. No quería perderme el atardecer. Los últimos 7km fueron entre los médanos con carteles indicando: "Cuidado, usted puede quedar atrapado entre las aguas", ya que era literalmente una punta de arena de 7km con el río de un lado y el mar del otro. Llegué justo para ver la puesta del sol sobre las aguas, fue sensacional. Me sentí el hombre más suertudo del mundo, ¡justo! Dejé la moto en el último matorral y caminé hasta la punta de la punta. Tenía, a mi izquierda, la desembocadura del río más ancho del mundo, la bahía de Samborombón en todo su esplendor, la curva que llegaba al horizonte recostada sobre el agua violeta, y a mi derecha el mar infinito. No se notaba sobre la superficie una línea divisoria entre el río y el océano, las aguas se mezclaban gradualmente. Lo que se notaba del lado derecho era un oleaje muy pequeño, como de río, pero ya con espuma de mar.</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjkign8w2jlTSDd4I_52E0r-phroPA9Et5eWe1ZvKeEo3btgvZ9CS0xWRZFadN1IPn4awEqfbtgC5f_NoEyGY6f5g_OXPZGBhPRojD5dvj12LSpFFda3vXS0dVcCW2ssNyAUIW5CVMHdmjJ/s1600/IMG_2539.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjkign8w2jlTSDd4I_52E0r-phroPA9Et5eWe1ZvKeEo3btgvZ9CS0xWRZFadN1IPn4awEqfbtgC5f_NoEyGY6f5g_OXPZGBhPRojD5dvj12LSpFFda3vXS0dVcCW2ssNyAUIW5CVMHdmjJ/s1600/IMG_2539.jpg" height="426" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Llegando a Punta Rasa</td></tr>
</tbody></table>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEggLjjyU75QMKAWCBYcKDPGjyxzKTLxjQVBNbqo5YS5GXeAApEKiDfVBSYgx2a4tdSeY1oWuagsdrG-3xydZdRppx2eaCbAXM7cgXe2SHSlC9C2rdT9KS9t3CIk-GWqgiDKdNFQ16dLNBNb/s1600/IMG_2543.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEggLjjyU75QMKAWCBYcKDPGjyxzKTLxjQVBNbqo5YS5GXeAApEKiDfVBSYgx2a4tdSeY1oWuagsdrG-3xydZdRppx2eaCbAXM7cgXe2SHSlC9C2rdT9KS9t3CIk-GWqgiDKdNFQ16dLNBNb/s1600/IMG_2543.jpg" height="426" width="640" /></a></div>
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi9fwps93GAY9erKnpefF-gWTuNaz0wq5kLiQ-xYT8DAxRLoiO0xAdFpqLnxPWgsRnUKQW_QNlGyNTHez7hJrKfQRDdsyZgWZLYnMCOx3Vitzs0FoTD4iN3_62gM1wcfSDIIuiET8Vi4QlD/s1600/IMG_2547.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi9fwps93GAY9erKnpefF-gWTuNaz0wq5kLiQ-xYT8DAxRLoiO0xAdFpqLnxPWgsRnUKQW_QNlGyNTHez7hJrKfQRDdsyZgWZLYnMCOx3Vitzs0FoTD4iN3_62gM1wcfSDIIuiET8Vi4QlD/s1600/IMG_2547.jpg" height="426" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Faro de Punta Rasa</td></tr>
</tbody></table>
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiIH3U3jGdsj5B1QuICBCqnmKYEU0UM1GOpq8HszjFmGX6_JjDR2AYjD7Q9MQUFG-5GguAZawaN2zNj4nU2TBj-3BMQpJpPDglcfW989Qdu55GAW_iBeBFnZcBUcQxjsuZ1bPSGkXHiSvI_/s1600/IMG_2551.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiIH3U3jGdsj5B1QuICBCqnmKYEU0UM1GOpq8HszjFmGX6_JjDR2AYjD7Q9MQUFG-5GguAZawaN2zNj4nU2TBj-3BMQpJpPDglcfW989Qdu55GAW_iBeBFnZcBUcQxjsuZ1bPSGkXHiSvI_/s1600/IMG_2551.jpg" height="426" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">La Morocha en Punta Rasa</td></tr>
</tbody></table>
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgMEJTSFA0gxEh4wp9gx0IRrddVkkATGsQdCh_F1ZQUKQzDqSdr-UI3WXSXxneP1bNqKrTn0N0jMS6yILccBq32RvTMxtvd_lGU2Rkv-_larmaLWOptKAule0ZgAvq8E8FWN3ni6DgOH7-y/s1600/IMG_2556.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgMEJTSFA0gxEh4wp9gx0IRrddVkkATGsQdCh_F1ZQUKQzDqSdr-UI3WXSXxneP1bNqKrTn0N0jMS6yILccBq32RvTMxtvd_lGU2Rkv-_larmaLWOptKAule0ZgAvq8E8FWN3ni6DgOH7-y/s1600/IMG_2556.jpg" height="422" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Atardecer sobre las aguas, parado en la punta de la punta, en el límite exacto</td></tr>
</tbody></table>
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhlchyxw-Umw503E1EU6thr3vr4p9Kt2Gcl7yZPVrSYvthiBv2oZCPX0zVChaVHyU_ExwNV7lR2mOo7afHZXAXx-R3y16se2niOXs-ev4jLTMeh18NY_G5TFg2tUCwa2VVUmLGA3a9Fy-sq/s1600/IMG_2560.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhlchyxw-Umw503E1EU6thr3vr4p9Kt2Gcl7yZPVrSYvthiBv2oZCPX0zVChaVHyU_ExwNV7lR2mOo7afHZXAXx-R3y16se2niOXs-ev4jLTMeh18NY_G5TFg2tUCwa2VVUmLGA3a9Fy-sq/s1600/IMG_2560.jpg" height="380" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">La bahía a mi izquierda</td></tr>
</tbody></table>
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi-p-0_lfMQGOyr_9mZ42GQCSEt4_MTZAv_0A6yGFJyD9X6JimmLudsK2_1QDb15-Txn6plF6uVrZHYmP68AZ9LBeGfvJuHlYcM0DI0o3m-w3RXuJH5icShLc3lc1D61jgVrbWjR2tOUyIW/s1600/IMG_2562.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi-p-0_lfMQGOyr_9mZ42GQCSEt4_MTZAv_0A6yGFJyD9X6JimmLudsK2_1QDb15-Txn6plF6uVrZHYmP68AZ9LBeGfvJuHlYcM0DI0o3m-w3RXuJH5icShLc3lc1D61jgVrbWjR2tOUyIW/s1600/IMG_2562.jpg" height="244" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Se viene la noche (...y el frío...)</td></tr>
</tbody></table>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj4x_iPPlN1KixB6Sgxk8RY3572Rw5trO49atB_vg-LJiWQrx5J5iniMppCHONAm41BpilFfyTuxNGpkQmjOjafBrq6-7jV_crbL9QvcTIs_6vHT_Pln6MzZtf1djHHN5J4RjawyDL7RAjU/s1600/IMG_2569.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj4x_iPPlN1KixB6Sgxk8RY3572Rw5trO49atB_vg-LJiWQrx5J5iniMppCHONAm41BpilFfyTuxNGpkQmjOjafBrq6-7jV_crbL9QvcTIs_6vHT_Pln6MzZtf1djHHN5J4RjawyDL7RAjU/s1600/IMG_2569.jpg" height="426" width="640" /></a></div>
<br />
Cayó el sol, se hizo de noche y tenía 50 minutos por delante hasta que saliera la luna que había estado llena la noche anterior. Busqué un reparo entre los médanos, me puse todo el abrigo que tenía porque estaba refrescando mucho y me acosté a hacer una siesta sobre la arena. Me desperté con la luna ya desprendida del horizonte. Al subir un médano la encontré de frente, inmensa y amarilla ofreciéndome una alfombra dorada que surcaba el océano hasta mí. Pelé el trípode y me puse a hacer fotos desafiando el intenso frío. Como ando en moto estoy preparado para las bajas temperaturas, así que ese no fue el tema de la noche. El tema fue el lugar en el que estaba, un lugar único. Después de las fotos caminé un buen rato por la orilla y por los médanos hipnotizado por la noche que me invadía sacándome de encima las costumbres y el pasado. Todo era ahora.<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhQTT1K8pKgiVymRL2_bNFlTzsg7XWlG4iTS_LeAVm9dB5-6Plz9gxW2a7cpa58UvpwJGpPWM3W6cwycIueFcwwKTSqow0oOWySoP-UVKZ5DnBW-iWVBsAJcxTmCfHcFn_gDKAT4M-C6Z-m/s1600/IMG_2577.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhQTT1K8pKgiVymRL2_bNFlTzsg7XWlG4iTS_LeAVm9dB5-6Plz9gxW2a7cpa58UvpwJGpPWM3W6cwycIueFcwwKTSqow0oOWySoP-UVKZ5DnBW-iWVBsAJcxTmCfHcFn_gDKAT4M-C6Z-m/s1600/IMG_2577.jpg" height="426" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Experimentos nocturnos, la luz de atrás a la izquierda es el faro</td></tr>
</tbody></table>
Después de unas horas me dispuse a volver, pero antes decidí llegar manejando por la orilla hasta la punta de la punta y tirar una foto nocturna de ese estratégico lugar. Era una lengua de arena de 10 por 20 metros, entre la dulce y la salá. Paré la moto en la arena con ayuda de una piedrita y desarmé nuevamente el equipo para hacer unas fotos más antes de irme. Parece que olvidé la lección de la noche anterior de que el agua del río sube mucho más rápido que la del mar. Después de un buen rato boludeando con la linterna me dí cuenta que la lengua que nos sustentaba estaba por desaparecer. No había tiempo que perder, ¡no quería perder la moto! Batí el récord de desarmado de trípode, guardé la cámara y el resto en la mochila, prendí la moto y arranqué. Las aguas ya estaban besándole el caucho...<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEieibeJacbr2bjLqErQ5Mez2wbHZGGiRb6EcQGXrHYyncHmrnKyS940YBdo88m-LB5MF9L-5q8Q6TwEJbg_kIAdfrlGwd3X8LmDlWbGl4eXNo373DrYo_gdAQeEFP5A7xeJwpkipJVbMdzE/s1600/IMG_2584.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEieibeJacbr2bjLqErQ5Mez2wbHZGGiRb6EcQGXrHYyncHmrnKyS940YBdo88m-LB5MF9L-5q8Q6TwEJbg_kIAdfrlGwd3X8LmDlWbGl4eXNo373DrYo_gdAQeEFP5A7xeJwpkipJVbMdzE/s1600/IMG_2584.jpg" height="262" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">En la punta de la punta, agua dulce de un lado y salada del otro</td></tr>
</tbody></table>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi6KRIxU_DM8i7Cd-zFB17B5_jgFL2EVnH9Lfr51h7jZQJJRZihUhGLW6JPfhma0mVJE6V3eZdwny-zroQP-r1c2lPTNVAUM0rK8LCKDGhYCeIJHX0rykzE8ZlWCovH9hyphenhyphenf8mF99V4ybD9F/s1600/IMG_2585.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi6KRIxU_DM8i7Cd-zFB17B5_jgFL2EVnH9Lfr51h7jZQJJRZihUhGLW6JPfhma0mVJE6V3eZdwny-zroQP-r1c2lPTNVAUM0rK8LCKDGhYCeIJHX0rykzE8ZlWCovH9hyphenhyphenf8mF99V4ybD9F/s1600/IMG_2585.jpg" height="372" width="640" /></a></div>
<br />
Nuevamente en San Clemente busqué un lugar calentito donde una cerveza y unos sorrentinos a la bolognesa fueron el elixir de mi existencia. Y a la salida entré corriendo a la heladería de enfrente cuando estaban a punto de bajar la persiana. Me tomé el helado en la placita disfrutando el placer de mimarse y por última vez en ese día largo me puse el casco. Llegué al camping, me metí en la carpa y caí dormido en cuestión de segundos. Pero a mitad de la noche me desperté, hacía un frío que ni te cuento. Me puse la campera dentro de la bolsa de dormir, pero igual sentía cómo lentamente se me enfriaba la espalda, lo cual no es bueno. Así que agarré una bolsa de consorcio que guardaba para la lluvia y me envolví el torso preparando mi cuerpo para el próximo capítulo de este viaje.<br />
<br />
CONTINUARA...Hernan Brusahttp://www.blogger.com/profile/00907133139203446621noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7372026833175286890.post-4211983411919080952014-04-10T17:00:00.002-07:002014-04-12T13:56:37.055-07:00Interbalnearia parte IDespués de casi 5 meses sin publicar en este blog, y lo que es mucho peor, sin mandarme una travesía con la Morocha, me mando a relatar mi última experiencia en la ruta, la cual si bien fue de apenas una semanita, bien la podríamos catalogar como cortita pero juguetona. En realidad, pensaba hacer un viaje de dos semanas al sur de Mendoza, tierra de volcanes, aguas termales, cuevas con estalactitas y restos de accidentes aéreos famosos, pero no fue así. A último momento me salió un laburo de fotografía muy copado, cubrir el congreso privado de tango más importante de Buenos Aires, por el cual con gusto resigné no sólo mi primer semana de vacaciones, sino además el área con mayor densidad de volcanes del planeta. Para una semana de viaje tuve que optar por un destino más cercano, ahí fue cuando recordé uno que tenía pendiente desde hace ya tiempo: la ruta 11, más conocida como la Interbalnearia.<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgB8JbyjIMhoFVwpuu5MO_z-jcZeRxUcXa1gR4HY_I6CNLrTsTP74FnFUkvuLjoz0bT2IktU8b840ftXqkq9laOosL2NOwjDj2eZAy-ORdSjR-4KXB1SmvMRQkjVRwKR4zSTt8VA3k2wT2v/s1600/IMG_2506.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgB8JbyjIMhoFVwpuu5MO_z-jcZeRxUcXa1gR4HY_I6CNLrTsTP74FnFUkvuLjoz0bT2IktU8b840ftXqkq9laOosL2NOwjDj2eZAy-ORdSjR-4KXB1SmvMRQkjVRwKR4zSTt8VA3k2wT2v/s1600/IMG_2506.jpg" height="426" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Medianoche en el hotel abandonado de Punta Indio, bañado por la plateada luna llena, junto al silencio del río más ancho del mundo, y yo con un pedo macanudo.</td></tr>
</tbody></table>
<br />
<a name='more'></a><br />
La noche anterior a partir había sido el cierre del festival, y en vez de terminar mi trabajo y rajarme a casa a dormir para levantarme temprano y partir de mañana como correspondería para un viaje en moto, decidí vivir la fiesta hasta el final y al día siguiente me las arreglaría. Una vez terminadas las fotos me puse a milonguear, por lo que me terminé acostando casi al amanecer con la idea de llegar al primer destino de mi viaje antes de que el sol termine su recorrido sobre esta región del planeta. Había un motivo muy especial que me llevaría a salir a la ruta sea la hora que sea: esa noche iba a ser luna llena.<br />
Ni siquiera activé el despertador, me desperté recién a las 14hs, y entre que desayuné y armé las alforjas terminé saliendo de viaje ¡¡a las 17hs!! Pretendía llegar a Punta Indio, un pequeño pueblo que me llamaba la atención no sólo por su nombre y ubicación, sino además por ciertas historias de un hotel abandonado. Y también, porque estaba sobre la ruta 11 la cual desde ahí planeaba comenzar a recorrer. Una pretensión que no se cumplió, debo decir, yo también saliendo a esa hora...<br />
No hay nada como salir de viaje desde tu casa, en moto desde tu garage, sin apuros ni horarios que cumplir, es la libertad total, la sensación de irte al carajo cuando se te canta y llegar a donde se te ocurra. Y otra cosa que también me gusta mucho es recorrer las calles de mi ciudad, las avenidas que rutinariamente transito, con ropa de viaje y con la moto cargada con carpa, bolsa de dormir y todo lo necesario para dejar atrás tanto cemento. ¡Me imaginan manejando así por la 9 de Julio! La hice de punta a punta, fue sensacional. Esquivando autos de alta gama que casi no hacen más que llevar a gente a trabajar, y yo con mi Morocha esquivándolos rumbo al infinito y más allá!<br />
Hice una parada de unos minutos en una estación de servicio apenas comenzada la autopista a La Plata para ponerme más abrigo, la temperatura ya estaba al límite así que parado al costadito de la moto me puse en bolas para calzarme los calzones largos, así rapidito y mirando para abajo como pa pasar desapercibido. Tomé la ruta a Mar del Plata y luego me desvié por la 36. En ese momento de alguna manera el viaje comenzó, ya que salí a una ruta de doble carril en medio del campo y por suerte muy poco transitada. Hacía poco le había cambiado la corona a la moto, con gran placer surcaba las pampas a 90km/h.<br />
Esudiando el mapa (actividad en la que suelo compenetrarme) había visto un puesto/caserío en medio del campo a 15km de la ruta llamado "La Viruta", igual a mi milonga preferida. Sabía que en algún momento iba a llegar a esa encrucijada donde se debatirían mis planes en contra de mi fanatismo tanguero. Cuando después de un par de horas de haber partido (porque me había llevado un buen tiempo salir de buenos aires, primero por el tráfico de la hora pico y segundo porque estuve dando varias vueltas sin encontrar la subida a la autopista hasta que decidí mandarme una cuadra en contramano sobre la vereda) cuando llegué finalmente a esa encrucijada, el sol ya estaba peligrosamente cerca del horizonte, por lo que ni siquiera amagué a doblar. Eso sí, frené para la foto.<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjZCiQc-iSVx0lDid-ZzjpeDMmi19qttpUV1ixRKVzyvCMpc6xjBNloBPbOaHMvtjqSce6TS8iIwzHT4QuP08qbiOmKSaGGjY5IeAfvDV-tRsovH-NeXSDITuXV0ktpg4QDf54WlweT21eT/s1600/IMG_2484.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjZCiQc-iSVx0lDid-ZzjpeDMmi19qttpUV1ixRKVzyvCMpc6xjBNloBPbOaHMvtjqSce6TS8iIwzHT4QuP08qbiOmKSaGGjY5IeAfvDV-tRsovH-NeXSDITuXV0ktpg4QDf54WlweT21eT/s1600/IMG_2484.jpg" height="426" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Resistiendo la tentación de espiantarme pa la Viruta...</td></tr>
</tbody></table>
Luego de mi primer y fugaz parada, y a pesar de que me hubiera venido bien descansar mis caderas unos minutos, volví a subir a la Morocha y seguí adelante. No quería hacer ruta de noche, encerrado en una pequeña burbuja de luz iba a ver sólo algunos metros hacia adelante por lo que iba a tener que ir más despacio por si se me aparecía un pozo o cualquier cosa en el camino, y por esto correría el riesgo de que me pasen por arriba al no divisar mi diminuto foquito rojo, ningún conductor espera encontrarse una moto en la ruta, no me siento seguro haciendo ruta de noche. Y para peor, sabía que los últimos kilómetros iban a ser ya por la ruta 11 que a esas alturas es de tierra. Sí, de tierra, la famosa interbalnearia es en sus comienzos, y por todo el tramo en que bordea el Río de La Plata, de tierra. Eso sí, cuando el sol se coló por un agujero y besó el horizonte, las nubes que cubrían el cielo explotaron en naranja, no pude evitar detenerme al costado de la ruta sin bajarme de la moto a admirar semejante espectáculo. Mi sonrisa se amplió y relajó. El gris de tantas toneladas de cemento había comenzado a ser desplazado por los colores del mundo real. Ahora tenía el tiempo contado, la claridad disminuiría minuto a minuto hasta envolverme la oscuridad total.<br />
La Morocha venía firme rodando y rodando a las chapas, achicando la brecha con mi destino. Al llegar a Verónica tenía que doblar a la izquierda unos 15km para encontrar la esperada ruta de tierra y ahí regresar unos 5km. Pero antes tenía que entrar en Verónica para cargar nafta, no creía que en Punta Indio hubiera estación de servicio, y bien sabía que de ahí en adelante tenía toda la inhóspita Bahía de Samborombón por delante, casi 160km sin NADA, y si me ponía a hacer cálculos el combustible se me iba a acabar pocos kilómetros antes de llegar al surtidor...<br />
Pero me equivoqué, se ve que cuando finalmente y con las últimas luces llegué al desvío de Verónica, tomé por un camino que le pasaba por el costado (en el mapa efectivamente se veían 2 caminos) y no encontré ninguna estación. Me fui dando cuenta de esto a medida que avanzaba por esta pequeña ruta pero no quise desviarme hacia la ciudad, la noche avanzaba sobre mí y llegar era la prioridad. Luego de dejar los suburbios de Verónica atrás me topé con una pista de aterrizaje donde me interceptó una encrucijada. No estaba seguro si era finalmente la 11, ya estaba bastante oscuro, no había cartel ni casas ni nadie a quien preguntar, y pese a que por la 11 tenía que doblar a la izquierda, seguí mi instinto de orientación y tomé a la derecha. Al costado de ese camino me llamaron la atención varios carteles de precaución con dibujitos de aviones. Así seguí andando hasta toparme con otra ruta (la que tendría que haber tomado para entrar en Verónica y llenar la panza de la Morocha) y enfilé hacia el río más ancho del mundo. Cuando finalmente llegué a la 11, ya era completamente de noche. De alguna manera la aventura recién comenzaba, el mundo conocido quedaba atrás, de ahora en más me esperaba el descumbimiento y el asombro, dos sustantivos que me tiran como un imán.<br />
En esa encrucijada en que el asfalto moría había un farol que iluminaba con luz tenue unos pocos metros alrededor, fuera de esa burbuja amarilla la oscuridad era total. ¡Qué camino! Como era de noche no podía ir muy rápido ya que veía apenas unos pocos metros hacia adelante, y manejando sobre ripio hay que ir constantemente mirando dónde se mete la rueda delantera. A esa escasa velocidad el interminable serrucho de esa ruta me sacudía como si avanzara dentro de un centrifugador de ropa. (Se llama serrucho a la erosión que las lluvias producen en los caminos de tierra, dejándolo lleno de pequeñas montañitas en cadena que hay que pasarlas rápido para no temblar sin parar, y la noche anterior había llovido). A mis costados no había más que oscura vegetación y yo tiembla que te tiembla sin saber dónde carajo estaba. Así fui avanzando unos 15 minutos hasta comenzar a encontrar las luces de algunas casas al costado del camino, no eran más de 3 cada 100 metros. Luego pasé un almacén perdido, y comencé a preguntarme si ya habría llegado a Punta Indio, ya que el lugar en el que estaba ni siquiera se parecía a un pueblo. Con algunas dudas seguí avanzando hasta que cuando crucé otro almacén me decidí a frenar y consultar.<br />
Efectivamente, estaba en Punta Indio. Compré un paquete de yerba y unos bizcochitos (aún no había almorzado y tenía que estar preparado para un eventual ayuno en caso de que no encontrara dónde comer) y me indicaron cómo llegar al camping más cercano. Era un barrio de calles de tierra sin iluminación donde no se veía un alma, tan solo algunas casas le daban a la zona algo de luz. Llegué al lugar y me acerqué, era un pequeño bar rodeado de parques. Entré al comedor donde en una sola mesa había gente conversando (imaginen mi aspecto, alguien que se baja de una moto luego de horas de ruta tiene una imagen muy distinta a alguien que viajó en auto) y saludé. Un señor muy amable me recibió y me llevó a ver el área del camping. Para llegar atravesamos una canchita de volley que en la oscura noche (la luna aún estaba baja) estaba alfombrada de luciérnagas, fue una bienvenida sensacional, estrellas en el cielo y en la tierra. Como siempre, era el único en todo el camping, prendieron algunas luces para mí (las cuales fui apagando después, sólo dejé la del baño). Acerqué la moto, le saqué el equipaje, armé la carpa y enfilé para el bar, ¡tenía haaaambre!<br />
Me senté en una mesita a la intemperie debajo de un sauce, la luna llena recién nacida aún con tonalidades amarillas me enfocaba con su enorme seguidor, no podía cenar en un lugar mejor, fue el comienzo de una noche inolvidable en mi vida.<br />
Me pedí una suprema napolitana con papafritas y una botellita chiquita de vino espumante que vi en la carta. "Chiquito no hay, tengo grande", dijo el mozo... Después del segundo vaso tenía una felicidad que rebalsaba, hice apagar unas luces delante de mí que iluminaban unos escalones en el pasto y éramos la luna y yo, cenamos juntos y brindé con ella varias veces. Mi celular no tenía señal, era libre. Terminado el flan con dulce de leche y el tubo de burbujas estaba a punto caramelo, le pregunté al señor cómo llegar al hotel abandonado concentrándome en no olvidar las indicaciones, fui hasta la carpa a buscar el equipo fotográfico y arranqué.<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg-I9PcB9QnIbaKQrb_BrWkNSq3Rh1O7J3QmC8jOvoZV2FF1MaLuy-mcjL_-SGUWlYs6FYT5tSiX0nAXjGZe2ZmsM4TIVICerIwfB4QcId2Z2tJnOq7T29ZJtGOQB076KMsgjmclnaFhNLK/s1600/IMG_2488.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg-I9PcB9QnIbaKQrb_BrWkNSq3Rh1O7J3QmC8jOvoZV2FF1MaLuy-mcjL_-SGUWlYs6FYT5tSiX0nAXjGZe2ZmsM4TIVICerIwfB4QcId2Z2tJnOq7T29ZJtGOQB076KMsgjmclnaFhNLK/s1600/IMG_2488.jpg" height="346" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">El Hotel Abandonado desde las piedras</td></tr>
</tbody></table>
<br />
Entre que no llevaba equipaje y el pedo que tenía, la moto venía liviaaana. Me adentré en esas calles de tierra solitarias tratando de recordar los dos puntos donde debía doblar. Felizmente los ubiqué y luego de unas 20 cuadras, llegué. Por fin estaba donde quería estar. El silencio y la inmensidad me envolvían. Las ruinas de un oscuro edificio abandonado a orillas del río inmenso bajo una luna encandilante era todo lo que necesitaba. Me acerqué sigilosamente al hotel y entre unos yuyos altos me asomé por una de sus ventanas a lo que sería el sótano (donde funcionaba un casino). Se veía inundado y totalmente en ruinas. Me di cuenta que tenía los pies en el agua y rápidamente me tiré para atrás. La verdad es que antes que nada necesitaba abstraerme en la naturaleza, así que atravesé un alambrado en dirección a unas piedras que avanzaban en el agua como una pequeña escollera. Llegué hasta la punta y ahí me tiré a tomar luna.<br />
La luna se veía roja de tan intensa, el río con su pequeño oleaje refrescaba el aire y los pulmones, no hacía frío y el cielo estaba totalmente despejado, prendí un canario y estaba como quería.<br />
Quedé tirado en esas piedras al ras del agua, por momentos sentía que no me podía parar, pero no importaba, si estaba como quería. Hipnotizado por el agua y el universo infinito sobre mí no sé cuánto tiempo habrá pasado, hasta que en un momento sentí frío en los pies y me di cuenta que los tenía debajo del agua (por suerte mis zapatillas impermeables funcionaron). El río estaba creciendo y mucho más rápido que la marea del mar. Las piedras de la punta donde tenía pensado tirar un par de autorretratos estaban a punto de desaparecer bajo la superficie, así que me puse las pilas, me paré, armé el trípode, saqué algunas fotos y salí justo de aquellas piedras, las que media hora después se encontraban sumergidas.<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj4G1IwmF7ySxsHasF9XZ7TO0mLQfQvw4FFNwKk1RVtLuTVKyRuImdyVZiR8NN79GGtQy0HGKufrWelWsW8jhc-G8MlblIPI8YB2DoOZj81jNTVLpGBLbbGAfIui_9XpKjXySN2PUefaIWw/s1600/IMG_2485.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj4G1IwmF7ySxsHasF9XZ7TO0mLQfQvw4FFNwKk1RVtLuTVKyRuImdyVZiR8NN79GGtQy0HGKufrWelWsW8jhc-G8MlblIPI8YB2DoOZj81jNTVLpGBLbbGAfIui_9XpKjXySN2PUefaIWw/s1600/IMG_2485.jpg" height="426" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Cucú Gambini</td></tr>
</tbody></table>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjWALqlgQMQDSCP_peb7C3FEnnwZSfVEHg4Z1d9J1QYY2iiXVJHu9Q-Fsbl7ljq3G-eIYudjn2ecoBtuwVLfUmhnllqMeYYHPXKXk0x7q074Q-Me_SZ3uerRThKdSMFgInnSuT21UJ3gPcV/s1600/IMG_2490.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjWALqlgQMQDSCP_peb7C3FEnnwZSfVEHg4Z1d9J1QYY2iiXVJHu9Q-Fsbl7ljq3G-eIYudjn2ecoBtuwVLfUmhnllqMeYYHPXKXk0x7q074Q-Me_SZ3uerRThKdSMFgInnSuT21UJ3gPcV/s1600/IMG_2490.jpg" height="290" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Punto Caramelo</td></tr>
</tbody></table>
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjtS2jUneegYeevVLIiCdSDImVxvdcIt9RJpqe4vERD5KanGmvv_9sZWib9eHqjoCCmlN6pK2GtlTS3iBXDYjRFFwYc7GawrYCvBZy9_gXC2eUPW-qWwTDsOIVvPY7uvGQtmjN9r5sBtRPs/s1600/IMG_2486.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjtS2jUneegYeevVLIiCdSDImVxvdcIt9RJpqe4vERD5KanGmvv_9sZWib9eHqjoCCmlN6pK2GtlTS3iBXDYjRFFwYc7GawrYCvBZy9_gXC2eUPW-qWwTDsOIVvPY7uvGQtmjN9r5sBtRPs/s1600/IMG_2486.jpg" height="368" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Mambo Sideral</td></tr>
</tbody></table>
<br />
Había llegado el momento de recorrer las ruinas. Hacia ellas me encaminé y atravesé lo que sería la entrada principal. El momento en el que entré fue supremo, en el interior reinaba una pesada oscuridad cortada por los haces lunares que se colaban por las aberturas de las ventanas inexistentes. Si bien las ruinas eran un poco tétricas, quizás por mi estado ni se me ocurrió sentir miedo sino todo lo contrario. Primero las recorrí de punta a punta decidiendo las fotos que haría y después comencé a tirar autorretratos: esta vez yo era mi propio modelo. Fue divertidísimo. Después de un buen rato y terminada la sesión, volví a subir a la terraza donde me volví a acostar a tomar luna, y creo que pasé un buen tiempo así. La paz era tal que el tiempo había dejado de transcurrir. Fue una noche eterna en mi vida, ya que dentro de alguna recóndita y pequeña parte de mi sigue transcurriendo, como tantos otros momentos inolvidables que he vivido.<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj3LkvGTbbNl1mJVJ8TnSrLzA4yIcTGoLRMuAG2fpisQzQ1lD2IT4MyjWwB5KRDmmP4ZhctMM3pSe-F_CmAnwKEOxLcfIiDUpFY_oChviMSQsLQ3g0a3c9Y40mzVXtYT47VWfQbFRAuyPnI/s1600/IMG_2497.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj3LkvGTbbNl1mJVJ8TnSrLzA4yIcTGoLRMuAG2fpisQzQ1lD2IT4MyjWwB5KRDmmP4ZhctMM3pSe-F_CmAnwKEOxLcfIiDUpFY_oChviMSQsLQ3g0a3c9Y40mzVXtYT47VWfQbFRAuyPnI/s1600/IMG_2497.jpg" height="426" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Un fantasma macanudo</td></tr>
</tbody></table>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjsL3v8qTM8GYcQeDbNUbvSX8dmzkgG1GoqMtrRahAGfgUw-Dz4SFYAQYCsNu0y3scZC9vkfPTnumNhLDjZJkfIwNwmQHL0SA-ArBqfUqUlSVr_2RYZms6fLJcvUcnmH_Xj8iHM2kTaP-1b/s1600/IMG_2495.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjsL3v8qTM8GYcQeDbNUbvSX8dmzkgG1GoqMtrRahAGfgUw-Dz4SFYAQYCsNu0y3scZC9vkfPTnumNhLDjZJkfIwNwmQHL0SA-ArBqfUqUlSVr_2RYZms6fLJcvUcnmH_Xj8iHM2kTaP-1b/s1600/IMG_2495.jpg" height="426" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Noche Tótem</td></tr>
</tbody></table>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhmYAiZq6P0x5FENUQAZWIIVcMVvjE7r3LbX0skNnntLMWsVYszuX2S3dEmVxq_mWO1l4FmobMMeYrNEhaTr3w50zoL5w3_6dAbx61AGfeT4Cibcg8g-_QIqcowjX9_1Dz3KmQnoUltBuVC/s1600/IMG_2501.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhmYAiZq6P0x5FENUQAZWIIVcMVvjE7r3LbX0skNnntLMWsVYszuX2S3dEmVxq_mWO1l4FmobMMeYrNEhaTr3w50zoL5w3_6dAbx61AGfeT4Cibcg8g-_QIqcowjX9_1Dz3KmQnoUltBuVC/s1600/IMG_2501.jpg" height="426" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Lo que el tiempo se llevó</td></tr>
</tbody></table>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEje7eor4QK7rqGG9CaiQu-NcgFTLUraZTBl1EK75D0rX9t6YCoPVGT2Qlmbk_7h1wn5kPHlg_Rvck2F1Q3ub9U3ROdEZpa5AcTKvLCZUJhCgKaB4grwzpiQQZBXJ0aENioMb6uD_038h2kw/s1600/IMG_2513.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEje7eor4QK7rqGG9CaiQu-NcgFTLUraZTBl1EK75D0rX9t6YCoPVGT2Qlmbk_7h1wn5kPHlg_Rvck2F1Q3ub9U3ROdEZpa5AcTKvLCZUJhCgKaB4grwzpiQQZBXJ0aENioMb6uD_038h2kw/s1600/IMG_2513.jpg" height="426" width="640" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgiqX0xYBgw0We2D58lf1pd-eXb5Y19SJj82rYXl5QDSymuB1vvevb0pebH-5BVkWcS3r_XHQUBzvTzHtJpl0s2Ep0Ea2tJhDvl47MxFkYejbMXB24QItoMDY3QghZVIGRQGjTiEm6bhWBY/s1600/IMG_2507.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgiqX0xYBgw0We2D58lf1pd-eXb5Y19SJj82rYXl5QDSymuB1vvevb0pebH-5BVkWcS3r_XHQUBzvTzHtJpl0s2Ep0Ea2tJhDvl47MxFkYejbMXB24QItoMDY3QghZVIGRQGjTiEm6bhWBY/s1600/IMG_2507.jpg" height="410" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">En la boca de la calavera</td></tr>
</tbody></table>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiisDioWmi6yU07RC9SuvSAFNDSt5bc-EMUcYzsokyk0B1ttiiPiOyNOPVWqgUn2_7nckbH6j7f0a_r9MVryEuFnKafP-SDA-6riEHuKzVrN9RSXTG0LFSSHekzIKvMR0KWc9v4AlPuYp7X/s1600/IMG_2514.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiisDioWmi6yU07RC9SuvSAFNDSt5bc-EMUcYzsokyk0B1ttiiPiOyNOPVWqgUn2_7nckbH6j7f0a_r9MVryEuFnKafP-SDA-6riEHuKzVrN9RSXTG0LFSSHekzIKvMR0KWc9v4AlPuYp7X/s1600/IMG_2514.jpg" height="426" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">En la plenitud de la terraza</td></tr>
</tbody></table>
<br />
Estuve tirado en esa terraza mirando hacia arriba hasta sentir que ya era la hora de dormir, sería de madrugada y al día siguiente me esperaba una travesía de ruta larga e inhóspita. Desarmé el equipo, volví a la moto y manejé de vuelta al camping. Si al ir al hotel las calles estaban desiertas, ahora de madrugada no quedaban ni los fantasmas. Me derrumbé en la carpa y quedé dormido en menos de un minuto, con la puerta abierta (con el mosquitero cerrado, claro).<br />
Algo muy importante tengo que destacar: cuando comenzaron los primeros fríos del 2014, por hacerme el canchero seguí yendo a la milonga con poco abrigo y un par de noches me agarró la fresca. Comenzó una molesta tos al irme a dormir. Durante el día estaba bien, pero al acostarme me comenzaba a picar la garganta y arrancaba una tos que por un buen rato no me dejaba dormir, y a la mañana me despertaba sintiendo una bolsa de basura en el pecho que después del desayuno gradualmente desaparecía. Esto me duró unos 10 interminables días, y fiel a mi estilo ni tomé remedios ni vi ningún doctor, se me tenía que pasar solo, que el cuerpo se me curta carajo. ¡¡Pero será posible que la primer noche, durmiendo en carpa con la puerta abierta y después de haber estado a la intemperie por horas NO TOSI NI UNA VEZ NI NUNCA MAS!! Hay que irse a la mierda, esa es la solución...<br />
Me desperté en cierto momento de la noche deshauciado de sed. Mi cuerpo pedía agua a gritos, me senté y miré la pantallita del celular, eran las 4:30AM. Salí de la carpa y caminé descalzo por el pasto medio mareado en dirección al baño. La luna encandilaba, no la podía ni mirar. Llegué a los piletones para lavar ropa y me prendí de la canilla, calculo que me bajé el tanque de la sed que tenía. Ya al regreso a la carpa estaba más despabilado, tanto que armé el trípode y saqué una foto más antes de volver a dormir como un angelito.<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjK3JB-Xm9-FgnkDmoWqpSsAL_UpPi-AjDg3gfgfjoU0qcVsu5F_eK6zyJBvJN9TDTWutW1i97xjN61VMvjGh9RbaI-HYaJm7zoXmDHRAquVP9i4ZO4FnWmvimAcxHwMhMsKIGzQKOWUcPU/s1600/IMG_2520.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjK3JB-Xm9-FgnkDmoWqpSsAL_UpPi-AjDg3gfgfjoU0qcVsu5F_eK6zyJBvJN9TDTWutW1i97xjN61VMvjGh9RbaI-HYaJm7zoXmDHRAquVP9i4ZO4FnWmvimAcxHwMhMsKIGzQKOWUcPU/s1600/IMG_2520.jpg" height="426" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Madrugada en el camping</td></tr>
</tbody></table>
<br />
Estaba feliz, era libre y al día siguiente tenía toda la 11 por delante.<br />
<br />
CONTINUARA...Hernan Brusahttp://www.blogger.com/profile/00907133139203446621noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7372026833175286890.post-59780058010727833322013-11-17T09:28:00.004-08:002014-06-18T19:01:26.134-07:00Provincia de Buenos Aires parte VIIComo otras veces, me cuesta sentarme a escribir el último capítulo de cada saga. Algo similar al sentimiento de rechazo que a veces nos invade los últimos días de un viaje, el rechazo de reencontrarnos con un pasado ya lejano que nos caerá encima como un baldazo de agua al mostrarse agresivamente igual a como lo habíamos dejado. Ahí entra en juego nuestra astucia y nuestra voluntad de ir contagiando a nuestro entorno con el cambio que sí sucedió dentro nuestro. Así que ahí vamos, me largo a escribir el último capítulo de esta saga sin saber qué teclitas presionaré en el próximo capítulo, y a ver qué sapa.<br />
Desperté rodeado de montañas a los pies del Cerro Ventana. Con tranquilidad desayuné disfrutando la protección que estos inmensos y longevos afloramientos supieron darme. Luego, siguiendo la rutina que ya me acompañaba, armé las alforjas y las amarré a la moto. Me despedí de los amigos de la noche anterior y partí dejando atrás las verrugas de la tierra rumbo al océano eterno, con la sensación de regresar al origen de las células que durante el transcurso de las eras se agruparon para formarme.<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg42FiNEyQY5LNVUvMPlQapZmoDW_CaWWoIFUMurG6p_MiJabGsK7QFRGaOKqWG8MzJPsbnzeVyOU9cpYBSGHzo4WurXiXbwiVCvTvBbsdphui1Pc6EWOJCcDSaIpddLrDwzGlP6nCL4Voj/s1600/IMG_3428.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg42FiNEyQY5LNVUvMPlQapZmoDW_CaWWoIFUMurG6p_MiJabGsK7QFRGaOKqWG8MzJPsbnzeVyOU9cpYBSGHzo4WurXiXbwiVCvTvBbsdphui1Pc6EWOJCcDSaIpddLrDwzGlP6nCL4Voj/s640/IMG_3428.jpg" height="426" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Misteriosa entrada del cementerio de Saldungaray, por Salamone</td></tr>
</tbody></table>
<a name='more'></a>Pasé por Saldungaray en busca de otra de las monumentales obras de Salamone: el portal del cementerio. Después de varias vueltas y muchas cunetas por un pueblo pequeño y súper tranquilo, lo encontré. Tétrico y majestuoso al mismo tiempo, fiel a su incomparable estilo. Qué pena que a este tipo no le dieron laburo en la ciudad de Buenos Aires. Después de una breve parada para hacer la foto y llenar mis pulmones del aroma a rúcula que el pasto recién cortado emanaba, salí a la ruta rumbo al infinito y más allá.<br />
Imaginaba el mar inmenso, inabarcable esperándome en algún lugar al final de mi jornada, y me sentí en una isla. ¡¿De dónde habrá salido tanta agua?! En forma de lomadas las montañas gradualmente iban desapareciendo, la ruta 72 fue fantástica, no había ni el loro. Ahora cuando empalmé con la ruta 3 volví al siglo 21 lleno de camiones cambalaches, pero ya a eso estaba acostumbrado. El pico máximo fue Tres Arroyos, el amontonamiento humano se advierte desde sus límites por la acumulación de gases de combustión del petróleo y máquinas, ¡qué bicho raro por dió!<br />
De ahí me desvié por suerte por una ruta chiquita rumbo a Claromecó, mi destino final de ese día. Después de muchas horas de viaje avanzaba en soledad atravesando campos buscando indicios del océano vastísimo que estando tan cerca aún no podía verlo. Cuestión de ángulo nomás, si subía unos 20 metros verticalmente el espejo de agua encandilaría el horizonte.<br />
Después de un día largo y cansador llegué finalmente a Claromecó, una pequeña ciudad balnearia fuera de temporada, donde predominaban las calles desiertas y las persianas bajas. Era la calma que antecede al huracán, ya que en pocos días se venía la semana santa, y ahí te quiero ver. Antes de buscar camping, me fui a buscar la playa. Derechito seguí y hasta llegar al mar no paré. Recién ahí mis pupilas se relajaron y respiré hondo: había llegado. Después de una vuelta bárbara por las tierras de la provincia, llegaba nuevamente al límite terrestre del continente que me sustenta. El incesante romper de las olas me regaló esa fabulosa sensación de eternidad que mi espíritu vive anhelando. Libre ya de tantos kilómetros por delante, comencé a buscar un camping donde dispersarme.<br />
Guiado por las vagas referencias de dos señoras mayores fui bordeando la costa. Rápidamente terminó el asfalto y comenzó una mezcla de ripio y arena, que a medida que avanzaba era más arena que ripio. Luego dos chicos me señalaron algo parecido a un camino en dirección opuesta a la costa, y cuando me quise acordar estaba subiendo un médano. Obviamente, tuve que recular, con la moto excesivamente cargada hasta dar la vuelta me costó, la arena tenía charcos y había que gambetearlos. Una vez abajo del médano me interné por calles arenosas esquivando estanques, hasta que finalmente di con el camping.<br />
El camping muy lindo, lleno de árboles, con parrillitas y, lo más importante, ni una carpa: todo para mí. Eso sí, muy caro, más del triple que el camping de Rauch, pero bué. Armé la carpa y antes de que cierre me fui a buscar una carnicería. Me mandé un tremendo asado, tiras con verduras a la parrilla acompañados de vino espumante, me fui a dormir refeliz. Al día siguiente planeaba levantarme muy temprano y agarrar los primeros rayos del sol para la siguiente sesión fotográfica. Me sorprendió al despertar el tremendo frío que hacía, ¡pero tremendo! Todo Claromecó estaba envuelto en una bruma espesa que calaba los huesos. Hasta la Morocha estaba llena de escarcha y me costó una barbaridad arrancarla. Me puse en vano toda la ropa de que disponía y calenté agua más de una vez. Apenas levantó la bruma, comenzó lentamente a subir la temperatura. Una vez listos, salimos en busca de la próxima locación: los médanos.<br />
En esto Claromecó me defraudó. Yo esperaba encontrar médanos vírgenes, y no los encontré. Todos tenían vegetación. Y eso que me alejé todo lo que pude. Había un camino semiripio paralelo a la costa que en un momento desaparecía y se transformaba en arena. Intenté seguirlo por la arena mojada por ser más firme, pero comenzaron a aparecer pequeñas afloraciones de piedras y fue imposible seguir. Así y todo, más de una vez la rueda de atrás se encajó y tuve que bajarme para sacarla a mano. Igualmente, encontré algunos lugares para hacer unas buenas tomas.<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjHcJlkwTke_KbTN9Ldk-xFoWiWic4s3Bm8hbVGfhol5tVD3MYWMJWKSSU4J-uiHbf0USUk7QDzIysi2eNF78GRiuF2zxvTZx5mDD0rxEDm-9x5SK6S5zGRYJJXBfeUYy8y5sO6MIbxCjxo/s1600/IMG_3541.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjHcJlkwTke_KbTN9Ldk-xFoWiWic4s3Bm8hbVGfhol5tVD3MYWMJWKSSU4J-uiHbf0USUk7QDzIysi2eNF78GRiuF2zxvTZx5mDD0rxEDm-9x5SK6S5zGRYJJXBfeUYy8y5sO6MIbxCjxo/s640/IMG_3541.jpg" height="426" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Encajado en la arena, buscando sin éxito médanos vírgenes</td></tr>
</tbody></table>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
Llegando el anochecer volví a la playa para ver la salida de la luna. Faltaba sólo una noche para la luna llena, ya tenía que ir aprovechando dicha ocasión. La danza de los púrpuras fue realmente una belleza, más fotos:<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiT_e_UA6nJdJdajjZxddkEYLrEd22PDGHBX9hAOyE5ZZkV30jEXdChdsUWIR4zxNLbzNJWfGC69aVzBmg7wB9PDAkYSWvuzBn3ISRD4BS4ozG_QhtbSkt_CODGMSjemF4XSJlUJITtQQUQ/s1600/IMG_3607.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiT_e_UA6nJdJdajjZxddkEYLrEd22PDGHBX9hAOyE5ZZkV30jEXdChdsUWIR4zxNLbzNJWfGC69aVzBmg7wB9PDAkYSWvuzBn3ISRD4BS4ozG_QhtbSkt_CODGMSjemF4XSJlUJITtQQUQ/s640/IMG_3607.jpg" height="426" width="640" /></a></div>
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj4dMuko9eFkcmxRYfrQiawnDH6PPknidOSA0dWwmZO_ZHLg0wbdX7wqdMv4Jc2YYO3OLs52zSui-ZzwdQd2zjfO0V06R2otxiWjpYRy1gvw6EOmUU8SrMP7Pv9C9mwkyEAnDEy762OiG31/s1600/IMG_3615.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj4dMuko9eFkcmxRYfrQiawnDH6PPknidOSA0dWwmZO_ZHLg0wbdX7wqdMv4Jc2YYO3OLs52zSui-ZzwdQd2zjfO0V06R2otxiWjpYRy1gvw6EOmUU8SrMP7Pv9C9mwkyEAnDEy762OiG31/s640/IMG_3615.jpg" height="260" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Autorretrato: lo que tuve que correr para hacer esta foto...</td></tr>
</tbody></table>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgkEDqkaU2ZYYHwM1ap2flNPBbjDWP3A4BByyjzaCvhrZRd0CRTtmcXGvT-CGeDQuch8lsvRYZwfnMe4j7ljni12huZodRLCs1zNwF1bqz-HUJVvAXytH5qX56TB5UDf_ynwHfeB1EXyoQB/s1600/IMG_3617.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgkEDqkaU2ZYYHwM1ap2flNPBbjDWP3A4BByyjzaCvhrZRd0CRTtmcXGvT-CGeDQuch8lsvRYZwfnMe4j7ljni12huZodRLCs1zNwF1bqz-HUJVvAXytH5qX56TB5UDf_ynwHfeB1EXyoQB/s640/IMG_3617.jpg" height="424" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Anochecer mágico</td></tr>
</tbody></table>
Terminada la 2ª sesión del día, partí a toda velocidad rumbo a la carnicería, esa noche se venía otro asado. Esta vez fue pollo de campo con verduras, nuevamente me fui a dormir refeliz. Lo que más me gusta de todo, son los dientes de ajo a la parrilla. Quedan bombones, y acompañar cada bocado de carne con ellos es orgásmico.<br />
El plan para el día siguiente era buscar un lugar donde hubieran médanos vírgenes para pasar la luna llena. Además iba a ser el último lugar antes de llegar a Mar del Plata, que si bien no era el final del viaje en sí, era volver al mundo conocido, de alguna manera la aventura sí terminaba allí. Se me ocurrió ir a Arenas Verdes, un lugar fascinante al que acostumbraba ir de camping muchos años atrás, cerca de Quequén, y que combina médanos, playa y bosques, pero los planes pueden cambiar...<br />
Nuevamente desperté (esta vez sin bruma ni frío) a desayunar en un claro de sol entre los árboles del camping, preparándome para otro largo día de ruta. O al menos eso creía. Era un día de sol espectacular. Pasarlo todo el día manejando teniendo el mar tan cerca era casi un pecado, pero no poder concretar el último trabajo fotográfico, habiendo completado con éxito todos los anteriores, era una blasfemia. <br />
Salí a la ruta con aire renovado. Después de haber pasado 2 días junto al mar, acampando solos en un bosque, y cenado asado las dos noches, sentía lo mismo que las serpientes luego de cambiar la piel.<br />
Hice una pequeña parada en la estación de servicio de Orense para cargar nafta y seguir viaje, pero al conversar con un lugareño mis planes cambiaron completamente. Me sugirió que vaya a visitar Balneario Orense, un pequeño pueblito junto al mar, a 15 km por un camino de tierra, y le pregunté: "¿Y hay médanos vírgenes?" "¡Está lleno!" Así como estaba fui a un supermercado a abastecerme (porque en ese pueblito no había nada) y arranqué en busca del caminito de tierra. El largo día de ruta que tenía por delante se transformó en un paseo rural atravesando sembradíos y algún que otro arroyo, hasta llegar al lugar que tanto buscaba, un lugar soñado por su tranquilidad, su belleza, y su inmensidad: Balneario Orense.<br />
Es un pueblo de unas pocas callesitas rodeado de médanos hasta el infinito, besado continuamente por el mar. Busqué el camping "médano 14", un camping amplio de médanos fijos por pequeños bosques donde, nuevamente, éramos los únicos. Al día siguiente comenzaba la temida semana chanta, me comentó el que atendía el camping que pasada esa semana cerraban todo, en el pueblo quedarían apenas dos o tres casas ocupadas por personas que hubiera querido conocer. Así que tuve suerte de encontrar el camping abierto.<br />
Preparamos un almuerzo improvisado bajo los árboles rodeados de gatos atrevidos, ¡y a la playa! Era un día de sol radiante, la playa era inmensa, interminable, un sueño. Las horas se sucedieron nadando en el mar y descansando en la única sombrita proyectada por el parador del guardavida, vacío. Pero como no todo es perfecto, como nada está exento de contradicciones, como el planeta ha sido lamentablemente colonizado por una raza destructiva, sucedió algo que me puso de mal humor.<br />
Durante todo este viaje por la provincia advertí la presencia de los misteriosos aviones "a chorro", aviones que dejan una estela blanca que, a diferencia de las estelas normales de los aviones a chorro que desaparecen en cuestión de minutos, quedan en el cielo estáticas durante horas. Este fenómeno lo vengo observando desde hace meses, ya que cada tanto se presenta sobre la ciudad, pero sobre el campo es mucho más numeroso, los vi todos los días. Y el que vi en Balneario Orense me sacó la duda: no son aviones a chorro. Porque si lo fueran, dejarían la estela en todo su recorrido, pero el que advertí desde la arena venía de mar adentro, y comenzó a dejar su estela química apenas tocó la línea de la costa adentrándose varios kilómetros. Luego cesó el chorro, dio la vuelta y comenzó a dejar otra estela de varios kilómetros más paralela a la costa. NOS FUMIGAN. Se llama geoingeniería, supuestamente buscan cambiar/manipular el clima. Vean:<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<iframe allowfullscreen='allowfullscreen' webkitallowfullscreen='webkitallowfullscreen' mozallowfullscreen='mozallowfullscreen' width='320' height='266' src='https://www.youtube.com/embed/43HIri3WWMI?feature=player_embedded' frameborder='0'></iframe></div>
<br />
Sin palabras... Pero, a pesar algo tan terrible, hay que ser felices igual y disfrutar de la vida, ya que tiene fecha de vencimiento. Por eso, cuando el sol comenzó a bajar adquiriendo un ángulo más propicio para la esperada sesión de fotos, subimos a la moto y encaramos rumbo al norte hacia los médanos que se perfilaban en el horizonte. El ripio se acabó a los 150 metros, así que como pude (caminando con los pies al mismo tiempo que aceleraba) avancé a través de la arena blanda hasta la orilla, donde la arena húmeda era más firme. Ahí comenzó una travesía inolvidable, manejaba esquivando la espuma de las olas indefinidamente, jugando con el mar, mientras a mi lado los médanos eran cada vez más grandes. Aunque no fue tan fácil, por momentos la arena era blanda y avanzar era una odisea, y por otros, me metía en el agua levantando chorros de espuma detrás de mí. Cuando encontré un médano bien alto, estacioné la moto arena adentro (no fuera cosa que subiera la marea y me la tragara) y comenzó la última sesión de fotos del viaje. Como yo imaginaba, el lugar parecía un desierto.<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhvfhyphenhyphennT4gisOTnte0Ywk4umKEtz0n6B_sDhyDtwD3VCvmgxZ_J3QOiDLHkJPFIHSIlvLQZMaHJFx29qhcYPSd83Qugp_STL6sMC4Ykm0FpHiaTzjzOVY8U-LICuk_DhGoBns54pI8EoGWm/s1600/IMG_3621.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhvfhyphenhyphennT4gisOTnte0Ywk4umKEtz0n6B_sDhyDtwD3VCvmgxZ_J3QOiDLHkJPFIHSIlvLQZMaHJFx29qhcYPSd83Qugp_STL6sMC4Ykm0FpHiaTzjzOVY8U-LICuk_DhGoBns54pI8EoGWm/s640/IMG_3621.jpg" height="300" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">El estacionamiento de la Morocha, perdida en el desierto</td></tr>
</tbody></table>
La vuelta fue aún más extraordinaria, con el sol ocultándose, el cielo lleno de colores se reflejaba en la arena mojada por la que avanzaba (ya que buscaba la arena por la que recién se había retirado el agua por ser más firme), ¡¡parecía que andaba por el cielo!! Fue fabuloso, con la Morocha anduvimos por una carretera estelar. Aunque en un momento también inolvidable, la arena era demasiado blanda y yo dale que te dale con el acelerador para no quedarme, le daba en 1º avanzando despacio y ¡¡comenzó a salir humo del motor!! ¡La Morocha sacaba humo loco! Pero así y todo, noble como es se la rebancó y volvimos al pueblito justo para el anochecer. Fue una odisea, la moto mostró una vez más de qué está hecha. Y podría haber salido mal, podría haberme pasado de rosca al manejar sobre lo húmedo y quedar atrapado en el agua y haber perdido la moto para siempre, o haberla fundido de tanto humo que sacaba...<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjirhEKvtKrEfoC54LkByRf8aIsZSKUjz19_2llkwpES0KA9XCuAfohSYEC7S7qgqJiuHKfLWzJVUNJnGftUzS6YqvLOsGA8vprASWy8ggZTcXEzTV8kR8Sin1j6OkWUlFDDaRyKI88r9zc/s1600/IMG_3676.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjirhEKvtKrEfoC54LkByRf8aIsZSKUjz19_2llkwpES0KA9XCuAfohSYEC7S7qgqJiuHKfLWzJVUNJnGftUzS6YqvLOsGA8vprASWy8ggZTcXEzTV8kR8Sin1j6OkWUlFDDaRyKI88r9zc/s640/IMG_3676.jpg" height="318" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Volando vengo volando voy</td></tr>
</tbody></table>
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgP3d6jOygcXnQE5mCfYthJxZZihw4Vzyduf_QW1gpZb7nBGpbUebDdk10tWEwas3qZvpfyk5Aif8vwAWkGHER2qt4iuRORlFUhvchCZUIqvo10kgZo-8MuXOTfLLThNisseV57Hvu96y1V/s1600/IMG_3679.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgP3d6jOygcXnQE5mCfYthJxZZihw4Vzyduf_QW1gpZb7nBGpbUebDdk10tWEwas3qZvpfyk5Aif8vwAWkGHER2qt4iuRORlFUhvchCZUIqvo10kgZo-8MuXOTfLLThNisseV57Hvu96y1V/s640/IMG_3679.jpg" height="418" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Qué lujo con la Morocha por la orilla del mar...</td></tr>
</tbody></table>
Por la noche, al camping comenzaron a llegar los primeros turistas de la semana santa, si bien el aluvión iba a ser al día siguiente. Música a todo lo que da y borrachos pesados nos espantaron rápidamente, así que volvimos a las dunas a ver la salida de la luna llena y disfrutar de una noche trascendental.<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg1hkcf2vOZ-_qrqfkbXazUI6_paWtzt2N5hG27oAqbMchwR9_2dMI87uZSCwDDixQk88O60q5pFRzw2dhJXOTdx4Y4YY5ctrTdXTJUkDXG9oGaui203FzhH96bToozOQzzy74AHg-75RVn/s1600/IMG_3696.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg1hkcf2vOZ-_qrqfkbXazUI6_paWtzt2N5hG27oAqbMchwR9_2dMI87uZSCwDDixQk88O60q5pFRzw2dhJXOTdx4Y4YY5ctrTdXTJUkDXG9oGaui203FzhH96bToozOQzzy74AHg-75RVn/s640/IMG_3696.jpg" height="334" width="640" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<br />
El día siguiente no fue fácil. Salí a la ruta decidido a emprender el largo viaje hasta Mar del Plata y me topé con unos vientos laterales tan fuertes, que no podía ir a más de 70. De todas las travesías que hice hasta ahora en moto, muchas de los cuales fueron realmente difíciles y arriesgadas, en esta fue en donde por única vez, hasta ahora, las fuerzas me comenzaron a fallar. Y no me refiero a las fuerzas físicas. Muchas veces estuve al borde del agotamiento físico, pero así y todo seguí adelante envalentonado por la idea del destino que me esperaba y el paisaje que me rodeaba. Me refiero al agotamiento mental, el cual es mucho más peligroso cuando se ensaña con uno. En aquella ocasión lo conocí, y espero no volver a cruzarlo. Estuve a punto de rendirme, de tirar todo por la borda, llegando a preguntarme qué estaba haciendo. Habían sido muchos días intensos y cansadores, nunca hubo descanso, ni uno, ya que cuando no viajaba me embarcaba en sesiones fotográficas. Aún tenía el cuerpo roto de Sierra de la Ventana, mi cabeza ya no quería más, necesitaba un descanso de verdad. Pero por suerte supe sobreponerme y a pesar de avanzar más despacio me di cuenta de que no me quedaba otra que seguir adelante, Mar del Plata me esperaba de brazos abiertos.<br />
Al empalmar con la ruta 228 por suerte el viento aflojó y pude acelerar, pero comenzó la típica caravana de coches de la semana chanta, así que tan rápido tampoco podía ir. Luego de una breve parada en un parador de Necochea, donde pude constatar que por la tv seguían dale que dale con el papa argentino (menos mal que viaje para esa época), volví a la ruta rumbo a Miramar. Al pasar junto a la entrada de Arenas Verdes recordé con nostalgia épocas pasadas, tardes fuera del tiempo entre los médanos infinitos en compañía de un amigo que ya no existe, campings con enamoradas, con mis perros en la soledad de aquellos bosques que sirvieron de leña para mis asados y de sombra para mi piel quemada por los soles de marzo.<br />
Era raro, distinto llegar a Mar del Plata desde el sur, una sensación de novedad que refrescaba lo conocido. La última parte antes de llegar a Miramar estaba lleeena de autos. Con mucho placer tomé la ruta 11, una de las rutas más lindas que conozco, llena de curvas y bosques junto al mar. Al llegar finalmente a mis queridos acantilados, paramos al borde del abismo para admirar el océano infinito y observar en retrospectiva nuestro viaje, que de alguna manera ya había terminado. Y para asesinar el último chacinado de Carhué, claro.<br />
En Mar del Plata pasé unos lindos días visitando familia y amigos, entre tardes de playa y noches de música y asado. Lamentablemente, el pronóstico que mostraba internet no era para nada alentador: tormentas los últimos dos días de la semana chanta. Por esto, decidí a último momento volver un día antes. A toda costa quería evitar hacer el viaje más largo y pesado, los 400km para volver a casa, bajo la lluvia. Pero así y todo jamás imaginé la odisea que me esperaba.<br />
La mañana en que partí, como dije un día antes de lo esperado, el sol brillaba y salí con esperanzas de llegar sano y salvo a mi casa luego de tanta caravana. Hice una breve parada en el Manolo de la costa para comprar churros y salí a la aburrida ruta 2 rumbo al garage de mi casa donde me esperaba con ansiedad mi gata. Fue un viaje largo, la ruta 2 es monótona y, para colmo, muchos autos volviendo de la costa entorpecían el tráfico. Los churros desaparecieron en la única parada del viaje, rayando el mediodía en medio del campo. El plan era hacer una parada más en Sevigne para hacer fotos, en ese lugar hay un galpón de trenes y algunas formaciones abandonadas. En Sevigne paramos, pero no para hacer fotos, sino para ponernos los equipos de lluvia. Delante nuestro, exactamente adelante, donde la ruta se dirigía, nos esperaba una cortina gris de lluvia. A los costados no se veía que lloviera, sino justo delante nuestro. Resignado pero decidido, me impermeabilicé y aceleré. A los minutos comenzó a llover, cada vez más y más fuerte, y ya no paró. Fue una odisea, y muy peligroso además. Habían muchos autos asustados que avanzaban muy despacio, y bajo el aguacero, con la moto tan cargada y la responsabilidad de llevar a otra persona conmigo, los tenía que pasar. En total manejé 120km bajo la lluvia, unas dos horas masomenos. Hice una sola y breve parada ya que las manos y la espalda no aguantaban más. Guarecido parcialmente bajo un árbol, con bolsas de nylon en los pies, el traje brillante de tan empapado, el casco puesto para no mojarme la cabeza, caminando alrededor de la moto para estirar las piernas, parecía el tío de ET.<br />
No alcanzan las palabras para explicar lo duro y peligroso que fue ese viaje. Tanta lluvia en la ruta, con tan poca visibilidad y el asfalto lleno de charcos, y en día pico, con caravana de turistas asustados por la tormenta, no dejaron lugar a que me flaquearan las fuerzas mentales: venía decidido a llegar sanos y salvos, cueste lo que cueste. Recién en el peaje de Hudson, ya alcanzando uno de los tentáculos de la megalópolis, apareció el sol del atardecer entre los nubarrones en dispersión regalando colores y perspectivas. Ahí hice otra parada para desentumecerme, y volví a la autopista envalentonado por la cercanía del destino, pero sin dejar de tener en cuenta la estadística de que la mayoría de los accidentes se producen cuando falta poco para llegar.<br />
Llegué a mi casa por fin a acariciar el gato, liberarme del peso de haber cargado con tantas cosas durante 2600 kilómetros, con una sensación en el pecho similar a la que he sentido al estar enfermo (sin llegar a ser enfermedad, sino ausencia casi total de energías), y a meterme de cabeza en un caliente baño de inmersión. Y dormir. Ese día, mientras avanzaba por esa ruta apocalíptica, en La Plata caía un diluvio histórico que provocó terribles inundaciones dejando un saldo de más de 50 muertos. Y al día siguiente, cayó en Buenos Aires otro diluvio tan histórico que a dos cuadras de mi casa, en Núñez, se inundó mal, y ahí jamás se había inundado.<br />
¡Estaba vivo! Y pensando cuál sería mi próximo destino...<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhjYAe5FkoFLCM07zsazwZXax6iDEpI96FEUYQlo5OedMBButWBmGyXirQJ08GOHZb3hoUQdz89lJVO979QHSmhprRuSQnIlkOLJkt164htm7FbkpndtWAViU2Ro3FIFAaz8U4ir1LCxaB6/s1600/IMG_3687.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhjYAe5FkoFLCM07zsazwZXax6iDEpI96FEUYQlo5OedMBButWBmGyXirQJ08GOHZb3hoUQdz89lJVO979QHSmhprRuSQnIlkOLJkt164htm7FbkpndtWAViU2Ro3FIFAaz8U4ir1LCxaB6/s640/IMG_3687.jpg" height="426" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">¡Misión cumplida!</td></tr>
</tbody></table>
<br />Hernan Brusahttp://www.blogger.com/profile/00907133139203446621noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7372026833175286890.post-19303215046597792312013-10-18T13:53:00.001-07:002014-06-18T18:48:13.362-07:00Provincia de Buenos Aires parte VIHabía llegado el momento de dejar atrás Carhué y encarar un nuevo destino, pero no sin antes pasar por una fábrica de chacinados de la que había oído nombrar. Después de armar el equipaje salí de raje a buscarla antes de que cierre, ya era de mediodía. Después de un par de vueltas la encontré, vendían los salames por kilo. Compré tres grandotes, uno común y dos con pimentón, después me arrepentí de no haber comprado más. Eran DELICIOSOS. Combinados con el queso gouda de la pulpería de Campodónico, fueron el lujo de los almuerzos en las paradas al costado de las rutas de mi provincia.<br />
Próximo destino: Sierra de la Ventana, un lugar que también desde chico quería conocer. En las escuelas primarias de todo el país se nos enseña sobre la existencia del Macizo de Ventania, de delantal blanco y pelo estilo taza anotaba los dictados en mi cuaderno imaginándome en esa ventana, con vista al planeta. Cuestión que 30 años más tarde, me subí a una moto y enfilé para allá. Decidí no tomar la ruta más directa, la 33 que iba hasta Bahía Blanca. Tuve el disgusto de conocerla manejando hacia Carhué, y no pensaba volver a meter las ruedas ahí. Debido al puerto de Bahía Blanca el tránsito de camiones por esa ruta es insoportable, y como si esto fuera poco, profundas huellas en el asfalto debido al excesivo peso de los gigantes que continuamente hay que gambetear. ¡Con lo prácticos que eran los trenes que en el pasado cubrían todo el país! Muchísima menos contaminación, rutas seguras, en fin, mejor no hablo de ese tema porque me amargo. Preferí entonces tomar la ruta 85 aunque tuviera que hacer un rodeo, pero así iba a poder disfrutar del paisaje y, lo que más me interesaba, el cambio de relieve gradual de la llanura a las sierras. ¡Buena elección!<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjKeo51bDzIRuzSR1RiCWuC3-bp52FAA0aKs9sQfZhJVWqzo3GW9eXYyw8vK5ra6Fsplcdef0MZweIsyLRUoL4GNu4lPOSWOnmWijIawv-JCYhMkT_4_GZask0UjN8KWGcl0PjGC_xBQ7lO/s1600/IMG_3371.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjKeo51bDzIRuzSR1RiCWuC3-bp52FAA0aKs9sQfZhJVWqzo3GW9eXYyw8vK5ra6Fsplcdef0MZweIsyLRUoL4GNu4lPOSWOnmWijIawv-JCYhMkT_4_GZask0UjN8KWGcl0PjGC_xBQ7lO/s640/IMG_3371.jpg" height="394" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Antigua estación Sierra de la Ventana</td></tr>
</tbody></table>
<a name='more'></a>La ruta fue toda para mí, nuevamente fui un puntito aventurero avanzando despacito en el mapa (imaginario, porque no uso GPS, para pantallitas luminosas me sobra con mi vida ordinaria). La ausencia de otras máquinas con ruedas me permitía perder mi mirada en la lejanía imaginando las verrugas de la tierra que tarde o temprano aparecerían para mí. Después de un par de horas de campos y algún que otro chacinado, advertí ciertas sombras grises recortadas en el horizonte. Eran las sierras más antiguas del planeta dándome la bienvenida a lo lejos, susurrando: ¡desde que eras chico te esperábamos! Como si la vida de un humano fuera algo para ellas, que datan desde los tiempos Precámbricos, ¡desde antes que existan los vegetales sobre la tierra! Media hora más tarde, la ruta comenzó lentamente a serpentear y a subir y bajar, como tanto me gusta. Debajo de la moto, las rocas más antiguas del mundo actual servían de sustento a la tierra que sustentaba el asfalto por el que mis ruedas como locas rodaban. Fue una ruta fabulosa, con ondulaciones cada vez más altas, era como ver crecer a las montañas.<br />
Me habían recomendado ir a Villa Ventana, así que hacia allá me dirigí. Mala elección. Me pareció una especie de Villa Gesell, o Mar de Las Pampas, un pequeño pueblo de "elite" lleno de camionetas de alta gama y restaurantes caros donde uno siente estar en una extensión de Buenos Aires, y no en un pueblito de montaña. Encima era fin de semana y había una fiesta regional, así que como llegué salí, esta vez rumbo a Sierra de La Ventana. Antes de hacer este viaje, había estado investigando por internet acerca de los lugares a visitar, pero como no le dediqué demasiado tiempo a la computadora, mi búsqueda había terminado en Carhué, de los siguientes puntos a conocer no tenía ninguna referencia, tan sólo nombres en el mapa. Inocentemente pensaba que el Cerro Ventana quedaba en Sierra de la Ventana... Después de 25 kilómetros alejándome de las montañas llegué a Sierra de La Ventana, una ciudad con un movimiento que me sorprendió. Me acerqué a la oficina de turismo y ahí me enteré que el Cerro Ventana quedaba pasando Villa Ventana, así que oootra vez tuve que volver hacia allá, pero antes pasé a tirar un par de fotos en la antigua estación de tren y en un puente ferroviario de fines del siglo XIX, el "Puente Negro", con unas perspectivas alucinantes.<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhn90fLjk0ORd-Otyg8RMqI-NGXmH60yznngk8Js9phe2iEaX55CYJN6xZeJCrrn8KHgzZJEpwXWwY3M7TBUrjMvKs6OamADn_tLDOGdyiEP9uPTtWFWsJSRCg3nHzqm-KNJk94cHE2B__d/s1600/IMG_3365.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhn90fLjk0ORd-Otyg8RMqI-NGXmH60yznngk8Js9phe2iEaX55CYJN6xZeJCrrn8KHgzZJEpwXWwY3M7TBUrjMvKs6OamADn_tLDOGdyiEP9uPTtWFWsJSRCg3nHzqm-KNJk94cHE2B__d/s640/IMG_3365.jpg" height="640" width="426" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Puente Negro</td></tr>
</tbody></table>
Ya quería llegar de una vez, la noche se acercaba. Pasado de largo Villa Ventana, la ruta se encajonó cada vez más entre sierras altas y afiladas que se oscurecían cada minuto. Finalmente, llegué al campamento base del Cerro Ventana que tanto se venía haciendo desear. Por suerte no había casi nadie, así que me instalé en una cabañita que alquilaban como dormi, con 4 camas cuchetas para 8 personas en la que estábamos solos, y salía casi lo mismo que acampar. Junté dos camas, y con la bolsa de dormir de dos plazas (mis dos bolsas de dormir se unen y se arma una doble, imposible dormir separados) estaba como quería: bajo un bosque de pinos en la naciente de la ladera, a los pies de la ventana por la que al día siguiente me iba a asomar. Y venía preparado para tan especial ocasión.<br />
Esa noche pintó ir a Villa Ventana al festival. Mala elección. Después de una ducha gloriosa volví a la ruta como una luciérnaga en la cerrada oscuridad entre los abuelos de la tierra. Después de algunas bajadas me envolvía una densa vegetación (seguramente rodeando los arroyos que brotan en las alturas) y la temperatura bajaba bruscamente, se me enfriaba la ropa. Llegué después de 15 minutos a la Villa. Averigüé hacia dónde quedaba el festival y tomé una calle secundaria en esa dirección, un camino de tierra oscuro junto a un curso de agua. Así habré hecho un kilómetro hasta que crucé por un puente al otro lado, y quedé careta. Una fila infinita de autos me paró en seco. Aprovechando una de las ventajas de la moto, me mandé en contramano y seguí, eran muy pocos los autos que volvían. No habré hecho más de 300 metros hasta que un policía me paró, así que di media vuelta y me fui. La congestión de tráfico en un lugar tan sereno como ese antiguo valle bajo la luna casi llena fue una imagen bizarra. Las ganas de conocer el festival desaparecieron al imaginarlo atestado de gente y ruido, encontré un restaurant tranquilo donde compartir una cena romántica y volví al campamento, al día siguiente se venía el ascenso.<br />
La verdad no imaginaba que iba a ser duro. Subir una sierra de la Provincia de Buenos Aires no podía ser arduo, pero lo fue. Ya el primer tramo es una subida de 45º interminable entre las raíces de los árboles, las rodillas no pueden menos que sorprenderse ante la exigencia que de pronto se les pide. No queda otra que hacer algunas paradas a descansar. El ascenso a la ventana consta de tres tramos, terminado el primero hay unos troncos acostados en círculo para relajar las piernas, los árboles quedan atrás y comienza un camino casi horizontal con unas vistas enormes. Es en esos casos donde uno acostumbra a pensar que lo peor ya pasó, pero ese caminito horizontal fue inclinándose gradualmente hacia arriba hasta volverse más difícil que el primero. Fue muy cansador, rompió la costumbre de tener todo al alcance de la mano que nos imprime la nafta, estuvo buenísimo. Terminado el segundo tramo se llega a una altiplanicie que rodea al cerro y hay que seguir trepando sobre piedra, dejando ahora la tierra atrás. El espesor de la vida gradualmente fue bajando hasta desaparecer de la vista, salí de la alfombra viviente que cubre sólo los terrenos favorables de nuestro planeta aventurándome en la pura piedra.<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgj5M8iXId0G6ZrHaDd_1UorHQnOJFArogGfDZHLzoitfwdfLdd99MH8EhEi2-TIxiGDY7pnXvTwZuKlOIMscVxpdUkgo_IBB2Sk2lckFkho_U_xZMVPY515foJgi10y5J9H9RJRgvt_qCg/s1600/IMG_3380.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgj5M8iXId0G6ZrHaDd_1UorHQnOJFArogGfDZHLzoitfwdfLdd99MH8EhEi2-TIxiGDY7pnXvTwZuKlOIMscVxpdUkgo_IBB2Sk2lckFkho_U_xZMVPY515foJgi10y5J9H9RJRgvt_qCg/s640/IMG_3380.jpg" height="426" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Vista de la Ventana desde la base, justito antes de comenzar el ascenso</td></tr>
</tbody></table>
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj3NzFxtFD67BLMvWQ4mJkUIwsZvRS3xCQPE28jt7V_6gcgyjarG1QWP9Bsd8VeMKI94QfFq47LH5SD1eEhxjfBI8AV4ycCmMidcwSidt3VBc1t4MN-SS3S5SaJcWnU7B9t1kzxOsVxCdrQ/s1600/IMG_3381.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj3NzFxtFD67BLMvWQ4mJkUIwsZvRS3xCQPE28jt7V_6gcgyjarG1QWP9Bsd8VeMKI94QfFq47LH5SD1eEhxjfBI8AV4ycCmMidcwSidt3VBc1t4MN-SS3S5SaJcWnU7B9t1kzxOsVxCdrQ/s640/IMG_3381.jpg" height="640" width="426" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">La primera subida... interminable</td></tr>
</tbody></table>
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg7YmLTcyXJrshqU8L-LMA5ghb4nF4MTX9D_7tTMbtagfAs1TnFrW33DVqE_CA3ac9azQbr1oanOm9XtLPzPEwgc80W8ta8cdjPH0ZQWg20WRpeU6ivFK1NbqNbRo1TwbGmRVSjNWC7EwWz/s1600/IMG_3383.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg7YmLTcyXJrshqU8L-LMA5ghb4nF4MTX9D_7tTMbtagfAs1TnFrW33DVqE_CA3ac9azQbr1oanOm9XtLPzPEwgc80W8ta8cdjPH0ZQWg20WRpeU6ivFK1NbqNbRo1TwbGmRVSjNWC7EwWz/s640/IMG_3383.jpg" height="640" width="426" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Un playmovil...</td></tr>
</tbody></table>
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiTE7MfVTXzJTyWa4k0quPfRF-xxNyIUGmNsiHwA1Gid1qrBc5HtM_jqePOcMISVkCFZReKHRFH1UOeqbBQMwmNjAuoQFgwHklcyBcmHV3r-Q-pfwkF5KZi-C11l1mOEVjJcO3LXfje4z-f/s1600/IMG_3385.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiTE7MfVTXzJTyWa4k0quPfRF-xxNyIUGmNsiHwA1Gid1qrBc5HtM_jqePOcMISVkCFZReKHRFH1UOeqbBQMwmNjAuoQFgwHklcyBcmHV3r-Q-pfwkF5KZi-C11l1mOEVjJcO3LXfje4z-f/s640/IMG_3385.jpg" height="426" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Terminado el primer tramo, sin imaginar lo que aún faltaba...</td></tr>
</tbody></table>
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjO5R0gJ_1zW_auiwz0nHcrOkQgSrPDyZpze6njTDSf4a9q8ASg9dCOpIc5c1k_1maEQsGiqR4SWgJIyOFS0jkiswEQbgInrjCciFKvzgtfPrzWi-po7DIbzyPJGJl9-8grfMGRr4U3bdiO/s1600/IMG_3390.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjO5R0gJ_1zW_auiwz0nHcrOkQgSrPDyZpze6njTDSf4a9q8ASg9dCOpIc5c1k_1maEQsGiqR4SWgJIyOFS0jkiswEQbgInrjCciFKvzgtfPrzWi-po7DIbzyPJGJl9-8grfMGRr4U3bdiO/s640/IMG_3390.jpg" height="640" width="572" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">A punto de comenzar lo peor</td></tr>
</tbody></table>
Lamentablemente era domingo, cuando finalmente llegué a la cima encontré la ventana ocupada por un contingente de turistas hablando como loros. ¿Estoy errado al pensar que en esos lugares uno debe aprovechar la oportunidad que da la falta de necesidad de comportarse como siempre? Siendo un lugar tan lindo para dejarse llevar por las perspectivas de los horizontes y el silencio del viento... Igual la pasé bárbaro, lo disfruté, y logré el cometido: la Ventana iba a ser la siguiente locación fotográfica. Sentados en las rocas a pocos metros de la ventana (ya que la ventana por dentro estaba repleta) comenzó cada cual su tarea. Ella a maquillarse (la idea era que se de un estilo pájaro) y yo a preparar el chacinado y el quesardi. ¡Qué lugar para clavarse esa picada! Después de comer, dijimos: es el momento. Ella se cambió, se puso la peluca y pidiendo permiso (para esta altura por suerte el contingente ya había bajado, quedaban algunas personas pero la situación ya no era caótica) nos metimos en la ventana. Ella se sentó en una pequeña saliente al borde del precipicio, con el viento embolsándose por la grieta empujándola al vacío, y salió la foto (la cual eliminé para no andar publicando fotos de una ex).<br />
Si subir fue difícil, imaginen la bajada. Bajar, cuando es empinado, es siempre más jodido que subir porque hay que ir frenando el propio peso continuamente, y pa pior, con las piernas cansadas. Me llegué a sentir un playmóvil con las rodillas a punto de desarmarse. Ni me quiero imaginar lo que le pasó a una amiga, que me contó que le tocó toda la bajada con lluvia. Llegué a la base con la sensación de tener elásticos en vez de piernas, y sólo una idea entre las cejas: ¡fernet con coca! Si bien no tomo nunca gaseosas, y odio la coca cola por lo que es en sí y por lo que representa, el fernet con coca es mi bebida preferida por lejos, ¡nada está exento de contradicciones en este mundo! Tenía en las alforjas una botellita de fernet, así que al llegar al camping fui derechito a la proveeduría a comprar una coca bien fría. Lo que recibí fue un baldazo de agua fría: no había coca. A pesar de ser un muerto vivo y sentir literalmente que no podía dar un paso más, volví caminando a la base del cerro (distante unos 500m) donde había un kiosquito que vivía de la deshidratación de los turistas, y compré una coca y una botellita de agua congelada para hacer los hielitos (fernet con coca, sin hielo, no). Volví caminando como Michael Jackson en Thriller hasta el camping, me senté en una mesita bajo los pinos, me preparé mi fernet, y el primer sorbo fue un placer indescriptible, incomparable. Me bajé dos vasos y así mareado me derrumbé en la cama a dormir una siestita salvadora.<br />
Desperté al anochecer bastante recuperado, ya era el de antes nuevamente. Tenía hambre, así que me dirigí al quincho donde cociné en compañía de dos parejas más, los únicos de todo el camping. Después de una cena muy amena, salimos con mi compañera a dar una vuelta. La luna estaba alta y luminosa y me llevé la cámara y el trípode. Mi idea era principalmente fotografiar la reja de entrada del camping, la cual había sido forjada por el mismo herrero que forjó la reja del palacio de Buckingham, en Londres. Encargada por Tornquist para que la trajeran en barco hasta el puerto de Quequén, y en carreta con bueyes hasta donde en el presente reposa. Caminamos hasta la entrada y comencé con las tomas. Para nuestra sorpresa, aparecieron los chicos con los cuales habíamos cenado con la pipa de la paz, fue una fiesta. Propuse sacar unas fotos colectivas, así que volví corriendo a la cabaña a buscar el equipo de iluminación, y nos fuimos a caminar por el valle matándonos de risa entre foto y foto, en una noche inolvidable.<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjOKc-yDvZ-L5viyAn8zeQ67Vzqy7BsrMxXX_JU-fScg8rGhSLtektL51DsnGajkzb5eF1Vpo7MXWsjzhbyZg9YVjYehxCiq7OyhpsaysrdKqNc6TU3pU-CZNzkvnk5O0ZO3647vRblKgRr/s1600/IMG_3417.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjOKc-yDvZ-L5viyAn8zeQ67Vzqy7BsrMxXX_JU-fScg8rGhSLtektL51DsnGajkzb5eF1Vpo7MXWsjzhbyZg9YVjYehxCiq7OyhpsaysrdKqNc6TU3pU-CZNzkvnk5O0ZO3647vRblKgRr/s640/IMG_3417.jpg" height="426" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">La reja en cuestión traída desde Inglaterra</td></tr>
</tbody></table>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjA0thriGVzGBdXGWHBDsoP2RFtsZzCUXhQV6UtXF8Cf9t5onZ11VSKsKs9znyiwyfw3vPqiNxsVyEeKeO-cty4epRBLxhmtP49WrUjtY-qt29j9iMCsWRsfAgERDZznr43bFqqi-lE1ZrS/s1600/IMG_3422.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjA0thriGVzGBdXGWHBDsoP2RFtsZzCUXhQV6UtXF8Cf9t5onZ11VSKsKs9znyiwyfw3vPqiNxsVyEeKeO-cty4epRBLxhmtP49WrUjtY-qt29j9iMCsWRsfAgERDZznr43bFqqi-lE1ZrS/s1600/IMG_3422.jpg" height="466" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Haciendo amigos</td></tr>
</tbody></table>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgTtyKeIXn6T_DXyW2F78FafuHnjABZgeJ4GGF8NV4lPb08LfJDSAzzXpiblJ9zfI_vSL2s0H5MJPgPBMvbq0c5dLaKiGyuP-OwuGZPh0PLxWkBNOmouLbJ7fk9tDjgoOdQryuTVYsa_9mo/s1600/IMG_3424.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgTtyKeIXn6T_DXyW2F78FafuHnjABZgeJ4GGF8NV4lPb08LfJDSAzzXpiblJ9zfI_vSL2s0H5MJPgPBMvbq0c5dLaKiGyuP-OwuGZPh0PLxWkBNOmouLbJ7fk9tDjgoOdQryuTVYsa_9mo/s640/IMG_3424.jpg" height="398" width="640" /></a></div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiCOsKUMU98cOksoddnkOIi5d2RRCvaTdc6KWLdhyaAUy9rYmLS8oG80sbw_lzM2MIMlb28keSwpFwRd-6qDl-1ZbU3zUQ5nJ4AD25sXRYd_-M-zWiNn12cUpEzCsYMMFFX6NuxU4MWqr3J/s1600/IMG_3427.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiCOsKUMU98cOksoddnkOIi5d2RRCvaTdc6KWLdhyaAUy9rYmLS8oG80sbw_lzM2MIMlb28keSwpFwRd-6qDl-1ZbU3zUQ5nJ4AD25sXRYd_-M-zWiNn12cUpEzCsYMMFFX6NuxU4MWqr3J/s640/IMG_3427.jpg" height="426" width="640" /></a></div>
<br />
Al día siguiente nos levantamos temprano, amarramos el equipaje como últimamente acostumbrábamos, nos despedimos de los chicos y salimos nuevamente a la ruta dejando nuestras queridas montañas bonaerenses atrás. Nuestro próximo destino: el océano eterno y los médanos infinitos.<br />
<br />
CONTINUARA...Hernan Brusahttp://www.blogger.com/profile/00907133139203446621noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-7372026833175286890.post-30404700639057605872013-10-01T14:12:00.000-07:002014-07-15T13:37:57.949-07:00Provincia de Buenos Aires parte VA esas alturas ya estaba compenetrado en el viaje, esto es algo curioso que acostumbra sucederme cuando ando de caravana. Los primeros días de la travesía llevo dentro de mí parte de mi pasado, de mi lugar de origen, y miro todo desde un punto de vista ligeramente "turístico". Pero cuando me adentro en el camino mi vida rutinaria desaparece detrás del horizonte y cada amanecer es un nuevo nacimiento, en una nueva cuna. Esto comenzó a suceder la primera mañana en Carhué. Mi vida diaria, mi casa, mis cosas, ya no eran parte de mi círculo (imaginario, claro está). Si volvía o no, no importaba. Había comenzado a vivir el viaje con todo mi ser.<br />
Desperté en el departamento percibiendo el peculiar aliento que cada casa en particular exhala, sin parecerse a ninguna otra. Desayuné y salí a caminar rumbo al lago: por fin había llegado el momento de conocer el 2º más salino del mundo.<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgpxNR0Rtb9PoSQV3_kfY-8TvVfb1Re3Y0P-YMg7f-Szs1L9OJnQBL7HUQwtPF6-mSfDEEPP542DqWV9IZ9BMWu4YCAgD-tgxzo-d-lhuii7j3vYoeXrX7A9JdGEyGj0w9G_YgKujGXRQw2/s1600/IMG_3242.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgpxNR0Rtb9PoSQV3_kfY-8TvVfb1Re3Y0P-YMg7f-Szs1L9OJnQBL7HUQwtPF6-mSfDEEPP542DqWV9IZ9BMWu4YCAgD-tgxzo-d-lhuii7j3vYoeXrX7A9JdGEyGj0w9G_YgKujGXRQw2/s640/IMG_3242.jpg" height="428" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Ruinas del antiguo matadero, otra de las maravillas de Salamone</td></tr>
</tbody></table>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<a name='more'></a>La verdad pensé que quedaba más cerca, con el sol del mediodía perpendicular sobre el balero, caminaba saltando de sombra en sombra como por charcos un día de lluvia, hacía un calor bárbaro. A la media hora lo vislumbré, el espejo de agua desde niño deseado aparecía flamante en mi campo de visión. Como frente a toda aparición acuífera en un día caluroso, mis axilas transpiradas sonrieron. Pero eso fue cuando lo tenía lejos, cuando me acerqué la cosa cambió.<br />
Desde el borde del terraplén que rodea al lago Epecuén, la impresión que recibí fue de desolación. El sol freía, los pocos árboles estaban blancos de tan secos, el suelo, totalmente cuarteado, quemaba, y el agua que de lejos parecía diáfana, de cerca se veía oscura y aceitosa. Y el olor. Mucha gente dice que es nauseabundo. A mí no me parecía tal cosa. Nauseabundo es algo en mal estado o expelido del cuerpo humano. El aroma es como el que he sentido en algunos volcanes, sulfuroso es el adjetivo que me sale. Pero no es para hacer un perfume, no. Así y todo, yo quería meter las patas aunque sea. Me acerqué a la orilla, y la tierra cuarteada se fue ablandando hasta convertirse en un barro extraño y "sulfuroso" (por no decir maloliente). Me saqué las zapatillas y seguí avanzando, el agua estaba aún unos 20 metros más adelante. En cada paso sentía como esa masa negra y viscosa se me escurría entre los dedos de los pies. Pero así como otra persona lo sentiría repugnante, yo me decía a mí mismo que eran "masajes sulfurosos" ¡jajajaja! Además, sabía que ese barro era altamente benigno por sus propiedades. Llegué a la orilla cuando el fango ya me llegaba a los tobillos. Avancé hasta que el agua me llegó a las rodillas, donde el fondo ya era más duro y pude lavarme los pies. El agua era pesada, se notaba que no albergaba vida. La probé, saladísima. Chapoteé un rato y volví. Ahí el tema fue que para llegar a terreno seco tuve que hundirme en el barro nuevamente hasta los tobillos, una vez afuera no sabía cómo calzarme las zapatillas, ¡si tenía los pies un desastre! Así caminé hasta encontrar una canilla. Una vez más, salvado por la civilización. De vuelta en el departamento, almorcé y preparé el equipo fotográfico para la nueva locación: el pueblo fantasma.<br />
Villa Lago Epecuén, distante a 7 km de Carhué, fue una floreciente villa turística desde 1920 donde la gente iba las temporadas de verano por las cualidades benéficas de sus aguas. Pero debido al canal Ameghino construido en 1975 para que otros cursos de agua de la región pampeana fluyan hacia el sistema de las encadenadas (según dicen algunos eran tiempos de sequía, lo hicieron para que no se seque el Epecuén, según dicen otros, para que no se inunden los campos de los terratenientes), con las inundaciones del 1985 las barreras de contención cedieron y Villa Lago Epecuén desapareció bajo 4 metros de aguas hipersalinas. Los pobres habitantes tuvieron que abandonar todo de un día para el otro, refugiándose principalmente en Carhué, donde comenzaron de nuevo. Con los años el nivel del agua gradualmente bajó, dejando un paisaje apocalíptico. La extrema salinidad de estas aguas destruyó el pueblo entero, derrumbando casas y derritiendo metales como si fueran manteca. Ese era el lugar que había elegido como tercera locación para mi proyecto fotográfico.<br />
Lupín se ofreció con toda su buena onda a acompañarnos. Tomamos el camino antiguo que actualmente está cerrado para que no puedan pasar los autos, pero como íbamos en moto esquivamos la barrera. Este camino también estuvo inundado, lo cual se puede ver por las hileras de árboles blancos. En ese trayecto pudimos apreciar otra de las fantásticas creaciones de Salamone: el matadero de Carhué, el cual llegó a tener 2 metros de agua en su interior, motivo por el cual no me animé a entrar, ya que está al borde del derrumbe. El paisaje de esa zona es surreal, las raíces secas de los árboles fuera de la tierra parecen esqueletos de aliens en un desierto sin vida. Las fotos:<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiWCsIlgFxrZ10RmMsCkekb1uXdolgVIsiBY6O4qMH-s-r7fpoWyT9OIvehGoZgap8y4PUzvisRRkEfd9kdNURJBrXsLEYy8C4rej1o5TCIuHkjbSJavqdiKje2jPkTV4DyAH5nzwvZvXPg/s1600/IMG_3248.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiWCsIlgFxrZ10RmMsCkekb1uXdolgVIsiBY6O4qMH-s-r7fpoWyT9OIvehGoZgap8y4PUzvisRRkEfd9kdNURJBrXsLEYy8C4rej1o5TCIuHkjbSJavqdiKje2jPkTV4DyAH5nzwvZvXPg/s640/IMG_3248.jpg" height="428" width="640" /></a></div>
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjlWybcqoskIZ-eHUqERBhud5WC2oh3q1tJ8TTKgSKEAJ0GtxBxv6mAMCRFg8gW8qvp2uD6wTDde2JGFegEMkjXhiOssqUVc_4RCuC5Gkq-S6iihuIpb5E_D9ihw_x_gEe0fVCmL2XvIwY4/s1600/IMG_3302.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjlWybcqoskIZ-eHUqERBhud5WC2oh3q1tJ8TTKgSKEAJ0GtxBxv6mAMCRFg8gW8qvp2uD6wTDde2JGFegEMkjXhiOssqUVc_4RCuC5Gkq-S6iihuIpb5E_D9ihw_x_gEe0fVCmL2XvIwY4/s640/IMG_3302.jpg" height="328" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Calle principal</td></tr>
</tbody></table>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEitjaQXwy8kqolXlOns5G_xx56Cmzf3AfXCBVSfKfJ7swKFIVI0Ms7qtdqnfThuAInWphU63SIJL8ZABxhtGRbajlEFDbwD5nttLYddPbC_h59zLvPRjczulpkiuRh9I9gXXLi8ZqOf_NaX/s1600/IMG_3303.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEitjaQXwy8kqolXlOns5G_xx56Cmzf3AfXCBVSfKfJ7swKFIVI0Ms7qtdqnfThuAInWphU63SIJL8ZABxhtGRbajlEFDbwD5nttLYddPbC_h59zLvPRjczulpkiuRh9I9gXXLi8ZqOf_NaX/s640/IMG_3303.jpg" height="428" width="640" /></a></div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhKIuJz6zb-juDgOMcGjinwIgVnIoGi24-J-8AGTCfVKahHDZPMX-JmFjQ6Qai0GSkbnRlulepsAx1JKSRpO2oO63j3fzbhjvPZv09GULkB3Ay6MQHg8qDNdLBcdq6VzVlVnUIj_y5BV82p/s1600/IMG_3281.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhKIuJz6zb-juDgOMcGjinwIgVnIoGi24-J-8AGTCfVKahHDZPMX-JmFjQ6Qai0GSkbnRlulepsAx1JKSRpO2oO63j3fzbhjvPZv09GULkB3Ay6MQHg8qDNdLBcdq6VzVlVnUIj_y5BV82p/s640/IMG_3281.jpg" height="428" width="640" /></a></div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhPBtMvnU8UbHenw1OajZh9y4ZNEQ5xKEPeKGLME6q8QGMJmuFzZTZVmcc86OJDslQWYU9Wm_hjksyljccMKM7N4hkwdwCDkOQEys27rVAWlUfz_lxtTOgy7UE4wGkKjbQ2NumnXQzb_NhZ/s1600/IMG_3291.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhPBtMvnU8UbHenw1OajZh9y4ZNEQ5xKEPeKGLME6q8QGMJmuFzZTZVmcc86OJDslQWYU9Wm_hjksyljccMKM7N4hkwdwCDkOQEys27rVAWlUfz_lxtTOgy7UE4wGkKjbQ2NumnXQzb_NhZ/s640/IMG_3291.jpg" height="428" width="640" /></a></div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhYh-kpRZszN-4OmEMkeGED9twzmjTzwtBFG2Acv3glHB5wPYQ6AkAPJes27YuVauTaUryh8jlh_aUFu3p6tn9owcywqsPwSh-EYeec-0DYOarwCSjZZiRRIFU59G_qHabuE8YYXO7aGpE0/s1600/IMG_3295.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhYh-kpRZszN-4OmEMkeGED9twzmjTzwtBFG2Acv3glHB5wPYQ6AkAPJes27YuVauTaUryh8jlh_aUFu3p6tn9owcywqsPwSh-EYeec-0DYOarwCSjZZiRRIFU59G_qHabuE8YYXO7aGpE0/s640/IMG_3295.jpg" height="428" width="640" /></a></div>
<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
Eso no fue nada comparado a lo que encontré cuando finalmente lleguamos al pueblo. Parecía haber habido un bombardeo. Manzanas enteras demolidas, hierros carcomidos, calles que continuaban bajo el agua, con los postes de luz emergiendo. Lupín que es oriundo de Carhué nos señalaba las esquinas devastadas y nos comentaba: "acá estaba el kiosco, acá el hotel. Esta era la disco a la que venía a bailar, acá pagabas la entrada, esa era una pista y aquella la otra". Mientras hablaba los fantasmas comenzaban a moverse frente a mí, viviendo un día cualquiera del pasado bajo el sol, contrastando con la destrucción que desolaba el presente.<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
Apenas entramos en la Villa, avanzando por su calle principal entre restos de catástrofe, vimos un viejito con tres perros sentado entre las ruinas. Es el habitante que queda en Villa Lago Epecuén. Un hombre de 86 años que después de la inundación no quiso abandonar su pueblo, y que a pesar de que sus hijos lo incitan a que se vaya con ellos a Carhué ofreciéndole una casa allá, decidió quedarse en el pueblo . Ni siquiera acepta festejar sus cumpleaños en la ciudad, lo tienen que ir a vsiitar ahí, su lugar en el mundo (o lo que queda del mismo). Tiene una casilla a unas cuadras de las manzanas demolidas donde pasa la noche, pero durante el día se pasea entre las ruinas, visitando los fantasmas que yo llegué a entrever por el filo del tiempo. De sus labios le oí decir: "Yo a este pueblo lo vi nacer y lo vi morir..."</div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj0zTwnSTjA_0nZ_8XLbEWdujfm6uTkNa70SrPp04pP2Ld7ibtT0EgjQQQ7pLno9k03d_AeN7WfMv8bdTecAJNz1q6kVJ2KO6cFQ1756_eTMBQw5jrq0uRhxj_VThHi83vTpRTK-_HzhG46/s1600/IMG_3320.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj0zTwnSTjA_0nZ_8XLbEWdujfm6uTkNa70SrPp04pP2Ld7ibtT0EgjQQQ7pLno9k03d_AeN7WfMv8bdTecAJNz1q6kVJ2KO6cFQ1756_eTMBQw5jrq0uRhxj_VThHi83vTpRTK-_HzhG46/s640/IMG_3320.jpg" height="426" width="640" /></a></div>
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEizhLcbLVa7keXcx5DO3SXRZDoPKTdLrqGXslMH-0yKs9GxxXF6HxZDDBry0-2aweLsrgbxJSGQFZIbcrxT22cAvq4o570bNllkvwHSwGnS1qlOB-wYLyWVAZtmmYDjPwu1Bg3r_VM8n68Y/s1600/IMG_3322.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEizhLcbLVa7keXcx5DO3SXRZDoPKTdLrqGXslMH-0yKs9GxxXF6HxZDDBry0-2aweLsrgbxJSGQFZIbcrxT22cAvq4o570bNllkvwHSwGnS1qlOB-wYLyWVAZtmmYDjPwu1Bg3r_VM8n68Y/s640/IMG_3322.jpg" height="426" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Otro día más vivido entre las ruinas</td></tr>
</tbody></table>
Luego fuimos a visitar la antigua estación de tren donde funciona un museo con la historia del pueblo, antes y después de la catástrofe. Un pasado en sepia da cuenta de la floreciente vida que tuvo dicha localidad desde sus comienzos, hace casi 100 años. Turistas de toda la zona, principalmente de Buenos Aires, iban a calmar reumas, artrosis, enfermedades de la piel y demás dolencias. Me llamó mucho la atención la foto antigua de un hombre que trabajaba de "embarrador" en la década del ´30. Había sido jugador de fútbol, y luego masajista en distintos clubes. Pero en algún momento se cansó de la ciudad y se fue a vivir a ese pequeño pueblo. En la foto se lo ve alto y fornido frente a su puesto en las orillas del lago, con una camilla y un cartel aclarando su oficio: "Embarrador". Te agarraba, te embarraba bien con ese barro pegajoso y sulfuroso que esa mañana mis pies habían conocido, y te masajeaba, ¡qué miedo!<br />
A la vuelta, nuevamente por el camino antiguo bajo la débil luz del anochecer, los últimos colores del horizonte me tentaron a atraparlos antes de que se escapen. Frené la caravana, desarmé todo el equipo, le pedí a la modelo que se vuelva a cambiar y muerta de frío camine descalza por ese barro imposible y se suba a un árbol muerto, logrando así una de las mejores fotos del viaje, sobre el comienzo de este capítulo. A la vuelta, después de una feliz ducha y de unos fernets con el amigo Lupín, a dormir que al día siguiente salíamos nuevamente a la ruta, esta vez con destino a las montañas más antiguas del planeta.<br />
<br />
CONTINUARA...Hernan Brusahttp://www.blogger.com/profile/00907133139203446621noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7372026833175286890.post-5089251382666428742013-09-23T16:34:00.000-07:002014-06-18T18:28:05.717-07:00Provincia de Buenos Aires parte IVPor tercer día consecutivo, desperté en la bolsa de dormir rodeado de los típicos sonidos de la naturaleza. Motores a explosión, bocinazos y puteadas habían dejado de formar parte de mi entorno natural (por más que en mi casa no los escuche por ser silenciosa, pero sé que ahí afuera, a dos cuadras, están). Abrí la carpa y esta vez los perros estaban ahí, nadie los había echado al amanecer. Todos ellos festejaban el reencuentro, felices de verme, jugando y correteando conmigo, contagiándome la libre despreocupación de no andar imaginando futuros que amenazan ni recordando pasados que reprochan. El camping de Tapalqué, con sus cientos de árboles decorados con los colores del otoño, fue el mejor lugar para desayunar en calma y armonía. Como quien no quería la cosa me preparaba para lo que venía: el día de ruta más largo de todo el viaje.<br />
El destino era Carhué, una pequeña ciudad cerca del límite provincial con La Pampa. No había una ruta de asfalto directa para llegar, por lo que tenía que comenzar alejándome para hacer dos empalmes y ahí sí recién dirigirme hacia allá. En total, iba a recorrer unos 386 km. Con la moto tan sobrecargada de equipaje, más dos personas, y a 80km/h, sabía de antemano que no iba a ser fácil. Lo que no me imaginaba eran los vientos...<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgGPnlnPpORWAjnFR-LLV62VNH1gutZr7TdEdWT39BB2qBmUOcAGwgGXTKzxsX_-NCGMGmdKrep1Q524LoF5g2xpFl64AfOE4eaZyptOD_qyhvWK66xgwj8TQHoo6YYW7y-ckVQVMzxOB4t/s1600/IMG_3364.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgGPnlnPpORWAjnFR-LLV62VNH1gutZr7TdEdWT39BB2qBmUOcAGwgGXTKzxsX_-NCGMGmdKrep1Q524LoF5g2xpFl64AfOE4eaZyptOD_qyhvWK66xgwj8TQHoo6YYW7y-ckVQVMzxOB4t/s640/IMG_3364.jpg" height="490" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Con Lupín, otro motoquero, mi anfitrión en Carhué</td></tr>
</tbody></table>
<a name='more'></a>Desarmé la carpa y amarré todo a la moto bajo la sombra de los árboles. Una vez ya listos, estudié el mapa y arranqué. Llegué a la ruta donde cargué nafta y aire en las gomas, y puse 5ª en dirección contraria a Carhué.<br />
La Morocha venía contenta, dócil. Avanzaba casi a 90km/h, sin esfuerzos y sin vientos. Claro, en realidad venía con viento en popa, por eso la velocidad y docilidad. Pero esos escasos 41 km antes del primer empalme iban a ser los únicos con viento en popa durante todo este viaje por la provincia. Cuando llegué al primer empalme y doblé a la izquierda, la docilidad se fue a la mierda. Un fuerte viento lateral con agresivas ráfagas me desestabilizaba constantemente. Era una ruta vieja y poco transitada, pero rápidamente me acostumbré a los volantazos. Al llegar a Gral Alvear , un pueblo a mitad de camino antes de llegar al siguiente empalme, fui a un supermercado a aprovisionarme para el almuerzo. Este es un pueblo muy tranquilo, ya que ninguna ruta importante pasa por ahí. Para llegar, hay que tomar específicamente esa ruta vieja.<br />
Digamos que es divertido parar en un pequeño pueblo, imaginando que el espectáculo que doy no es lo que se dice algo "normal". Con una moto que parece un tractor de tanto que carga la pobre, ropa de moto, cascos y ese aire a kilómetros que mi cuerpo lleva encima, me siento algo así como una atracción para la gente local, como si acabara de bajar de una nave espacial ¡jajajaja! Compré para hacer unos ricos sánguches de crudo, queso y tomate, y seguí. Por esa ruta antigua y solitaria crucé de pronto un cartel que me llamó tanto la atención que frené y volví para hacerle la foto.<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi-Fkl3mKhaTLA5jED0TUvZYeyxdqGG8MUezIW_pRfbetYrkf1wH2AI9WyD-wuiNTa-cIfVuml0o18rvS5gAeyRNr94qp5G-K4uEjnMYP7PxhkYAbNPzOBno5ksemnca8d7BnoFpNXubltM/s1600/IMG_3241.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi-Fkl3mKhaTLA5jED0TUvZYeyxdqGG8MUezIW_pRfbetYrkf1wH2AI9WyD-wuiNTa-cIfVuml0o18rvS5gAeyRNr94qp5G-K4uEjnMYP7PxhkYAbNPzOBno5ksemnca8d7BnoFpNXubltM/s640/IMG_3241.jpg" height="426" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Un capo</td></tr>
</tbody></table>
Ahora cuando llegué a la ruta 295 que me llevaría a Carhué, o sea cuando recién empecé a dirigirme en la dirección correcta sabiendo que tendría por delante interminables 300 km plagados de camiones picarones, me encontré con lo que no esperaba, a pesar de ser totalmente lógico: al doblar nuevamente a la izquierda, el viento lo iba a tener ahora de frente, ¡híjole! Con el acelerador al taco, o sea literalmente girándolo hasta el tope, no iba a más de 70km/h sintiendo el pobre motor esforzándose por avanzar. Eso fue así todo lo que quedó del viaje, el cual recién empezaba. ¡Qué iba a hacer, me relajé y gocé!<br />
Después de un par de horas salí de la ruta por la cual venía y me dirigí a Bolívar, distante a unos pocos kilómetros. Necesitaba cargar nafta, descansar, y lo más importante, morfar. Sentado en el pasto de una hermosa plaza llena de flores y árboles, disfruté de los chegusanes y de una hora de merecido descanso, sabía que lo peor aún estaba por delante, y que ya no iba a poder parar más si quería llegar todavía de día. Terminado ese delicioso paréntesis, otra vez arriba de la moto y ahí sí, decidido a llegar cueste lo que cueste.<br />
Las horas se me hacían de goma, el culo se me dormía y la espalda se me endurecía, pero trataba de acostumbrarme a estos dolores y tomarlos como propios, para poder seguir adelante sin aflojarle al acelerador que venía siempre al taco desafiando la fuerza de la naturaleza que tiraba pal otro lado. Si bien pensaba hacer una parada, aunque sea de 5 minutos, en Laguna Alsina para sacar una foto y admirar el paisaje, cuando después de varias horas pasé por el lugar tuve que seguir de largo (esta laguna forma parte del sistema de lagunas encadenadas del oeste de la provincia, las cuales desembocan en Lago Epecuén). Aún faltaba mucho y ya había comenzado el atardecer. Hice una breve parada en una estación de servicio cerca de Guaminí, donde cargué nafta y devoré unas galletitas con un juguito, pero principalmente traté de estirar mi cuerpo destrozado, que apenas podía mover. Era como haber envejecido 30 años en apenas unas horas jajajaja. Pero así y todo no dejé pasar más de 15 minutos. Subí a la moto y otra vez a la ruta.<br />
Ahí fue cuando vino lo más complicado. La ruta 33 que va hasta Bahía Blanca estaba llena, pero llena mal, de camiones, y el asfalto tenía huellas profundas. Esa parte fue realmente peligrosa. A pesar del entumecimiento focalizaba toda mi energía en estar concentrado cada segundo, ya que era un pequeño David rodeado de inmensos Goliaths que quizás ni me veían. Y todo con vientos que me sacudían y huellas en el camino que me desestabilizaban. Fue realmente una locura, lo más peligroso que me tocó en cuanto a ruta en moto en mi vida. Y me tocó cuando ya estaba hecho pelota, pero lo pasé. Concentrarme en la responsabilidad de llevar a otra persona conmigo sana y salva a destino me daba las energías necesarias para seguir adelante sin que el cansancio ni las dificultades perturben mis habilidades de manejo en una situación tan adversa como esa.<br />
Sentí un alivio inmenso cuando tomé la desviación a Carhué dejando atrás esa pesadilla. Pero si bien después de todas las horas que ya llevaba encima faltaba poco, me encontré con una nueva dificultad, como para no quedarme sin la frutilla del postre: el sol. Fue realmente un viaje de todo un día, había salido de Tapalqué a la mañana, y el último tramo hacia Carhué, en dirección oeste, lo hice todo con el sol sobre el horizonte, exactamente frente a mí. No sabía cómo poner la cabeza para minimizar el fatal enceguecimiento. Manejaba con el marote de costado intentando hacerme algo de sombra con el casco sobre un ojo, y con ambos ojos entrecerrados, pero igual me estaba matando. No me quedaba otra que acelerar para llegar lo más rápido posible al destino que tenía fijo en mi mente: las termas, el lugar en el que un día entero de tormento físico quedaría atrás.<br />
Llegué a Carhué justo cuando se puso el sol. Por un amigo de un amigo había conseguido alquilar un departamento bastante accesible y cómodo, propiedad de un tal Lupín. Lupín terminó siendo un pingazo, un personaje único que también acostumbra viajar en moto con el que trabé amistad y compartimos momentos inolvidables, picadas y fernets en aquellas extrañas regiones. Llegué por fin al lugar, desensillé como pude, tiré todo el equipaje en el departamento, agarré malla, toalla y volví a subir a la moto rumbo a las termas. Ya era de noche y estaban abiertas una hora más.<br />
Desde que de chiquito lo vi a Jack Palance en "Aunque usted no lo crea" vestido de traje acostarse a leer el diario sobre la superficie del agua del Mar Muerto, que tengo pendiente ese lugar como uno de los destinos a visitar antes de morir. Siendo que sus aguas son las más salinas del mundo, la tensión superficial es tan alta que Jack decía (y demostraba) que uno flota como un corcho. Siempre quise sentir eso, sin sospechar que no necesitaba viajar hasta Israel, es más, ¡ni siquiera tenía que salir de mi provincia! Resulta ser que el Lago Epecuén ocupa el segundo lugar mundial en cuanto a la salinidad de sus aguas, siendo 10 veces más salino que el agua de mar. Esto se produce porque es el destino final de todo el agua de la cuenca de las Encadenadas, un sistema de 6 lagunas y arroyos que desembocan en el Lago Epecuén, localizado en una depresión, que sólo merma su caudal por evaporación, logrando así su excesiva salinidad. Como si esto fuera poco, su alta concentración de sales y minerales aportan infinidad de propiedades curativas para quien en ellas se bañe, esta fue una de las razones que me ayudaron a no desfallecer en la difícil ruta que había vencido: ¡yo quería flotar como Jack Palance!<br />
Apenas llegué a las termas me tomaron la presión y me fui a cambiar. La pileta se veía normal, hasta que me metí. Fue la gloria. Al sumergirme en esas extrañas y tibias aguas mi cuerpo finalmente se relajó. Me pasaba la lengua por los labios y notaba lo muy salada que era. En vano intentaba nadar subacuático, ¡no podía! El agua me empujaba hacia arriba. Sí pude hacer la plancha sin ninguna dificultad, hasta con el cuerpo de una bailarina encima del mío, ¡esa Jack Palance se la perdió! Era una sensación fantástica. Lo que no fue tan fantástico fue meter la cabeza debajo del agua. Al sacarla, algo de agua me entró en los ojos, y ahí sí, ¡mamita! Quemaba, era insoportable. Instintivamente me los refregué, pero fue peor. No me quedó otra que bancármela unos minutos lagrimeando a más no poder hasta que se lavaran. De a poco mis músculos y mi esqueleto fueron recuperando su elasticidad y docilidad. Había un cartel que indicaba no quedarse en las aguas más de 15 minutos. Yo habré estado unos 20, pero no salí por esa advertencia, sino por el ardor que ya sentía en los esfínteres. Una vez seco, advertí que la piel de mi cara era tan suave como cuando era un pibe.<br />
Aproveché la noche para hacer una foto de la municipalidad, obra también del genial Salamone. Volví al departamento a cocinar unos fideos con tuco casero (con tomates de verdulería, no puré de caja) y a dormir como un bebé. Al día siguiente me esperaba el pueblo fantasma...<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhHR3Tu-I6Vx7BvRXppqk7lbzPh5AFGclfBsHqYWSNqqHKitG0V8zkZ-iWe-qV5UQyWc2zMRBuODCvnsUgTi08NEYlT6F0BxTUTzzAV57Fzo3Ca6csUKuya722Ks1iKNbXSh_mJG3DocIm9/s1600/IMG_3354.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhHR3Tu-I6Vx7BvRXppqk7lbzPh5AFGclfBsHqYWSNqqHKitG0V8zkZ-iWe-qV5UQyWc2zMRBuODCvnsUgTi08NEYlT6F0BxTUTzzAV57Fzo3Ca6csUKuya722Ks1iKNbXSh_mJG3DocIm9/s640/IMG_3354.jpg" height="640" width="426" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Otra vez en Ciudad Gótica</td></tr>
</tbody></table>
<br />
CONTINUARA...Hernan Brusahttp://www.blogger.com/profile/00907133139203446621noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7372026833175286890.post-62527037114471429592013-09-09T13:45:00.000-07:002014-06-18T18:23:24.249-07:00Provincia de Buenos Aires parte IIIEsa mañana amanecí con una mezcla de sensaciones. Una lluvia tranquila bañaba Rauch. Dentro de mi bolsa de dormir desperté lentamente y sin abrir los ojos escuchando el ritmo de las gotas sobre el cubretecho, sintiendo la felicidad desbordante de los vegetales que rodeaban la carpa. La paz que esta situación me regaló prolongó durante un rato la quietud del sueño en mi cuerpo y en mi mente, pero otra sensación comenzó a rebotar dentro de mí haciéndome abrir los ojos: llovía y tenía que viajar en moto, estaba hasta las manos. No quería quedarme un día más en Rauch, tenía varios destinos por delante y principalmente me moría de ganas de volver a salir a la ruta. Por suerte paró de llover a la media hora, y hasta salió el sol. Desayuné con optimismo junto al arroyo y desarmé la carpa imaginando los kilómetros que me estaba por morfar.<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi-1gM9Lgp7GZoCYIytO9sxOPzlMzSZi3E-mD3LVHebFJRXtW3Dw1lBRYyakWX5O3S_TvkTdklJgysvMLPe9Bey64rsp1WqCfz7D1KXjMdBmrzaatTCMd_xgUDuBq6tz_EYx9BvzOXt-fgR/s1600/IMG_3238.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi-1gM9Lgp7GZoCYIytO9sxOPzlMzSZi3E-mD3LVHebFJRXtW3Dw1lBRYyakWX5O3S_TvkTdklJgysvMLPe9Bey64rsp1WqCfz7D1KXjMdBmrzaatTCMd_xgUDuBq6tz_EYx9BvzOXt-fgR/s640/IMG_3238.jpg" height="426" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Qué lujo che, solos en el camping de Tapalqué</td></tr>
</tbody></table>
<a name='more'></a>La ruta 60 fue toda para mí. La cinta de asfalto me invitaba a avanzar a través del planeta que se abría majestuosamente delante del manubrio, y la Morocha corría contenta secándose las bujías después de una noche pasada por agua. Ahora cuando llegué al empalme de la ruta 3 todo cambió. Era la prolongación de la misma ruta en la que un micro zarpado casi me había tirado a la mierda dos días atrás. Ya un kilómetro antes de llegar se veía una línea finita con autitos de juguete atravesando los sembradíos infinitos. Los autitos de juguete se fueron agrandando a medida que me fui acercando hasta llegar a ser un enjambre de camiones enojados. El empalme en cuestión era a pocos kilómetros de Azul, no sé si la cercanía de dicha ciudad tendría algo que ver con la furia de esas máquinas, pero no exagero: hasta sucedió que un camión que venía en dirección contraria se mandó a pasar a otro sin importarle la pequeña moto con la pequeña pareja que venían de frente, me tuve que bajar a la banquina para no terminar siendo un panqueque en su radiador.<br />
Al tomar por unos breves 6 kilómetros la ruta 226 sentí nostalgia al imaginar los lugares que quedaban a mis espaldas y que tanto espacio ocupan en mis memorias, en mi cariño. Me refiero a La Brava, Sierra de los Difuntos, Laguna de los Padres y Mar del Plata. La ruta 51 ya fue menos transitada. Llegué a Tapalqué pasado el mediodía.<br />
Tapalqué es un pueblo muy tranquilo, el cual cuenta con semáforo sólo en una esquina. Di varias vueltas hasta dar con el camping, cruzando un arroyo. La verdad que es uno de los campings más lindos que he visitado, aunque no me lo quiero imaginar un fin de semana largo. Muy amplio, muchos árboles, muchas parrillas (¡¡parrillas!!), y un arroyo ancho que en una parte forma un piletón para bañarse. Como siempre, éramos los únicos, no encontramos ni siquiera a un cuidador. Las instalaciones estaban cerradas con llave, las cinco canillas para lavar la ropa abiertas a todo lo que da. Las cerré y di una vuelta caminando buscando a quién pagarle, pero no lo encontré. Vacilé unos minutos decidiendo qué hacer, la costumbre de vivir entre tanta gente lo hace a uno desconfiado, acampar en un lugar abierto y a la vista (porque del otro lado del arroyo estaba el pueblo) sabiendo que me iba a ausentar toda la tarde era atentar contra las vocesitas impuestas por nuestra educación que no paran de advertirnos sobre los posibles peligros que nos rodean.<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEidBN_EbJwYvcvGnyi2fovNqE4ah28Lt304jC0YWhj7vgGs7sAR1tC9Pe4ZDTn3GNybAYL0XZ7b_W4fUHbINpQ7Xj3GJPwgm4BxV-K7UYndr94rGI1pZmq6Snm-EKFq9GHRemT2r1-x1NAd/s1600/IMG_3233.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEidBN_EbJwYvcvGnyi2fovNqE4ah28Lt304jC0YWhj7vgGs7sAR1tC9Pe4ZDTn3GNybAYL0XZ7b_W4fUHbINpQ7Xj3GJPwgm4BxV-K7UYndr94rGI1pZmq6Snm-EKFq9GHRemT2r1-x1NAd/s640/IMG_3233.jpg" height="426" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Camping de Tapalqué</td></tr>
</tbody></table>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgwBfXjvvoLvsxwd7cTCszd6O6oIbeodAiLYofWVqrbnlm7RbRP1NDq4Rc6wI7j8gqHyQqBW_L_AKpX0zII6WuzP8ryjdQh0VJNbvItR4LgkffyBWmR1Ugux_yPilg8OVcII3WEa7BXQFdn/s1600/IMG_3234.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgwBfXjvvoLvsxwd7cTCszd6O6oIbeodAiLYofWVqrbnlm7RbRP1NDq4Rc6wI7j8gqHyQqBW_L_AKpX0zII6WuzP8ryjdQh0VJNbvItR4LgkffyBWmR1Ugux_yPilg8OVcII3WEa7BXQFdn/s640/IMG_3234.jpg" height="426" width="640" /></a></div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjFRNqMf72pge-B6fcCO_SAxZJsDhMd5I-wpppKduFSV50SnjhHgI1zQBYzPEbEUo66VqVbDMf7ZzHOKbMS3cqlgIdHygSzjSk0rGmmtnlOfHfydmEvlNFdaH6Tgzw2sbmAzYjSSJO2_2Yu/s1600/IMG_3237.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjFRNqMf72pge-B6fcCO_SAxZJsDhMd5I-wpppKduFSV50SnjhHgI1zQBYzPEbEUo66VqVbDMf7ZzHOKbMS3cqlgIdHygSzjSk0rGmmtnlOfHfydmEvlNFdaH6Tgzw2sbmAzYjSSJO2_2Yu/s640/IMG_3237.jpg" height="640" width="426" /></a></div>
<br />
Como dije, el lugar era hermoso, lleno de árboles coloreados por las pinceladas del otoño resplandeciendo con el sol del atardecer alrededor de la carpa, que quedó sola cuando partimos en busca de un pequeño puntito en el mapa llamado Campodónico. Ibamos en busca de la Pulpería Don Gervasio, que databa de 1850 y estaba viva desde entonces. Según el mapa, había que hacer 2km por la ruta y tomar un camino de tierra a la derecha unos 25km. Nunca encontré un cartel, tuve que imaginar cuál de las calles de tierra que aparecieron a mi derecha era la que me abriría las puertas del siglo XIX. Por suerte imaginé bien. El camino másomenos, no estaba tan mal pero igual debía manejar con cuidado, mirando el piso para no patinar con pedrergullos o arenales. Avanzaba máximo a 40km/h. No es lo mismo hacer ruta de asfalto que de tierra. La primer diferencia es la velocidad y la comodidad en el manejo. En el asfalto se puede ir mucho más rápido y sin mirar constantemente dónde mete uno la rueda delantera, pero el camino de tierra tiene a su vez un punto a favor: uno está dentro del paisaje que lo rodea, y no encerrado en la burbuja asfáltica. Los campos infinitos bailando con la brisa de la tarde me saludaban de cerca, el aire olía distinto, escuchaba los pájaros.<br />
Se me hizo un poco largo la verdad, no tomé el tiempo pero tardamos en llegar. Cuando según el cuentakilómetros ya estábamos llegando, ¡¡me topé con una tropilla de vacas!! Una cosa es ver las lindas vaquitas del otro lado del alambrado, otra bien distinta es ver unos 50 de estos musculosos rumiantes venir de frente ocupando todo el camino por el que uno piensa avanzar sin la protección de puertas ni ventanas. Me tiré contra el costado del camino bajando la velocidad hasta que finalmente tuve que parar al verme inmerso entre tanto animal suelto, a los que tres jinetes y dos perros trataban de encauzar ya que varios amagaron con recular ante el encuentro con la Morocha. Con un par nos cruzamos miradas de soslayo, tanto en los ojos de ellas como en los míos resaltaba la desconfianza.<br />
Una vez atravesada la cortina de músculos descontrolados, volvió la paz y seguí avanzando. Según el cuentakilómetros y mis cálculos, ya debía estar en Campodónico, pero no había ningún pueblo a la vista. Sólo un casco de estancia y una escuela. Seguí unos kilómetros más pero decidí regresar al ver que no llegaba a ningún lado, el paisaje era el mismo, lo único que variaba era la sensación del tiempo y la cantidad de nafta. Enfrente del casco de estancia nacían dos caminos de tierra natural. Recorrí un par de kilómetros cada uno pero tampoco encontré más que planeta felizmente alfombrado. Para colmo, no había un alma, y llegué a arrepentirme de no preguntarle a los reseros, pero en ese momento no había pensado en la pulpería sino en no terminar abajo de las pezuñas.<br />
Al final resultó que la pulpería estaba en el lugar en el que me había topado con la tropilla de vacas. Claro, bajo la tensión de ese momento no había reparado en que le estaba pasando por al lado. Y Campodónico no era un pueblo como imaginaba, sino apenas un casco de estancia, una escuela, la pulpería y una casa.<br />
La Pulpería Don Gervasio funciona desde 1850. Se mantiene tal como entonces, la misma estructura antigua, barrotes en el mostrador al mejor estilo Molina Campos que protegían al pulpero de algún buscaroña pasado de copas, los estantes llenos de mercadería a la vista como todo almacén de ramos generales, las paredes mostrando con orgullo su longevidad y su historia. Los dos pulperos que la atienden, dos hermanos de unos 70 años, están desde que tienen 15 años. Me imagino al lugar en otros tiempos, perdido en medio de los campos despoblados, pero sobre un camino de carretas que comunicaba algunos de los pocos pueblos de esas lejanas épocas. Lo visitaban gauchos y peones que generalmente intercambiaban materias primas del campo por alcohol y tabaco. Payadas, tragos y juegos de taba se daban cita en aquella sobreviviente isla atemporal.<br />
Llegamos y desensillamos (perdón, nos bajamos de la moto). La puerta estaba abierta, y por el sol de la tarde el interior se veía negro de oscuridad. Nos acercamos, y atravesar el umbral fue un salto al pasado. Rápidamente me acostumbré a la diferencia de luz. Había tanto para ver que los ojos se mareaban. En el ambiente de ese lugar perduraba el aliento de algún gaucho matrero que lo habrá visitado para apurarse una grapa. Los dos pulperos nos miraban con la típica serenidad de la gente sin el cemento pegado a la piel, a las ideas. Los saludé y me acerqué al mostrador para conversar acerca del lugar, su historia, su forma de vivir. Se me ocurrió que sería el mejor lugar para comprar un buen queso. Al consultarle fue cuando el pulpero tuvo una de las mejores ideas que nadie tuvo en todo el universo: sacarnos una mesita afuera, junto a la entrada, con vista al sol poniéndose sobre el mar de los campos, sirviéndonos una picadita con unos gancias. Fue una de las mejores tardes de mi vida. Después del cansancio de todo el día de manejo, de la velocidad, las vibraciones, nafta explotando ininterrumpidamente, autos de frente, vientos de costado, el casco y las gafas presionando mi cráneo, sentarme en aquel lugar tan particular a disfrutar de semejante vista con el queso Gouda más rico y los Gancias más frescos que probé (porque nos terminamos bajando la botella) fue la auténtica felicidad de reencontrarme conmigo mismo en un lugar y en un momento de mi vida.<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjM6gfZvbiVrJatf9PyrlbthoTdeUbvg_ywLsWu93UD9uFuUBXDqoeokzqF8re_ubq_hfFPbAgIXnh8hhvl362XcdAk49O6lDkUuu1fLJ_LvpwRYQodtwsojpM3LCTWZ98z9umLHgRAJM6J/s1600/IMG_3221.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjM6gfZvbiVrJatf9PyrlbthoTdeUbvg_ywLsWu93UD9uFuUBXDqoeokzqF8re_ubq_hfFPbAgIXnh8hhvl362XcdAk49O6lDkUuu1fLJ_LvpwRYQodtwsojpM3LCTWZ98z9umLHgRAJM6J/s640/IMG_3221.jpg" height="426" width="640" /></a></div>
<br />
Después de un buen rato a puro disfrute y placer, llegó una 4x4 de una estancia que hacía turismo rural con algunos norteamericanos. Imagino que es la manera en la que ahora subsiste la pulpería principalmente: del turismo. Se armaron una mesa adentro, se tomaron una cerveza sin parar de hablar en inglés chicloso, y se fueron. Nosotros seguíamos en paz con nuestro Gancia. Ahí fue cuando nos miramos y dijimos: "llegó el momento". No nos teníamos que olvidar que teníamos que hacer las fotos, alguien tenía que ir a hablar con el pulpero, y ese alguien tenía que ser yo. Con el pedo que tenía a esas alturas, me paré y respiré hondo concentrándome en que no me patine la lengua, y entré. Le expliqué que viajábamos con un proyecto fotográfico, que ella era bailarina, que íbamos a hacer una muestra en Buenos Aires y que sería un honor para nosotros hacer una toma en su pulpería. Asintió sin problemas, dejarse sacar fotos es parte de su trabajo. Incluso ofrecieron la casa contigua para que la modelo se cambiara la ropa. Mientras tanto yo fui armando el equipo.<br />
Cuando la bailarina estaba ya preparada y entramos, los dos pulperos se quedaron duros. Supongo habrá sido la primera vez en su vida que ven a una bailarina con tutú. Si bien lo disimulaban bien, se notaba que estaban muy asombrados. Uno de ellos se fue, y el otro se tuvo que quedar. "Corte el queso, por favor", le pedí, y salió la foto. Obviamente, ese gran pedazo de queso lo llevé y me duró casi todo el viaje. Conociendo el estilo tranquilo de vida que se lleva en Campodónico en que casi nunca pasa nada, la tarde de la bailarina y el fotógrafo medio mamados debe de haberles quedado de anécdota para siempre. Fue un momento muy gracioso, tendría que volver a llevarles una copia impresa.<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgcWU0joCncU4ZYU9fGwI6QwPoTZYg-6us1KBh0JJXuFPzlY0do3tIL7kwAbHubq2M2-kyp-IkriDC4YdYXyEpFyI7ZN7pDOJ6iaf6pQGFrnLDRkkQmHrok3MN0L7MECTfxzgtSOXFpZJ2Z/s1600/IMG_3228S.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgcWU0joCncU4ZYU9fGwI6QwPoTZYg-6us1KBh0JJXuFPzlY0do3tIL7kwAbHubq2M2-kyp-IkriDC4YdYXyEpFyI7ZN7pDOJ6iaf6pQGFrnLDRkkQmHrok3MN0L7MECTfxzgtSOXFpZJ2Z/s1600/IMG_3228S.jpg" height="426" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">"Todo por un queso"</td></tr>
</tbody></table>
Una vez terminada la sesión, cambiada ella y amarrado mi equipo nos despedimos y partimos. Los pulperos salieron a la puerta a mirar cómo nos alejábamos, pensando seguramente lo raros que seríamos jajajaja. Me llamó la atención la diferencia entre el regreso comparado con la ida. La ida se me había hecho larga, avanzando a 40km/h, mirando siempre el suelo para evitar resbalones/accidentes. Pero al vuelta la hice a 55-60km/h, mirando el sol ponerse sobre los campos sintiendo una seguridad de manejo notablemente mayor, y llegué a Tapalqué con la sensación de haber manejado 5 minutos, ¿habrá sido el Gancia? Jajaaa.<br />
Entrando al pueblo encaré directo para una carnicería. Era el tercer día de viaje y aún no me había mandado ningún asado, ¡eso no podía ser! Compré un buen vacío, una selección de papas, morrón, cebolla y ajo también para la parrilla (el ajo a la parrilla es el placer de los dioses, los dientes se convierten en bombones que acompañan cada bocado de carne) y un tinto espumante. Llegué al camping de noche, para comprobar que la carpa seguía sola e intacta. Comencé a juntar palitos para el fuego y se acercó un auto. Era el cuidador, un gordo personaje con un pedo bárbaro, con el que charlamos un buen rato, y que al final ni nos cobró. Nos iba a cobrar, pero como éramos los únicos y nos íbamos a la mañana siguiente, dijo "má sí...". El asado salió delicioso, el vinito espumante lo terminamos sentados en las raíces de un árbol que había en una islita del arroyo respirando la quietud de la noche. Como siempre, dormimos custodiados por varios perros alrededor de la carpa que ligaron las sobras de la carne, caricias y festejos.<br />
Sabía que el día siguiente no iba a ser fácil. Iba a ser el viaje de ruta más largo que nunca había hecho, con destino a un pueblo fantasma.<br />
<br />
CONTINUARA...Hernan Brusahttp://www.blogger.com/profile/00907133139203446621noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7372026833175286890.post-21623591495286896952013-08-28T14:06:00.001-07:002014-06-18T18:12:47.757-07:00Provincia de Buenos Aires parte IIAbrí la carpa de cara al energizante frío de la mañana. Finalmente había llegado el día de visitar el misterioso castillo abandonado del cual había leído algunas historias macabras. Para mi sorpresa, los perros que habían pasado la noche custodiando la carpa (lo sé porque los escuché ladrar varias veces impidiendo que nada se acercara) se habían ido. O los habían echado, lo cual veo más probable, el encargado del camping en su recorrida matinal los debe de haber discriminado por ser de otra especie (como si él no estuviera habitado por miles de bichitos que le caminan por todo el cuerpo alimentándose de su piel). Eramos los únicos del lugar, estábamos entre semana y a comienzos de otoño, si bien estaba fresco estaba muy a gusto con nuestra soledad. Colocar mi carpa cerca de otras es como sentarse en la playa rodeado de gente. No tiene absolutamente nada de malo, pero son lugares que elijo para estar tranquilo, y la gente que visita este tipo de lugares en demasiados casos no deja de lado algunas de sus costumbres para adaptarse a la tranquilidad que busca, sino que trae consigo el ritmo de su vida diaria en la ciudad, como ser el ruido (labial, musical o televisivo) y la luz eléctrica. Cuando yo salgo de la ciudad es para encontrar al planeta como realmente es, no en lo que lo vamos transformando. Por eso, difícil que entre a un camping un fin de semana o si hay mucha gente.<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhl2pZ2Oe2rgxw6FgABtI3LYI-nfFSfCzrvKnghbMUR4hGzitkRTGjIFc62EIGLE1JvkxFscP9NFGl036QESV-V8YNsWBHWLhnBeaLypdAijM1sMN6O0HTNNI9lVwV-H6Xb_rGIEgYk0Pyf/s1600/IMG_3035.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhl2pZ2Oe2rgxw6FgABtI3LYI-nfFSfCzrvKnghbMUR4hGzitkRTGjIFc62EIGLE1JvkxFscP9NFGl036QESV-V8YNsWBHWLhnBeaLypdAijM1sMN6O0HTNNI9lVwV-H6Xb_rGIEgYk0Pyf/s640/IMG_3035.jpg" height="426" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Primera imagen del misterioso castillo</td></tr>
</tbody></table>
<a name='more'></a>Desayuné tranquilamente junto al arroyo. Respiraba hondo llevando a mi sangre la pureza que me rodeaba, propia de un día que está comenzando. Después organicé mis cosas, amarré a la moto el equipo fotográfico con todos sus accesorios (en este viaje más que nunca) y el resto de las cosas que no iba a llevar las puse adentro de la carpa. Eso sí, el mate y alguna cosita para picar vinieron conmigo. Como siempre, dejé para lo último estudiar el mapa. Me dirigía a un aislado paraje llamado Egaña, que como tantos lugares de nuestro país cuenta con una estación de tren desde hace mucho tiempo tristemente abandonada. Debía manejar unos 20km en dirección a Tandil, para luego adentrarme por un camino desastroso (que alguna vez fue asfaltado) unos 5 kilómetros más. Antes de comenzar el viaje había indagado bastante por internet buscando indicaciones para encontrar el "Castillo de Egaña", el cual sabía que se hallaba oculto por un bosque perdido en la Pampa. Por suerte en un sitio web una mujer que había dado muchas vueltas para encontrarlo detallaba la manera de llegar usando referencias, sino no lo hubiera encontrado nunca o habría dado incesantes vueltas por los campos, ya que en todo el camino no crucé ni un alma a quien pudiera preguntarle.<br />
Como siempre, tuve mi infaltable "inconveniente". Después de cargar nafta salí a la ruta con las expectativas que este misterioso lugar me generaba, y con la alegría de encarar una nueva sesión de fotos. Después de 20 ventosos kilómetros de ruta encontré un antiguo cartel borroneado que rezaba "Egaña", y me mandé. El camino en cuestión estaba en pésimas condiciones, si bien alguna vez estuvo asfaltado, eso debe de haber sido hace tanto que sólo quedaba en algunos sectores y en forma de pozos. Nuevamente me invadió la sensación de realidad de ser un puntito aventurándose en medio de sembradíos infinitos. El cielo parecía una cordillera de nubes, algunas más altas o más oscuras que las otras. El sol salía y se ocultaba a breves intervalos según el antojo del viento. Estaba fresco. Al rato, cuando deduje por el cuentakilómetros que ya debía estar cerca, un relámpago iluminó mi mente. Fue tan intenso, que la luz debe de haber salido por las orejas (aunque nadie la vio por el casco jaja). No sé porqué en ese preciso momento en que venía manejando distraído mirando el horizonte y no en otro (como ser antes de salir o al llegar al susodicho castillo) caí en la cuenta de que no tenía la cámara. ¡¡¡La cámara!!! ¡Hijoleeeee! Sin dejar espacio ni tiempo a lamentos pegué la vuelta y encaré el regreso hacia Rauch. Los 40 minutos que duró el regreso pensaba cómo había sido posible un olvido semejante, cargar todo menos lo más necesario, lo que me llevaba a encarar este viaje. No pude evitar plantearme que esto quizás significara que no tuviera que ir a ese castillo, por su macabro pasado, por los peligros de derrumbes o por algún loco suelto que ande por ahí.<br />
El Castillo de Egaña fue construido por Eugenio Díaz Vélez, nieto del prócer argentino, entre los años 1918-1930. Cuenta la leyenda que fue abandonado el mismo día de la fiesta de su inauguración. Los invitados esperaron al dueño que venía desde Buenos Aires durante horas, hasta que llegó la noticia que nadie quería escuchar: Eugenio de había matado en el camino. Conmocionados, abandonaron el lugar dejando incluso las mesas servidas. La única hija y heredera cerró las puertas del lugar y nunca más lo pisó, el castillo quedó abandonado por 30 años, tiempo durante el cual fue saqueado. En 1960 fue expropiado por el gobierno y convertido en un reformatorio. A mediados de los ´70 nuevamente la tragedia: uno de los internos asesinó al celador. Los menores fueron reubicados y el castillo quedó, una vez más, olvidado hasta el presente. Ahora está abandonado y al borde del derrumbe, oculto por un monte perdido en la inmensidad de nuestros campos, alejado de todo rastro de civilización.<br />
Pero no me dejé amedrentar por suposiciones, ¡a esta altura de mi vida no voy a ponerme supersticioso! Después de 40 interminables minutos llegué a la carpa con cierto nerviosismo preguntándome si la cámara estaría adentro o la había dejado afuera y me la habían robado. ¡Lo terrible que eso hubiera podido ser! ¡¡Pero estaba!! A pesar del tiempo perdido, no me quedó otra que alegrarme. Para ese día tenía pensado, después de visitar el castillo, hacer fotos en la Casa de la Cultura de Rauch visitada la noche anterior y viajar a Tapalqué, mi próximo destino. Con la demora que tenía encima ya no estaba seguro de poder seguir el plan original. Sin pensar en el futuro, oootra vez volví a salir a la ruta rumbo a Egaña.<br />
El viento fue un compañero inseparable de este viaje por la provincia, más que nunca, y siempre de costado o de frente, nunca de atrás, ¡quévaser! Hubo que gambetearlo hasta el comienzo del camino vecinal, donde tuve que bajar obviamente la velocidad como si anduviera por campos minados. Al llegar después de un rato al mismo lugar en el que había reculado luego del relámpago cerebral sentí que el tiempo volvía a transcurrir nuevamente terminado el desagradable paréntesis, y la sensación de desagrado fue barrida por esa tan intensa provocada por la aventura.<br />
La referencia que buscaba era una casa rosada al lado de un bosque que debería aparecer a mi izquierda. Se hizo rogar al punto en que llegué a preguntarme si no estaba perdido, hasta que apareció. A 1km de donde yo estaba, sobre una lomada, una casa rosa sola en la inmensidad, enfrente de un bosque. Dentro de ese bosque me esperaría, oculto, el castillo. Hacia ahí me dirigí por un camino de tierra natural hasta que encontré los restos de una tranquera rota y abierta de par en par. Entré, y entre los árboles, lo ví. Fue como encontrar un fantasma, algo que no depende del tiempo para existir. No me acerqué, sino que estacioné en el lugar en el que lo vi, a unos 50 metros, y me tomé mi tiempo para bajar de la moto, desenfundar el equipo, ayudar a la modelo a prepararse, y hasta tomar mate cocido con picadita, todo con vista al castillo pero a distancia, con respeto.<br />
Durante nuestro breve almuerzo cayeron unas gotas, el tiempo estaba inestable pero así y todo guarecidos debajo de un árbol terminamos la comida y nos preparamos para la sesión fotográfica. Cuando ya estábamos listos (yo con el equipo encima y ella cambiada/maquillada) caminamos hacia el misterio que nos esperaba desde hacía más de 80 años. Dejé todo mi equipo en una de las entradas (ya que no quedaba claro cuál era su frente) y me interné a recorrerlo. La primera impresión que recibí fue de una absoluta vacuidad. Estaba tan vacío y abandonado desde hacía tanto tiempo que no quedaban ni los fantasmas, como si las paredes hubieran olvidado los sucesos acontecidos dentro de ellas. Los pisos rotos, las ventanas sin marcos, la escalera un peligro, graffitis, salones en ruinas, habitaciones dormidas, cocinas frías, el patio desolado, la naturaleza invadiéndolo en forma de yuyos, enredaderas y mohos. El 1º piso lo mismo, pero el 2º fue distinto. Por un rato busqué por dónde acceder ya que no me resultó fácil encontrar la escalera, pero cuando la encontré pegué un buen salto por el susto. Al pisar el primer escalón explotaron ruidos sobre mi cabeza, eran las cientos de palomas que habitaban el último piso de este castillo, se las escuchaba caminar por el altillo sobre nuestras cabezas y daba un poco de impresión al principio. Difícil era también respirar, caminaba sobre una capa de mierda de paloma de centímetros, que en los rincones llegaba a un metro. Aguantando la respiración salí al balcón. La vista desde ahí era fabulosa, tenía la primera fila en un viaje al pasado. Caminando por el borde llegué a la torre que se veía desde abajo, imaginando las parejas que ahí se habían amado, de las cuales ya no queda ni siquiera el polvo (valga la redundancia). Las fotos:<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEixaZ231D_m_2oVOYkHFKb1q5siwLULEKxJ7iAPaKouxKe294PXiV5-NYdywCiVsnbDyAQNl9GIZFo8pVpcGVoMrh_55cWInnXdYjqFpSKbSKIVZtzcITmR1Y4R1T5yT3YFmc_ha8GqWleP/s1600/IMG_3039.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEixaZ231D_m_2oVOYkHFKb1q5siwLULEKxJ7iAPaKouxKe294PXiV5-NYdywCiVsnbDyAQNl9GIZFo8pVpcGVoMrh_55cWInnXdYjqFpSKbSKIVZtzcITmR1Y4R1T5yT3YFmc_ha8GqWleP/s640/IMG_3039.jpg" height="426" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Uno de sus frentes</td></tr>
</tbody></table>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgZ7Xfq0rXgajgKRhZPcoWjTaY8CQaYudUdkDuCcuyFscXP46ijudjNIRqB4fu_a8RMnv-1kpQ29TkqpbQZmubc2JmZ1l4Jdh_qAeSI2LnXkhK9OZ5WF_1ljedMFSMEIDP4v81FaVHGTkV6/s1600/IMG_3101.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgZ7Xfq0rXgajgKRhZPcoWjTaY8CQaYudUdkDuCcuyFscXP46ijudjNIRqB4fu_a8RMnv-1kpQ29TkqpbQZmubc2JmZ1l4Jdh_qAeSI2LnXkhK9OZ5WF_1ljedMFSMEIDP4v81FaVHGTkV6/s640/IMG_3101.jpg" height="426" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">El patio interno</td></tr>
</tbody></table>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgax3MjGVpFzfGKAOEmNXqDHCXzdP9B-t_BC4k8Z3hG4pC3C_dy3foWkNeOCF2_Uxp4T-N2ksznpf4mtbYoH1vONY-qOdcrPNyYnSRdI9WhalbVKXObeqqebJM9ylEhp7DNAxjfKKjvzLRx/s1600/IMG_3117.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgax3MjGVpFzfGKAOEmNXqDHCXzdP9B-t_BC4k8Z3hG4pC3C_dy3foWkNeOCF2_Uxp4T-N2ksznpf4mtbYoH1vONY-qOdcrPNyYnSRdI9WhalbVKXObeqqebJM9ylEhp7DNAxjfKKjvzLRx/s640/IMG_3117.jpg" height="426" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Acumulación de mierda milenaria, en el 3º piso</td></tr>
</tbody></table>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh9HUKplruKVeB31sFM4yxKMTub2-kBFse-j5GLzF9lvQ5bF552V3eBw0A_694yb2I-QE3p49xxMpKPE4uStgym1HBpVndNpcojFEzDK7gKneF5FmFIYgBSIQ95DlDCnEzyiChJr353g-FK/s1600/IMG_3122.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh9HUKplruKVeB31sFM4yxKMTub2-kBFse-j5GLzF9lvQ5bF552V3eBw0A_694yb2I-QE3p49xxMpKPE4uStgym1HBpVndNpcojFEzDK7gKneF5FmFIYgBSIQ95DlDCnEzyiChJr353g-FK/s640/IMG_3122.jpg" height="426" width="640" /></a></div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiCjmv31wCfS9QIvEEa244tqPxFo06PWE3J4AJjUBCk1LYfA5jWkpuwPS8mCPYhymLXSL0zbA3uczmNpZ-YMbbqUcjyRNCKvRWIvqEsVnS-m3tn8yZOqNXcINZzL59Ff7MjQ2wcdRvbtDIi/s1600/IMG_3131.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiCjmv31wCfS9QIvEEa244tqPxFo06PWE3J4AJjUBCk1LYfA5jWkpuwPS8mCPYhymLXSL0zbA3uczmNpZ-YMbbqUcjyRNCKvRWIvqEsVnS-m3tn8yZOqNXcINZzL59Ff7MjQ2wcdRvbtDIi/s400/IMG_3131.jpg" height="400" width="266" /></a></div>
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhwUsPJv5-MbjyxWAGFm4HMjdUaBOamL909wcswuHKHJMmHz0pjYHKWf2JcZJJhZmTsTOskm85DHu_phGffEXB6bkVdVy_6trV9QL-zj1GnST4dt90Zytq-L3xJR0b-GMrchltr6rE3vpLJ/s1600/IMG_3200.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhwUsPJv5-MbjyxWAGFm4HMjdUaBOamL909wcswuHKHJMmHz0pjYHKWf2JcZJJhZmTsTOskm85DHu_phGffEXB6bkVdVy_6trV9QL-zj1GnST4dt90Zytq-L3xJR0b-GMrchltr6rE3vpLJ/s640/IMG_3200.jpg" height="426" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Fantasma de un logi</td></tr>
</tbody></table>
Terminada la recorrida bajé a buscar el equipo fotográfico y comenzó la sesión. Ahí tuve otro de mis clásicos inconvenientes. El flash acompañado de un paraguas se sostenía con un trípode, al cual estabilizaba apoyándole en sus soportes horizontales unos ladrillos que encontré en una dependencia en ruinas cercana al castillo. Cambiando de lugar el trípode unos 5 metros para lograr una mejor iluminación sobre la modelo en la primera foto, de puro atolondrado, o vago, por no hacer varios viajes hice uno solo con el trípode ya armado y fui sacudiendo los ladrillos para que cayeran al lado, pero el primer ladrillazo fue a parar directo al trípode, el cual cayó al piso y se partió el agarre del receptor inalámbrico del flash. ¡Le pegué un ladrillazo a mi propio equipo! ¿Se dan cuenta del tamaño de mi estupidez? Mi compañera no entendía qué me había pasado. Por el resto del viaje el equipo de iluminación iba a quedar muy débilmente sostenido, rezando que no hayan ráfagas de viento que vuelvan a tirar el flash al piso (que por suerte no se rompió, sino...).<br />
Decidí eliminar todas las fotos de la modelo del blog, ya que como es una ex con la que la cosa terminó tirante, no quiero más bolonqui. Durante la sesión la pobre pasó bastante frío y hasta comenzó a llover. Llovió fuerte unos 15 minutos, durante los cuales no pude evitar imaginar qué haría si seguía lloviendo hasta la noche. A pesar de que me separaban unos 10km de tierra de la ruta y que no había traído los trajes impermeables, bajo ningún motivo iba a permitir que la noche me agarrara en ese extraño lugar, del que leí que se escuchan risas y llantos, no sé qué sería peor...<br />
Una vez que la sesión terminó, volvimos a la Morocha que nos esperaba prudentemente a la distancia y amarramos nuestras cosas. Mientras lo hacíamos comenzó a llover otra vez, y con fuerza. La luz disminuía, y bajo ningún punto de vista iba a volver al castillo a guarecerme, subimos a la moto y partimos. Manejaba con cuidado tratando de que las ruedas no patinaran, con la extraña sensación de sentirme seco y mojado al mismo tiempo. Seco porque por el caso ni mi cabeza ni mi cara ni mi cuello se mojaban, pero mojado porque poco a poco sentía cómo mis piernas y principalmente mi entrepierna se empapaban mientras me abría paso por la persiana de agua que intentaba evitar que abandonara el lugar. Al llegar a la ruta la lluvia paró, y los 20 km que me separaban de Rauch fueron tan, pero tan ventosos, que llegué seco. Eso sí, la bolsa que contenía el tutú se deshizo, así que por el resto del viaje hubo que llevarlo en el regazo dentro de una bolsa de consorcio... Paré en la Casa de la Cultura de Rauch para hacer unas fotos más y volvimos al camping a decidir qué hacer.<br />
El próximo destino era Tapalqué, no estaba tan lejos y las dos horas de luz que aún quedaban alcanzaban justito para llegar (siempre evito hacer ruta de noche en moto), pero el cielo lucía amenazador. Las tormentas sueltas se habían unido hacia el este y si esa masa gris llegaba a dirigirse hacia nosotros, la ruta se iba a poner complicadísima ya que íbamos a tener que avanzar mucho más despacio, totalmente cargados, y nos iba a agarrar la noche. Finalmente decidimos quedarnos en Rauch hasta el día siguiente, y clavarnos una suculenta cena en un parador. Buena elección, ya que llovió casi toda la noche.<br />
Un nuevo viaje al pasado nos esperaba al día siguiente. Este ya no iba a ser hacia los comienzos del siglo XX, sino a mediados del XIX.<br />
<br />
CONTINUARA...Hernan Brusahttp://www.blogger.com/profile/00907133139203446621noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-7372026833175286890.post-72411204708319092212013-08-13T15:11:00.002-07:002014-06-18T18:01:53.996-07:00Provincia de Buenos Aires parte IMás allá de todas las travesías realizadas sobre la Morocha, tengo pendiente aún muchos destinos. Como debe de quedar claro al leer las líneas que conforman este blog, mis ganas de viajar y vivir aventuras son inagotables, por lo que cada vez que consigo días libres para salir a la ruta, la única cuestión es decidir qué rumbo tomar. Para mis últimas vacaciones, de entre todos los recorridos deseados hubo uno que fue respaldado por dos motivos distintos resultando así ser el elegido. Por un lado, siempre tuve curiosidad por recorrer mi provincia, un territorio más grande en algunos casos o casi del mismo tamaño en otros que muchos países europeos. La Pampa Húmeda, tierra de gauchos, pulperías y tolderías en otros tiempos, con mucha más diversidad de paisajes y lugares de interés que lo imaginado, me seducía. Y por otro lado, pese a los viajes que coleccionaron mis pupilas a través del visor del casco a lo largo y ancho de dos años, y pese a la diversidad de rutas mordidas por las ruedas de la Morocha surcando tantos lugares maravillosos y poco conocidos de este país, aún nunca un viaje había comenzado y terminado en el garage de mi casa, ya que al poseer una moto que no desarrolla gran velocidad final y de no disponer nunca de tiempo ilimitado para vivir los caminos que se abrían ante mí, para la ida, la vuelta, o ambas, he llegado a contratar un camión para mandar la moto y tomarme un micro o un avión para llegar rápidamente a destino. Por eso, comenzar y terminar un viaje largo en moto desde y hasta mi casa era una asignatura pendiente, ya que de algún modo sentía que sólo así iba a ser una travesía completa.<br />
Para este viaje planeé también un tour fotográfico con la idea de consolidar un material sobre el que ya venía trabajando: "Paisajes Clásicos de la Argentina", donde una bailarina clásica oficiaba de modelo embelleciendo los lugares a retratar. Por eso es que semanas antes de partir investigué sobre locaciones interesantes donde llevar a cabo dicho proyecto, y recorrí las calles del barrio del Once consiguiendo accesorios para las fotos que ya vivían en estado embrionario en mi imaginación. Hasta mandé hacer un tutú a medida con una vestuarista que trabaja con el Teatro Colón. El viaje pintaba por demás interesante, pero también pesado. Además de todo el equipaje que llevaba siempre (accesorios de moto, de mate, de fotografía, carpa y bolsas de dormir, aislantes, cocina, ollas y vajilla, equipos de lluvia y ropa), tenía que llevar los vestuarios y el equipo de iluminación, todo arriba de la Morocha junto con las dos personas que iban a intentar encontrar un lugar donde sentarse (y una de ellas además conducir).<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhPu2ofVZkZlouwImgJnyT3CF3i-vFH5_2hZjwG8orkC5naJbZOky4jlevOduALSbhYjICeFEsbQFTVB8SHp5P49NRn3kayqVZ4jOMpthJcPHNa3GBrQ_Qtm1UTx8mnWuA4FxdeNprUJyjw/s1600/IMG_3025.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhPu2ofVZkZlouwImgJnyT3CF3i-vFH5_2hZjwG8orkC5naJbZOky4jlevOduALSbhYjICeFEsbQFTVB8SHp5P49NRn3kayqVZ4jOMpthJcPHNa3GBrQ_Qtm1UTx8mnWuA4FxdeNprUJyjw/s640/IMG_3025.jpg" height="426" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">En el garage antes de salir, sin poder creer la cantidad de equipaje que íbamos a llevar. ¿Y nosotros dónde entramos?</td></tr>
</tbody></table>
<br />
<a name='more'></a><br />
El primer inconveniente surgió un día antes del viaje: un ruido extraño y chirriante al superar los 60km/h. Ese día no le hice caso, pero la última noche, al salir del trabajo de madrugada lo sentí durante todo el trayecto hasta mi casa, por lo que muy a mi pesar tuve que aceptar que así no iba a poder viajar. Decidí visitar por la mañana siguiente al mecánico posponiendo un día mi viaje, perdiendo así uno de mis invaluables 15 días, pero ganando la tranquilidad de no matarme en la ruta por un desperfecto mecánico y/o de no manejar apretando el tujes imaginándolo. El 1º día de mis vacaciones, desayuné y me fui a Dos Ruedas a ver qué le pasaba a mi querida Morocha. Resultó ser algo fácil de arreglar, en cuestión de media hora tenía la moto a punto para la travesía que me esperaba, y al comentarle a Pablo (el mecánico) que pensaba salir recién al día siguiente, me dijo: "¡Pero andate ahora!". ¡Grande Pablo! Entre sus palabras de aliento y el sol radiante que me invitaba a disfrutarlo atravesando campos y no asfaltos, arranqué decidido rumbo a mi casa donde rápidamente armé las alforjas y bajé al garage. Cargar semejante cantidad de equipaje en la Morocha no fue tarea fácil, mi pobre acompañante tuvo que llevar, además de la mochila en la espalda, una bolsa en el regazo conteniendo el bendito tutú durante 2600 largos kilómetros...<br />
El segundo inconveniente lo tuve a las pocas cuadras de haber partido desde mi garage hacia el infinito y más allá, antes incluso de subir a la autopista. Transitando la avenida sobre una moto que parecía un tractor de dos ruedas avanzando entre autos estándar que llevaban a gente a trabajar, sentí de pronto algo raro en mi pie derecho, como que se me iba hacia abajo. Resultó que en el primer kilómetro de los 2600 que iba a recorrer perdí el tornillo que ajusta el pedal derecho, así que tooodo el viaje viajé "rengo", con el pie derecho más abajo que el izquierdo y tratando de no perder el pedal que estaba suelto, dándole de taquito cada tanto para meterlo padentro. Eso no me desanimó, sino que subí a la autopista decidido a llegar a Rauch antes de que anochezca, perdiéndome entre esa maraña de coches enloquecidos despidiendo humo tóxico y ruidos que es la General Paz.<br />
Ya en la autopista a Cañuelas sentí ese alivio tan particular que estar rodeado de árboles sabe darme. Con el correr de los kilómetros, tanto alivio y bienestar se tradujeron en una modorra difícil de manejar al manejar. Supongo que el hecho de no haber amanecido mentalizado en que iba a salir a la ruta contribuyó a tal estado, por lo que tuve que parar en una estación de servicio a tomarme un cafesito para poder seguir adelante. Poco después de dicha parada, encontré otro estímulo para estar despierto, ya no tan placentero como el cafesito: el viento. Un fuerte viento se levantó desde mi izquierda con agresivas ráfagas desestabilizadoras. Esto no era en realidad preocupante dada la masa que formaba la Morocha desbordada de equipaje con dos personas encima y además la experiencia acumulada a lo largo de mis viajes, pero cuando un camión pasaba en dirección contraria, ¡mamita! A causa de este fuerte viento que venía de la izquierda, cuando un mionca venía de frente y pasaba al lado mío me pegaba una sacudida tan pero tan violenta que no me quedaba otra que aminorar la marcha, ya que un par de veces sentí estar cerca de perder el control. Fue por esto que tuve otro "inconveniente". En un momento vi venir de frente tres camiones casi pegados uno al otro, por lo que al acercarme solté el acelerador para evitar el cimbronazo. Detrás mío venía un micro de larga distancia, a cuyo chofer parece le molestó tener que aminorar a su vez la marcha para no pasarme por arriba, el muy guacho se me pegó atrás y hacía luces. Cuando los tres camiones pasaron (lo cual no llevó más de algunos segundos), me tiré a la derecha y le hice guiño al micro para que me pasara, y el muy desgraciado en vez de abrirse dejando una distancia prudente entre los dos ya que veníamos a altas velocidades me tiró un fino pero tan fino que tuve que tirarme a la banquina a los volantazos para estabilizarme, ¡pero qué bárbaro che! De ahí en más ya no disfruté del camino, sino que venía bien atento a desacelerar cada vez que un camión venía de frente (venían muchos), y pispeando al mismo tiempo el espejito para que no me vuelvan a tirar a la mierda.<br />
Al desviarme por la ruta 30 después de Las Flores por suerte todo cambió. Al igual que en la Recorrida Navideña, me adentré en un camino muy poco transitado y con escasos rastros de asentamientos humanos, eran los puros campos. Se puso bastante fresco, frené a ponerme el equipo de lluvia arriba de la campera y a tomar unos mates cocidos con chipá para aliviar mi pobre cuerpo entumecido tras horas luchando contra las sacudidas. Ya faltaba poco.<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh_pZ-ujyC_HZdGMzVVO17lhbJib118kZn_LTScd4TLidOmB_XjsP91TWtugFl27jmVyaNpjKdDyM64EeolRpWiVtNw2GM3se6mF-cZ69G8enjVd9mMtOuOnnIETMW81X-YagbU6ljBKdUO/s1600/IMG_3027.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh_pZ-ujyC_HZdGMzVVO17lhbJib118kZn_LTScd4TLidOmB_XjsP91TWtugFl27jmVyaNpjKdDyM64EeolRpWiVtNw2GM3se6mF-cZ69G8enjVd9mMtOuOnnIETMW81X-YagbU6ljBKdUO/s640/IMG_3027.jpg" height="426" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Parada a relajar y morfar después de horas de ruta difícil</td></tr>
</tbody></table>
Llegué a Rauch rayando el atardecer. Encontré el camping y armé la carpa debajo de un eucaliptus gigante. Obviamente, era la única carpa del lugar. Libre al fin de todos los materiales que venía cargando, salí a recorrer el pueblo, caminando por supuesto. Enseguida se hizo de noche, aproveché para comprar provisiones antes de que el supermercado cierre. Me llamó la atención el ancho de las avenidas. Siendo un pueblo de aproximadamente 15 por 15 cuadras, está cruzado en cruz por dos avenidas de un ancho fuera de lo común, propias de una ciudad de cientos de miles de personas. ¿Será que fue diagramada para ser una ciudad y nunca lo fue? Otro atractivo que a mí me interesaba mucho era la municipalidad, obra del genial Salamone.<br />
Francisco Salamone fue un arquitecto-ingeniero que en apenas 4 años (a fines de la década del ´30) construyó más de 60 edificios públicos en la provincia de Buenos Aires, entre municipalidades, cementerios y mataderos. Su estilo monumental fusionaba el Art Decó con el futurismo, logrando unas construcciones típicas de la Ciudad Gótica de Batman. Llama además la atención que las torres que construía eran siempre un par de metros más altas que las de las iglesias de esos pueblos, se decía que era masón y por ende contrario a la iglesia. Por eso, mi primer noche en Rauch, a pesar del cansancio, salí a caminar con la cámara y el trípode en busca de dicha municipalidad.<br />
Como siempre, me hice amigo de un perro que no sólo me acompañó las horas que duró la caminata, sino que hizo guardia en al puerta de la carpa toda la noche. Preguntando me dirigí a la plaza principal donde suponía encontraría el monumento que buscaba, hasta que, al fin, la 1º obra de Salamone explotó frente a mis ojos (ya que durante este viaje iba a ver varias). Era fabulosa, al mirarla con las luces de la noche daba la sensación de estar realmente en Ciudad Gótica.<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgViFLiSteNQloAosUZ_RZc1WMpaJe5Sosfe4HPfjFSIKuxvfUP2y6bS3CvfkrTR5Ix8-4Zbo4I-oYkcKEXX9oRkfPI4-tYKEPZ6zNLNrTdiK0Db7Y5JIWHEqNXhKtl6WtljyjImVncNiov/s1600/IMG_3032.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgViFLiSteNQloAosUZ_RZc1WMpaJe5Sosfe4HPfjFSIKuxvfUP2y6bS3CvfkrTR5Ix8-4Zbo4I-oYkcKEXX9oRkfPI4-tYKEPZ6zNLNrTdiK0Db7Y5JIWHEqNXhKtl6WtljyjImVncNiov/s640/IMG_3032.jpg" height="426" width="640" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiTYB_U4laW5_8nsM29g0Pw5islppxmYAZiVpEo7W5529DX4EZw4lRECrVorNEy0cxgceiNphQbozBV8WwDDDLtW2dq0lB02tLurfrIVb9EjiGsql1cY-GepOvNg_wGRWQrYRz-bhj6IZsK/s1600/IMG_3028.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiTYB_U4laW5_8nsM29g0Pw5islppxmYAZiVpEo7W5529DX4EZw4lRECrVorNEy0cxgceiNphQbozBV8WwDDDLtW2dq0lB02tLurfrIVb9EjiGsql1cY-GepOvNg_wGRWQrYRz-bhj6IZsK/s640/IMG_3028.jpg" height="640" width="425" /></a></div>
<br />
Luego de varias tomas volví al camping a dormir como un bebé, después del día largo que había tenido y del frío que estaba haciendo la carpa era mejor que un hotel 5 estrellas. Al día siguiente tenía previsto visitar la primer locación: el castillo embrujado...<br />
<br />
CONTINUARA...<br />
<br />Hernan Brusahttp://www.blogger.com/profile/00907133139203446621noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-7372026833175286890.post-48417328820634769912013-07-28T13:49:00.004-07:002013-12-09T13:21:19.178-08:00Recorrida Navideña parte IIDespertar junto a las sierras tiene otro color, ya que uno imagina que en algún momento de ese día que comienza estará más cerca del cielo, viendo desde arriba la superficie alfombrada de este hermoso planeta que nos tocó habitar. Además, abrir los ojos al regresar de las comarcas del sueño y descubrirse en un lugar nuevo es muy parecido a lo que deben sentir los reptiles luego de cambiar la piel. Viajar es una renovación constante.<br />
Estaba hospedado en "La Nave de Los Locos", un lugar ameno con gente muy buena onda, que para mi sorpresa tenían juguera. Salí en ayunas a buscar una verdulería a comprar zanahoria, apio, manzana verde, zapallo, etc. Pasé estos vegetales al estado líquido y fueron un baldazo que me despertó por dentro y me llenó de energía, me subí a la moto y salí a pasear. Encaré para el cerro Centinela, elegido al azar en un mapa que me dieron en la oficina de turismo frente a la plaza principal. Buena elección, para llegar tuve que hacer algunos kilómetros de ruta zigzagueante entre las sierras. Dejé la moto y subí. Anduve tirando algunos autorretratos aprovechando el trípode y dejándome fascinar por la perspectiva de las alturas desde las que los campos infinitos me abrían la mente acostumbrada a tanto encierro, y me subí a una aerosilla. ¡Cuánto hacía que no me subía a una! Fue un verdadero placer dejarme llevar colgando en el aire a la altura de las copas de los pinos. Por suerte era el único turista, allá arriba me alejé del pequeño restaurant y encontré primero una cantera y, después, saltando un alambrado que indicaba claramente "Propiedad Privada - No Pasar", un bosque de cuento de hadas en el que me perdí un buen rato. Llegado el mediodía, en una saliente sobre esas rocas antiquísimas almorcé unos sanguchitos con unos mates dulces y bajé, ya que me tenía que encontrar con el Caruso que salía del laburo.<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg4jxt4cvuzcmB_3J3Y1buufO0PtYcnOaIfhZFsXh3bkBmNvwtLQJGtKsfKGsfZ27WnFr1xE9r5NctxVZAlKiFr13WmJJv6JoG8jWxQG9VX9KnM56pzyOpEknGoxPZp9K3RI6Uj4i9nJPJp/s1600/IMG_4545.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="426" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg4jxt4cvuzcmB_3J3Y1buufO0PtYcnOaIfhZFsXh3bkBmNvwtLQJGtKsfKGsfZ27WnFr1xE9r5NctxVZAlKiFr13WmJJv6JoG8jWxQG9VX9KnM56pzyOpEknGoxPZp9K3RI6Uj4i9nJPJp/s640/IMG_4545.JPG" width="640" /></a></td></tr>
</tbody></table>
<br />
<a name='more'></a><br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgw_oacLP5o-krzxkJ4EXBRzITJgLbou1aX_7_jP2Bs-G_Jn1g1M8SDV3-TVqskX6rMtnzTFxRUcVvau1D6r4X9yR742xSGA5iulX4iuDCMstBHoqzTVJUqQNaFtAbRAejrTQ-Q_hVrjrtk/s1600/IMG_4553.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="426" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgw_oacLP5o-krzxkJ4EXBRzITJgLbou1aX_7_jP2Bs-G_Jn1g1M8SDV3-TVqskX6rMtnzTFxRUcVvau1D6r4X9yR742xSGA5iulX4iuDCMstBHoqzTVJUqQNaFtAbRAejrTQ-Q_hVrjrtk/s640/IMG_4553.JPG" width="640" /></a></div>
<br />
Desde las limpias alturas de esas longevas sierras volví al enjambre de las calles de asfalto del centro a recoger al Caruso, que me esperaba con un pedido que no esperaba: parte del regalo de Papanuel que celosamente llevaba a Mar del Plata para festejar con la banda el 24 a la noche (al día siguiente) según nuestra costumbre desde hace cosa de tres lustros. Al principio me puse un poco reticente, pero finalmente accedí, ¡lo bien que hice! Abrimos la secreta bolsa navideña para robar una porción, y encaramos para la Sierra del Tigre. Rodeamos el lago hasta llegar a sus pies, donde un guardaparque nos indicó que sólo se podía subir en auto o a pie, ¡joya! Mientras subíamos, el regalo navideño subía también dentro nuestro, fue una fiesta. Resultó que esta sierra era bien alta y una vez en la cima nos peleábamos por ver quién llegaba a la piedra más alta. Desde allá arriba, las vistas fueron totalmente liberadoras, teníamos el mundo a nuestros pies. Daba la sensación de que nuestra vista abarcaba el planeta entero, como si fuéramos dioses griegos asentados en el Olimpo.<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgK55ET9l2WxEL7__ddD61lkaDYshI96MIt3MS4D_RdtM9BWD-4EKKNHlUDh8DgcFXI7xodobnEML8N_0Rdh_b5Fw8qkmDov0FcWcXrXiTyaovw-uMNG3sBkkMPQ6Y7_1W6vIdqxAFN8auT/s1600/IMG_4562.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="426" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgK55ET9l2WxEL7__ddD61lkaDYshI96MIt3MS4D_RdtM9BWD-4EKKNHlUDh8DgcFXI7xodobnEML8N_0Rdh_b5Fw8qkmDov0FcWcXrXiTyaovw-uMNG3sBkkMPQ6Y7_1W6vIdqxAFN8auT/s640/IMG_4562.JPG" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Saltando a destiempo para la foto</td></tr>
</tbody></table>
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgEL66UMNijbeLtpy0E2SQN8fC3HLsZa-DC9qyiXmnZcdfBf5nGhPgHs2xrKlAY1a0Ws_WULzKjI7zI5bkwaL4PQPI2ujxZCb8RC37L47_FAH8rTWUsYHhDGhoCpTkvwU-3BYsfbzfiYHmL/s1600/IMG_4592.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="426" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgEL66UMNijbeLtpy0E2SQN8fC3HLsZa-DC9qyiXmnZcdfBf5nGhPgHs2xrKlAY1a0Ws_WULzKjI7zI5bkwaL4PQPI2ujxZCb8RC37L47_FAH8rTWUsYHhDGhoCpTkvwU-3BYsfbzfiYHmL/s640/IMG_4592.JPG" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Tandil desde las alturas</td></tr>
</tbody></table>
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhy3sRjFfwK4lBnSea-Q3jE3yt-H6xU_hqHt4ydp-g8tioE466Hiyx0j-KU-G0aFT6JvrTHkuxbeUJO7v0Ye73CZtHLdNyoMcU0P8tNXxADg1FlaHdwue1t4M5_OJ2Op6Je1gyElHccBt6-/s1600/IMG_4606.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhy3sRjFfwK4lBnSea-Q3jE3yt-H6xU_hqHt4ydp-g8tioE466Hiyx0j-KU-G0aFT6JvrTHkuxbeUJO7v0Ye73CZtHLdNyoMcU0P8tNXxADg1FlaHdwue1t4M5_OJ2Op6Je1gyElHccBt6-/s400/IMG_4606.JPG" width="266" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">La belleza de nuestros campos</td></tr>
</tbody></table>
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgOGeTrZ9cdJ8SYc4pwOuyT3TyaAJtdUM1_5JTidragsui-IOmMf8YmgegrOKbgbiHyoNfWb_8QXq4c5zRzmKCdcPJzIpMYA311vGDr-bKLaZgnM-hQCPeAEpCMupfbW_1ZbU7jcMOCmAX_/s1600/IMG_4612.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="356" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgOGeTrZ9cdJ8SYc4pwOuyT3TyaAJtdUM1_5JTidragsui-IOmMf8YmgegrOKbgbiHyoNfWb_8QXq4c5zRzmKCdcPJzIpMYA311vGDr-bKLaZgnM-hQCPeAEpCMupfbW_1ZbU7jcMOCmAX_/s640/IMG_4612.JPG" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Saltando a tiempo para la foto</td></tr>
</tbody></table>
El tiempo no transcurría en esas alturas, estábamos como en un limbo atascado entre la tierra y el cielo, hasta que inesperadamente y como salido de la nada se nos apareció una mula trayéndonos de vuelta a la realidad. Supongo que sobreviviría del mangazo, ya que no aceptaba caricias y al ver que no teníamos nada que ofrecerle desapareció tan misteriosamente como había aparecido. Junto con el sol fuimos bajando y antes de intentar subir a la moto y manejar entramos a ver un pequeño serpentario que hay en la base del cerro. Recuerdo que me llamó mucho la atención la yarará de la cruz, típica víbora venenosa de la región. Me agaché hasta quedar a su nivel y acerqué tanto mi cara a la suya, que tan sólo el fino espesor del vidrio separaba mis curiosos ojos redondos de sus fríos ojos de gato. Estábamos los dos estáticos, el único movimiento perceptible era el de su lengua sacudida fugazmente cada tanto intentando olfatear al monstruo que osaba acercarse al filo mortal de sus colmillos. Creo que me colgué, porque habrán pasado cerca de 10 minutos durante los cuales estuvimos cara a cara, tan sólo a un par de centímetros uno del otro, pero cuando finalmente me paré para irme, me dio una bajada de presión tan fuerte que me tuve que sentar a la salida a tomar aire. Un bicho poderoso parece.<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh79wj8JKRiQPyb45_zL9NyCslb7PJ3p1A7h97TopcjuAkZ0pT93BTz-cMWwaEDJCU5rkn69MXQ0_czKTobnqnYnBFAnOjXfTFh9ENyG9_vXQGjM2faCSiVItXCikLzAm2RmEwoMaSWOGu9/s1600/IMG_4614.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh79wj8JKRiQPyb45_zL9NyCslb7PJ3p1A7h97TopcjuAkZ0pT93BTz-cMWwaEDJCU5rkn69MXQ0_czKTobnqnYnBFAnOjXfTFh9ENyG9_vXQGjM2faCSiVItXCikLzAm2RmEwoMaSWOGu9/s400/IMG_4614.JPG" width="266" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">El Caruso en la 2ª piedra más alta</td></tr>
</tbody></table>
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh_ROObgMqR8VjMQTghDGXnQUP-RnQ8wVp6UZ29BS-1M4cTBStxGd7ii23O3_iFPGF45ga8avjnJ0UtaE0F45hXD6x8tmJFCoBUyXe5saK_nJ2MwxPyf3jIHh0sIJNSN2cXd34mFIydd1X2/s1600/IMG_4623.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="426" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh_ROObgMqR8VjMQTghDGXnQUP-RnQ8wVp6UZ29BS-1M4cTBStxGd7ii23O3_iFPGF45ga8avjnJ0UtaE0F45hXD6x8tmJFCoBUyXe5saK_nJ2MwxPyf3jIHh0sIJNSN2cXd34mFIydd1X2/s640/IMG_4623.JPG" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Haciendo cima</td></tr>
</tbody></table>
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEibE0mki0r_FWwjWFs3pKfv0EXEK5mlBzpJre1Vle22bi6UufAwXe86rr4AEvq7sm7af5htpuTa-LKNSIcadGemJ7kaxYPAc9HAerAhWOqFXGVz-gRljfAV3mlWRhqDlTNrrMrr2xvccqkb/s1600/IMG_4644.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="426" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEibE0mki0r_FWwjWFs3pKfv0EXEK5mlBzpJre1Vle22bi6UufAwXe86rr4AEvq7sm7af5htpuTa-LKNSIcadGemJ7kaxYPAc9HAerAhWOqFXGVz-gRljfAV3mlWRhqDlTNrrMrr2xvccqkb/s640/IMG_4644.JPG" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Coheficientes intelectuales</td></tr>
</tbody></table>
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgqkUaJ9ie_A04zDjOLAzrvJSvZH_MMRNB2pXAlrItdMjrv2CYnU_TlwV1U_BHAlVag5yBL2FITqc9xAtyQGcUP-wrwz9Xk30g5CJWBkkOH65_S9zFp93xcm6n0kMZpeQ2qF2TXZtSxHG82/s1600/IMG_4654.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgqkUaJ9ie_A04zDjOLAzrvJSvZH_MMRNB2pXAlrItdMjrv2CYnU_TlwV1U_BHAlVag5yBL2FITqc9xAtyQGcUP-wrwz9Xk30g5CJWBkkOH65_S9zFp93xcm6n0kMZpeQ2qF2TXZtSxHG82/s400/IMG_4654.JPG" width="266" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">De allá venimos</td></tr>
</tbody></table>
La mañana siguiente, 24 de diciembre, partí triunfal hacia Mar del Plata ansioso por conocer un nuevo tramo de la ruta 226. Desde hace 20 años soy fanático de esa ruta, pero nunca había ido más allá de Balcarce, así que recorrerla desde Tandil hasta Mar del Plata por entre uno de los cordones serranos más antiguos del planeta fue un lujo. Tanto me gustó ese viaje, que para recorrer los 170km que me esperaban ese día me demoré ¡¡más de 5 horas!! Me detuve muchas veces a sacar fotos, y me metí también por unos caminos de tierra para almorzar buscando un punto panorámico que nunca encontré. En el peaje de La Brava me detuvieron. Al gendarme se le metió en la cabeza que tenía que encontrarme algo. Bueno, equivocado no estaba, pero yo con toda naturalidad abrí y desarmé las alforjas para que las pueda inspeccionar, me revisó hasta el bolsillito del estuche de la cámara. Me imagino que buscaba los regalos de Papanuel que llevaba en la mochila destinados a ser abiertos esa misma noche por mis amigos, no por las manos sucias de este gendarme con ganas de arruinarle la Navidad a alguien. Mi mochila tiene 5 bolsillos, el cargamento estaba en el 4º. Cuando me pidió que abriera la mochila, con toda tranquilidad abrí el 1º, el 2º y el 3º bolsillo, los cerré y me quedé mirándolo como esperando que me deje ir. Entonces preguntó:<br />
- ¿Y en el bolsillo que falta?<br />
- No este está vacío - contesté abriendo de par en par el 5º bolsillo con toda naturalidad.<br />
¡¡¡Jaaaa!!! ¡¡Le hice la psicológica y me salió!! ¡Aquel 24 de diciembre sí que hubo un motivo concreto de festejo!<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj_x12VlPnueeDE5V4Vg0TBOAJh5iyB69cCXrJU59W9sdK-0MCSIn8oQcPuJ5-ADBAbFMGOGxBhPNUfzoWXOLl4laP60gQinosVwQqAKs4Qvd9GFmqt1kO6CYMV2qe9G_CNvjOJJVdF77JG/s1600/IMG_4673.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="426" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj_x12VlPnueeDE5V4Vg0TBOAJh5iyB69cCXrJU59W9sdK-0MCSIn8oQcPuJ5-ADBAbFMGOGxBhPNUfzoWXOLl4laP60gQinosVwQqAKs4Qvd9GFmqt1kO6CYMV2qe9G_CNvjOJJVdF77JG/s640/IMG_4673.JPG" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Sierras de Balcarce</td></tr>
</tbody></table>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiOxEVSMAocRVnBe1K8olKsQSok9DTlq0OQoy0lgmI_feXEGrlvW8NrNm-MUf_HqYaqT9ULmGELeiCdfqnbYRuA9LYLHq6DMYjnANbSQ89jKjjz0GJLpCPdxHPAlCAPd1hEDE2zQPPFRfJ1/s1600/IMG_4681.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="426" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiOxEVSMAocRVnBe1K8olKsQSok9DTlq0OQoy0lgmI_feXEGrlvW8NrNm-MUf_HqYaqT9ULmGELeiCdfqnbYRuA9LYLHq6DMYjnANbSQ89jKjjz0GJLpCPdxHPAlCAPd1hEDE2zQPPFRfJ1/s640/IMG_4681.JPG" width="640" /></a></div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjpp7Vek8T9zZ3TC6vvaXEooH9bMZab0VCLLB4iA7qys4vseRze_kPaByUMtQyUNcfws6sm-spElH3jmVIscmmjQxF7ba1q9yp3DI0JNG-qYBvCZ_DZveNDXVYQbJtf3IiBJlmncHj7GAhr/s1600/IMG_4696.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="426" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjpp7Vek8T9zZ3TC6vvaXEooH9bMZab0VCLLB4iA7qys4vseRze_kPaByUMtQyUNcfws6sm-spElH3jmVIscmmjQxF7ba1q9yp3DI0JNG-qYBvCZ_DZveNDXVYQbJtf3IiBJlmncHj7GAhr/s640/IMG_4696.JPG" width="640" /></a></div>
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhoJpv4Aj7-WTgq5-dqVEXxpKZXfU1F5OUMWBmwV7SYwQvoMaZJOm5LRphSSBoT0lh-OEZrjhTFWAtGUn27Lx0ABuE2rec0bYQ7OP33DbFnq6R2Bke2yKCbOZRqqviiGtDnvOKKJQdcAfBV/s1600/IMG_4702.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="338" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhoJpv4Aj7-WTgq5-dqVEXxpKZXfU1F5OUMWBmwV7SYwQvoMaZJOm5LRphSSBoT0lh-OEZrjhTFWAtGUn27Lx0ABuE2rec0bYQ7OP33DbFnq6R2Bke2yKCbOZRqqviiGtDnvOKKJQdcAfBV/s640/IMG_4702.JPG" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Sierra de los Difuntos</td></tr>
</tbody></table>
La última parada la hice pocos kilómetros antes de llegar a Mar del Plata. Al pasar junto a la entrada de Laguna de Los Padres y ver que comenzaba la danza del atardecer, no pude evitar desviarme y llegar con moto y todo hasta los barrancos desde los que tantos atardeceres viví en mi adolescencia. En vez de estacionar al borde del camino manejé por la bajada de pasto ya que no había nadie y anduve por los senderitos de tierra del borde entre las raíces de los árboles como si anduviera en moto cross. Hasta en un momento recuerdo haber sentido un fuerte golpe abajo en el motor. Paré en un punto panorámico donde me quedé admirando al sol ponerse sobre la laguna hasta que anocheció. Aprovechando el trípode tiré varios autorretratos, fue divertidísimo. Cuando se fue la luz, entré finalmente a Mar del Plata donde mi mamá me esperaba con la cena.<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgvidiEeHXfpb7f-0e-uttgnPPC5FQmMqsmq8OtVlH2T8g33XiBoQ9gU-tqFP2lq_MvlQyrm5JvrOeQI9ZuicCf0C_W78NJ4OTEC0KrR_ko8MOE2YtJd8gk4DJrSwueDFQup1MS_T_aSapM/s1600/IMG_4712.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="426" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgvidiEeHXfpb7f-0e-uttgnPPC5FQmMqsmq8OtVlH2T8g33XiBoQ9gU-tqFP2lq_MvlQyrm5JvrOeQI9ZuicCf0C_W78NJ4OTEC0KrR_ko8MOE2YtJd8gk4DJrSwueDFQup1MS_T_aSapM/s640/IMG_4712.JPG" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"></td></tr>
</tbody></table>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj1s7RK32ZS9kNKjpdP-95zRHP4S9_9OxDTGMduaxGyxSywmESfCkxN73vO_GGfuDgNuO9g4q2iDDrncPLdcBtDKOK1FG0LnuWQWu-AFY0Z1FAOxx-ACHvu1bPBS6vmMItmatJHgY6yTeGG/s1600/IMG_4727.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="426" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj1s7RK32ZS9kNKjpdP-95zRHP4S9_9OxDTGMduaxGyxSywmESfCkxN73vO_GGfuDgNuO9g4q2iDDrncPLdcBtDKOK1FG0LnuWQWu-AFY0Z1FAOxx-ACHvu1bPBS6vmMItmatJHgY6yTeGG/s640/IMG_4727.JPG" width="640" /></a></div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg9EoSkXJxPDSt5UuBTBWK6iMZH_djS4DC-5YcINiChFb26z4EBMex8dVBmvxAdo3XXPOOhrcJM4tMlVYz5on1VAgZZfYwz-Mvma1HJ3gV6hAZKHvbcXsxyuCjvS8VZ4m7juEfiC-kDkm_F/s1600/IMG_4721.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="426" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg9EoSkXJxPDSt5UuBTBWK6iMZH_djS4DC-5YcINiChFb26z4EBMex8dVBmvxAdo3XXPOOhrcJM4tMlVYz5on1VAgZZfYwz-Mvma1HJ3gV6hAZKHvbcXsxyuCjvS8VZ4m7juEfiC-kDkm_F/s640/IMG_4721.JPG" width="640" /></a></div>
<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhNqu26gNaLFEeOstsF2ViQufQeuAZBpdNy3ynvhGw3y98EIkRL31sUaWBrzN4tZ31pVkuVgs0QWm8OJuCSnJGc417gIgNBO10akskD2VQ_L0gDw6P00RIPgkVAf5UNWDWEQLlCVesUtUYe/s1600/IMG_4733.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="426" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhNqu26gNaLFEeOstsF2ViQufQeuAZBpdNy3ynvhGw3y98EIkRL31sUaWBrzN4tZ31pVkuVgs0QWm8OJuCSnJGc417gIgNBO10akskD2VQ_L0gDw6P00RIPgkVAf5UNWDWEQLlCVesUtUYe/s640/IMG_4733.JPG" width="640" /></a></div>
<br />
Esa noche finalmente nadie salió. Al igual que yo, mis amigos estaban todos cansados, así que lo dejamos para el día siguiente. Ese 25 de diciembre nos reunimos temprano y partimos hacia una playa de Chapadmalal, el reencuentro con la banda sobre la arena fue una verdadera fiesta. Teníamos una heladerita con hielo y fernet, y todos los menesteres. Jugamos toda la tarde como en otras épocas, todo era motivo de brindis juaaaa.<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhK6uKheXfcWSJKMY3C3u8NsrJRlEHbpoPLqHJukeHT_L-PZVO3KdYXd8kGwdpCQYmF3QrCtIuRm5yxvOyKewaq-3LThk2xGkZEQGoXCucEuliTpWLIZqRsdbpPBjKeL1xYpPc9PjATP_0K/s1600/IMG_4742.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="426" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhK6uKheXfcWSJKMY3C3u8NsrJRlEHbpoPLqHJukeHT_L-PZVO3KdYXd8kGwdpCQYmF3QrCtIuRm5yxvOyKewaq-3LThk2xGkZEQGoXCucEuliTpWLIZqRsdbpPBjKeL1xYpPc9PjATP_0K/s640/IMG_4742.JPG" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Dos héroes del whisky más en la caja de un camión</td></tr>
</tbody></table>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg9EaVxppmrqJGZV1YSNfh1d3vnyMhwfGE6usnCJTTHaAvWRun1v-8vz9wi1035eEJkhh1JlVm3f9PUUi1ctEeiHAgjyKeCoXJsgs9NAv9sAJns8fSr6ZnIJGyGCpAWyWN2KHjriYG81KRe/s1600/IMG_4753.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="302" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg9EaVxppmrqJGZV1YSNfh1d3vnyMhwfGE6usnCJTTHaAvWRun1v-8vz9wi1035eEJkhh1JlVm3f9PUUi1ctEeiHAgjyKeCoXJsgs9NAv9sAJns8fSr6ZnIJGyGCpAWyWN2KHjriYG81KRe/s640/IMG_4753.JPG" width="640" /></a></div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjU75yuop6FuDcmAVwjKjJx9Wr1jL1YXXw-JvBb3J5epXu607Iqj47M2F_X5qQYWN2r5_RsTst5IOBUo4w3gfoPs4CIjTmVDg058ouq38w8sEGiyA2U6uJH_yn2Anw3GpsRWv3lMb_xfSHQ/s1600/IMG_4811.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="426" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjU75yuop6FuDcmAVwjKjJx9Wr1jL1YXXw-JvBb3J5epXu607Iqj47M2F_X5qQYWN2r5_RsTst5IOBUo4w3gfoPs4CIjTmVDg058ouq38w8sEGiyA2U6uJH_yn2Anw3GpsRWv3lMb_xfSHQ/s640/IMG_4811.JPG" width="640" /></a></div>
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEga2DxWQcCMpHdXuJh3ii9WCrKbSFHZHPT8iScWogVeTqppmSO3L1ThImih6-zK1T-uUbRkqs4CmxwkCAul9wH5s4lHMcb0VojDuCTu_-5DygZkXuHfvzIS_wox9aMSvLWoD7h6pJAHC_cN/s1600/IMG_4835.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="420" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEga2DxWQcCMpHdXuJh3ii9WCrKbSFHZHPT8iScWogVeTqppmSO3L1ThImih6-zK1T-uUbRkqs4CmxwkCAul9wH5s4lHMcb0VojDuCTu_-5DygZkXuHfvzIS_wox9aMSvLWoD7h6pJAHC_cN/s640/IMG_4835.JPG" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Buscando captar el alma de las olas</td></tr>
</tbody></table>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgpzSNltLpsNxsWcCaQ-iKpVT9bRcoG4wJM2EVI5OqkNCSWwxu3bcSmQ7Zb09-TzbGF6yjQBY9ozV_AlU5Rr5bh1Dd2SdfPti7Xyis0d9TTMeLT8L3gN0NOapWhjTi8exm5Wv5WvBZQJTQC/s1600/IMG_4848.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="425" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgpzSNltLpsNxsWcCaQ-iKpVT9bRcoG4wJM2EVI5OqkNCSWwxu3bcSmQ7Zb09-TzbGF6yjQBY9ozV_AlU5Rr5bh1Dd2SdfPti7Xyis0d9TTMeLT8L3gN0NOapWhjTi8exm5Wv5WvBZQJTQC/s640/IMG_4848.JPG" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Alegrías Navideñas</td></tr>
</tbody></table>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjwL3WuHaAPvqu_a2sYXJNZI2f7hZmzMZRl8pzqVjp_k1IGkuH11Gnv_QokhwfWhja-ZCzTiowdy6ofC3jTICRgniTOY9LaNimW-7UDyFp0_uY5MjcIvjKnWOzbUAwGRlf5tfWdkFQk-4hH/s1600/IMG_4852.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjwL3WuHaAPvqu_a2sYXJNZI2f7hZmzMZRl8pzqVjp_k1IGkuH11Gnv_QokhwfWhja-ZCzTiowdy6ofC3jTICRgniTOY9LaNimW-7UDyFp0_uY5MjcIvjKnWOzbUAwGRlf5tfWdkFQk-4hH/s400/IMG_4852.JPG" width="266" /></a></div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg1A1GTVhdNKFrQOXreUDi3FLpAr8DiEYlSPtf2MmOVyeJrFjHHodprs4X2yZCP4PuED3oq3_UbqlZwBjKJTfJB12XF-xt0krQuXJKq-OEzzsR2s7zGoVLxldtLWc3soxoixF3doj_f-3PO/s1600/IMG_4854.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="426" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg1A1GTVhdNKFrQOXreUDi3FLpAr8DiEYlSPtf2MmOVyeJrFjHHodprs4X2yZCP4PuED3oq3_UbqlZwBjKJTfJB12XF-xt0krQuXJKq-OEzzsR2s7zGoVLxldtLWc3soxoixF3doj_f-3PO/s640/IMG_4854.JPG" width="640" /></a></div>
<br />
Al día siguiente me levanté temprano y salí con la Moto rumbo a Miramar, más precisamente al vivero, que queda pasando dicha ciudad. Si uno toma la ruta a Mar del Sur, va a encontrar el "Bosque Energético". Este es un bosque muy particular, ya que las altas concentraciones de ferrita de su suelo lo hacen único. Las cortezas de los árboles son distintas, no hay ni un solo pasto, no hay pájaros, las brújulas no funcionan, y si se pone un palito en equilibrio sobre otro, de a poco comenzará a girar. Lamentablemente este bosque ya no es el que era cuando yo lo visitaba en otros tiempos. Recuerdo que en una ocasión harán unos 13 años lo visité de noche con mi gran amigo el Javi. Hicimos un asado a su vera y nos quedamos dormidos en el pasto. Al mirar hacia el bosque que comenzaba a unos pocos metros de donde estábamos no veíamos sino una cortina negra, la cual no nos animamos a atravesar. El Chao, el perro que vino con nosotros, en varias ocasiones ladró furiosamente en dirección a la negrura. Por la mañana desayunamos los restos de carne que quedaban en la parrillita portátil y caminamos en dirección al mar que está a menos de 1km. Entre la bruma del amanecer descubrimos dos jinetes y sus caballos corriendo por las orillas de aquella playa interminable. Uno de ellos se bajó del caballo y le fue dando soga, el caballo refeliz se metió en el mar unos 20 metros lo máximo que pudo hasta donde le dio la soga, ¡no sabía que a los caballos les gustaba nadar entre las olas!<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgzr2aVa4u7aPOGIQ-YoEBbdfSFtaHMIa4Gt-aaQx9oOlmrQudqgzOim73FPbG_fmbT8aymZH2DcaR-5wI0ihhYF95RO-PysZz7U6g-VQWevZCVK0RCUag6KDj68hHdX2vqId_mhhWhjU1N/s1600/javi+001.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="432" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgzr2aVa4u7aPOGIQ-YoEBbdfSFtaHMIa4Gt-aaQx9oOlmrQudqgzOim73FPbG_fmbT8aymZH2DcaR-5wI0ihhYF95RO-PysZz7U6g-VQWevZCVK0RCUag6KDj68hHdX2vqId_mhhWhjU1N/s640/javi+001.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">En busca del mar con las primeras luces del día</td></tr>
</tbody></table>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEivDWNV10BiNniOGZTZdI7IGLiVQAYw8tpvu0qFomErcQFccraWkTosr9sKl0C0pyt129yRChijO-RAqY6fIzKB9HMBicF02Iy6q_VZgyaD9oaSTdPyXwDs9Q3_fMhPbWf5TBtpfNCYZmUW/s1600/javi+002.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="434" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEivDWNV10BiNniOGZTZdI7IGLiVQAYw8tpvu0qFomErcQFccraWkTosr9sKl0C0pyt129yRChijO-RAqY6fIzKB9HMBicF02Iy6q_VZgyaD9oaSTdPyXwDs9Q3_fMhPbWf5TBtpfNCYZmUW/s640/javi+002.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Amanecer irrepetible</td></tr>
</tbody></table>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjBdCsfUjIu7UM2jMNfxTdIr9Vv4H2Hjgo1XfWPhut-VREGweioPaWCd5RG9uWAvEacNHHq99CS5RkfiiQ7zYZuknzFUxWXTIHIKRBlTziapBDIKvrGBX3nReVmiAd34-QhMky9Ey-LBQYT/s1600/javi+003.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="432" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjBdCsfUjIu7UM2jMNfxTdIr9Vv4H2Hjgo1XfWPhut-VREGweioPaWCd5RG9uWAvEacNHHq99CS5RkfiiQ7zYZuknzFUxWXTIHIKRBlTziapBDIKvrGBX3nReVmiAd34-QhMky9Ey-LBQYT/s640/javi+003.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Perdidos en las arenas de los tiempos</td></tr>
</tbody></table>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjK6pnOEuo0MlHbSn-yzdu_EZe5khhkFppsMJz14vr_pSG8u0nSDy_V40TQaYvUfp3ZvJVrH2p01WUabKOR4dKVZt6b_S53Bhucti__U4VaHLgyor8hoZbB8c57g_XEunsRNAv9KRDMnh9r/s1600/JAVII.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="430" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjK6pnOEuo0MlHbSn-yzdu_EZe5khhkFppsMJz14vr_pSG8u0nSDy_V40TQaYvUfp3ZvJVrH2p01WUabKOR4dKVZt6b_S53Bhucti__U4VaHLgyor8hoZbB8c57g_XEunsRNAv9KRDMnh9r/s640/JAVII.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Atardecer en Acantilados</td></tr>
</tbody></table>
Ahora, el bosque fue invadido por el turismo. En la entrada hay una feria de venta de artesanías y demás, durante la tarde llegan micros llenos de turistas, se observa basura aquí y allá. Tampoco se pueden hacer más asados jajaja ¡qué peligro! Di unas vueltas recordando épocas pasadas y caminé en dirección al mar. El sol estaba fuertísimo, no pude estar mucho tiempo en la playa, ¡parecía el Caribe! Me eché una siesta bajo los árboles y recién más tarde fue posible meterme al mar. No éramos más de tres personas sobre la arena que abarcaba mi visión, el Vivero de Miramar tiene unas playas espectaculares. Ya con el atardecer emprendí el regreso por la fabulosa ruta 11 bordeando los Acantilados hacia la casa de alguno de los pibes para el asado de despedida, y al día siguiente bien temprano encaré para la estación de trenes. Subí la moto al furgón rumbo a Buenos Aires y me subí al vagón.<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEireCkQBrJehPSC2VFegkzpU3uQnhG4-MMLAMGJtzjObwspDUZoug1I14nG0xFI8CfNahAbgV_RqyNMBWpnA9UBo9r5D8FV1nY3C4SNIYy4n91QooZC4QWJlIck370cD9y0qeQgS6FqJmA-/s1600/IMG_4855.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="426" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEireCkQBrJehPSC2VFegkzpU3uQnhG4-MMLAMGJtzjObwspDUZoug1I14nG0xFI8CfNahAbgV_RqyNMBWpnA9UBo9r5D8FV1nY3C4SNIYy4n91QooZC4QWJlIck370cD9y0qeQgS6FqJmA-/s640/IMG_4855.JPG" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Bosque energético</td></tr>
</tbody></table>
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjO7BdsMBgjHymIJUDxsvpw10e6atCgvhuWu5iOsps3DYFN67qrl_8a1Vi1hMYv4ciz8xIWptQOVCW3u0MrC1vAy8BZ9rIu5oNwbSUzL3AIKc8QTvAA_5HHYekQk1p4iteN5Cr4Bs2TymK9/s1600/IMG_4860.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="426" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjO7BdsMBgjHymIJUDxsvpw10e6atCgvhuWu5iOsps3DYFN67qrl_8a1Vi1hMYv4ciz8xIWptQOVCW3u0MrC1vAy8BZ9rIu5oNwbSUzL3AIKc8QTvAA_5HHYekQk1p4iteN5Cr4Bs2TymK9/s640/IMG_4860.JPG" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Mar a la vista</td></tr>
</tbody></table>
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjAINAp_68arZMFGKSJBOtbZHFcGtHH0ipgQS-vz4raQVT8IJ2n2jKj2OqO4A96gYT4SQmWafKFFuMW6o9toqusV_QtgOw9oOj9qJXkHF7j4LqLH2lsH6nWk9pR7c7bhJg2EWtG15pxwUwO/s1600/IMG_4863.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="426" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjAINAp_68arZMFGKSJBOtbZHFcGtHH0ipgQS-vz4raQVT8IJ2n2jKj2OqO4A96gYT4SQmWafKFFuMW6o9toqusV_QtgOw9oOj9qJXkHF7j4LqLH2lsH6nWk9pR7c7bhJg2EWtG15pxwUwO/s640/IMG_4863.JPG" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Verano Azul</td></tr>
</tbody></table>
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhUr39kSYTJTNMmyjOFG9_mKHvsV23M23BkI5y2i_e_aYZcZQtyDMOHXVQlQPCjTv5ksPbRtEIgSRCK1s8vYCOqgyd-TVrW1wPdf7vzhybCm1LgNSSRghCWTG5jqas_RjWWbZOIh5KELLoq/s1600/IMG_4871.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhUr39kSYTJTNMmyjOFG9_mKHvsV23M23BkI5y2i_e_aYZcZQtyDMOHXVQlQPCjTv5ksPbRtEIgSRCK1s8vYCOqgyd-TVrW1wPdf7vzhybCm1LgNSSRghCWTG5jqas_RjWWbZOIh5KELLoq/s400/IMG_4871.JPG" width="266" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Autorretrato a la sombra</td></tr>
</tbody></table>
Esta vez no se rompió la locomotora. Eso es algo que siempre escuché que le pasó a varios, hasta que un día tocó que me pasara a mí, harán unos 4 años. Yendo desde Buenos Aires a Mar del Plata, la formación se detuvo atravesando un pueblo, con mi ventanilla exactamente en medio de una calle. Era un hermoso día de sol y al rato de estar ahí sentado me empezó a agarrar claustrofobia. Averigüé que se había roto la locomotora y demorarían unas 4 horas en traer otra desde Mar del Plata, así que agarré el bolso y me fui. Con tres más tomamos un remís hasta la estación de micros, donde me subí a uno hacia Dolores. En la terminal de Dolores saqué un pasaje hacia Mar del Plata para dos horas después. Esas dos horas me fui a almorzar al patio de un lugar que daba al campo. Me senté en una mesa debajo de un árbol en flor, fue un almuerzo exquisito. Como no todo puede ser perfecto, fue ahí donde caí en la cuenta de que el trípode me lo había olvidado en el tren.<br />
Cuando el micro finalmente me depositó en la terminal de micros de Mar del Plata, me tomé un bondi hasta la terminal de trenes (en esa ápoca estaban separadas). Ahí fui a la ventanilla con el pasaje del tren y me devolvieron la plata, después me senté en el anden vacío a esperar el reencuentro con mi querido trípode. Me llamó la atención que el tren llegó en menos de 10 minutos, casi al mismo tiempo que yo. Vi bajar a la gente de mal humor por las pegajosas horas de demora que habían soportado por aferrarse a sus pasajes, ¡si se hubieran venido a almorzar a ese patio conmigo! Subí al tren con esperanza y ahí estaba, el trípode que me había regalado el Caruso y que tanta caravana tenía encima.<br />
Esta vez no se rompió la locomotora, pero sí llegamos con bastante retraso y yo tenía que laburar, ya estaba llegando con lo justo y todavía tenía que esperar que bajen absolutamente todos para que el maquinista lleve el furgón al galpón y retirar la moto por allá, mínimo iba a tardar dos horas más. Agarré alforjas, cascos y mochila y caminé por el andén hasta el furgón. Le supliqué al furgonero que me dejara sacar la moto ahí, y accedió. Con ayuda de un vago que enganché desprevenido la bajamos entre los tres en el aire. Estaba con una roña de una espesura asombrosa, así como estaba le amarré todo, la saqué caminando de la estación y rajé para el laburo.<br />
Y así fue como un viaje de 6 días salió tan redondo, disrfuté tanto de cada día, que parecieron unas vacaciones de 15. Por eso es que es más importante saber aprovechar el tiempo que perderlo organizándolo.<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhZ0OtbOmLKslVNwJNgtPdSh3AVUyceyT2EZ2OJFEWAO195kins78e8gETAacgWjWmXlQ-z6we0NS3mI08YuphOx1hQVRUin0JsZ6G7aG1_C8rlAerm5j6374NkI46NEg9-lRP9ooNEBYhy/s1600/IMG_4898.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="426" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhZ0OtbOmLKslVNwJNgtPdSh3AVUyceyT2EZ2OJFEWAO195kins78e8gETAacgWjWmXlQ-z6we0NS3mI08YuphOx1hQVRUin0JsZ6G7aG1_C8rlAerm5j6374NkI46NEg9-lRP9ooNEBYhy/s640/IMG_4898.JPG" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Mi querida ruta 11</td></tr>
</tbody></table>
<br />Hernan Brusahttp://www.blogger.com/profile/00907133139203446621noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7372026833175286890.post-18843862252674765502013-07-21T18:04:00.001-07:002013-12-09T13:21:29.859-08:00Recorrida Navideña parte IAsí como en la última saga demostré que con sólo 9 días es posible mandarse una travesía del carajo, en esta ocasión voy a explayarme sobre un viaje de tan sólo 6 días conseguidos gracias a Papanuel, pero que me salió tan redondo que parecieron como 15. Mi idea era ir primero a Tandil (siempre quise conocer dicha localidad y sus sierras) para luego tomar la fabulosa ruta 226 para llegar a Mar del Plata a festejar con familia y amigos una fecha de dudosa procedencia: la Navidad.<br />
El día anterior al viaje los pronósticos no eran alentadores, las altas probabilidades de lluvia formularon ciertos signos interrogatorios en alguna parte oscura de mi cuerpo intentando opacar mi optimismo. Para colmo, por la mañana me quedé dormido. Entre que desayuné, armé las alforjas y vacilé mirando el cielo, salí a eso del mediodía. En esa época vivía con mi querida abuela, quien antes de salir me miró fijo con una leve sonrisa, y asintiendo con la cabeza, me dijo: "La verdad Hernanio, estás loco". Paré en la estación de servicio cerca de casa y mientras hacía la cola para cargar nafta escruté el cielo intentando convencerme de que esos oscuros nubarrones no terminarían uniéndose, sino que el azul les ganaría. Como para darme más seguridad intenté apoyarme en la opinión ajena, así que al playero que le llenaba la panza a la Morocha le pregunté si iba a llover. Desgraciadamente, su respuesta fue ambigua y para nada tranquilizadora. Me subí a la moto y arranqué, pero paré en la siguiente estación unas cuadras más adelante. Me sentía cansado por la caravana tanguera de las noches anteriores, así que me compré una bebida hidratante y me la bajé parado al lado de la moto con todo el equipaje amarrado, desentonando con tres chicas en minifalda que bajaron de un auto brillante al lado mío. Terminado mi refrigerio, arranqué la moto con decisión y subí a la autopista.<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjzsKvKeVGnTWwh2hgXi8tzK8LLdcVu_w9hdOQbxRgXo2TpCjGhLzzxUPZjc4QzsSe_NSgqx0dmOVgHg65Wg7kBqnWp4Cahz1BDnlhKvC9Sb2Mm8rxj2dYXafTSRvuIkDNzHAui1GqPvq9s/s1600/IMG_4531.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="426" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjzsKvKeVGnTWwh2hgXi8tzK8LLdcVu_w9hdOQbxRgXo2TpCjGhLzzxUPZjc4QzsSe_NSgqx0dmOVgHg65Wg7kBqnWp4Cahz1BDnlhKvC9Sb2Mm8rxj2dYXafTSRvuIkDNzHAui1GqPvq9s/s640/IMG_4531.JPG" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Recién llegadito a Tandil, parada a matear y descontracturar junto al lago</td></tr>
</tbody></table>
<br />
<a name='more'></a><br />
Allá por la autopista a Cañuelas las nubes negras se cerraban delante mío amenazadoramente, pero yo las encaraba desafiante y con la mirada fija como toro al torero. En Cañuelas tomé la desviación hacia la ruta 3, la cual no era otra cosa que una calle de tierra llena de pozos atestada de camiones entre los cuales me sentí una hormiga en silla de ruedas. Hasta San Miguel del Monte fue todo autopista, pero ahí comenzó la ruta. Habían muchos camiones, y siendo que mi velocidad máxima era aproximadamente la misma que la crucero de la mayoría de ellos, hacer ruta no era lo que se dice fácil. Había que calcular bien cuando me decidía a adelantar alguno, pegarme atrás y elegir una recta larga y sin tránsito contrario para mandarme. Una vuelta calculé mal. Venía pegado atrás de un camión inmenso, y después de un par de amagues en una recta hasta el horizonte me mandé. Venía un camión de frente pero bien lejos, calculé que llegaba a pasar al grandote sin quedar aplastado abajo del otro, pero no. El mionca que me mandé a pasar tenía acoplado, era más largo de lo que pensaba. Para colmo, si bien venía al taco, lo adelantaba tan lentamente que parecía una carrera de caracoles. Las ráfagas de la succión cada tanto me sacudían, pero yo seguí firme con mi atención al frente y sin aflojar el acelerador. El camión que venía de frente aumentaba su tamaño a medida que se acercaba, y yo le apuntaba justito al medio dando pleno lugar a la valentía sobre cualquier otro sentimiento lógico pero peligroso en ese momento en que no había tiempo para vacilaciones. Cuando alcancé la cabina y quedé a la par del camionero que desde allá arriba miraba al frente sin importarle la suerte de un pequeño motociclista, me di cuenta de que no iba a llegar a pasarlo antes que el que venía de frente me hiciera puré. Desesperadamente le pegué un par de bocinazos y el camionero se apiadó de mi, soltó el acelerador y lo pasé colocándome delante suyo justo a tiempo, el que venía de frente me abofeteó con la ráfaga que despidió su inmensa masa al pasarme raspando.<br />
Después de un par de horas me detuve junto a un santuario del Gauchito Gil a la vera de la ruta a relajarme y engullir mi típico almuerzo rutero. Mate, pan, queso y chacinado. Paré una hora. Milagrosamente, durante esa hora sentado cerca del gauchito el cielo se despejó por completo, el día se tornó caluroso y el cielo de un azul profundo. Cuando volví a la ruta con la panza contenta, no sabía dónde meterme la campera de cuero, la cual comencé a llevar abierta y flameando. Unos kilómetros después de Las Flores me desvié hacia Rauch por la ruta 30 y ahí la cosa cambió, me adentré en una ruta desierta en medio de la nada. No habían camiones, ni autos, a veces ni banquinas. No habían tranqueras ni cascos de estancias, tan sólo los puros campos. Eramos la inmensidad, la Morocha y yo.<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgF0Oi9lL96o5B-PFHQtbsrICuzbNTAzJLO0x5ZkaMaQqAzMV3hNRaIszZhsUKa1FAD2SW58vnRQhCcEIeNh1cOanuqhkqwvR4l3U1M27EFNPH-grETmnsXbRlpRYLmkxKl7SxmM0ugZ_Ai/s1600/IMG_4555.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="426" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgF0Oi9lL96o5B-PFHQtbsrICuzbNTAzJLO0x5ZkaMaQqAzMV3hNRaIszZhsUKa1FAD2SW58vnRQhCcEIeNh1cOanuqhkqwvR4l3U1M27EFNPH-grETmnsXbRlpRYLmkxKl7SxmM0ugZ_Ai/s640/IMG_4555.JPG" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">¡Andate al ...! a la parrilla...</td></tr>
</tbody></table>
Como comenté en alguna otra entrada, al viajar en moto durante horas se produce una especie de estado alterado de conciencia. Libre de distracciones como la música o las palabras, hipnotizado por el viento constante, uno deja de pensar y se enfoca en el paisaje. Durante casi todo ese viaje de 5 horas y pico, atravesando en soledad la pampa interminable con el horizonte partiendo la realidad en dos, canté la misma canción, una y otra vez, como un mantra que se me había pegado, y que curiosamente nunca antes ni después volví a cantar. <a href="http://www.youtube.com/watch?v=sfducZUmeM4%E2%80%8E" target="_blank">Escucharla acá.</a> Una vez pasado Rauch hice una parada de 15 minutos durante los cuales me acosté en el pasto junto a la moto para relajar la espalda, y seguí.<br />
Ansioso esperaba el momento en que las sierras se reflejaran en el visor de mi casco, escrutaba el horizonte entrecerrando los ojos intentando descubrir las verrugas de la tierra que con tantas ganas iba a visitar, hasta que después de un buen rato, finalmente las vi. Las sombras grises de las montañas más viejas del mundo se recortaban a lo lejos atrayéndome hacia ellas, el objetivo ya había sido avistado y la espalda dolió menos. Ahí empezó el fresco. La campera de cuero cerrada ya no alcanzaba, pero no quería detenerme a sacar el polar de las alforjas, tensé los pectorales y avancé aguantando el frío haciéndome el macho. Debe de ser verdad eso que escuché de boca de un tandilense, que su ciudad es más fría aún que las del sur.<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgHNVNfNnjfXbbg5h0F_byxwMfSYJnTqztNgf-oI5kOqEjIOCl2Je4Aaj2-G8TpMdwXLePXkgTfjNV8cGg0lcLmZkoN6lr9yFLRwdPVAJezJ24FbaysoFTHwFsIb6KW6dtCcZL7Y_h1i0J4/s1600/IMG_4658.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="426" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgHNVNfNnjfXbbg5h0F_byxwMfSYJnTqztNgf-oI5kOqEjIOCl2Je4Aaj2-G8TpMdwXLePXkgTfjNV8cGg0lcLmZkoN6lr9yFLRwdPVAJezJ24FbaysoFTHwFsIb6KW6dtCcZL7Y_h1i0J4/s640/IMG_4658.JPG" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Atardecer sobre Tandil</td></tr>
</tbody></table>
Ya tenía en la cabeza el mapa aproximado de Tandil para saber cómo llegar al hostel, pero me desvié hacia el dique, donde estacioné junto al lago y me senté en las raíces de un árbol a tomar unos mates salvadores y disfrutar del atardecer. Recuperada la energía fui al hostel donde me acomodé en una habítación y me di una ducha bien caliente, dejando por un rato caer el agua humeante sobre mi espalda. Después me senté una hora frente a la computadora, y al rato de mirar la pantalla casi sin parpadear presionando teclitas de plástico advertí que estaba literalmente roto. Claro, después de la ducha relajante, en la inmovilidad de la mátrix mi cuerpo se enfrió y me empezó a doler todo. Habían sido 5 horas y media de ruta, necesitaba descansar, pero también comida y cerveza, me moría de ganas de entrarle a una pizza con una cerveza bien fría para, ahí sí, desmayarme en la cama al día siguiente. Me abrigué y salí a la fría noche (caminando, en moto ni en pedo) a buscar donde saciar mi sed, cuando recordé que meses atrás uno de mis mejores amigos, el Caruso, me había mandado un mensajito una noche de borrachera desde el Antares de Tandil. ¿Y si resulta que está acá?, pensé. Le escribí, y a los minutos me contestó que estaba trabajando temporalmente en la misma ciudad que yo comenzaba a descubrir. ¡Mi felicidad no podía ser más amplia! ¡¡El Caruso estaba en Tandil!! Nos encontramos en Antares, por supuesto, donde comimos pizza acompañada con esa cerveza artesanal deliciosa agarrándonos un pedal fabuloso y brindando cada tres minutos. Terminamos perdiéndonos por las oscuras calles de Tandil arreglando encontrarnos al día siguiente para subir alguna sierra. Finalicé mi largo día desmayado en la cama del hostel.<br />
<br />
CONTINUARA...<br />
<br />Hernan Brusahttp://www.blogger.com/profile/00907133139203446621noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7372026833175286890.post-68858349375378087202013-07-06T13:51:00.000-07:002013-12-09T13:30:49.744-08:00Noroeste parte VILa Quebrada de Humahuaca había sido el paso inicial hacia la irresistible libertad de viajar solo y sin planes, 16 años atrás. En esa época maduró mi necesidad de descubrir el mundo, hice la temporada en Mar del Plata y me fui de mochilero con autorización escrita de mis padres, ya que aún era menor de edad. Durante 6 meses me pasé los días caminando, recorría el lugar al que llegaba y sus alrededores. Era la exploración en su versión más pura. Si bien comencé por los Valles Calchaquíes y de Lerma, en Salta, en la Quebrada había comenzado mi viaje en solitario. En Purmamarca acampaba en la canchita de fútbol, dejando así todas mis pertenencias en un lugar público y abierto sin ningún tipo de inquietud saliendo cada mañana con la idea de llegar a la montaña más alta.<br />
El 1º día no llegué. Rodeé el famoso cerro Siete Colores por el llamado Camino de los Colorados y comencé a seguir el cauce de un arroyo seco hacia su naciente, todo payiba. En un momento se bifurcó y tomé el de la derecha, y al rato me salí del cauce y comencé a trepar. No llegué a ninguna cima, pero alcancé una saliente desde donde estuve horas admirando esta tierra incomparable. Estaba alto y veía a lo lejos el desfile de cerros unos detrás de otros en escalón ascendente, cada uno con un color distinto. Naranjas, rojizos, verdes, azules, amarillentos... mis ojos adolescentes se emborrachaban ante tanta belleza. Al día siguiente volví a retomar el cauce del río seco, pero en la bifurcación tomé a la izquierda. Recuerdo que en un momento encontré una casilla de piedras donde saqué una foto. Poco después de esa casilla comencé a trepar la ladera y a través de la nebulosa de los años lo que más recuerdo es la sensación de llegar a lo que se veía como "cima" para darme cuenta de que era apenas una ondulación y seguía subiendo hasta la próxima cima, que también era otra ondulación, y así incansablemente para mi cansancio. Ya después de mucho subir me llamó la atención encontrar un viejo camino en las alturas, era ancho y podía pasar un auto, de no ser porque estaba abandonado quién sabe hace cuánto con grandes trozos de piedra en el medio, debió de haber sido en alguna época un camino de carretas. Lo tomé y seguí subiendo ahora más levemente hasta que de pronto, detrás de un recodo, explotó para mí la Quebrada en todo su esplendor y extensión. El impacto fue tan profundo que quedé sentado en ese lugar durante horas. Ese recuerdo quedó tan vívido dentro de mí, que el último día en el viaje que hice en moto exactamente 16 años después y que nos reúne en este relato, después de desayunar partí rumbo a las montañas con la esperanza de encontrar el mismo lugar, como quien busca a un viejo amigo en un barrio lejano sin saber si lo encontrará por las calles del ayer.<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgcgHt3W2lr1dJZeRup9q4G5SeLMw4lw_F_fySrQilwrEHJWPK9z103JAl09sBM1LT_TarlYUIKDYIHU2IFj7p65LArdxdzo0OAvx3ZYqkvAE1HuoTv1qlRstKxqX1TP7oBLYVlX6PecWxF/s1000/IMG_8568.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="426" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgcgHt3W2lr1dJZeRup9q4G5SeLMw4lw_F_fySrQilwrEHJWPK9z103JAl09sBM1LT_TarlYUIKDYIHU2IFj7p65LArdxdzo0OAvx3ZYqkvAE1HuoTv1qlRstKxqX1TP7oBLYVlX6PecWxF/s640/IMG_8568.JPG" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">A ver si lo encuentro...</td></tr>
</tbody></table>
<a name='more'></a><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjcb8FlryECpdInCAwxWJ7LJiyfBQdZ_nTkS073_sbrPd5fHFpMwadNRlzZO39RMm0zzey1gV1i2cPkVk1V0f2BtUUtm3pQ-HAQFXkkJHcpP1jajZsbVVRg30SiFtWBpq2PKwSMqPUBklz-/s1600/IMG_8533.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="426" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjcb8FlryECpdInCAwxWJ7LJiyfBQdZ_nTkS073_sbrPd5fHFpMwadNRlzZO39RMm0zzey1gV1i2cPkVk1V0f2BtUUtm3pQ-HAQFXkkJHcpP1jajZsbVVRg30SiFtWBpq2PKwSMqPUBklz-/s640/IMG_8533.JPG" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">En busca de la máquina del tiempo...</td></tr>
</tbody></table>
Fiel a mi costumbre arranqué la caminata rayando el mediodía. Rodeé el cerro 7 colores y encontré el arroyo seco tal como entonces, inmerso en la maravillosa paleta de colores formada por los cerros que lo circundan. Lo seguí intentando recordar aquella caminata perdida en las arenas del tiempo, buscando alguna referencia que me resultara familiar, pero a pesar de que dicen que todo lo que perciben nuestros sentidos queda grabado para siempre en nuestro subconsciente, no pude identificar nada, por lo que me limité a seguir el arroyo subiendo la subidita. No era empinado, pero iba siempre hacia arriba. Con el calor que hacía, el sol friéndome la cabeza, la mochila cargada con agua, abrigo, equipo de mate y equipo fotográfico, sumado al bajo nivel de oxígeno, la verdad se me hacía difícil. Las muy pocas veces que encontré algo de sombra me senté a descansar y recuperar el aliento. No recordaba que haya sido tan cansador cuando tenía 20 años, ¿será que estoy viejo? Naaa, es la memoria selectiva que le dicen. Llegué a la bifurcación tal cual recordaba y tomé a la iquierda, y después de un rato encontré la casilla de piedra aún en pie donde me tiré de cabeza a la sombra a secar mi cuerpo empapado en sudor.<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjR3ApgXG2PMblEijs5PMNkxkb2FMd2i-CBEaCJEfTCDb4ZGVzSZ7BZ0ASCaKM58oCEnzfcFC7LnlPEiRhvzThSpNPtojzZ37XO3XklunrDp1_F7xguqV2BgvcxVvEZbPCPcRxI1wq609k2/s1000/IMG_8539.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="426" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjR3ApgXG2PMblEijs5PMNkxkb2FMd2i-CBEaCJEfTCDb4ZGVzSZ7BZ0ASCaKM58oCEnzfcFC7LnlPEiRhvzThSpNPtojzZ37XO3XklunrDp1_F7xguqV2BgvcxVvEZbPCPcRxI1wq609k2/s640/IMG_8539.JPG" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">¡Sombra!</td></tr>
</tbody></table>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhA3y98dJ8XYtgdI7cVF8xGaj1vY89R-gHIVYu62_DnQoJN3cY4EYvYQ-tlv9rYInr0VQw0ThWOEoeeAJZSeAmvgJ7w9JxeE-tbTIr_O_VtA5esoq3b2L8JJDI2lxQjNavRl00ssKE8MfCt/s1600/05-07-2013+18%253B09%253B15.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="441" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhA3y98dJ8XYtgdI7cVF8xGaj1vY89R-gHIVYu62_DnQoJN3cY4EYvYQ-tlv9rYInr0VQw0ThWOEoeeAJZSeAmvgJ7w9JxeE-tbTIr_O_VtA5esoq3b2L8JJDI2lxQjNavRl00ssKE8MfCt/s640/05-07-2013+18%253B09%253B15.JPG" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Foto de la casilla tomada hace 16 años con una cámara de plástico a rollo...</td></tr>
</tbody></table>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgiIep2r_IUUQPcJxWhNVHbwNa1PWpySF8DCsWYUgd50V7ISTm1dZ5yhjhLguWh5roK_ocjNWh6hbHMOpuK1OadkQjXPWSw9u37TcV-GiCyKLWWxDIn-hEMIhAI04G3wPAygT1_y13s8w8s/s1600/IMG_8562.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="426" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgiIep2r_IUUQPcJxWhNVHbwNa1PWpySF8DCsWYUgd50V7ISTm1dZ5yhjhLguWh5roK_ocjNWh6hbHMOpuK1OadkQjXPWSw9u37TcV-GiCyKLWWxDIn-hEMIhAI04G3wPAygT1_y13s8w8s/s640/IMG_8562.JPG" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">... y el mismo lugar 16 años después. Por las piedras se nota que la casilla fue reconstruída.</td></tr>
</tbody></table>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjiWxai5l-EKBO8_Hyxr3dMjrRTxYZKLNSNelufHbVkuYMqGzyRJAfGrQZ37zusH5vC1NJu6WokkuSpQBxa3fRZcDIXt4_HDEVLzXSmKc28lRo4ZCux4Ijd-umgFuMws2j2Guj1Xcxc7uX6/s1000/IMG_8542.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="426" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjiWxai5l-EKBO8_Hyxr3dMjrRTxYZKLNSNelufHbVkuYMqGzyRJAfGrQZ37zusH5vC1NJu6WokkuSpQBxa3fRZcDIXt4_HDEVLzXSmKc28lRo4ZCux4Ijd-umgFuMws2j2Guj1Xcxc7uX6/s640/IMG_8542.JPG" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">¡Sombra a la vista!</td></tr>
</tbody></table>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjDAObcTbhtNjNHOZ24-FPXH9GCjJRHWaSWWFO67SKauRVP2n9DF4ml8klQf3b_Tz88nvS0XEEsI7aDcXdufcljAYewuJl59yiUY0Y5HyyQ_pXVwEQHI1uZjX-1C5J10KN-7RuPpMtZY3_F/s1000/IMG_8559.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="426" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjDAObcTbhtNjNHOZ24-FPXH9GCjJRHWaSWWFO67SKauRVP2n9DF4ml8klQf3b_Tz88nvS0XEEsI7aDcXdufcljAYewuJl59yiUY0Y5HyyQ_pXVwEQHI1uZjX-1C5J10KN-7RuPpMtZY3_F/s640/IMG_8559.JPG" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Secándome</td></tr>
</tbody></table>
Luego de un breve descanso volví a la marcha. Esta vez no me mandé a subir la empinada ladera a lo macho como aquella vez, sino que descubrí un senderito y decidí seguirlo. El arroyito se hacía cada vez más angostito y empinado hasta que desapareció, y me encontré siguiendo efectivamente un sendero de piedras sueltas encajonado entre laderas empinadas que no paraba de subir y subir. Esta vez no me llevé la sorpresa de hace 16 años, llegué primero a una cima intermedia desde la cual se veía ya parte de la Quebrada, pero había que seguir hasta la cima más alta mucho más arriba a un costado. Desde este punto en el que paré unos minutos pude divisar un cóndor flotando en el cielo. Al rato encontré el misterioso camino en las alturas de otros tiempos totalmente destruido y lo seguí un buen tramo, hasta que decidí acortar camino subiendo la empinada ladera pensando no iba a ser tan esforzada. Tuve que parar varias veces a recuperar el aire, hasta que al fin llegué. El mismo mirador en el que había conocido la libertad cuando comenzaba a ser un hombre me esperaba imperturbable como si hubiera pasado por ahí el día anterior. Hacia el sur la Quebrada llena de colores hasta los bajos cubiertos de tormenta igual a aquella vez, y hacia el norte la Quebrada hasta perderse en la Puna. Lo había logrado, había encontrado lo que buscaba, la vista más linda de la Quebrada de Humahuaca, no creo que haya otra igual. Si algun@ de ustedes algún día planea visitar aquellos pagos y quiere conocer este fabuloso mirador, me escribe por privado y le paso las indicaciones como para que no se pierda. Tardé 2 horas y media desde Purmamarca, es un poco duro pero vale poderosamente la pena. Las fotos:<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg4xvWk9E1SfKf5N3rB2DNK0RRmH8XKI_ubxUGbh1acwlBBuojcMabHVqS7LgtmYIq_CY2LYpV-LZCu3uLmtIs4QnD0MfY_MCzalpFJESc1S9QUT9f91ozv58Y21fCjYSsDaO9BMAZIpZ8c/s1000/IMG_8573.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="426" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg4xvWk9E1SfKf5N3rB2DNK0RRmH8XKI_ubxUGbh1acwlBBuojcMabHVqS7LgtmYIq_CY2LYpV-LZCu3uLmtIs4QnD0MfY_MCzalpFJESc1S9QUT9f91ozv58Y21fCjYSsDaO9BMAZIpZ8c/s640/IMG_8573.JPG" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Ya mucho más arriba, por el extraño camino abandonado</td></tr>
</tbody></table>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgiPu1xllgO2Dw-9R9yipsvFuG2VotIMGV0K6NqclaQ3_BZf8p5bYfjQxplf60-skNb8-O-Myv2_z3SQsXkXFo-EW0Y_UG1K_WXiJYe8eXLmezo7FtycSTBNfU9PY-GX_yPLNu8LOcWJ5_R/s1000/IMG_8619.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="424" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgiPu1xllgO2Dw-9R9yipsvFuG2VotIMGV0K6NqclaQ3_BZf8p5bYfjQxplf60-skNb8-O-Myv2_z3SQsXkXFo-EW0Y_UG1K_WXiJYe8eXLmezo7FtycSTBNfU9PY-GX_yPLNu8LOcWJ5_R/s640/IMG_8619.JPG" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Altísimo</td></tr>
</tbody></table>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgW6AG7LLnAIRhSTbwvrgTKksLKH1G6-9BepWPSLufe18eQBZofUJJ1o61PbDnTNxNu6QGa5MlKhFAhb3gAXSvhIeEn1P3euWdGi6uf9s4zdmP2Xr_tzdj5Co-ravg2EVCpf-QVoI19hQwx/s1000/IMG_8623.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgW6AG7LLnAIRhSTbwvrgTKksLKH1G6-9BepWPSLufe18eQBZofUJJ1o61PbDnTNxNu6QGa5MlKhFAhb3gAXSvhIeEn1P3euWdGi6uf9s4zdmP2Xr_tzdj5Co-ravg2EVCpf-QVoI19hQwx/s400/IMG_8623.JPG" width="266" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">De allá abajo vengo</td></tr>
</tbody></table>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi6aFRJCO92hZcba5pwszN5Z95P1NzGZi08X6dTa1_gnYVEQPBkMvOzCuitnRv1EP7K7O2lyprsETUYVknOzTAiWNf7MU3aGMiZyQbr5rhp4Olfn7rNWQQHywrMVYHYxJ9Xp3NVp-dHH9vV/s1000/IMG_8614.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="424" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi6aFRJCO92hZcba5pwszN5Z95P1NzGZi08X6dTa1_gnYVEQPBkMvOzCuitnRv1EP7K7O2lyprsETUYVknOzTAiWNf7MU3aGMiZyQbr5rhp4Olfn7rNWQQHywrMVYHYxJ9Xp3NVp-dHH9vV/s640/IMG_8614.JPG" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Purmamarca desde las alturas</td></tr>
</tbody></table>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgK0RFy4Y88p7OcCchevSDBKMyHfvy1F-4BdvorCkNqGeJzRFOAlYxDB8x226OpznEekJsrY-3G_kN6btJ6BJfwqt1y70rGemIMxKByLxXXcF-18R6TcyE_Y53-jtQLCuSpW6rDzTj-5-qN/s1600/valle.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="450" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgK0RFy4Y88p7OcCchevSDBKMyHfvy1F-4BdvorCkNqGeJzRFOAlYxDB8x226OpznEekJsrY-3G_kN6btJ6BJfwqt1y70rGemIMxKByLxXXcF-18R6TcyE_Y53-jtQLCuSpW6rDzTj-5-qN/s640/valle.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Foto tomada hace 16 años al llegar al lugar donde quedé mudo de asombro durante horas</td></tr>
</tbody></table>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhwhnnmGvhSiwKR51Bwt-jh_hU-wlUHW4iSVa0YuztdURw3zo1hO6UugVYLL8Q6zNvKLRdPIrSysaqjqYVKQHuQRMJ5b2a3uhE3ci2lp38nlgsWas_yyVDlAQkIL647ep79ZK7TjFbJeL1k/s1600/IMG_8599.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="314" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhwhnnmGvhSiwKR51Bwt-jh_hU-wlUHW4iSVa0YuztdURw3zo1hO6UugVYLL8Q6zNvKLRdPIrSysaqjqYVKQHuQRMJ5b2a3uhE3ci2lp38nlgsWas_yyVDlAQkIL647ep79ZK7TjFbJeL1k/s640/IMG_8599.JPG" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Exactamente el mismo lugar, encontrado 16 años después</td></tr>
</tbody></table>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgyPoMTxuFqOzhP4LI_CHCDp20kw4MJ93WEXixOwDizns8YBEK_hft5FBQ_qlDuiuYgq_zkiWf2hx24NIYy0tCzudGP3I93Qx6zrx_fuKNHtgZSMSXJjeRcQzAWojvpkZJMuWz21Ir_xLOW/s1000/IMG_8608.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="424" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgyPoMTxuFqOzhP4LI_CHCDp20kw4MJ93WEXixOwDizns8YBEK_hft5FBQ_qlDuiuYgq_zkiWf2hx24NIYy0tCzudGP3I93Qx6zrx_fuKNHtgZSMSXJjeRcQzAWojvpkZJMuWz21Ir_xLOW/s640/IMG_8608.JPG" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Brindis por el reencuentro conmigo mismo</td></tr>
</tbody></table>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgjc-TiOktWHB3BNmHTfEYFg8C4ffpfgD3Tjbo2_ONpE5xXWuZsLUSRqb18dkYjr2jA0aT1_VaUSLRA8IyK9PLXzZLptRCWSV-1TGiJlo3NnpS-KxlpTHcU2OgIyrKMYypgMD8VGPx6gQ9C/s1000/IMG_8600.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="424" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgjc-TiOktWHB3BNmHTfEYFg8C4ffpfgD3Tjbo2_ONpE5xXWuZsLUSRqb18dkYjr2jA0aT1_VaUSLRA8IyK9PLXzZLptRCWSV-1TGiJlo3NnpS-KxlpTHcU2OgIyrKMYypgMD8VGPx6gQ9C/s640/IMG_8600.JPG" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Detalle de la tormenta sobre el valle de San Salvador de Jujuy</td></tr>
</tbody></table>
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh6_apXHCC5lK1yip3MpvWTvTTZsrLKPs0sDlBwqDHdjmYuBZ3zszl2PqywdmnfKQnR66pB7v0NzdlmrfmJjEwyyww2N8ojZ6WTeb2Ln6HNtlRBQfac9JRW-eX2dfX3r8w1i8dW2FGyUnQD/s1000/IMG_8584.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="424" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh6_apXHCC5lK1yip3MpvWTvTTZsrLKPs0sDlBwqDHdjmYuBZ3zszl2PqywdmnfKQnR66pB7v0NzdlmrfmJjEwyyww2N8ojZ6WTeb2Ln6HNtlRBQfac9JRW-eX2dfX3r8w1i8dW2FGyUnQD/s640/IMG_8584.JPG" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">La Quebrada hacia el norte</td></tr>
</tbody></table>
Después de un par de horas con el infinito al alcance de mis manos, y a pesar de la gran tentación de seguir ese antiguo camino de carretas que se internaba en un valle de colores, emprendí la retirada. En el pueblo me habían advertido que subiendo los cerros había que tener mucho cuidado con las nubes, que podían avanzar rápidamente y envolverme hasta perder toda visibilidad perdiéndome quizás hasta el día siguiente. Vi las nubes acercándose lentamente hacia mí, pero volví con rapidez principalmente porque todavía quería llegar a las salinas a ver el atardecer. La bajada se me hizo corta, y una vez abajo pude ver cómo las nubes habían tapado el punto desde el que venía...<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhqoKN-MYI4vgaZWn-x-zkmhRHtVNmlkODUT7zhS50noxdcbV0nUjyPoG51PWKRjxvbyEMcqbWa_trYHv_4vA9qeIe6PLg0d75voQ9Iw19thnLKFPn5kFGEXa_TxAoPEoBFneR_BB3Pppdf/s1000/IMG_8647.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="426" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhqoKN-MYI4vgaZWn-x-zkmhRHtVNmlkODUT7zhS50noxdcbV0nUjyPoG51PWKRjxvbyEMcqbWa_trYHv_4vA9qeIe6PLg0d75voQ9Iw19thnLKFPn5kFGEXa_TxAoPEoBFneR_BB3Pppdf/s640/IMG_8647.JPG" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Si me llegaba a quedar ahí un rato más...</td></tr>
</tbody></table>
Pasé por el hotel, cargué todo el abrigo disponible, y casi corrí a la plaza principal a conseguir un remís que me llevara a las salinas. Sabía que me iba a agarrar la noche allá arriba, tenía que estar preparado. Encontré varios remises en una esquina, todos me querían cobrar una animalada. La dudé, pero ante la insignificancia del dinero comparándolo con lo que me esperaba en las alturas, agarré viaje. Nuevamente encaré la cuesta de Lipán, esta vez sentado cómodamente en el asiento trasero de un auto. Por las sombras que proyectaba la colosal montaña que de a poco iba subiendo, supe que el sol se me estaba escapando, pero llevaba el trípode para hacer fotos nocturnas. Cuando llegué por fin al otro lado, las vi, las salinas frente a mí me esperaban para vivir el anochecer con las nostálgicas oleadas violáceas y púrpuras típicas de otro día que se despide para siempre.<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjWvcB9sPMdCb1o_T6yGMkjzGkPFhkz2uRTcc_O2yk6_s_gKQSgYBMQzOd43rx9zX72bxlazIpTfxxxYuNNPw0FvDGaKjxMSsfkLnRHQzK8tiSqAKTz9NRwnk_EgpfUdkjCjJXWtHccIYR1/s1600/IMG_8649.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="426" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjWvcB9sPMdCb1o_T6yGMkjzGkPFhkz2uRTcc_O2yk6_s_gKQSgYBMQzOd43rx9zX72bxlazIpTfxxxYuNNPw0FvDGaKjxMSsfkLnRHQzK8tiSqAKTz9NRwnk_EgpfUdkjCjJXWtHccIYR1/s640/IMG_8649.JPG" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Cuesta de Lipán con las últimas luces</td></tr>
</tbody></table>
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg6MOHJqx5zQDLJ4bMZABZc1eBR-HhYh5hyphenhyphenogQcbhjIdwWZx9Ng3gE0Et0fECZ4YHaW5q8fnIBq499uGytO85TKdsrI0rH8y1HjbNPpiROdYpLOQU48jijwu5ylDfag6L5veInZ9HbqyGSE/s1000/IMG_8660.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="390" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg6MOHJqx5zQDLJ4bMZABZc1eBR-HhYh5hyphenhyphenogQcbhjIdwWZx9Ng3gE0Et0fECZ4YHaW5q8fnIBq499uGytO85TKdsrI0rH8y1HjbNPpiROdYpLOQU48jijwu5ylDfag6L5veInZ9HbqyGSE/s640/IMG_8660.JPG" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Finalmente, las salinas</td></tr>
</tbody></table>
Paramos en el puesto de los trabajadores de la sal, que por haber buen tiempo aún estaban trabajando. Había también un auto estacionado, y un hombre que se acercó desesperado a hablar con el remisero: su auto se había roto en aquellos lejanos páramos, se venía la noche y llevaba su mujer embarazada. Le pidió por favor al remisero que lo lleve a algún pueblo por la zona para pasar la noche. Arreglé con el chofer encontrarnos dentro de una hora, me despedí y me interné en las salinas. La luz rápidamente se escapaba, aproveché los últimos reflejos desde el horizonte oeste para hacer algunas fotos. Paralela a la luz se escapaba también la temperatura, me ajusté bien el abrigo porque estaba haciendo un frío bárbaro, que envalentonado por el viento tratába de colárseme por cualquier intersticio, pero yo me llevé ropa de moto, así que manteniéndome en movimiento la zafaba.<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh9RWz6aZPVK6MA-dnTZGxuxCW32KwdStEFMO0pLh61I5GywzZB-S9zi-71iHkaPkr8QFxDK9JuizNBt8IVrduG5hif7Z1qPbe9BoT-TTeUENcK9HXCdn0GOC4NWAHHCa9evuTaeEodSG5t/s1000/IMG_8661.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="300" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh9RWz6aZPVK6MA-dnTZGxuxCW32KwdStEFMO0pLh61I5GywzZB-S9zi-71iHkaPkr8QFxDK9JuizNBt8IVrduG5hif7Z1qPbe9BoT-TTeUENcK9HXCdn0GOC4NWAHHCa9evuTaeEodSG5t/s640/IMG_8661.JPG" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Esculturas en sal con los últimos reflejos</td></tr>
</tbody></table>
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhtu3FrEIQ49PSMM3UDvWQWhlTEDyc6mIojCrh-BU3TlcRdIY6P88PoD_s61f3586A01P-DEtiU0OlM2i8Jd0_Z1fckNBhrP5rXSPdQS8JigHklyNPT52CEgLNIIaL5ZGfLpQnyotJO4iwI/s1000/IMG_8667.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhtu3FrEIQ49PSMM3UDvWQWhlTEDyc6mIojCrh-BU3TlcRdIY6P88PoD_s61f3586A01P-DEtiU0OlM2i8Jd0_Z1fckNBhrP5rXSPdQS8JigHklyNPT52CEgLNIIaL5ZGfLpQnyotJO4iwI/s400/IMG_8667.JPG" width="266" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Escultura en sal con el nevado del Chañi al fondo.</td></tr>
</tbody></table>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgv35iHpSgJKP5oBIrgcMrjItQICaryX7-Jkw6M1_LbRxfxinzVOxlmWOECtabiTk-ngBd_05_f8X2tmlTxR8Go-r1CKkmOcgt1V4cpfC2oXxwlFGduAQgiPDmVy9zJrKMT7zwQ9gpXKuzm/s1000/IMG_8669S.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="216" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgv35iHpSgJKP5oBIrgcMrjItQICaryX7-Jkw6M1_LbRxfxinzVOxlmWOECtabiTk-ngBd_05_f8X2tmlTxR8Go-r1CKkmOcgt1V4cpfC2oXxwlFGduAQgiPDmVy9zJrKMT7zwQ9gpXKuzm/s640/IMG_8669S.JPG" width="640" /></a></div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiPvJWnB3fhCjYonlnqavGDD9ciQ_U9SB8VAW7lSCKY1RiTdUk5_Ouj3QgezxoRuBuw9G0L2R6NildTCyJ4baPF9qK32AehAMSpuoa6gI0xVsvHvZ7xY3DJuMSDzJEGgZNI6CDBKLhUrAqD/s1000/IMG_8664.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="344" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiPvJWnB3fhCjYonlnqavGDD9ciQ_U9SB8VAW7lSCKY1RiTdUk5_Ouj3QgezxoRuBuw9G0L2R6NildTCyJ4baPF9qK32AehAMSpuoa6gI0xVsvHvZ7xY3DJuMSDzJEGgZNI6CDBKLhUrAqD/s640/IMG_8664.JPG" width="640" /></a></div>
<br />
Como la noche anterior había sido luna llena, esta noche tardaría una hora más en salir, por lo que las protagonistas del cielo fueron las estrellas. Fue increíble, majestuoso, inolvidable. No hay palabras para explicarlo ni fotos para demostrarlo, pero fue lo que más me conmovió de todo este viaje, el pico máximo de la realización lo viví la última noche, perdido en la soledad de la cordillera caminando entre montículos de sal allá altísimo. No podía parar de mirar hacia arriba, cada minuto habían más y más estrellas, y más y más, y más y más, mis ojos no daban crédito a lo que veían, jamás vi un cielo tan estrellado (y eso que estuve 3 meses dando vueltas por el altiplano boliviano) ni tantas estrellas fugaces. Miraba hacia arriba hipnotizado, el corazón se me salía del pecho y saltaba hacia la eternidad escapando de este cuerpo que se sentía menos que un microbio.<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjK7x82V-u3tklj50tMT8-O0Uyn-m01u4VBqAWOMiGA5QPDLKBkf34WvRqwulAh1PjoVcN9sN7d6q5vXUw2cYhdZEhZxYXmEpkblnRwu1PXlXu52qANj4HkFdBHwrxRs71weo8S4fzZbPxp/s1000/IMG_8675.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjK7x82V-u3tklj50tMT8-O0Uyn-m01u4VBqAWOMiGA5QPDLKBkf34WvRqwulAh1PjoVcN9sN7d6q5vXUw2cYhdZEhZxYXmEpkblnRwu1PXlXu52qANj4HkFdBHwrxRs71weo8S4fzZbPxp/s400/IMG_8675.JPG" width="266" /></a></div>
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgNuE7Q_9My3GBx3s4jCN4XvP3CWtGvLNuv8Sutqs4bXpZD3bQNa41UdPPrLHKLycx6ic23S8v2w4l3gAzw5-pjCF7hMWrXuDNiuW34vW8ghkuLLRwM9EtFXxJOQwXGKOCsrPF2wLx4AXud/s1000/IMG_8679.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="426" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgNuE7Q_9My3GBx3s4jCN4XvP3CWtGvLNuv8Sutqs4bXpZD3bQNa41UdPPrLHKLycx6ic23S8v2w4l3gAzw5-pjCF7hMWrXuDNiuW34vW8ghkuLLRwM9EtFXxJOQwXGKOCsrPF2wLx4AXud/s640/IMG_8679.JPG" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Las fotos no muestran ni la décima parte de lo que fue ese cielo estrellado...</td></tr>
</tbody></table>
El hipnotismo en un momento aflojó, el frío ya era mucho más intenso y el instinto de conservación había comenzado a hacer sonar nuevamente la alarma, miré la hora y había pasado justo una hora. Volví a la ruta y al punto de encuentro, pero ni rastros del remisero y, lo que era más preocupante, del remís. El puesto ya estaba vacío, vi como los últimos trabajadores subieron a un colectivo que los llevaría a su casa, en un pueblo cercano. No me quedó otra que esperar ahí parado a merced del clima que conseguía burlarse de mi ropa térmica. No habrán sido más de 15 los preocupantes minutos en que me sentí abandonado y hasta pensé hacerle dedo a cualquier máquina que pasara, pero se me hizo largo. Cuando el remís llegó no pude menos que alegrarme, una vez dentro del auto la sensación fue de calor de hogar. El remisero me contó que llevó a la pareja (la mujer con embarazo avanzado) a un pueblo cercano de trabajadores de la sal donde no hay hoteles, así que tuvieron que tocar puertas a ver quién les hacía un lugar en la cama para pasar la noche. No me quiero imaginar pobre tipo lo que le debe de haber comido el coco la jermu si se le puso de mal humor...<br />
El auto tomó velocidad, yo venía mudo en un estado de exaltación fabuloso por lo que acababa de vivir, pero cuando subimos al Quemado y pasamos del otro lado, enmudecí aún más: la luna recién nacida asomaba por sobre un mar de nubes hasta el horizonte. Hasta el chofer se asombró ante la belleza que nos encandilaba. Si bien casi todos los días subía a las salinas y a veces más de una vez por día, jamás nadie le había pedido subir de noche. Obviamente, lo hice parar un par de veces para salir con el trípode a aguantar el frío e inmortalizar el momento.<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhxMlTIkE_sstuf3iZJZ1ZeHuKSNS1sLyNcK0jX0LjkkQ9OZUlyvfVtKXqSarTo645wxKMDgWWDrb049Ux1WFoitFCYbgszyoACmeJCDZZt6ENYOLndDisbvpT1jF_BuszMvNm1EEqVbxnT/s1000/IMG_8689.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="346" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhxMlTIkE_sstuf3iZJZ1ZeHuKSNS1sLyNcK0jX0LjkkQ9OZUlyvfVtKXqSarTo645wxKMDgWWDrb049Ux1WFoitFCYbgszyoACmeJCDZZt6ENYOLndDisbvpT1jF_BuszMvNm1EEqVbxnT/s640/IMG_8689.JPG" width="640" /></a></div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhGqGy7SHehh7fya-220ujXmD9u5EeBwT24amH6-U7d3tXYBH06uQRmcQaEb60crlEXa0XKsnpL5xICrCPZADXUg04tyXxDr492CJR6KHTpM_pyfHp3iU1zRQszTnm2Nt2VNpZQY0XwC1JP/s1000/IMG_8687S.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="308" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhGqGy7SHehh7fya-220ujXmD9u5EeBwT24amH6-U7d3tXYBH06uQRmcQaEb60crlEXa0XKsnpL5xICrCPZADXUg04tyXxDr492CJR6KHTpM_pyfHp3iU1zRQszTnm2Nt2VNpZQY0XwC1JP/s640/IMG_8687S.JPG" width="640" /></a></div>
<br />
Al día siguiente me propuse levantarme temprano. El galpón de las afueras de Salta donde tenía que entregar la moto cerraba a las 17hs, y a la mañana siguiente salía el avión con lo justo, ya que tres horas después del horario de aterrizaje en Buenos Aires tenía que estar trabajando. Estaba todo cronometrado, así que nada podía fallar. Eso sí, me tenía que llevar la postal del cerro Siete Colores con las primeras luces del amanecer, así que antes del desayuno subí el cerro de enfrente a esperar que las sombras lentamente se retiraran para regalarme esos famosos colores, lo que no esperaba era encontrarme con la misma luna que me había maravillado la noche anterior allá en las alturas del Quemado, ocultándose tímidamente detrás de los cerros.<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiytpD6cO3uPfs0pujqN6AH2MNKfcHan93IO25SOrNP0NU_wQfEFfVWRXU30lmezCVGrsgfVioVdiasSRIDKx9ck7WAnVtf8d6bRHj8OjC0O3JEl5dRPXilB4LWn_LA-HE9TvH2UbdnPkgr/s1000/IMG_8695.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="417" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiytpD6cO3uPfs0pujqN6AH2MNKfcHan93IO25SOrNP0NU_wQfEFfVWRXU30lmezCVGrsgfVioVdiasSRIDKx9ck7WAnVtf8d6bRHj8OjC0O3JEl5dRPXilB4LWn_LA-HE9TvH2UbdnPkgr/s640/IMG_8695.JPG" width="640" /></a></div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjGkQNzs0sFYcXDehJ46pV1lfjY-NJvCE_Kb0YkmfIY0xdB46uoLNDdTdJf_LamV5Woa04yxCSjDiuRCeKQdV5yeqsXeAEAtWTXfRTI5UPnSV2z4oG5z_Nl_1m4K_RZ6LNN_o05r6gNEPnS/s1000/IMG_1910.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="393" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjGkQNzs0sFYcXDehJ46pV1lfjY-NJvCE_Kb0YkmfIY0xdB46uoLNDdTdJf_LamV5Woa04yxCSjDiuRCeKQdV5yeqsXeAEAtWTXfRTI5UPnSV2z4oG5z_Nl_1m4K_RZ6LNN_o05r6gNEPnS/s640/IMG_1910.JPG" width="640" /></a></div>
<br />
Terminé saliendo a las 11hs, sin prisa pero sin pausa. Tomé la bajada de la Quebrada, la que tanto me había costado subir, a toda velocidad y sin esfuerzo, la Morocha y yo nos cagábamos de risa. Cuando llegué a San Salvador de Jujuy, a pesar de estar con el tiempo justo, decidí tomar por la ruta de cornisa y no por la autopista. No creo que haya otra ruta así en el país, el día estaba soleado y no me lo quería perder. Tantas ganas tenía de hacer ese camino, que a pesar de que por error me pasé y tomé la autopista, busqué donde recular y me mandé por las cornisas, por esa ruta angostísima y llena de curvas perdida entre las montañas y los bosques.<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgki0o-I5KKzOe9MEAE_xHxsHtQiO_uIXIW5eCWxq39GH75cyFe0qfEKQZcF_IY50f5dKMvDz9MtB5Gwtm_qj-hQrXU0CmGNKoyoYxzBDQ5ED0mDeprq1XEAwc20maAmk9aJkXzRjQairzp/s1000/IMG_1947.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgki0o-I5KKzOe9MEAE_xHxsHtQiO_uIXIW5eCWxq39GH75cyFe0qfEKQZcF_IY50f5dKMvDz9MtB5Gwtm_qj-hQrXU0CmGNKoyoYxzBDQ5ED0mDeprq1XEAwc20maAmk9aJkXzRjQairzp/s400/IMG_1947.JPG" width="300" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Bajando de la Quebrada</td></tr>
</tbody></table>
En esa ruta hice una parada de 10 minutos a chupar un par de mates sentado entre la vegetación, y descubrí un insecto único: el mosquito mariposa. El cuerpo tenía forma de mosquito aunque un poco más grande, pero todo colorido. Yo le daba a la bombilla y el mosquito mariposa a las flores, habían cientos de ellos. Llegué al fin a Salta donde pasé fugazmente por el hostel a dejar las alforjas y rajé para el galpón, donde llegué 16:30hs. Me despedí emotivamente de la Morocha y me fui a buscar donde morfar un suculento locro bien calentito y poderoso.<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjk0WiTT3Oed5SVG25OKaGt5xYcs8eSOiBEEz6E7_4xEGbdtDn6aCqWz8i7XmXmNrA2V5j1sDD6Vv5Al3HXitk872VDS3FQDt1SZbBCuKN8ENnrsSSGEKiyzJ5QKHtI8qwaVZAEw1ehkGNd/s1000/IMG_8715.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="427" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjk0WiTT3Oed5SVG25OKaGt5xYcs8eSOiBEEz6E7_4xEGbdtDn6aCqWz8i7XmXmNrA2V5j1sDD6Vv5Al3HXitk872VDS3FQDt1SZbBCuKN8ENnrsSSGEKiyzJ5QKHtI8qwaVZAEw1ehkGNd/s640/IMG_8715.JPG" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">El mosquito mariposa</td></tr>
</tbody></table>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj98REJUHCZzjHR9EGObPuMNni5OTAkLbJTFjqRJLiEB3VI-uj-r33bVMgOJQKFSme_OtgufaGEyEplm-wHcWmCqE9mQnmBTBy9gOgOp8QPjFUCDfW7ndROZk3HLmOVGqrslI3pSfD-LR6k/s1000/IMG_8716.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="411" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj98REJUHCZzjHR9EGObPuMNni5OTAkLbJTFjqRJLiEB3VI-uj-r33bVMgOJQKFSme_OtgufaGEyEplm-wHcWmCqE9mQnmBTBy9gOgOp8QPjFUCDfW7ndROZk3HLmOVGqrslI3pSfD-LR6k/s640/IMG_8716.JPG" width="640" /></a></div>
<br />
Al día siguiente sí que me levanté bien temprano, los aviones no esperan. Llegué al aeropuerto antes del amanecer con alforjas y casco y embarqué. Cuando el avión despegó, las montañas y la luna me despidieron con nostalgia, como diciéndome que no tarde otros 16 años más en volver...<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjnkgClKNLP6WtjEugVDGGuru1OuIbC8s-WLB3zVdlFFklAOoMZAi7sBoEEyvqUAkELxbWNvxxS1I3tsprTQ-5lQr3T24m_pSzIqj3DqvhhdWy04S0fqU8ArYqK8Yqsal-VOE35YuXJiEJS/s1000/IMG_2035.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="441" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjnkgClKNLP6WtjEugVDGGuru1OuIbC8s-WLB3zVdlFFklAOoMZAi7sBoEEyvqUAkELxbWNvxxS1I3tsprTQ-5lQr3T24m_pSzIqj3DqvhhdWy04S0fqU8ArYqK8Yqsal-VOE35YuXJiEJS/s640/IMG_2035.JPG" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Amanecer en el aeropuerto</td></tr>
</tbody></table>
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjvm9j2JDfiCwK2NeRyXOdg0Iol_FY38p3ESB5H2954J6R1xiGipPP9Jqy0vflTHIpUIHgXaYxyn-E-7SSoe6mNT63lxhRjh-DotefY3kAtskS_oHX_LaRH4euBY6Ksz3NUQrnJp6UUo_Mw/s1000/IMG_8738.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="427" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjvm9j2JDfiCwK2NeRyXOdg0Iol_FY38p3ESB5H2954J6R1xiGipPP9Jqy0vflTHIpUIHgXaYxyn-E-7SSoe6mNT63lxhRjh-DotefY3kAtskS_oHX_LaRH4euBY6Ksz3NUQrnJp6UUo_Mw/s640/IMG_8738.JPG" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Adiós... ¡hasta la próxima!</td></tr>
</tbody></table>
<br />Hernan Brusahttp://www.blogger.com/profile/00907133139203446621noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-7372026833175286890.post-55531857060843508072013-06-23T13:25:00.000-07:002015-11-28T12:26:50.621-08:00Noroeste parte VDesde ahora hasta el fin del viaje la ruta iba a ser siempre en bajada (al menos, eso era lo que yo creía). A diferencia de las lentas y esforzadas pendientes que habíamos tenido que encarar, desde que agarré para el sur la Morocha atravesaba la Quebrada de Humahuaca a toda velocidad loca de contenta por no andar ahogándose ante la falta de oxígeno en las interminables subidas que la pobre se venía bancando desde hacía días. Siendo que esa noche era la luna llena más grande del siglo según me dijeron por mensajito, mi plan era festejarla en Purmamarca recorriendo y fotografiando coloridos parajes nocturnos bajo el plateado influjo de su luz.<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj-8e0qPPXdhr_NrAlie7RVXVbricv3_G5mfeLtivqPS5kVr6jVTtHjsjcVt96G4wChrGlapWTnY7jYP5pvXYvGUvbE52XZjgdpvsLsZobY07mvqpevefC2p7LzrmXjuqEnw1VQ17mHlMSx/s1600/IMG_1857.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="394" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj-8e0qPPXdhr_NrAlie7RVXVbricv3_G5mfeLtivqPS5kVr6jVTtHjsjcVt96G4wChrGlapWTnY7jYP5pvXYvGUvbE52XZjgdpvsLsZobY07mvqpevefC2p7LzrmXjuqEnw1VQ17mHlMSx/s640/IMG_1857.JPG" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Maravillosos colores quebradeños detrás de Humahuaca</td></tr>
</tbody></table>
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj-l1i9qHCzVSj7lnrSKNM69xiGcFrzAjJQx7JSbmslw6gGSfiz6PdLgsS1wQ_4hNqmZjhMD-1wawmOFYmgNWEjrCJSj3EGFY_fUaSZoK4antgMIf_3Fcj1b2UrXCaEynebMm67Py3K8WH_/s1600/IMG_8459.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="426" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj-l1i9qHCzVSj7lnrSKNM69xiGcFrzAjJQx7JSbmslw6gGSfiz6PdLgsS1wQ_4hNqmZjhMD-1wawmOFYmgNWEjrCJSj3EGFY_fUaSZoK4antgMIf_3Fcj1b2UrXCaEynebMm67Py3K8WH_/s640/IMG_8459.JPG" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Cementerio de Maimará, lindo lugar para pasar la eternidad</td></tr>
</tbody></table>
Hice una breve parada al borde de la ruta a orillas de Maimará para ajustarme el casco sin siquiera bajarme de la moto, y se me acercó un perro con toda la onda a saludarme. Apenas lo acaricié, ¡se subió a la moto! Increíble, no podía parar de reirme. Arranqué despacito y saltó, pero cuando paré se volvió a subir. Recién en ese momento (y no antes), deseé estar en auto para poder cargarlo, era el perro ideal para mí. Cuando reanudé la marcha y subí al asfalto tomando velocidad, corrió tras de mí empequeñeciéndose con tristeza en el espejito retrovisor.<br />
<br />
<a name='more'></a><br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgywNovA7c5WkyeXpzl6hRx9daXhIVjS_0P4b1vX7PGk2tOnh908p-n-iZb88YjGZy74vHSNXf-2flZq3RZYuWCYdFnvQ0z0PPQ2Ywoq9BFwAEWYkOYTw8bOoBs9ER1mRCCsRpQrqvrQLka/s1600/IMG_8469.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="426" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgywNovA7c5WkyeXpzl6hRx9daXhIVjS_0P4b1vX7PGk2tOnh908p-n-iZb88YjGZy74vHSNXf-2flZq3RZYuWCYdFnvQ0z0PPQ2Ywoq9BFwAEWYkOYTw8bOoBs9ER1mRCCsRpQrqvrQLka/s640/IMG_8469.JPG" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Cómo me lo hubiera llevado...</td></tr>
</tbody></table>
Me costó reconocer Purmamarca después de 15 años. En este lapso la habían declarado "patrimonio de la humanidad" junto a toda la quebrada, y semejante título fue demasiado para la humildad de sus callesitas de tierra. Cuando yo estuve por primera vez, había encontrado un auténtico pueblito de la puna donde la gente te invitaba a comer y/o dormir a su casa, te saludaba por la calle o podías dejar la mochila en la plaza principal para ir a hacer un trámite, era un pueblo con identidad y alma de Puna. Pero esta vez me encontré con un pueblo turístico lleno de hoteles "boutique", negocios y mercados de productos artesanales/regionales a precios elevados. El aire de hospitalidad había sido sacudido por un viento comerciante, y parecía que la mitad de la población estable no era de ahí. Sentí lástima y bronca, ya que internamente supe que esa zona ya nunca más volvería a ser lo que fue, la auténtica identidad de ese pueblo de algún modo se había perdido dando paso a una fachada que intentaban vender en cada calle. Pero claro, la belleza de los cerros de colores estará ahí por siempre sobreviviéndonos.<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjjWchm59rTowMXa62pqrxyv4wspJ4aQd6zGwkKIYXDLIobLeKZ83nLS8ISpgxahzSD31tzhJ2o6qxUZRR166eCAJZT6zySkoOIvWvrYyflR2eNea7ZKK2MizbnycDLdH26RrT50cyWKMqh/s1600/IMG_8509.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="426" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjjWchm59rTowMXa62pqrxyv4wspJ4aQd6zGwkKIYXDLIobLeKZ83nLS8ISpgxahzSD31tzhJ2o6qxUZRR166eCAJZT6zySkoOIvWvrYyflR2eNea7ZKK2MizbnycDLdH26RrT50cyWKMqh/s640/IMG_8509.JPG" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Sigue siendo uno de los pueblos más lindos del país</td></tr>
</tbody></table>
Después de alojarme busqué un lugar casero donde cenar. Me costó, pero finalmente encontré uno que me ofreció un guiso de llama delicioso. Para coronar, un flan de quinoa y encaré rumbo al hotel a buscar el equipo listo para pasarme la noche sacando fotos entre los cerros, pero al salir y dar el primer paso en la calle quedé paralizado: ¡estaba nublado! ¡Tenía sobre mí la luna llena y estaba tapada! El plan era demasiado bueno como para abortarlo, me puse a pensar en una solución y me la dio la Morocha a la distancia, estacionada en la oscuridad a la puerta de mi habitación unas calles más abajo. Por Purmamarca pasa la ruta 52, el Paso de Jama que cruza la cordillera a Chile y que yo había atravesado a dedo 15 años atrás. Si subía la empinada cuesta de Lipán, iba a pasar la línea de nubes y encontrar a la luna, y además, podría ir a hacer fotos nocturnas a las Salinas Grandes, en vez de al día siguiente como tenía pensado. Fui rápidamente al hotel, cargué el equipo fotográfico, me puse todo el abrigo que tenía (incluyendo bolsas de plástico en los pies, no era boludo, sabía que estaba encarando un camino de alta montaña de madrugada), y salí. Hice una breve parada en un kiosquito para comprar algo líquido, y le comenté mis planes a la señora que atendía. Demás está decir que intentó convencerme de que no vaya, que a esas alturas me iba a congelar y que era muy peligroso. Bueno, hace quince años el paso de Jama era de tierra, pero ahora estaba hecha a nuevo en asfalto, tenía por delante una aventura del carajo y unas fotos inigualables, imposible perdérmelo. La señora se sonreía pero fruncía las cejas al mismo tiempo, supongo que pensó que estaba loco. La busqué al día siguiente para mostrarle las fotos demostrándole lo contrario, pero no estaba.<br />
Llegué a la ruta y aceleré. Purmamarca había crecido mucho, a ambos costados del camino brillaron hoteles y clubes por un par de kilómetros. Cuando por fin dejé el último chisporroteo atrás, me hundí en una oscuridad de túnel hacia lo incierto. Las nubes casi no dejaban pasar la luz, las montañas se cerraban a mis costados, me atacó una sensación de soledad. El camino lentamente subía, la cuesta de Lipán me esperaba agazapada detrás de cualquiera de las siguientes curvas. Sabía que algunos kilómetros más adelante el camino subiría vertiginosamente 2000 metros en apenas 17 kilómetros. La Morocha, que se pensaba que ya no iba a hacer más esfuerzos sin aire, se la bancó calladita logrando hacer en cuarta la primera parte del camino, hasta que llegué a la esperada cuesta.<br />
La cuesta en cuestión es una viborita de asfalto que no hace otra cosa que subir, no avanza digamos hacia ningún lugar, sube nomás. Las nubes las pasé al toque, la luna explotó para mí y para toda la zona derramando belleza por donde posara mis privilegiados ojos. Obviamente me detuve a admirar el nuevo mundo que nacía para mí y la sensación de soledad desapareció por completo. Estaba acompañado por seres fascinantes: los cactus. En esa zona viven unos cactus de hasta 3 metros de alto que, en la estable quietud y el poderoso silencio que me envolvían, y además bañados por la luna, se percibían como presencias ancestrales. Fue muy intenso, quedé maravillado. Me movía lentamente para no despertarlos. Después de un rato que pareció eterno y de varias fotos, volví a la ruta.<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgqziEx_Ah1rMJiYE-vz6eG6zf65h8Ta54UVLzolpw46HBAcvMCPDAtfJZsh-2eJtPfQ74EqVxVWuBojD44u4oMLu_6gS5Yo_dG7Kb6bJz3GRsGurjWdhGO28IInE3iof_vVDNm4SlFMaeH/s1600/IMG_8471.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="426" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgqziEx_Ah1rMJiYE-vz6eG6zf65h8Ta54UVLzolpw46HBAcvMCPDAtfJZsh-2eJtPfQ74EqVxVWuBojD44u4oMLu_6gS5Yo_dG7Kb6bJz3GRsGurjWdhGO28IInE3iof_vVDNm4SlFMaeH/s640/IMG_8471.JPG" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Dejando las nubes atrás, encontrando la ansiada luna llena</td></tr>
</tbody></table>
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhvL_ApLYq8c7v7H2FJxv3m0-fKts3W8WnyFAspNhAAFnEh4bHQSm0kbrtc1uvctzUFzEdc-YcUz4ZtELdPEyVlwDVN7t1B6cn5WCRmhwHoyEqJHUugNUZpLj7rlylc3-glL_qVjXPawu5G/s1600/IMG_8478BN.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="426" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhvL_ApLYq8c7v7H2FJxv3m0-fKts3W8WnyFAspNhAAFnEh4bHQSm0kbrtc1uvctzUFzEdc-YcUz4ZtELdPEyVlwDVN7t1B6cn5WCRmhwHoyEqJHUugNUZpLj7rlylc3-glL_qVjXPawu5G/s640/IMG_8478BN.JPG" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Presencias en la noche</td></tr>
</tbody></table>
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhduEUoPSRrIcuJ8Lbo6TXpTyKYcTIHhEgwbBslfcnW9Tztxq-FbjoGSfMRdNFEp0w4H7pQkOPPhYoEmDzCf2EaCu2W8vQIeAZzs6QVETLZa6qyDq5T_QmybaQmde7XuvHyhEvK03E_dbGi/s1600/IMG_8491.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="426" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhduEUoPSRrIcuJ8Lbo6TXpTyKYcTIHhEgwbBslfcnW9Tztxq-FbjoGSfMRdNFEp0w4H7pQkOPPhYoEmDzCf2EaCu2W8vQIeAZzs6QVETLZa6qyDq5T_QmybaQmde7XuvHyhEvK03E_dbGi/s640/IMG_8491.JPG" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Silencios extáticos</td></tr>
</tbody></table>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgNdoS_2VGgmV4H7S1gbAKHN600orDBASrrKSxXOX2H3WKaPjZPMmGNc4LEcj04ABpT-d4tclXCx8YNOG6iHlS3dIe2qwxNvae0BjQDXI0KcFxgBkDlqkzWegcnIwyrPMB5CogGwhGhfCvZ/s1600/IMG_8492.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgNdoS_2VGgmV4H7S1gbAKHN600orDBASrrKSxXOX2H3WKaPjZPMmGNc4LEcj04ABpT-d4tclXCx8YNOG6iHlS3dIe2qwxNvae0BjQDXI0KcFxgBkDlqkzWegcnIwyrPMB5CogGwhGhfCvZ/s400/IMG_8492.JPG" width="266" /></a></div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi5C23drKMy5cJ74d4EEtluuFHiwcTNfJkE9uRlOa7i9XqMWlza8q59Tn1rwWQVsRBcnXd1KhkbR0bzqgFdXo_XwG2z9TLGk1j-0CTJzf95PARCUxX3cqBe2GjPwjFESKTH3AtbExzLyZEr/s1600/IMG_8493.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="426" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi5C23drKMy5cJ74d4EEtluuFHiwcTNfJkE9uRlOa7i9XqMWlza8q59Tn1rwWQVsRBcnXd1KhkbR0bzqgFdXo_XwG2z9TLGk1j-0CTJzf95PARCUxX3cqBe2GjPwjFESKTH3AtbExzLyZEr/s640/IMG_8493.JPG" width="640" /></a></div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiVOfgJmeZMPTdUFxMULtQ-H2W7WNMx3YXOAIPQB2_vpzpNd_e6F477mnb1WaOMA9HgNSKInqPgqbdVtsvHwgD4XnQRVh5wtDQDvkjkHH2Ghe6E-llcaAUUXYx0tey9vrUYXJx9NMnssIL0/s1600/IMG_8498.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="426" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiVOfgJmeZMPTdUFxMULtQ-H2W7WNMx3YXOAIPQB2_vpzpNd_e6F477mnb1WaOMA9HgNSKInqPgqbdVtsvHwgD4XnQRVh5wtDQDvkjkHH2Ghe6E-llcaAUUXYx0tey9vrUYXJx9NMnssIL0/s640/IMG_8498.JPG" width="640" /></a></div>
<br />
La moto venía haciendo fuerza, trepaba la víbora sin fin haciendo caso omiso de los carteles de "Precaución, usted se está adentrando en camino de alta montaña". A mitad de la cuesta, la subida se pronunció aún más. Era un ir y venir incesante, tan empinado, que la moto iba en 2ª con el motor fallando todo el tiempo, y las curvas las tenía que hacer en 1ª, ¡y eso que venía sin equipaje! Ahí fue cuando me comenzaron a doler los pulmones. Como venía bien abrigado no había notado que la temperatura había bajado bruscamente, así que me calcé un cuello polar cubriendo mi cara dentro del casco y seguí subiendo. El camino se empezó a hacer largo. Hasta las salinas habían sólo 60km desde Purmamarca, pero los primeros 30 eran la famosa cuesta, y ya hacían casi dos horas que había partido y aún no había llegado, ¡iba demasiado lento! Para colmo, cada vez hacía más y más frío, ¡y eso que no soplaba viento! Los cactus hacía rato habían desaparecido, estaba adentrándome en un frío paisaje lunar. En un momento crucé unas casillas al costado del camino junto a unas máquinas estacionadas, quise imaginar que no habían trabajadores ahí dentro congelándose. El clima definitivamente se había tornado muy hostil, ya no era la calma de la zona de los cactus, dentro de alguna pequeña porción de mi cerebro había comenzado a sonar, despacio pero intermitente, la alarma del instinto de conservación. Tampoco soy extraterrestre che. Pero seguí adelante, claro.<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEixhdyJUYTwumJSGB6V6FVsf5tBrdoqBTCY-GemmJMR3OdZC5s-HeKeiaQB62YttHQQayoD7cVmwTQ74khyVmMrD1QRuQzoUUelS6tHM6vqYKSoExosnMz252ZCrcTwRPxRg-uX6aYCi5wr/s1600/IMG_8472.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="426" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEixhdyJUYTwumJSGB6V6FVsf5tBrdoqBTCY-GemmJMR3OdZC5s-HeKeiaQB62YttHQQayoD7cVmwTQ74khyVmMrD1QRuQzoUUelS6tHM6vqYKSoExosnMz252ZCrcTwRPxRg-uX6aYCi5wr/s640/IMG_8472.JPG" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Camión solitario animándose a cruzar la cordillera de madrugada</td></tr>
</tbody></table>
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh1D3ogiZCIxjOx6JpfspSsNLCxvSf47rihcylScm1uiX0JHRCl2mntSPJcV-jbbr8Q1hBpI2-mY6nq4jUME43Mw_nMZ3gj5JQRzAJ0tF0Zvmq-Nj5pKxelt_sgL5QVPIp5dkn8GyZl39ZH/s1600/IMG_8480.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="426" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh1D3ogiZCIxjOx6JpfspSsNLCxvSf47rihcylScm1uiX0JHRCl2mntSPJcV-jbbr8Q1hBpI2-mY6nq4jUME43Mw_nMZ3gj5JQRzAJ0tF0Zvmq-Nj5pKxelt_sgL5QVPIp5dkn8GyZl39ZH/s640/IMG_8480.JPG" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Alturas de Jujuy</td></tr>
</tbody></table>
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhYsYOW2oXPxJkYNQNGg5hgK6jLDSmvKOyRGPrGnLIx792VGn2wpAZpuHaKol5q0bMdWXmhSz8G-puWqqkHi-wFIJcqSapie8tuddKbocXVVV1tZmMCUQOr3r3nwrMZQ4n2bDn90rtH6Z7X/s1600/IMG_8481.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="426" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhYsYOW2oXPxJkYNQNGg5hgK6jLDSmvKOyRGPrGnLIx792VGn2wpAZpuHaKol5q0bMdWXmhSz8G-puWqqkHi-wFIJcqSapie8tuddKbocXVVV1tZmMCUQOr3r3nwrMZQ4n2bDn90rtH6Z7X/s640/IMG_8481.JPG" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">1AM. La Morocha logró alcanzar la cumbre del Quemado, ¡a 4170 metros de altura!</td></tr>
</tbody></table>
Después de dos horas de ruta increíblemente esforzadas (¡venía a 15km/h loco!) llegué al fin al abra de Porterillos, en el cerro Quemado, a 4170m de altura, ¡con luna llena! Era increíble, nuevamente estaba en el techo de argentina, ¡y de noche! A pesar de lo hostil del clima pude detenerme a apreciar la salvaje belleza que me rodeaba. Estaba parado sobre la Cordillera, el silencio y las distancias eran infinitas, fue fabuloso. Era la 1AM, tenía las piernas y los pies congelados a pesar de las capas de abrigo, ya con algunas dudas me volví a subir a la moto y seguí adelante. Ahora el camino era en bajada lo cual me traía más dudas, ¡porque al regreso lo iba a tener que subir! En varias de las curvas amagué a frenar y hasta frené para preguntarme si seguir o volver, estaba manejando por Marte y si se me llegaba a parar la moto o algo ya había riesgo de vida (en teoría, porque en la práctica volvería caminando cuestre lo que me cuestre). Así a las vaciladas llegué a la ladera trasera del Quemado y las vi. Allá a lo lejos en un valle de altura, las salinas. El blanco borroso era inconfundible. Y a mi izquierda, también a lo lejos, el nevado del Chañi, inmenso e imponente dueño de aquellas soledades. Aún faltaban 30km para llegar a las salinas, entre que llegara e hiciera fotos, iba a encarar el regreso (con 30km de subida) a las 3AM. En dos horas la temperatura iba a bajar aún más, no me quedó otra que aceptar que era una locura y cambiar los planes: volvería al día siguiente. Di la vuelta y me entregué feliz a la bajada en una noche única en mi vida.<br />
(<a href="http://www.youtube.com/watch?v=SCAYg1Xviro" target="_blank">Escuchar esta canción viendo las próximas fotos</a>)<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgqQQcxaKOOhBvfY9mei84llJgjTwAq0ljt39kzPTbybdBRB2X1FeuVZxxx5Bi6zS8e0oWGrYjM6qlcxf46W2lYrKm50aOy22nhG-3vjlkCYoglAljEhK_gpKPS02JqembdprPg7nFYTZMq/s1600/IMG_8484.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="328" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgqQQcxaKOOhBvfY9mei84llJgjTwAq0ljt39kzPTbybdBRB2X1FeuVZxxx5Bi6zS8e0oWGrYjM6qlcxf46W2lYrKm50aOy22nhG-3vjlkCYoglAljEhK_gpKPS02JqembdprPg7nFYTZMq/s640/IMG_8484.JPG" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Del otro lado del Quemado, las salinas a lo lejos</td></tr>
</tbody></table>
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjTLcuUpS3aEXooOar7OvFyd7esna00Ss6a7SZUZQG8yiMXmDeKMrEuqdoY_spkhS1nCtHX1ThQ84ZVLvtLDoQvvrj7kockjpg4-NMiEA5LPZcsY9u7XgEgqIqCPigtHr3-x9m-mDh2jR7r/s1600/IMG_8486.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="426" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjTLcuUpS3aEXooOar7OvFyd7esna00Ss6a7SZUZQG8yiMXmDeKMrEuqdoY_spkhS1nCtHX1ThQ84ZVLvtLDoQvvrj7kockjpg4-NMiEA5LPZcsY9u7XgEgqIqCPigtHr3-x9m-mDh2jR7r/s640/IMG_8486.JPG" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">El nevado del Chañi, desde el punto en que pegué la vuelta</td></tr>
</tbody></table>
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgptUcQns7FWY5YAff57RBxtbaXMu1YR8OkDwA07uYvjPJCirZ3RFAGbGeF98Op85k7_crkT-gcTihPC-QEj5a_g0reXyMw5hntDSi7IyM-X8V31URPfIu9m3igKZVNxJ5ATEuHr6Vft51m/s1600/IMG_8487.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="426" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgptUcQns7FWY5YAff57RBxtbaXMu1YR8OkDwA07uYvjPJCirZ3RFAGbGeF98Op85k7_crkT-gcTihPC-QEj5a_g0reXyMw5hntDSi7IyM-X8V31URPfIu9m3igKZVNxJ5ATEuHr6Vft51m/s640/IMG_8487.JPG" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">La Morocha bajando como piña</td></tr>
</tbody></table>
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEge6UXoThHhY91fSOiHyH4rByStwkbq_sSjo2rXHHtyZ8vQ6gMs6MlEMLVkmHqAFvGNjqV_ZzJRiw4WFHClzlv9xaSQJxr9g7OWOd61Zvl8Ub8O3FZpsRBVeqz1PnCOhCQ5bid1EWFdBt2v/s1600/IMG_8504.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="426" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEge6UXoThHhY91fSOiHyH4rByStwkbq_sSjo2rXHHtyZ8vQ6gMs6MlEMLVkmHqAFvGNjqV_ZzJRiw4WFHClzlv9xaSQJxr9g7OWOd61Zvl8Ub8O3FZpsRBVeqz1PnCOhCQ5bid1EWFdBt2v/s640/IMG_8504.JPG" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Purmamarca me recibe a las 2AM con una sorpresa: cielo despejado. A pesar del cansancio y del frío que había chupado dejé la moto y salí a caminar por los cerros a hacer unas fotos más. A las 4AM me desmayé en la cama sin imaginar lo que me esperaba al día siguiente, el último en Jujuy.</td></tr>
</tbody></table>
<br />
CONTINUARA...<br />
<br />Hernan Brusahttp://www.blogger.com/profile/00907133139203446621noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-7372026833175286890.post-87980000027560004652013-06-15T15:23:00.001-07:002013-12-09T13:31:11.209-08:00Noroeste parte IVIruya es un pueblo fuera de lo común. Además de su aislamiento debido al tortuoso camino de alta montaña que hay que animarse a hacer para visitarlo, y de estar escondido entre cerros altísimos y escarpados, se asienta sobre una ladera tan pero tan empinada que hasta es difícil y peligroso transitarlo en auto. Y en moto ni te cuento. Es como si el pueblo entero estuviera colgando de la montaña agarrándose con las uñas para no caerse. Para llegar a la "parte céntrica" (1 cuadra) tuve que tomar dos subidas en 1ª armándome de valor. Una vez ahí, dejé la moto cargada y fui a buscar dónde hospedarme. Encontré un lugar con muy buena vista a dos cuadras, pero... ¡dos cuadras más arriba! Esos 200 metros fueron los más empinados del universo, tanto, que es difícil subirlos a pie sin hacer una parada para respirar. ¡Imagínenme mandándome con la moto cargadísima! Me encomendé a los santos y diablos esperando no hacer willy ni que se me pare el motor y me mandé. Obviamente, la morocha llegó cagándose de risa, como siempre.<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh22P-FMAnOgxgVMs0PJ-V_1SwKG8FCr3IfhqGoPMSRKkDiuMyENZKzlnmKbtr-XznMlkeLOujKNdYN-0X1gO0SBhs_JZs0Y5rAbFaVXBXfaNJ_LM1mVTMD1fgzG8nXTPJAfUxY8QbZT6q0/s1600/IMG_8204.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="344" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh22P-FMAnOgxgVMs0PJ-V_1SwKG8FCr3IfhqGoPMSRKkDiuMyENZKzlnmKbtr-XznMlkeLOujKNdYN-0X1gO0SBhs_JZs0Y5rAbFaVXBXfaNJ_LM1mVTMD1fgzG8nXTPJAfUxY8QbZT6q0/s640/IMG_8204.JPG" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Iruya escondida entre filosos cerros</td></tr>
</tbody></table>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi4fD23EL8U3E6hnZjrtEtlNs9Ge8DKqZCSh2wj9GDpNSg9FLlaRELG37lP4NmQhYzQ69il7LxfzH42zA5QS915vZ9XNVKv_cfIsPbrFWU5bD0na46U9kPPlFF-c7NE2hlKHrKEf-4Ex4Sx/s1600/IMG_8447.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="426" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi4fD23EL8U3E6hnZjrtEtlNs9Ge8DKqZCSh2wj9GDpNSg9FLlaRELG37lP4NmQhYzQ69il7LxfzH42zA5QS915vZ9XNVKv_cfIsPbrFWU5bD0na46U9kPPlFF-c7NE2hlKHrKEf-4Ex4Sx/s640/IMG_8447.JPG" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">La "parte céntrica" de Iruya</td></tr>
</tbody></table>
Conseguí un cuarto con vista a las montañas. Hay muchos lugares donde alojarse, ¡hasta hay un hotel de lujo! En un lugar como Iruya, eso fue inesperado para mí. Es que Iruya no es la que era. Con sólo decir que la gente al cruzarte por la calle no te saluda... Fue cruelmente invadida por el turismo (con crueldad adjetivo un turismo virósico, que transforma el lugar que alcanza), como toda la Quebrada de Humahuaca desde que la nombraron "patrimonio de la humanidad", llenándose de "hoteles boutiques" y transformando esos pueblos auténticos en auténticos negocios. Yo anduve recorriendo la Quebrada exactamente 15 años atrás, y el cambio que vi en los pueblos fue tan pero tan grande que me alegró internamente el hecho de haberla conocido antes del ocaso de su esencia.<br />
<br />
<a name='more'></a><br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi_DqrF1zWDVVj0HsUVAo8VPOKkkb1mCL7cw-IX2SMtxnPGgKXnxkWxcjhW6WQuKcnrrFUeP1TxdX3E2qCnnlxdQr9aZbvAZOS41r43wzS4iGcsoX2nvpc8TxIub4P8FS8MnAZkAuEX7KGw/s1600/IMG_1823.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="480" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi_DqrF1zWDVVj0HsUVAo8VPOKkkb1mCL7cw-IX2SMtxnPGgKXnxkWxcjhW6WQuKcnrrFUeP1TxdX3E2qCnnlxdQr9aZbvAZOS41r43wzS4iGcsoX2nvpc8TxIub4P8FS8MnAZkAuEX7KGw/s640/IMG_1823.JPG" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Ventana de mi cuarto</td></tr>
</tbody></table>
Iruya no quedó afuera de esta especie de invasión. En un pueblo tan pequeño y tan alejado me resultó muy extraño no saludarme con la gente. Sobre una calle de piedras y casas muy antiguas, hay un local pequeño pintado de blanco con el cemento parejito, incandescentemente iluminado con un cajero automático adentro, enchastrando el paisaje. No digo que no pongan un cajero, pero que siga la onda del lugar por lo menos sin desentonar. Por la noche, en ese mágico lugar de calles ancestrales y oscuras que escuchan los secretos de las montañas, una bola de luz blanca proclamando el lugar del dinero me provocó tristeza, al igual que en Purmamarca, frente a la plaza principal. Pero bué, yo también me mando mis buenas cagadas así que no puedo ponerme a decirle a nadie lo que tiene que hacer, cada uno verá y nos aguantaremos las consecuencias de nuestras acciones y maneras de pensar.<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi2C-8Cp3uS2Rteh8FCui2giCJtGqCDmb-2UFAnJI0uTnIM3XVcHRW2pYCW-X3kFpc1yF0nWXquMNzHXLMU9sUtqV-y1Oou2Wz_oqgC8woSe-u-zM-WsOkG6JQ9eTx77pU0sNL-ucBpcClI/s1600/IMG_8203.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi2C-8Cp3uS2Rteh8FCui2giCJtGqCDmb-2UFAnJI0uTnIM3XVcHRW2pYCW-X3kFpc1yF0nWXquMNzHXLMU9sUtqV-y1Oou2Wz_oqgC8woSe-u-zM-WsOkG6JQ9eTx77pU0sNL-ucBpcClI/s640/IMG_8203.JPG" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Vista desde la puerta de mi cuarto</td></tr>
</tbody></table>
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj3sNmpHLMrXACyXyfSbzN1fUqkWakCgq11ya7L4-7YJNZeUdsjTmtCwnghzJSWi5ntcqJAG9Oi-JA9A1vGRg4oAoxDk7Ea7bpzslxfJWEUjp2WiZtHO4A26xxvSLt54ayQSpgGJNZ3NRmY/s1600/IMG_8288.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj3sNmpHLMrXACyXyfSbzN1fUqkWakCgq11ya7L4-7YJNZeUdsjTmtCwnghzJSWi5ntcqJAG9Oi-JA9A1vGRg4oAoxDk7Ea7bpzslxfJWEUjp2WiZtHO4A26xxvSLt54ayQSpgGJNZ3NRmY/s400/IMG_8288.JPG" width="266" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Típica callesita de Iruya</td></tr>
</tbody></table>
Acabo de detallar un par de puntos negativos, pero sobran los positivos. Iruya es hermosa, atrapada entre esos cerros filosos de colores, las callesitas zigzageantes y antiguas, el mirador sobre el pueblo con vista al valle, las estrellas ahí nomás a mi alcance frío. Hay misterios rondando que ningún cambio pudo opacar. Obviamente, me fui a buscar dónde morfar, ya había anochecido y no había ingerido nada caliente en todo el día más allá de mate amargo. Encontré un típico comedor norteño (no le digo restaurant porque sería una blasfemia): mesa y sillas de madera sobre piso de tierra, platos de guiso humeante con vino dulce servidos por una señora que vive ahí. Volví a las callejuelas con la panza contenta y el corazón lleno a recolectar en la fría noche manojos de asombros que se me ofrecieron por doquier. Esta zona cuenta con mayor amplitud térmica que la quebrada, del otro lado del cordón serrano, por lo que si bien de día estaba en remera, de noche la temperatura llegaba a los 0º. Pero como yo tenía ropa térmica, eso no fue un problema, sino un condimento más. En realidad, y a pesar de lo que todo el mundo piensa y yo pensaba antes, desde que me subí a la moto dejé de sufrir los inviernos, ya que ahora estoy equipado (otra no queda).<br />
Tenía el trípode conmigo, por supuesto, así que me perdí por los pasadizos silenciosos de una Iruya nocturna extasiado por estar donde estaba. Después de un par de horas encaré la subida al hospedaje, pero a pesar del cansancio por el largo día que llevaba en las espaldas, y de lo que me costó llegar a la entrada por lo empinado de la calle, en vez de entrar a la habitación seguí subiendo más hasta el final del pueblo, y de ahí tomé el camino al mirador. Este último tramo tuve a Iruya a mis pies, un racimo de luces colgando de la montaña sobre el angosto valle. En el mirador, a pesar de lo intenso del frío de la madrugada, me detuve largo rato dentro de mí.<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjjEIZ1zqb32iFISJPv6-cOZ4zEva7tPsdubFRZYL29O_OwznQ8m4o6wMOUv4nkRvuiIETv6kA6boxaMgK-gopjQxMOV_WAvMGleYV6gy1F_fTbqpHQxqORL-lM2nk0Tq4-jhnC4lTU7Y4S/s1600/IMG_8183.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="427" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjjEIZ1zqb32iFISJPv6-cOZ4zEva7tPsdubFRZYL29O_OwznQ8m4o6wMOUv4nkRvuiIETv6kA6boxaMgK-gopjQxMOV_WAvMGleYV6gy1F_fTbqpHQxqORL-lM2nk0Tq4-jhnC4lTU7Y4S/s640/IMG_8183.JPG" width="640" /></a></div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi1nVqU2LvHpHEPqLHquWNKy22VhZdapTEuWixa1s37tRgHFpDTugkt1-XvLraRRSIapfHanVE6YwV88_SoiWd7R2I9EEr8D-aqFNoxvuCFRq1p8dD3pqPjD4bK8x91E_vEswwfAyzqiFqv/s1600/IMG_8189.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="427" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi1nVqU2LvHpHEPqLHquWNKy22VhZdapTEuWixa1s37tRgHFpDTugkt1-XvLraRRSIapfHanVE6YwV88_SoiWd7R2I9EEr8D-aqFNoxvuCFRq1p8dD3pqPjD4bK8x91E_vEswwfAyzqiFqv/s640/IMG_8189.JPG" width="640" /></a></div>
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjv_9bNcByyIkaEiGKGuo0zHwKdsyzNOSj9Ics4w5ruNpzLR07M2qB-dmPW2HosmIqfuIXa8a0G_Tg6BXvTYzAy0WtUZ3AuVT5WCfLGoZVjCBRAKVT4bnxy52VMdtXyCZa3ImAu5-s-Mfxn/s1600/IMG_8200.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="427" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjv_9bNcByyIkaEiGKGuo0zHwKdsyzNOSj9Ics4w5ruNpzLR07M2qB-dmPW2HosmIqfuIXa8a0G_Tg6BXvTYzAy0WtUZ3AuVT5WCfLGoZVjCBRAKVT4bnxy52VMdtXyCZa3ImAu5-s-Mfxn/s640/IMG_8200.JPG" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Vista desde el mirador</td></tr>
</tbody></table>
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhbusiQU5msgCIQ91LUFCmMvPAaVIX1DX1heSZv0IIGJp1E2UYfep904K-xc4x2l0yO3VDYtgOTxODrBPaYckOzflQjUVLxpTNr_0t_10gVS6t-5oZdH9pz1AP26aZ7vERW6unttWbunpSj/s1600/IMG_8449.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="254" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhbusiQU5msgCIQ91LUFCmMvPAaVIX1DX1heSZv0IIGJp1E2UYfep904K-xc4x2l0yO3VDYtgOTxODrBPaYckOzflQjUVLxpTNr_0t_10gVS6t-5oZdH9pz1AP26aZ7vERW6unttWbunpSj/s640/IMG_8449.JPG" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Mágica y fría madrugada desde el mirador</td></tr>
</tbody></table>
Al día siguiente me levanté con todas las pilas, si bien era mi 5º día de viaje, iba a ser el 1º dedicado a recorrer, a trepar, a pasear, a caminar. Cargué provisiones y encaré para San Isidro. San Isidro es un pueblo de la zona a 3 horas de caminata por un valle rodeado de cerros de colores, un paseo de cuento de hadas. El sol estaba fuerte, remojar los pies en el arroyo cada tanto era una delicia. Habían montículos de piedra por todos lados, no sé qué significaban pero yo hice el mío. Después de tres horas de asimilar tanta belleza llegué finalmente a San Isidro. Bah, a los pies del cerro, de ahí parriba. San Isidro sí es un pueblo auténtico. Solo y tranquilo allá arriba cerquita del cielo, no le preocupan nuestras caóticas preocupaciones. No hay calles para el ancho de un auto, sino para que caminen personas y animales de carga. Con el cansancio y el calor que llevaba encima, encontré una mesita de bar con vista al infinito para tomarme una cerveza. Para la vuelta enganché el camión que hace una vez por día el viaje a Iruya, disfrutando del atardecer enardeciendo esos colores sentado sobre la cabina.<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiOI_sPUKQ9Qt1fMwyxPxg5A6WwjkW8XxDlG_nzYRChfPdperNYCV9tzo91w69K51u6AU5G3JG60ldoowGMPJW0LD3AJoWg5i3_hhSvOZwizEvs9VjfIvrxpwArRrCoePevnGvd6JgBNaUF/s1600/IMG_8225.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="427" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiOI_sPUKQ9Qt1fMwyxPxg5A6WwjkW8XxDlG_nzYRChfPdperNYCV9tzo91w69K51u6AU5G3JG60ldoowGMPJW0LD3AJoWg5i3_hhSvOZwizEvs9VjfIvrxpwArRrCoePevnGvd6JgBNaUF/s640/IMG_8225.JPG" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Después de un par de horas, vislumbré esa solitaria casa que lo tenía todo</td></tr>
</tbody></table>
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhnVEOKcqPO6gGF3jN_KUhemmP0ui08ITHpWs-D-AESZphwe_QHGmonCtU2Gz2dlpO9amf3PzA9fr7c5fm6zMWepkL5yCE3a7fIFmlwWIiFo5T3CxHSOs49XuVfIOqcEz-6MLN_rPZaf4ji/s1600/IMG_8217.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="427" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhnVEOKcqPO6gGF3jN_KUhemmP0ui08ITHpWs-D-AESZphwe_QHGmonCtU2Gz2dlpO9amf3PzA9fr7c5fm6zMWepkL5yCE3a7fIFmlwWIiFo5T3CxHSOs49XuVfIOqcEz-6MLN_rPZaf4ji/s640/IMG_8217.JPG" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Mi montículo</td></tr>
</tbody></table>
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh_5SKCmPDswetHKAIbL3tw5BiP3mRwV8f_g5PyuLE_C9WACNufOBb9MKnO5SA9oYXfL95ZMOQA6Z8-xcOMGHDE35UFqYuf2QJjXZZcmSif6Y_uelRToyst94Y3KKQjymyqCilqvmAAfull/s1600/IMG_8229.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh_5SKCmPDswetHKAIbL3tw5BiP3mRwV8f_g5PyuLE_C9WACNufOBb9MKnO5SA9oYXfL95ZMOQA6Z8-xcOMGHDE35UFqYuf2QJjXZZcmSif6Y_uelRToyst94Y3KKQjymyqCilqvmAAfull/s400/IMG_8229.JPG" width="267" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Refrescando las patas</td></tr>
</tbody></table>
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgmjdYrf43VFDQZug37upOO0xBvEEKVBMl5S2xLexKeggg3v_0RsU1HSEDFTTUpTz9KsT8VxIAtWSPFtTzIk0MZK2UNPsjoFWSjGJ8Xb6dvyQQBLg6rbxP6Nfga_hiPetUzgkw-lFDKuyiv/s1600/IMG_8275.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="427" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgmjdYrf43VFDQZug37upOO0xBvEEKVBMl5S2xLexKeggg3v_0RsU1HSEDFTTUpTz9KsT8VxIAtWSPFtTzIk0MZK2UNPsjoFWSjGJ8Xb6dvyQQBLg6rbxP6Nfga_hiPetUzgkw-lFDKuyiv/s640/IMG_8275.JPG" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">San Isidro</td></tr>
</tbody></table>
El día siguiente encaré una caminata más ambiciosa, quise hacer llegar este inquieto esqueleto y estos ojos curiosos a San Juan a pesar de que distintas personas me advirtieron sobre las cornisas (paradójicamente sufro de vértigo) y que además no iba a llegar sin guía. No hice caso, grabé en mi mente un escueto mapa pintado a mano con unas pocas líneas en la pared externa de la comisaría y me mandé en compañía de un perro loco de contento como yo que salió a mi paso. Como el día anterior, sonrisas escarpadas de colores me rodearon toda la caminata. Si uno mira atentamente estos cerros, notará que hay caminos, sendas ocultos en ellos. Ni las alturas, ni los desfiladeros, ni las empinadas cuestas son obstáculo para la gente ni los animales que habitan por esos pagos. Pero para mí sí.<br />
Después de unos 45 minutos caminando vi una montaña altísima unos 5km más adelante, y pude divisar en su parte más alta un sendero en zig zag, apenas un hilo de coser cremita camuflado en las inmensas rocas verdes en las alturas de este rascacielos, así que apunté para allá. Me crucé con un paisano que venía de San Juan, quien corroboró que el hilo cremita era la subida que tenía que tomar. A diferencia de mí, había salido con las primeras luces del amanecer. El primer problema lo tuve cuando, ya casi a los pies del gigante verde, tuve que cruzar el arroyo. Juro que parecía fácil, pero el ancho era apenas más grande del máximo posible de mi salto y era bien caudaloso, rodeado de canto rodado todo alrededor. Lo remonté buscando alguna parte más angosta o piedra sobresaliente en el agua, pero nada, no encontraba por dónde cruzarlo. Varias veces amagué con saltar pero a último momento, parado en el límite de lo seco, las piernas desobedecían por instinto y seguía caminando, hasta que me cansé y salté. Caí bastante cerca de la orilla opuesta, con los dos pies juntos de lleno en el agua hasta los tobillos, así que la trepada venía de pies mojados dentro de zapatillas impermeables, ¡qué bárbaro che! Viéndome del otro lado, el perro corrió río arriba y al minuto apareció de mi lado. A mono viejo...<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj4mOr8Crdjf_NjJX3N1MNucNgthou3Igz6_ucH2emZfo0A_BQHt8a-j0UVYdyy-55cmwPG10vnLLNOHnr46rp6ktcAqtf6k-CwciIIyrhb1sQmldVnUjRGmzvSqaWxO1vg_mQqNYVG-bKU/s1600/IMG_8208.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="427" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj4mOr8Crdjf_NjJX3N1MNucNgthou3Igz6_ucH2emZfo0A_BQHt8a-j0UVYdyy-55cmwPG10vnLLNOHnr46rp6ktcAqtf6k-CwciIIyrhb1sQmldVnUjRGmzvSqaWxO1vg_mQqNYVG-bKU/s640/IMG_8208.JPG" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Vista de la montaña en la cual vislumbré el caminito (en la foto no se ve)</td></tr>
</tbody></table>
Caminé de regreso hasta la subida y encaré con ánimo el ascenso del gigante. Habré logrado un tercio hasta que el vértigo finalmente me venció. Ya estaba a la altura de un edificio de 20 pisos, y cada tanto pasaba por un recodo angosto al borde del precipicio. Por más que me concentrara ya la estaba pasando mal, es como una sensación difícil de soportar en las pantorrillas seguida de anulación mental provocada por una extraña atracción al vacío. Encontré una saliente con unos arbustos que me hicieron sombra donde tomé unos mates y dormí una siestita para recuperar la armonía. Desde ahí arriba, pude ver sobre la ladera de la montaña de enfrente, más abajo pero lejos de la base, una casa de adobe solitaria rodeada de unas pocas parcelas de cultivo. Pensé qué distinta sería la vida para esas personas, y me invadió una especie de nostalgia por lo que nunca llegaría a conocer. En un momento vi bien chiquita a la distancia una mujer de pollera larga y abultada salir de esa casa y caminar como si nada por una parcela en bajada casi colgando al borde del abismo.<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiLx8L_4NCtCD2yTda6YjkuHyjfG7WP0a2GvyvOeaiXxPo4SRWAd9rQBFz6xtBGgiIhgWi4uZ5QRH0tixF9XWLpEBiLdzCq9Rx9t4sE42JLLTuyk9SguVgjOtsIEKn-9w84BHPXvaA2uDfb/s1600/IMG_8320.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="427" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiLx8L_4NCtCD2yTda6YjkuHyjfG7WP0a2GvyvOeaiXxPo4SRWAd9rQBFz6xtBGgiIhgWi4uZ5QRH0tixF9XWLpEBiLdzCq9Rx9t4sE42JLLTuyk9SguVgjOtsIEKn-9w84BHPXvaA2uDfb/s640/IMG_8320.JPG" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Medio fruncido en la saliente a la que llegué</td></tr>
</tbody></table>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgHgvQiKglcR2Ijgj5v4qqMcMbGO-0R8J4zuSr8V_9nqodblpdZ4NYVf2yXIcsBSwrqp_OBP-QERzdFSVNfxw_KQbZNuMpihb9-Ki3MaRD7XgXflcfOv-3TwNCEyMyq1Z-V4fLFIKqn5fkP/s1600/IMG_8420.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgHgvQiKglcR2Ijgj5v4qqMcMbGO-0R8J4zuSr8V_9nqodblpdZ4NYVf2yXIcsBSwrqp_OBP-QERzdFSVNfxw_KQbZNuMpihb9-Ki3MaRD7XgXflcfOv-3TwNCEyMyq1Z-V4fLFIKqn5fkP/s400/IMG_8420.JPG" width="267" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">¡Siesta!</td></tr>
</tbody></table>
Días después me enteré que lo más difícil del camino me esperaba aún más adelante. Al llegar a la cima debía atravesar una planicie, y después un sendero angosto en bajada con una pared a un lado y un barranco inmenso al otro, que la gente del lugar transita hasta llevando materiales de construcción... Después de la siesta bajé hasta la seguridad horizontal y caminé río abajo hasta el cruce de este arroyo con el que venía de Iruya. Llamaba tristemente la atención la pureza de uno junto a la mugre del otro. Tuve otra vez el mismo problema, no encontraba por dónde cruzar (mi calzado se había secado durante mi siesta en las alturas). Vi dos paisanos venir caminando y me quedé a la distancia haciéndome el boludo para ver por dónde o cómo cruzaban, y no pude evitar matarme de risa cuando cruzaron el arroyo caminando como venían, sin que mojarse fuera un problema.<br />
En vez de volver a Iruya seguí río abajo por la bajada que lleva a la selva sin dar demasiada importancia al hecho de no tener más agua, aunque después de una hora como un playmóvil entre los gigantes, decidí volver ya que las montañas se sucedían unas a otras incesantemente. No contaba con que la vuelta iba a ser toda en subida, a mitad de camino ya no daba más, las fuerzas me habían abandonado. Con el sol en la cabeza, mucho cansancio acumulado y totalmente deshidratado, puse mis piernas en piloto automático y apagué mi cerebro. Es que si pensaba, sufría, y si me sentaba a descansar no me levantaba más. Caminé hacia adelante lentamente como un zombie, como si no fuera yo quien caminara, hasta que llegué después de un tiempo eterno a la botella de agua de plástico (que seguramente terminará contaminando ese valle durante siglos) y el chocolate envasado también en plástico que devolvieron el alma a mi cuerpo.<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgRH3dJmC2ebPhLBGhnwnODwDPm4iLDXPHJddseeT5Y4BdfLEuaqXdKCrFM4S2_tahTNd8jJbPLtQgBEN_Y4gfBJR3BB_ITzF7W3GSIyjFQUAq2e__jxnxgzJQlWUq1P9cvPa-QkJq4WJjC/s1600/IMG_8434.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="427" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgRH3dJmC2ebPhLBGhnwnODwDPm4iLDXPHJddseeT5Y4BdfLEuaqXdKCrFM4S2_tahTNd8jJbPLtQgBEN_Y4gfBJR3BB_ITzF7W3GSIyjFQUAq2e__jxnxgzJQlWUq1P9cvPa-QkJq4WJjC/s640/IMG_8434.JPG" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Ya sin agua bajando por el valle</td></tr>
</tbody></table>
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi8IxWV02dzYIUBiFbzpqE-99a35gUy2gu9BqoR4LOKgeHwWJxqkZRSCbJ1_w66NZR9kBtQuljoRBNnWVSg36ZtsnlvYnSelkfG7O8bhto5ol-siJzzT0-64veQYA30ozzZIEUOpljiyO_A/s1600/IMG_8423.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi8IxWV02dzYIUBiFbzpqE-99a35gUy2gu9BqoR4LOKgeHwWJxqkZRSCbJ1_w66NZR9kBtQuljoRBNnWVSg36ZtsnlvYnSelkfG7O8bhto5ol-siJzzT0-64veQYA30ozzZIEUOpljiyO_A/s400/IMG_8423.JPG" width="267" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Triste cruce de arroyos</td></tr>
</tbody></table>
Si bien los días eran de un azul inmaculado, por las noches las nubes se reunían en ese valle creando una atmósfera muy especial, parecía que estaba en una maqueta. Y al amanecer, desde la galería de mi habitación mateaba mirando las nubes difuminarse y los picos coloridos reapareciendo.<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh0SZLtJsHhjb62paMClWS3Dd4Rm-XWC14oNZofuOGPyWNx_U1D4yKB2vp73WAfas2DKwXAQIGYLggz50pZZWPL0-K85rE1hoDws1OtdCEzQ93d-rS91QegPi_YdoqYuywJthzcuOg3-N8X/s1600/IMG_8292.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="228" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh0SZLtJsHhjb62paMClWS3Dd4Rm-XWC14oNZofuOGPyWNx_U1D4yKB2vp73WAfas2DKwXAQIGYLggz50pZZWPL0-K85rE1hoDws1OtdCEzQ93d-rS91QegPi_YdoqYuywJthzcuOg3-N8X/s640/IMG_8292.JPG" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">La piel de la tierra, desde el mirador</td></tr>
</tbody></table>
Para la vuelta mandé casi todo mi equipaje en el colectivo que iba a Humahuaca. La subida que ahora tenía por delante era mucho más empinada que la de la venida, pero sin tanto peso la hice cagándome de risa. Desde Iruya tardé una hora justito hasta el Abra del Cóndor, donde hice una breve parada para despedirme del valle y encaré la bajada con velocidad, ya canchero en esto de manejar taladrando. Me tomó en total 3 horas llegar a Humahuaca, sin contar una parada de media hora en Iturbe. En la plaza de este pueblo me acerqué a cuatro iturbenses que festejaban la tarde dominical tomando vino blanco de caja, para preguntarles por la salida a la ruta ya que curiosamente me había perdido en ese pequeño pueblo, y me terminé uniendo a ellos. Brindamos por los presentes, los ausentes, hasta por los vasos, fue buenísimo. Los 7 km que restaron de ripio antes de la ruta asfaltada los hice de taquito con un dominio absoluto, batiendo mi récord de velocidad en ese tipo de terreno.<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi_MvXZluwLQvamOotb0At0j2VpTyBSSMIv_hjWNNTmeFC9W9xGrFGQ55dz6mKMt4bZ9HBiJLG80-WjSSZIXwznsvnnploO_IDKaMTqbj0z_hHi9fhcOK0LgOa97jEceTPznrtWHBSil9lM/s1600/IMG_1854.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="424" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi_MvXZluwLQvamOotb0At0j2VpTyBSSMIv_hjWNNTmeFC9W9xGrFGQ55dz6mKMt4bZ9HBiJLG80-WjSSZIXwznsvnnploO_IDKaMTqbj0z_hHi9fhcOK0LgOa97jEceTPznrtWHBSil9lM/s640/IMG_1854.JPG" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Festejando con la muchachada en Iturbe</td></tr>
</tbody></table>
En Humahuaca asesiné un chacinado mientras llegaba el micro de Iruya, recuperé el grueso de mi equipaje, lo amarré a la Morocha y salí rumbo a Purmamarca. Esa noche iba a ser la luna llena más grande del siglo y venía preparado para recibirla. Aunque no contaba con que por segunda vez en un mismo día iba a sobrepasar los 4000 metros de altura...<br />
<br />
CONTINUARA...Hernan Brusahttp://www.blogger.com/profile/00907133139203446621noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-7372026833175286890.post-89430423165325473182013-06-02T14:20:00.000-07:002013-12-09T13:31:21.787-08:00Noroeste parte IIIEsa mañana desperté aún con más excitación que la anterior: finalmente había llegado el momento de partir hacia Iruya. Desde que tuve el mapa en mis manos por primera vez (segundo paso luego de haber decidido viajar) planeé llegar a este pueblo salteño (porque Salta hace una comba, y está al este de Jujuy además de al sur). Al interiorizarme sobre las particularidades que me esperaban en esta travesía, fue que había comenzado a sentir esa excitación que esa mañana volviendo al mundo de los vivos (o despertando como se dice comúnmente) llegó a su punto cúlmine, combinado con el fuerte dolor de cabeza producido por mi primer día en las alturas.<br />
Mi idea era partir a las 9AM para ir con tiempo, por cualquier cosa que pudiera llegar a pasar, pero con sorpresa me terminé descubriendo a mí mismo arrancando casi al mediodía. Entre que desayuné, armé alforjas, fui a comprar provisiones, a cargar nafta, a boludear, se me hicieron las 11, y todavía tenía que meter la cebolla en el filtro de aire. Varias opiniones escuché afirmando que media cebolla en el filtro de aire oxigena más al motor, así que ese día haría la prueba. Con el sol ya alto y fuerte, a un costado de la estación de servicio la corté al medio y abrí el compartimiento de herramientas para sacar el destornillador philips, pero en vez de eso encontré un ramo de flores oculto desde Buenos Aires. A causa de esta maniobra estratégica para evitar bardos aeroportuarios, quedé de alguna manera desprotegido (como si viajar en moto no lo fuese ya suficiente) sin ninguna herramienta para emergencias ni cebolla que me oxigene. La cebolla quedó en la estación de servicio, yo me fui a Iruya.<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhSuM13sKqUUrqJ9CziQUVmy2966Ey0QbasQpNI9kBJ7S5kGQTXTF_NMwAX5Vsg3Z88VYMps_l3zm8Ym3v3yOd_6rnYyF1g5Q205Pl6v_UTR27OfkFOkxX2SW6kPBL2WXwtMD9lr2DK4WJY/s1600/IMG_1611.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="480" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhSuM13sKqUUrqJ9CziQUVmy2966Ey0QbasQpNI9kBJ7S5kGQTXTF_NMwAX5Vsg3Z88VYMps_l3zm8Ym3v3yOd_6rnYyF1g5Q205Pl6v_UTR27OfkFOkxX2SW6kPBL2WXwtMD9lr2DK4WJY/s640/IMG_1611.JPG" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Primera parte, asfaltada</td></tr>
</tbody></table>
<a name='more'></a><br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhDa9Fufg5zAzY0jqwMTFjVMWR5hXEnOjgus-AnT_JveArw3wO6OVkQZJDhP4yUqIiKEBW1MiycaGd7lUk4IryuH0QKkNZ4LqcdneCPDsGxhpR7EA1AcQjVllV0favi-TJF5_bMwTziJuyS/s1600/IMG_1617.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhDa9Fufg5zAzY0jqwMTFjVMWR5hXEnOjgus-AnT_JveArw3wO6OVkQZJDhP4yUqIiKEBW1MiycaGd7lUk4IryuH0QKkNZ4LqcdneCPDsGxhpR7EA1AcQjVllV0favi-TJF5_bMwTziJuyS/s400/IMG_1617.JPG" width="363" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
El límite entre el viaje y la aventura</div>
<br />
Los primeros 20 kilómetros fueron la ruta al norte hacia Bolivia, siempre con una leve subida. La Quebrada con sus colores quedó atrás. A pesar de la experiencia del día anterior, no dejaba de asombrarme viajar a tan poca velocidad debido a la falta de oxígeno para alimentar el motorsito que llevaba rugiendo entre las piernas. Con calma avanzaba hacia el norte atravesando páramos de sierras onduladas, ríos secos y muy poca vegetación bajo un cielo puramente azul. Por fin, el esperado cartel: "Iruya 54km". Un caminito de tierra en pésimo estado, lleno de piedras, serruchos y vados, todo todo para arriba, perdido en los cielos argentos, fue en ese momento todo para mí en mi vida. Obviamente, no habían rastros de civilización: la pura puna. Eso fue lo mejor, comenzaba la aventura. Avanzaba como podía entre tanta piedra, hasta que me fui acostumbrando, claro. Llegué a Iturbe después de 7km taladrando, el único pueblo que cruzaría en toda la travesía.<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjKdDCrBgUghxnZ3khBqPCAgzkZIET3g-nZz94tOX1yVg5kGsfLwvSjjHYBGTmo4fMEWsnTP_eBuzpBnpV-ERdQ15_zDHfLLP5RuFAUgvbCYhENTH6CIXaLRDF5nqa-f_yNmX9EdCrQd-OC/s1600/IMG_1620.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="480" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjKdDCrBgUghxnZ3khBqPCAgzkZIET3g-nZz94tOX1yVg5kGsfLwvSjjHYBGTmo4fMEWsnTP_eBuzpBnpV-ERdQ15_zDHfLLP5RuFAUgvbCYhENTH6CIXaLRDF5nqa-f_yNmX9EdCrQd-OC/s640/IMG_1620.JPG" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Camino en pésimo estado... Cuando vi esto pensé: ayayay la que me espera...</td></tr>
</tbody></table>
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjkTXXNA_9tNaa1dkP8igt5qHEipcHNVkuxHBryhaogPxBZoVlI8RywHpkIz0HCtIWpXsnejl5IDVdCSdn3zgPTN3aenTXJdWpT1LfCpEy52lwVs-a5e0HrdLw486PwW9JWCrlzzDvIc7VO/s1600/IMG_1646.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="480" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjkTXXNA_9tNaa1dkP8igt5qHEipcHNVkuxHBryhaogPxBZoVlI8RywHpkIz0HCtIWpXsnejl5IDVdCSdn3zgPTN3aenTXJdWpT1LfCpEy52lwVs-a5e0HrdLw486PwW9JWCrlzzDvIc7VO/s640/IMG_1646.JPG" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Iturbe</td></tr>
</tbody></table>
Iturbe es un pueblo viejo, una antigua estación de tren que como tantas triste e injustamente dejó de funcionar, rodeada de un barrio de puna. La primera impresión fue soledad, vi sólo tres personas mientras atravesé el pueblo de punta a punta. Tiene una gran plaza, con cactus gordos en vez de árboles, calles de tierra y casas marrones por el adobe o el polvo. Transité esas calles de otro siglo sintiéndome un astronauta. Saliendo del pueblo salió a mi encuentro el primer vado. No solamente el primero del camino, sino de mi vida, es como cruzar un arroyo caudaloso pero de poca profundidad, haciendo equilibrio sobre piedras movedizas y resbalosas. Frené y lo miré un rato, escrutando el mejor lugar para pasar, hasta que cuando finalmente lo pasé fue una boludez.<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgR8IP4UWZRK7Zll1bTQFX3Me1z07cEFcpjwVEmX7hn5qG5UVwNM2o5V48g6tpdJgbzzMGNbY8lFaErbd6u9CY0Gmd1K4ZqXVnj_aVhfJM-QRpSd0R5Gk5HfSaEQRFuuTHtIfcwO24ovuw3/s1600/IMG_1650.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="318" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgR8IP4UWZRK7Zll1bTQFX3Me1z07cEFcpjwVEmX7hn5qG5UVwNM2o5V48g6tpdJgbzzMGNbY8lFaErbd6u9CY0Gmd1K4ZqXVnj_aVhfJM-QRpSd0R5Gk5HfSaEQRFuuTHtIfcwO24ovuw3/s640/IMG_1650.JPG" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Vacilando ante mi primer vado</td></tr>
</tbody></table>
<br />
Desde ahí, el camino no paró de subir. Fueron 20km de subida eterna por aquellas alturas. Muy cada tanto cruzaba alguna casa, o ruina de alguna casa, (2 ó 3 en total) pensando con asombro cuán distinta sería esa forma de vivir. Crucé un cementerio también, ¡qué buen lugar para volver a ser un polvo! Frené en un momento con intenciones de almorzar, pero me fue imposible. No existía la sombra, y después de 5 minutos sentado el sol me asó. Era la peor hora, había que seguir. Me llamó mucho la atención durante esa breve parada la inmensa magnitud del silencio que explotó en mis oídos y en mi mente. Me quedé estático, clavado en aquellas alturas liberado del tiempo.<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgpiaY8kADx-LwbhhP2vhLpi-E2KnlmQlgIDx4yr-crw4RafCcQgqnhqpEqE_cC5FpsH-sqtAxcGZk42r6CXhVNOrykY2DaRZuWfLT1k0OCuOTZreclMbbZhE8QD6IxVYqjobpzxLmcceRa/s1600/IMG_1670.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="480" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgpiaY8kADx-LwbhhP2vhLpi-E2KnlmQlgIDx4yr-crw4RafCcQgqnhqpEqE_cC5FpsH-sqtAxcGZk42r6CXhVNOrykY2DaRZuWfLT1k0OCuOTZreclMbbZhE8QD6IxVYqjobpzxLmcceRa/s640/IMG_1670.JPG" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Perdido en la Puna</td></tr>
</tbody></table>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjqn7VDJItE9tsKs5_3vd0YtuAO27Q_H6bZCMzDRKNC0_bpXDiP-RLEWrQcv7VsH4nErWVDaGzi2ebF8Cpv-kbD5c92Tg7Ed-2O098dxwxp4HByS7B0blPVVav99nsUFGx8pmISAfActWTE/s1600/IMG_1683.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjqn7VDJItE9tsKs5_3vd0YtuAO27Q_H6bZCMzDRKNC0_bpXDiP-RLEWrQcv7VsH4nErWVDaGzi2ebF8Cpv-kbD5c92Tg7Ed-2O098dxwxp4HByS7B0blPVVav99nsUFGx8pmISAfActWTE/s400/IMG_1683.JPG" width="300" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Siempre parriba</td></tr>
</tbody></table>
<br />
Las subidas se fueron poniendo cada vez más ásperas formando interminables zig zag donde iba en segunda o tercera, ¡¡y las curvas en primera!! A pesar de la falta de aire y la dificultad del terreno la Morocha se la re bancó, ¡bravo por ella! Yo masqué hojas de coca todo el camino para mitigar el mal de altura (fatiga, dolor de cabeza, malestar general). Ya cuando iba bien alto, después de una curva una manada de vicuñas me sorprendió cruzando el camino como escapadas de un manicomio. Aunque más loco estaba yo, que era el que no estaba adaptado a esos ambientes extremos y me había mandado en una moto de paseo.<br />
En una parada a regar vi a lo lejos un pico con una mancha rojiza, la primera montaña verdadera entre tantas ondulaciones, y tuve tanta suerte que el camino siguió hacia él. A sus pies, llegué finalmente al Abra del Cóndor, el límite entre Jujuy y Salta, el paso de montaña a 4000 metros de altura sobre el nivel del mar que desde hacía un mes me desafiaba. ¡No lo podía creer, había llegado!<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgoboKUTjCEM7c8IrsNIT2TKew8EVDZe0KvtQuBSVIY8g4rbJHUeVdst4EhNQevaeGO5SsB57OafwdBhQSDcpI_4-mDdoGkfismZ-Mhui92Ua0RZFlA1FMX39lbDVojFFVlDEV5YU8x33ks/s1600/IMG_8139.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="426" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgoboKUTjCEM7c8IrsNIT2TKew8EVDZe0KvtQuBSVIY8g4rbJHUeVdst4EhNQevaeGO5SsB57OafwdBhQSDcpI_4-mDdoGkfismZ-Mhui92Ua0RZFlA1FMX39lbDVojFFVlDEV5YU8x33ks/s640/IMG_8139.JPG" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">La montaña roja, a lo lejos, ya cerca del abra</td></tr>
</tbody></table>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><br />
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh6pBEv5B_NwBnA2OpvvMdKp9BI5DWtjgiq-OcKTGl39JOdaS7uE4oiNRyE4ReIy9QkkJhH3yD_pYtqcViQY-8ycwagSBnIGZjR-LSyihyzYG3I7nBtRlbJ5GNSTuGK3Pc8UiLFCp_FUEpA/s1600/IMG_1727.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="480" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh6pBEv5B_NwBnA2OpvvMdKp9BI5DWtjgiq-OcKTGl39JOdaS7uE4oiNRyE4ReIy9QkkJhH3yD_pYtqcViQY-8ycwagSBnIGZjR-LSyihyzYG3I7nBtRlbJ5GNSTuGK3Pc8UiLFCp_FUEpA/s640/IMG_1727.JPG" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Con La Morocha en el techo de Argentina</td></tr>
</tbody></table>
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiPrSt7OlpUA8MGVO8fxqlCjwmPCXvvcQ_gG5F6lM1rJIiS8HdYVgXPXGsRXkTg0_1V5wq3tzzdMyLFXzJFPL9cNGzp8wcuaytkIo34TGrRSWnIjFvJlsg5PKWgr6LDBHO5stk13LQmOFow/s1600/IMG_8145.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="344" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiPrSt7OlpUA8MGVO8fxqlCjwmPCXvvcQ_gG5F6lM1rJIiS8HdYVgXPXGsRXkTg0_1V5wq3tzzdMyLFXzJFPL9cNGzp8wcuaytkIo34TGrRSWnIjFvJlsg5PKWgr6LDBHO5stk13LQmOFow/s640/IMG_8145.JPG" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Abra del Cóndor, límite este entre Salta y Jujuy</td></tr>
</tbody></table>
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjrAdEhsmCTGIBzXUstSQF1ucWKFTeHIXa83YtrrN77ThWVKp3YEN-HYD2zU1qbe_1DkvfEwFMwxkqlfvrvgmOMzAiVWch3s1yWpShYrgz55_Tddn0BegHl7Z0MAVlia-SwuZoS-t8_fLYe/s1600/IMG_8149.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="416" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjrAdEhsmCTGIBzXUstSQF1ucWKFTeHIXa83YtrrN77ThWVKp3YEN-HYD2zU1qbe_1DkvfEwFMwxkqlfvrvgmOMzAiVWch3s1yWpShYrgz55_Tddn0BegHl7Z0MAVlia-SwuZoS-t8_fLYe/s640/IMG_8149.JPG" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">A los pies del pico rojo</td></tr>
</tbody></table>
<br />
A mis espaldas, la Puna. A mi lado, el pico de una belleza incomparable, con un rojo intenso contrastando contra el azul profundo de ese cielo, y por delante, la bienvenida de un valle de proporciones inimaginables sarpullido de montañas hasta el horizonte. De ahí en más, tenía 20km de cornisas en bajada lleno de piedras sueltas, lo más jodido en realidad recién empezaba.<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj672v6N-Z4odPJJ-cBLbGu7_-RORH8iFIj_4ebWkTdkoE0pcZwTQSHyObPkiWH76pqn8vUNbf5DhrdX2GSpgyhAHJaTx_JZhLzA1af5ApTAAiiNq1ay3sPzd3nc9BBEClda_LkiUbSRV-Z/s1600/IMG_8153.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="346" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj672v6N-Z4odPJJ-cBLbGu7_-RORH8iFIj_4ebWkTdkoE0pcZwTQSHyObPkiWH76pqn8vUNbf5DhrdX2GSpgyhAHJaTx_JZhLzA1af5ApTAAiiNq1ay3sPzd3nc9BBEClda_LkiUbSRV-Z/s640/IMG_8153.JPG" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Se vienen las cornisas...</td></tr>
</tbody></table>
<br />
Pero lo hice de taquito. Con mucho cuidado por supuesto, siempre el cambio frenando y las curvas (porque era otro zig zag hacia abajo) bien despacio. Las vistas que tuve desde ese camino fueron liberadoras. El alma se me escapaba del pecho y se tiraba rodando por los barrancos. El recuerdo de las Yungas bolivianas que llevo tatuado en el cuore, había resucitado. Se me acaban de acabar las palabras, montonsitos de ruiditos e ideas comparativas, para explicar lo que viví en esa bajada. Nada mejor que las imágenes para acercarnos a esa tarde.<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjtXvb_eXDQPuAGOTUJ_VhvZv9nyeBYLzbhtxQMCpk08YhiJ1Gxg2w5GSLc1bIFU4VAHhG3d1dLtHwbqrO1P1XxQ-bHFZrXYY5RxHB47GWMhjmKxpUTFGY2qVGIakcUIysN44Rm-Ahrsnji/s1600/IMG_1776.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="480" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjtXvb_eXDQPuAGOTUJ_VhvZv9nyeBYLzbhtxQMCpk08YhiJ1Gxg2w5GSLc1bIFU4VAHhG3d1dLtHwbqrO1P1XxQ-bHFZrXYY5RxHB47GWMhjmKxpUTFGY2qVGIakcUIysN44Rm-Ahrsnji/s640/IMG_1776.jpg" width="640" /></a></div>
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhmK4dd30ClZswbipDuaIZ5E_HnmmdzR3ELdcL7Np6nqkRPw2VU2cHjy_eoDRVCp9zMeO2FvTtSMVeQngOaUlhVrrdoOJe5ljBtd2CHUz3ltDZ3hgfsC9dM9RbzCAsuD-7vJ6qnxsqeA8yn/s1600/IMG_8150.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="366" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhmK4dd30ClZswbipDuaIZ5E_HnmmdzR3ELdcL7Np6nqkRPw2VU2cHjy_eoDRVCp9zMeO2FvTtSMVeQngOaUlhVrrdoOJe5ljBtd2CHUz3ltDZ3hgfsC9dM9RbzCAsuD-7vJ6qnxsqeA8yn/s640/IMG_8150.JPG" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Volando vengo, volando voy</td></tr>
</tbody></table>
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhP5Si2s4xQZWiFgQTqE1CPRKg_UIwwDca9Q-LEfS6bUTvI9OsD8dXqiK48eMacYZBUgiGFtrYPlvEdrkw6HY61cEXs9AeaYkxvUoniGNZSEIkjtzHT1QqddKqAicGlIWlWB1u4PgblOrn6/s1600/IMG_1778.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="480" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhP5Si2s4xQZWiFgQTqE1CPRKg_UIwwDca9Q-LEfS6bUTvI9OsD8dXqiK48eMacYZBUgiGFtrYPlvEdrkw6HY61cEXs9AeaYkxvUoniGNZSEIkjtzHT1QqddKqAicGlIWlWB1u4PgblOrn6/s640/IMG_1778.JPG" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Al borde...</td></tr>
</tbody></table>
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiEZ3IKZnE164Oy8nNMdXi3YXrAZN-MY2lr3Hym7X8Tc0FGfhYBP6BBBriazKEVRGXhOWsEezACBWl2GBWwuhMu0C5TuaKjIvfM8xc5-dVL0QOugWKButBBJSNSXnHBBOsSALSrNkd0lNVq/s1600/IMG_8173.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="426" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiEZ3IKZnE164Oy8nNMdXi3YXrAZN-MY2lr3Hym7X8Tc0FGfhYBP6BBBriazKEVRGXhOWsEezACBWl2GBWwuhMu0C5TuaKjIvfM8xc5-dVL0QOugWKButBBJSNSXnHBBOsSALSrNkd0lNVq/s640/IMG_8173.JPG" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Este caserío que antes se veía muy abajo, terminará muy arriba</td></tr>
</tbody></table>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjTjBH-tDjrp6KwGUUUSQoBp-lplIj7qxsgtWiv5zKaDl7ZyDjnniIY2yRzjHUIsMbx2VBlj48nfNKE9RfYSQs6qMh2hcPrCJD8gP3YzmbHFnBzzi9LG8W7X-nwoApdGhoNXOLiASjfLjc2/s1600/IMG_8176.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjTjBH-tDjrp6KwGUUUSQoBp-lplIj7qxsgtWiv5zKaDl7ZyDjnniIY2yRzjHUIsMbx2VBlj48nfNKE9RfYSQs6qMh2hcPrCJD8gP3YzmbHFnBzzi9LG8W7X-nwoApdGhoNXOLiASjfLjc2/s640/IMG_8176.JPG" width="640" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgrQcdrlz5GGrRkg9GN_yF5X8b4XTSDXMe71OdecmFl1SRm418Ns8UelcuKWCsYAx5XN_b8bsYq_kXeuemTJeYoz-nOAocArRQKDRm7G3kZhyphenhyphen6a-HtZTHSMdxUHwvxQNtV8MLqrkrw9viKn/s1600/IMG_1801.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgrQcdrlz5GGrRkg9GN_yF5X8b4XTSDXMe71OdecmFl1SRm418Ns8UelcuKWCsYAx5XN_b8bsYq_kXeuemTJeYoz-nOAocArRQKDRm7G3kZhyphenhyphen6a-HtZTHSMdxUHwvxQNtV8MLqrkrw9viKn/s400/IMG_1801.JPG" width="300" /></a></div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhYS8eBDcaF7DDGzpaTzDwnJHBNuGSy-7SgG3e_Y1jWn-R47DB5LLLhWBC3BdhNGmV8E7YEI7ZcBt598ksU-0rWQDFZovdreOtAisKp3h4wqF6UFg45nmoieUa0QExUvBHeIfPVexwGdK0A/s1600/IMG_1807.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhYS8eBDcaF7DDGzpaTzDwnJHBNuGSy-7SgG3e_Y1jWn-R47DB5LLLhWBC3BdhNGmV8E7YEI7ZcBt598ksU-0rWQDFZovdreOtAisKp3h4wqF6UFg45nmoieUa0QExUvBHeIfPVexwGdK0A/s400/IMG_1807.JPG" width="300" /></a></div>
<br />
Varias veces pasé cerca del borde sabiendo que si me iba me mataba, pero en ningún momento sentí vértigo, disfruté del camino de principio a fin. Paré para almorzar y dejar un recuerdo perecedero pero imborrable, para sacar fotos, o simplemente para mirar. Las vistas que me regaló este camino tan temido me hicieron sentir rico. Después de mucho bajar (1200 metros de altura más abajo), después de seis horas de temblar sobre serruchos, después de un vado correntoso y mucho más ancho que el primero, después de la curva número quichicientas, explotó frente a mí Iruya rodeada de cerros de colores, iluminada por la magia del atardecer.<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg2BYf94aHNG-pH3RCBk88grhE8SCDe2NjhRvvfop1WF722El_8cpZgID4g2lGkaBUWeWzmbP2asUJBhE46lhICw3uVqAj2m9Q__2zHWtjBEhPCuaZmLHVd2MbfA_05kbmZC41B8vIuxGJK/s1600/IMG_8179.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="528" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg2BYf94aHNG-pH3RCBk88grhE8SCDe2NjhRvvfop1WF722El_8cpZgID4g2lGkaBUWeWzmbP2asUJBhE46lhICw3uVqAj2m9Q__2zHWtjBEhPCuaZmLHVd2MbfA_05kbmZC41B8vIuxGJK/s640/IMG_8179.JPG" width="640" /></a></div>
<br />
<br />
CONTINUARA...Hernan Brusahttp://www.blogger.com/profile/00907133139203446621noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7372026833175286890.post-64027088807883199562013-05-21T17:12:00.000-07:002013-12-09T13:31:34.089-08:00Noroeste parte IIApenas transitados los primeros metros en moto por la ciudad de Salta, el cambio se notó. Si bien estaba a apenas 1200 metros sobre el nivel del mar, era evidente que el motor tenía menos fuerza, menos reacción. ¿Qué me esperaría cuando alcance los 4000 metros? Tanto mi mecánico como varios motoqueros más me habían recomendado algo que me pareció ridículo al principio, pero quién sabe: poner un trozo de cebolla dentro del filtro de aire para que el motor esté más oxigenado y tenga más fuerza. Llegado el momento de subir hacia Iruya, iba a hacer la prueba, aunque no contaba con que me estaba olvidando las herramientas...<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEixa6cqKhTy6ln6HzB_1ETW08_l037OOjXHSevT7Kadsebn9A-Uo_yWlEM0s1lOC2zR_vYZ7ockI4-wEDzmsOSYOj2hAqMhaGLBEubP_mUhf0LrbGGpVKf3o9cpwmIYaf2xjKbzLNtPnqDq/s1600/IMG_8060.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="388" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEixa6cqKhTy6ln6HzB_1ETW08_l037OOjXHSevT7Kadsebn9A-Uo_yWlEM0s1lOC2zR_vYZ7ockI4-wEDzmsOSYOj2hAqMhaGLBEubP_mUhf0LrbGGpVKf3o9cpwmIYaf2xjKbzLNtPnqDq/s640/IMG_8060.JPG" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Así comenzaba la ruta 9</td></tr>
</tbody></table>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg58BKqWGpsQSG4gZ6mNHHNeRnAkcW_Em7qTA-rGGpbGYNDHVzGo6bhVO0pKVOmpmcw-Q4jgE6MT0FtqkUiihxWEg-WGJ0R66bnFDvluBPpwle4oLJJDTBoeGJKztcBjoo_YhQUUahT-Nji/s1600/IMG_1323.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="480" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg58BKqWGpsQSG4gZ6mNHHNeRnAkcW_Em7qTA-rGGpbGYNDHVzGo6bhVO0pKVOmpmcw-Q4jgE6MT0FtqkUiihxWEg-WGJ0R66bnFDvluBPpwle4oLJJDTBoeGJKztcBjoo_YhQUUahT-Nji/s640/IMG_1323.JPG" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Ruta de Cornisa Salta-Jujuy, con vista a un dique</td></tr>
</tbody></table>
Después de mucho pensar, había decidido llegar primero a Humahuaca atravesando toda la Quebrada, hacer la 1ª noche ahí, y salir a la mañana siguiente rumbo a Iruya. Si sobrevivía a semejante travesía, volvería bajando y recorriendo los otros lugares que tenía en mente. Para ir de Salta a Jujuy hay dos opciones: tomar la autopista como hace todo el mundo, que si bien es más larga es mucho más rápida, o tomar el antiguo camino de cornisa, una ruta angostísima entre las montañas, literalmente con cornisas, llena de curvas, subidas y bajadas. En otros tiempos fue la única ruta directa que conectaba ambas ciudades, no puedo imaginarme cómo harían los camiones para transitarla, escuché que hubieron numerosas muertes por accidentes. Pero conociéndome, imposible tomar la autopista sabiendo que tenía la opción de ir por las montañas, aún cuando después de llegar a Jujuy tenía que subir todavía hasta la quebrada de Humahuaca y atravesarla de punta a punta...<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiRPS4MCsyWAMKzKBV_vDIfxn3IxuWCMWC2phA3LbJVuxvjQrGf8RvIIfG7sWL5ooJ6iIrohuAzEl0mgisj7rPtNpufDLnzY1VRjsVnZGEdf-kjadOxtWNjxOK1d610hF7J9RHIrCLy2C1o/s1600/IMG_1294.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="480" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiRPS4MCsyWAMKzKBV_vDIfxn3IxuWCMWC2phA3LbJVuxvjQrGf8RvIIfG7sWL5ooJ6iIrohuAzEl0mgisj7rPtNpufDLnzY1VRjsVnZGEdf-kjadOxtWNjxOK1d610hF7J9RHIrCLy2C1o/s640/IMG_1294.JPG" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Ruta de cornisa, asombrosamente angosta</td></tr>
</tbody></table>
<a name='more'></a><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi-eXNLt7LvW5U9286xc9wXc6QGOyeboYKtNc_upwANxwIMQP7aXn1WZ8FLMmrOlyEMBF68tOvTfnf51AnAhawPCmFuBC88uWAs8Y_p8nYnTR0cmBCKXhArcPiSvUkM_rtnAFz_ZZ3lklWG/s1600/IMG_2006.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="480" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi-eXNLt7LvW5U9286xc9wXc6QGOyeboYKtNc_upwANxwIMQP7aXn1WZ8FLMmrOlyEMBF68tOvTfnf51AnAhawPCmFuBC88uWAs8Y_p8nYnTR0cmBCKXhArcPiSvUkM_rtnAFz_ZZ3lklWG/s640/IMG_2006.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Límite Salta-Jujuy en la ruta de cornisa</td></tr>
</tbody></table>
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhLbYWNRPMkTLPeBZ11KMHlI3vsc-BjhyCeknymISD30Z4xITIWjICwcE3J8hPvB4wogNc5R3FU-qG-lsLjSgSYP_fDeDUtRPlrstSzcJOj5v-uVa6XrjKLXfFuF-Rp-h9u19U__eaA4M12/s1600/IMG_1351.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="356" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhLbYWNRPMkTLPeBZ11KMHlI3vsc-BjhyCeknymISD30Z4xITIWjICwcE3J8hPvB4wogNc5R3FU-qG-lsLjSgSYP_fDeDUtRPlrstSzcJOj5v-uVa6XrjKLXfFuF-Rp-h9u19U__eaA4M12/s640/IMG_1351.JPG" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Cuando terminan las cornisas, la recta antes de llegar a Jujuy</td></tr>
</tbody></table>
Esta ruta, la 9, es fascinante de principio a fin. Además de las vistas majestuosas entre esas montañas de espesos bosques con árboles inmensos por kilómetros y kilómetros de cornisas, llama mucho la atención el ancho de la calzada, que llega a ser de un carril dividido al medio, ¡¡porque es doble mano!! En las curvas hay carteles indicando "primero uno y después el otro", ¡¡porque dos autos juntos no pasan!! Y encima, en muchas de estas curvas hay pequeñas caídas de agua, así que están llenas de verdín y/o barro, las tenía que pasar con un cuidado... 20km antes de Jujuy ya se normaliza convirtiéndose en una recta hasta esta ciudad.<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjcrmgHXOWdVFfJSM4qo8zOm7aoNuiA5YnnUxYaCSe5OHIUEidLnvkU5ld4YpZqxC9bQkbwDpqznj2uAM8IwMu2W8rWDyskuemSyzNlyw7MKQb02Du0vhKDRt2oTdeVMthMpk2xiSrbFER5/s1600/IMG_1359.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="347" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjcrmgHXOWdVFfJSM4qo8zOm7aoNuiA5YnnUxYaCSe5OHIUEidLnvkU5ld4YpZqxC9bQkbwDpqznj2uAM8IwMu2W8rWDyskuemSyzNlyw7MKQb02Du0vhKDRt2oTdeVMthMpk2xiSrbFER5/s640/IMG_1359.JPG" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Parada a matear recién pasado San Salvador de Jujuy</td></tr>
</tbody></table>
Una vez cargadas provisiones y nafta, seguí hacia el norte manejando una moto cada vez más débil. Los árboles fueron los primeros en desaparecer. De a poco seguía subiendo, la Morocha parecía que venía con la lengua afuera de lo que le costaba correr. Los arbustos fueron cambiando su color de verde a amarronado. A lo lejos se veía en perspectiva que la ruta formaba un zig zag de varios kilómetros con una leve inclinación en subida, me llamó mucho la atención la velocidad de los camiones subiéndola, iban a paso de hombre. Cuando llegué, entendí porqué.<br />
El zig-zag en cuestión era una subida interminable no tan leve como parecía de lejos, y dada la falta de oxígeno de las alturas a las que ya me encontraba, es que los camiones la subían lentamente porque los motores no tenían fuerza, tal es así que la subida es de dos carriles mientras que la bajada sólo de uno. La pobre Morocha no quedó exenta de semejante esfuerzo. ¡¡Tuve que subir en 3ª, y las curvas en 2ª!! Y como si esto fuera poco, el motor venía fallando. Ahí se me agudizaron las dudas, la moto nunca me había fallado así, ¿se estaría rompiendo? ¿Aguantaría cargar con tanto peso en las alturas? Y volvió la duda que llevaba adelante como una zanahoria colgando: ¿se bancaría el viaje a Iruya por un camino destruido en medio de la Puna 2000 metros más arriba?<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjWqIz5RcqkfFfiSVtCi5NXVilh7Hxtv0lPwJUYhIzLCoSOT5OL1QRDEUmtJF3uYfxVrFjodXYNdhKgSWx6DtaeTne7kP_KPpGbA-Q4WjYJ7L3HUrxgffGvUeo1sKGFCjNFKKDRIg9ozlY-/s1600/IMG_1395.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="480" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjWqIz5RcqkfFfiSVtCi5NXVilh7Hxtv0lPwJUYhIzLCoSOT5OL1QRDEUmtJF3uYfxVrFjodXYNdhKgSWx6DtaeTne7kP_KPpGbA-Q4WjYJ7L3HUrxgffGvUeo1sKGFCjNFKKDRIg9ozlY-/s640/IMG_1395.JPG" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Tortuosa subida en zig zag a la Quebrada</td></tr>
</tbody></table>
A pesar de mis dudas la Morocha siguió adelante, a 40km/h máximo toda la subida. Cuando finalmente llegué arriba dejando atrás ese zig zag del carajo y me di cuenta de que entraba finalmente en la Quebrada de Humahuaca, se me hizo un nudo en la garganta y casi se me pianta un lagrimón, había olvidado la intensa belleza de esa región. La ruta corría junto al lecho de un río casi seco, surcada por cerros salpicados de colores, más lindo no podía ser. Paulatinamente fui dejando atrás Purmamarca, Maimará, Tilcara. Paralela a la felicidad de manejar la Morocha por la Quebrada, tenía un dolor de espaldas que ya no aguantaba más, pero respiraba hondo y seguía adelante, hasta que al fin llegué.<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiaJlDi8S1x-bFTJQ1fQD8Dh4oGwWA0hBZchzk7UADxE565CqJtskWiJn_mWR_fkHccI3tFA8edulsFxllRlvbdmAMPHk_OdbiDts7kBZNuP1heHke0Eat7qjJ2oGUqv6sUTzIQhPOix9YC/s1600/IMG_1423.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="409" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiaJlDi8S1x-bFTJQ1fQD8Dh4oGwWA0hBZchzk7UADxE565CqJtskWiJn_mWR_fkHccI3tFA8edulsFxllRlvbdmAMPHk_OdbiDts7kBZNuP1heHke0Eat7qjJ2oGUqv6sUTzIQhPOix9YC/s640/IMG_1423.JPG" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">La Quebrada de Humahuaca abriéndose ante mí</td></tr>
</tbody></table>
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiutmQcIusyVOSYgTnVFIAuWjZ9It6QmhktHpFNTMwaehv7VVoukvWfpv3zdVMlShGG57Mz5TLPT6Ku5K07AbX1qLpa3rO0m-7EWStti5EgJXSIFdUdf95AaSZ1r6CKoFj8OoEfj987bFg2/s1600/IMG_1463.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="480" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiutmQcIusyVOSYgTnVFIAuWjZ9It6QmhktHpFNTMwaehv7VVoukvWfpv3zdVMlShGG57Mz5TLPT6Ku5K07AbX1qLpa3rO0m-7EWStti5EgJXSIFdUdf95AaSZ1r6CKoFj8OoEfj987bFg2/s640/IMG_1463.JPG" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Las pinceladas de Dios</td></tr>
</tbody></table>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjYxeuzF1MukmdDnXpr3-CZOh8ZKjuajmPcLBrUr6PfrDNY-gshft8h3gheOhJH2_1oRVchNxK_Oaian3w3zqTG7rpn24B6-lreOOoAhK93CgKfzf8KN3bP0iTlS8tm1O-oPaJ6PDQ47_wT/s1600/IMG_1498.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="369" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjYxeuzF1MukmdDnXpr3-CZOh8ZKjuajmPcLBrUr6PfrDNY-gshft8h3gheOhJH2_1oRVchNxK_Oaian3w3zqTG7rpn24B6-lreOOoAhK93CgKfzf8KN3bP0iTlS8tm1O-oPaJ6PDQ47_wT/s640/IMG_1498.JPG" width="640" /></a></div>
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiStbZqomfJ3POc_fTR0wgKF5vSX0yYx862vtC6p4nHzVUS0doNsbLiGlEGudgzJYn26X1bKMvAKpL-yVwHcAkRr8aiJcIYUZ_HL-Ufv1_iWPzJFEW7fs56wDIjYxzfcfqGLoKVngNMBBcd/s1600/IMG_1547.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="289" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiStbZqomfJ3POc_fTR0wgKF5vSX0yYx862vtC6p4nHzVUS0doNsbLiGlEGudgzJYn26X1bKMvAKpL-yVwHcAkRr8aiJcIYUZ_HL-Ufv1_iWPzJFEW7fs56wDIjYxzfcfqGLoKVngNMBBcd/s640/IMG_1547.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">¡Humahuaca por fin!</td></tr>
</tbody></table>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjCJRbl3KPPdHNqk8resy6L7SBwiO_swJ8chbLNL3XQzbr4dBBp_qX5oCoOeu5wdAHqBn9khsHpF6WfRPvMJEhGF8SAXgwykj5z4KBCPmu-SMeVE4O7iUXnwoKnhPv50p93XdUy53ncmL80/s1600/IMG_1550.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="480" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjCJRbl3KPPdHNqk8resy6L7SBwiO_swJ8chbLNL3XQzbr4dBBp_qX5oCoOeu5wdAHqBn9khsHpF6WfRPvMJEhGF8SAXgwykj5z4KBCPmu-SMeVE4O7iUXnwoKnhPv50p93XdUy53ncmL80/s640/IMG_1550.JPG" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Entrando en Humahuaca lo que queda de mi espalda y yo</td></tr>
</tbody></table>
Entré en Humahuaca directo a buscar un hotelito donde dejar las cosas. Estaba apurado, no me quería perder el atardecer. Encontré uno medianamente barato no tan turístico como otros que hace 15 años no existían, dejé las cosas y me volví a subir a la moto ya sin nada de carga. Enfilé parriba por una calle de tierra, subí todo lo que pude por caminos en estado lamentable que en teoría sólo una moto cross podría hacer ya que además de ser empinadísimos y llenos de piedras sueltas habían huellas muy profundas hechas por las lluvias. El olor del polvo levantado me trajo infinidades de bellos recuerdos. Cuando ya no pude seguir más dejé la moto y seguí a pie montaña arriba hasta que encontré mi lugar, sentado junto a un cactus en un mirador con la Quebrada a mis pies. Finalmente había llegado, el lugar en el que había encontrado la libertad a mis 20 años me recibía con alegría una década y media después. Sentía que el viaje, la aventura recién empezaba. Y a pesar de contar con apenas 6 días, sabía que iba a ser inmejorable.<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjJTwBrtoAp-JnkIRTl6fhWoK1Zb8ddtZbr43FVvyhQLEEOd2PGqDiQXYZdLCM01Ae9GcA2yIdm9POHEz_tL7yZl6rg5AY4uZtgjAfI8WMzx7txNvoNwNVkNxV4U6_CsPaJWINmGQ3KH8wO/s1600/IMG_8076.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="425" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjJTwBrtoAp-JnkIRTl6fhWoK1Zb8ddtZbr43FVvyhQLEEOd2PGqDiQXYZdLCM01Ae9GcA2yIdm9POHEz_tL7yZl6rg5AY4uZtgjAfI8WMzx7txNvoNwNVkNxV4U6_CsPaJWINmGQ3KH8wO/s640/IMG_8076.JPG" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Atardecer con vista a la Quebrada</td></tr>
</tbody></table>
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiaUjwZhvYSDJpdliyvil3on-RbgHZ3w8Utlv_a3D8Sk1Bk3j8mFwmpdCbqZNLWYGGF2m4mkBebiwl9I8OmTQQ_R_ZRSRUlpT5A3vJMj1PjCYCeUQf_aVuLvw5PTYMTMGh4nsZkUPHo5PHa/s1600/IMG_1556.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiaUjwZhvYSDJpdliyvil3on-RbgHZ3w8Utlv_a3D8Sk1Bk3j8mFwmpdCbqZNLWYGGF2m4mkBebiwl9I8OmTQQ_R_ZRSRUlpT5A3vJMj1PjCYCeUQf_aVuLvw5PTYMTMGh4nsZkUPHo5PHa/s400/IMG_1556.JPG" width="346" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Avistaje de la primer cholita</td></tr>
</tbody></table>
Entusiasmado había encarado esa subida en moto sin pensar en que todo lo que sube... ¡tiene que bajar! No fue nada fácil, pero en 1º, con el pie derecho en el freno y el izquierdo en el piso fui bajando. Ahí sí dejé la moto en el hotelito y me fui caminando a buscar dónde comer. Encontré un lugar donde me deleité con un guiso de quinoa delicioso y un vinito de Cafayate, y como obviamente tenía la cámara y el trípode encima, usé la reserva de la energía que me quedaba más la que me había aportado el guiso para recorrer el pueblo haciendo fotos.<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhnQW4mUboPeKefRu12W-ooudRrmmM6Njfszs2MCxgO7nGGvQsvthecKpdQi-UqJZLioagzVgUmU_5pbegRNmfoiBIvhtkbizm34ySBXqjFdxdNzXClEvN-2i-1t0OMe5ovW8j3o36oZuKk/s1600/IMG_8097.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="427" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhnQW4mUboPeKefRu12W-ooudRrmmM6Njfszs2MCxgO7nGGvQsvthecKpdQi-UqJZLioagzVgUmU_5pbegRNmfoiBIvhtkbizm34ySBXqjFdxdNzXClEvN-2i-1t0OMe5ovW8j3o36oZuKk/s640/IMG_8097.JPG" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Donde comí el guiso de quinoa que me devolvió el alma al cuerpo</td></tr>
</tbody></table>
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjRi8L-O1f7t5xe8k21F18RhvPwvcLCXgs70_YIicdIqiQMVb-6sBuV-ZBC0BL1eyvX2FmMqZSD2XPJCUCCfPRLZ51zIZKrHfMRrpaxJt6XoPPlIrYwqJBRrxUXrqdJ15sTiTVdmvBmN-h8/s1600/IMG_8114.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="427" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjRi8L-O1f7t5xe8k21F18RhvPwvcLCXgs70_YIicdIqiQMVb-6sBuV-ZBC0BL1eyvX2FmMqZSD2XPJCUCCfPRLZ51zIZKrHfMRrpaxJt6XoPPlIrYwqJBRrxUXrqdJ15sTiTVdmvBmN-h8/s640/IMG_8114.JPG" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Humahuaca hermosa</td></tr>
</tbody></table>
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjb35axlF0QIt1FVo1QEdToW5Www9_gD9xouWMnvWPzAPa6HlGncfzh5nwGgAPiHcKEWCD4NaUHkCPE_DavG2MfTX-uznE9LSzdq-9hSL9xLdPYQ13G3rcCQvkPWAknHZ0Key-kou6R5SJV/s1600/IMG_8119.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="428" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjb35axlF0QIt1FVo1QEdToW5Www9_gD9xouWMnvWPzAPa6HlGncfzh5nwGgAPiHcKEWCD4NaUHkCPE_DavG2MfTX-uznE9LSzdq-9hSL9xLdPYQ13G3rcCQvkPWAknHZ0Key-kou6R5SJV/s640/IMG_8119.JPG" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Autorretrato</td></tr>
</tbody></table>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgK3YPpWJIo3K08nvjlI_mTuTCfjrbJZAQfx7L1i__FneAXjX3Xw143V8gen8F1CL3eJrx53__Hyc7hsU5lWKnOz5evDM_dGqMXOfW7r98iuPqZUBjE77Mj1dSCEyEZxkKVjNXtNstJkvOr/s1600/IMG_8127.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="427" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgK3YPpWJIo3K08nvjlI_mTuTCfjrbJZAQfx7L1i__FneAXjX3Xw143V8gen8F1CL3eJrx53__Hyc7hsU5lWKnOz5evDM_dGqMXOfW7r98iuPqZUBjE77Mj1dSCEyEZxkKVjNXtNstJkvOr/s640/IMG_8127.JPG" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Fantasmas en la noche</td></tr>
</tbody></table>
<br />
Cuando finalmente llegué a la cama la partí de lo pesado que dormí. A pesar de los consejos de no hacer dos jornadas de ruta seguidas, tenía que juntar fuerzas ya que el día siguiente iba a ser el tan esperado desde que había decidido hacer este viaje frente al mapa, observando el desafiante camino a Iruya.<br />
<br />
CONTINUARA...<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
Hernan Brusahttp://www.blogger.com/profile/00907133139203446621noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7372026833175286890.post-23921157864601694962013-05-11T18:01:00.000-07:002013-12-09T13:31:45.722-08:00Noroeste parte IMi segundo viaje en moto fue más ambicioso aún, ya que si bien contaba con mucho menos tiempo, me las ingenié para mandarme otra travesía del carajo. Nueve míseros días era lo que conseguí para mayo del 2012, pero teniendo en cuenta de que un mes antes había viajado al paraíso de Ubatuba, en Brasil, no me podía quejar ni pedir más, sino más bien usar la astucia sobre la base de que siempre es mejor calidad que cantidad.<br />
Me pintó ir a Jujuy, a esos paisajes inolvidables decorados por montañas coloridas que tanto me habían asombrado 15 años atrás. ¿Pero cómo recorrer Jujuy en apenas 9 días, saliendo encima de Buenos Aires y teniendo que volver viajando a 80km/h? Muy fácil: mandando la moto en camión para que el primer día de vacaciones ya esté allá, y tomarme un avión para llegar en cuestión de dos horas, en vez de dos días.<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjopuo3Fx0krjXYbS87Jg3aLl2UuePdA9VnV4NfNGURshki8vBYsmFX29SPaklHnIKwCwGJZGDcatDyFi11p1haFnPWr7co2wfXpKGouMSioeAX6XUpgl8dJ0D2mjBqWhXhDHa8Wrk_Ma7w/s1600/IMG_1171.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="480" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjopuo3Fx0krjXYbS87Jg3aLl2UuePdA9VnV4NfNGURshki8vBYsmFX29SPaklHnIKwCwGJZGDcatDyFi11p1haFnPWr7co2wfXpKGouMSioeAX6XUpgl8dJ0D2mjBqWhXhDHa8Wrk_Ma7w/s640/IMG_1171.JPG" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Catedral de Salta, frente a la plaza principal</td></tr>
</tbody></table>
Mandar la Morocha fue la primera aventura. La empresa de camiones funcionaba en un galpón de un barrio que no parecía de este planeta. Ya el nombre de la calle nació para mis oídos cuando lo leí (porque cuando leo, lo que leo lo escucho también). En el mapa aparecía lejano, en la otra punta de la ciudad. Memoricé cómo llegar y me mandé.<br />
Fue una mañana de lluvia eterna y fría. Con el equipo impermeable viajé por una Buenos Aires empapada con el embalaje atado al asiento de atrás como pude. El camino fue largo, no había una manera directa de llegar, tomaba avenidas, me desviaba por calles, volvía a avenidas, y así. Por primera vez transité la solitaria avenida Lafuente, que me fue llevando fuera del territorio conocido. A través del visor del casco en catarata me vi rodeado por un barrio de escombros, era el único ser vivo bajo la lluvia en ese paraje de manzanas con restos de materiales de construcción. Seguí. Una avenida transitada que corté fue la línea divisoria que atravesé para llegar al barrio en cuestión, el del otro planeta.<br />
Estaba formado íntegramente por galpones de expresos de larga distancia. Las calles, atestadas de camiones estacionados o avanzando en todas direcciones bajo la lluvia sin tregua de aquella mañana, eran difíciles de transitar. Por eso sentí que entraba en otro mundo, empequeñecido ante semejante aglomeramiento de caballos de fuerza, mojados.<br />
<a name='more'></a>Con baja visibilidad entre tanta agua vertical di un par de vueltas hasta dar con el galpón que buscaba, entré por el portón y la decena de personas que estibaban o los dirigían, dejaron de moverse y voltearon a mirarme. Claro, con el equipo de lluvia empapado, casco y bolsas de nylon en los pies arriba de una moto, al traspasar la entrada al ambiente seco parecía que venía yo desde otro planeta. Embalé la moto, firmé los papeles de rigor, entregué los papeles de valor, y me despedí de mi vehículo bíruedo como de una mascota querida. Tuve la suerte de que un tipo que había ido a despachar algo en auto ofreció sacarme de ese barrio extraplanetario y dejarme en la Gral Paz.<br />
Durante el camino de una media hora conversamos bastante. Al contarle acerca de los planes de mi viaje, me contó uno suyo que había hecho hacía un año, bien curioso. Un viaje a Europa de 10 días visitando 9 ciudades repartidas en varios países. Se pasaban el día viajando en micro, los bajaban cada tanto y los llevaban en grupo a ver ciertos puntos turísticos y los tiraban exhaustos en un hotel, para levantarlos al día siguiente bien temprano para volver a la ruta. Coleccionar puntitos en el mapa como numeritos en las pantallas del cajero.<br />
El primer día de mis vacaciones a las 10.30AM ya estaba en Salta. La ciudad me recibió de sol radiante, y según me enteré después tuve suerte, ya que los últimos 11 días había llovido, ¡eso para mí hubiera sido una tragedia! Un poco incómodo viajar en avión con alforjas y casco, pero ya me voy acostumbrando. Dejé el equipaje en el hostel en el que me iba a quedar dos noches (porque era fin de semana largo por el día del trabajador, tenía que esperar hasta el martes para retirar la Morocha) y me fui a buscar empanadas. En todos estos años el aroma de las empanadas salteñas no se había disipado aún de mi paladar, por eso lo primero que hice fue ir a morfar. Tristemente no encontré empanadas como esas, pero me clavé unos tamales inolvidables. Después me di una vuelta por el mercado. Como venía con el mate preparado descubrí una mezcla fenomenal: mate amargo con pochoclo de quinoa. Salí del mercado caminando con el mate en la mano, el termo bajo el brazo a lo charrúa, y la bolsa con el pochoclo en la otra en la que metía la boca como un caballo para sacar la lengua completamente cubierta de quinoa. Un par se cagaron de risa...<br />
Por la noche fui a la Casona del Molino, un lugar de comida tradicional y guitarreadas hasta altas horas para nada turístico. Entrándole a un locro con vino mientras los muchachos pelaban chacareras sentí que mis pies comenzaban a pisar el Noroeste Argentino. Curiosamente, no pude encontrar NI UN LUGAR donde ir a bailar folclore, ¡parece que en Salta no hay peñas! Me resistí a creerlo y pregunté por todos los lugares por los que anduve aquel día. Quizás había, pero ningún salteño supo decirme. Sólo habían shows de folclore, o sea un escenario con músicos y el salón <span style="font-family: inherit;">lleno de mesas, pero ni un metro cuadrado donde zapatear, qué raro...</span><br />
<span style="font-family: inherit;"><br /></span>
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjViCygY3Rn2a7ZUwTrjpSArRvxxPfzERfZluTlScstTZxTDLt1mISGrLeDTxXcxtWvH-oRBzAqAGN0Lgz3ywDiUnxTg7vj_Oc3yhdFFy2DAxamg-73aU1cHp9l5avC-wCWyJkl0ITLCaM5/s1600/IMG_1197.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="380" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjViCygY3Rn2a7ZUwTrjpSArRvxxPfzERfZluTlScstTZxTDLt1mISGrLeDTxXcxtWvH-oRBzAqAGN0Lgz3ywDiUnxTg7vj_Oc3yhdFFy2DAxamg-73aU1cHp9l5avC-wCWyJkl0ITLCaM5/s640/IMG_1197.JPG" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Guitarreadas en la Casona del Molino</td></tr>
</tbody></table>
<span style="font-family: inherit;">Al día siguiente era 1º de mayo, Día del Trabajador en este país y en casi todos los del mundo occidental menos en el país que originó dicha fecha por la muerte de 5 personas ahorcadas después de una huelga: EEUU. ¿Qué contradictorio no? Fue el mejor día del trabajador que pude haber tenido, porque me reencontré con</span> Carlos después de 15 años.<span style="font-family: inherit;"></span><br />
Nuestro primer encuentro no había sido pura casualidad. El venía cruzando la cordillera por el paso de Sico, de Salta a Chile a dedo en un camión. Yo venía cruzando por el paso de Jama, de Jujuy a Chile, a dedo en otro camión. Los dos pasos desembocan en San Pedro de Atacama, un oasis en el desierto más árido del mundo, al norte de Chile. Los dos camiones llegaron a este punto, desde rutas distintas, exactamente al mismo tiempo. Nos bajamos, nos encontramos cara a cara, y después de un simple hola fuimos a buscar donde hospedarnos. Viajamos juntos tres meses. Nos separamos en Cuzco, él se adentró en el Amazonas, yo me fui a Ecuador. Finalmente, 15 años después de aquel mítico viaje a la deriva que marcó un hito en nuestras vidas, lo fui a visitar.<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg-44oxUpsPb4waR3VfYOTthtJ0TkPzbktGm-lsLd4cxCz2uAsVpWxj7-0hP-1cXqoFmtMXGP9VPg2XdPGvePNmVGz3-iqqh_AO-iTVAINVenNtqYNIzHqR_xoOgUF455JyEZ5gEVgT2SMR/s1600/IMG_8027.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="426" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg-44oxUpsPb4waR3VfYOTthtJ0TkPzbktGm-lsLd4cxCz2uAsVpWxj7-0hP-1cXqoFmtMXGP9VPg2XdPGvePNmVGz3-iqqh_AO-iTVAINVenNtqYNIzHqR_xoOgUF455JyEZ5gEVgT2SMR/s640/IMG_8027.JPG" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Reencuentro de este lado de la cordillera</td></tr>
</tbody></table>
Había construido su casa junto a un arroyo rodeado de montañas en un antiguo pueblo llamado "La Silleta", en los alrededores de Salta. Pasamos un día inolvidable, asadito con vista a los Andes, caminata por el arroyo, regreso de recuerdos añejos de cuando conocimos la verdadera libertad: darnos cuenta de que el mundo estaba al alcance de nuestros zapatos. (Era cuestión de salir nomás).<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhLjdAO5YwEr3y5aDiMoPFmUch-PqaMyQuYZNq3BC9IqRYAzN-BPPUZYgd2BlKJidMvP3Mw8nutcUdobtiDYceUxaaScPEbfE-6EwVi2i-MV_nEprnPwGNoqLbOm2OwckzuXCul8qlqB03H/s1600/IMG_1227.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="481" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhLjdAO5YwEr3y5aDiMoPFmUch-PqaMyQuYZNq3BC9IqRYAzN-BPPUZYgd2BlKJidMvP3Mw8nutcUdobtiDYceUxaaScPEbfE-6EwVi2i-MV_nEprnPwGNoqLbOm2OwckzuXCul8qlqB03H/s640/IMG_1227.JPG" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">El brindis tan esperado</td></tr>
</tbody></table>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEil7SUM72PB09cm7h19VzH2PZ0ADKbZ2jiEiKrjPmBzdBXEKTSWBm2pfg4sHsJt7TJGTUPzBy78ZBbeIfQfM3271Xcwqu-3dcGo4Glfoe1ijv2-H4pN55eImQY4x3qRrPmnuatis5303GyM/s1600/IMG_1248.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="481" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEil7SUM72PB09cm7h19VzH2PZ0ADKbZ2jiEiKrjPmBzdBXEKTSWBm2pfg4sHsJt7TJGTUPzBy78ZBbeIfQfM3271Xcwqu-3dcGo4Glfoe1ijv2-H4pN55eImQY4x3qRrPmnuatis5303GyM/s640/IMG_1248.JPG" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Almuerzo con vista a los Andes</td></tr>
</tbody></table>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg16i4XZCf6u5yo3mtk0ZqeY4QUydrhRH0G77gtm6OOFtVDb9rgmN28f9SICCsyTHzg5JDcfkPK66wTjlk8A3RJYosIV3HzjmE8c44PxGxIa7sHGHaL_NiGh7OG_GKUjE0X-jo-qWGtwias/s1600/IMG_1223.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="421" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg16i4XZCf6u5yo3mtk0ZqeY4QUydrhRH0G77gtm6OOFtVDb9rgmN28f9SICCsyTHzg5JDcfkPK66wTjlk8A3RJYosIV3HzjmE8c44PxGxIa7sHGHaL_NiGh7OG_GKUjE0X-jo-qWGtwias/s640/IMG_1223.JPG" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Una serenata al retoño: "Qué ves" de Divididos con charango</td></tr>
</tbody></table>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjCvX0LrgwysfQM6ZqVEZ515axOP0MhXkO8Zn53fSHxaM-N3-Sd6Eg4DAIKY9scglPkrnwe9VZQ1-_U1w7AYajOATN4PNX1OB8dcNRuKz1MZZzyErYfOw7WwEEqCvi8jbCd2XM1Z6CJ-Y4C/s1600/IMG_8010.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjCvX0LrgwysfQM6ZqVEZ515axOP0MhXkO8Zn53fSHxaM-N3-Sd6Eg4DAIKY9scglPkrnwe9VZQ1-_U1w7AYajOATN4PNX1OB8dcNRuKz1MZZzyErYfOw7WwEEqCvi8jbCd2XM1Z6CJ-Y4C/s400/IMG_8010.JPG" width="267" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Abriéndonos paso en busca del sendero al arroyo</td></tr>
</tbody></table>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgyUYajX5GgZPfSfI7HrNHFf9wYxgtPjSQEfvianU80y7e8ocwyGn4ANgtohjvLh09UtQfdBO_BheQBLhUkJ9edkx2GZ_NKnNp9amZE5YoyE4jFxG0UhUbIXKfzq1n3fAsMLGWbPhZZHp-Z/s1600/IMG_8039.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="427" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgyUYajX5GgZPfSfI7HrNHFf9wYxgtPjSQEfvianU80y7e8ocwyGn4ANgtohjvLh09UtQfdBO_BheQBLhUkJ9edkx2GZ_NKnNp9amZE5YoyE4jFxG0UhUbIXKfzq1n3fAsMLGWbPhZZHp-Z/s640/IMG_8039.JPG" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">El arroyo</td></tr>
</tbody></table>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEglWFjP_P57228jS6QLvO-3HlYmEcd5wt25EOAi_CFKiVJy48Bj8AJA3JoNDfVvoUkyk5KR-A-KqSD7mc4CKDJ4Ps2GDUI1V_GVhLyRS0p2H2cUhFFGsV8hIJ4SvC-_KcJ_xTmamgad6zVd/s1600/IMG_8015.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="427" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEglWFjP_P57228jS6QLvO-3HlYmEcd5wt25EOAi_CFKiVJy48Bj8AJA3JoNDfVvoUkyk5KR-A-KqSD7mc4CKDJ4Ps2GDUI1V_GVhLyRS0p2H2cUhFFGsV8hIJ4SvC-_KcJ_xTmamgad6zVd/s640/IMG_8015.JPG" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">¡Qué grande Carlos!</td></tr>
</tbody></table>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEju78PSv-GlkML9Ne_Lc5uJ963D5JR7i1x2uZpEP_d4F-nqMMrZ_uH8zm4hiIBULcjzbzWnbNxL-cH-lG-a6PlzrUJfOjY6DXKgeXOrXIrRyGF2c79kyFR4niuSqxk4haIpy9VU465GFc9E/s1600/IMG_8041.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEju78PSv-GlkML9Ne_Lc5uJ963D5JR7i1x2uZpEP_d4F-nqMMrZ_uH8zm4hiIBULcjzbzWnbNxL-cH-lG-a6PlzrUJfOjY6DXKgeXOrXIrRyGF2c79kyFR4niuSqxk4haIpy9VU465GFc9E/s400/IMG_8041.JPG" width="267" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
Al día siguiente me levanté con bastante incertidumbre: "¿Habría llegado bien la Morocha?", pensaba mientras zambullía las medialunas en el café sin poder pensar en otra cosa. Estaba un poco nervioso, ¿habría llegado entera o me encontraría con una sorpresa que perjudicaría mi viaje? ¿Habría llegado o se habría retrasado por el feriado? ¿Se bancaría recorrer cientos de kilómetros en las alturas de la puna, donde sabía que la falta de oxígeno le iba a jugar en contra al motor, sobreesforzado por la cantidad de peso que llevaba? (A pesar de no llevar esta vez carpa ni bolsa de dormir). Y la duda principal que desde Buenos Aires me revoloteaba: ¿¿Aguantaría el camino a Iruya?? 50km de ripio en mal estado y cornisas, pasando por un abra a 4000m de altura perdido en la inmensidad de la Puna, ayayay...<br />
Con las medialunas todavía nadando en mi panza armé el equipaje lo más rápido que pude y me tomé un taxi rumbo al galpón con ansiedad contenida. Por suerte, la Morocha me esperaba dentro de su embalaje de plástico con globitos como un bebé en pañales. Con ternura se lo fui arrancando y probé el motor, ¡prendió! Le amarré con fuerza todo lo que tenía que subir hasta las alturas de la Argentina y arranqué rumbo a la Quebrada de Humahuaca. Superman era un poroto al lado mío de lo poderoso que me sentía, ¡Jujuy me esperaba con los brazos abiertos!<br />
<br />
CONTINUARA...Hernan Brusahttp://www.blogger.com/profile/00907133139203446621noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7372026833175286890.post-77229350836865888142013-05-03T18:28:00.001-07:002013-12-09T13:32:03.487-08:00Litoral parte IVA la mañana siguiente salí de ese pueblo que me retuvo de tan extraña manera para encontrarme con una ruta en pésimo estado perdida en la selva, la ruta 20. Tenía que manejar con mucho cuidado, ya que después de varias de sus tantas curvas, subidas y bajadas se escondían pozos tremendos que amenazaban con poner fin a mi viaje, si no a mi vida. Eso no fue un problema, el problema fue el camión de aquel día. Yo tengo buena onda con los camioneros, generalmente manejan códigos basados en el respeto y la precaución, pero como siempre, hay excepciones. Después de una curva pronunciada, lo vi. Un camión viejo en esa ruta perdida, éramos nosotros dos en kilómetros a la redonda, de a poco me le fui acercando. Siendo que yo venía más rápido, intenté pasarlo en las pocas rectas que encontré, pero no me dejaba. Cada vez que me cruzaba al carril contrario y me ponía a la par suya, subía la marcha sin importarle la suerte de la pequeña moto junto al monstruo.<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhHP1Kn4s4NFMe9TdiGwSHojGbS_LAQ2UX7lzBzJYSVPJOzJVVTVSYSrFGReeLP6TBI5kDXGzAFT6_hsU3ZFc0Hr27AN4Z2LjCtQIsiXm7goL4LzUmHCt_SQGGwE6kq0rWeS1LhTCriuaI_/s1600/IMG_4219.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="427" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhHP1Kn4s4NFMe9TdiGwSHojGbS_LAQ2UX7lzBzJYSVPJOzJVVTVSYSrFGReeLP6TBI5kDXGzAFT6_hsU3ZFc0Hr27AN4Z2LjCtQIsiXm7goL4LzUmHCt_SQGGwE6kq0rWeS1LhTCriuaI_/s640/IMG_4219.JPG" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Vista desde la ruta a Andresito</td></tr>
</tbody></table>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: left;">
En una recta un poco más larga me volví a mandar decidido, acelerábamos los dos al taco ya que nuestras velocidades finales eran casi iguales, y el guacho por algún motivo no quería que lo pase. Aunque íbamos a las chapas, lo fui pasando lentamente hasta que me le puse adelante, y ahí vino lo peor: se me pegó. Venía detrás mío pisándome los talones. Veía semejante masa metálica por los retrovisores como una bestia con dientes de hierro intentando alcanzarme. Ahí fue donde tuve que decidir: el orgullo o la inteligencia. Ganó la inteligencia, claro. Paré a un costado del camino y lo dejé alejarse. Después de unos 15 minutos escuchando los innumerables sonidos de la selva, volví a la ruta y a disfrutar del viaje. </div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: left;">
</div>
<a name='more'></a>Al empalmar con la ruta 17 doblé hacia Bernardo de Irigoyen y todo cambió. El camino estaba ahora en buen estado y bien señalizado, cruzando pueblos y campos sembrados. Por Bernardo de Irigoyen apenas si pasé, ya que los planes habían cambiado: quería llegar a Comandante Andresito, el córner de la Argentina, el punto más al noreste de Misiones, exactamente del otro lado de las Cataratas del Parque Nacional Iguazú. La ruta 101 me pareció muy hermosa, surcada por longevas araucarias gigantes.<br />
Una vez llegado a Andresito, me enteré de unas cabañas construidas en la selva por la JICA (agencia internacional de cooperación de Japón), me pareció interesante y me fui a dar una vuelta, ¡suerte! Las cabañas (que eran en realidad carpas grandes) estaban construidas en una reserva de manera de modificar el entorno lo menos posible: en el aire. Estaban desperdigadas en la espesura, construidas a un metro de altura, y comunicadas entre ellas y con los baños por pasarelas también en altura. La reserva era uno de los últimos reductos en estado natural de la zona, con árboles colosales y ¡¡¡helechos de hasta 8 metros!!! Tenía senderos para perderse entre estas majestuosidades, pero estaba tristemente rodeada por campos de yerba mate y té hasta el horizonte, eran las últimas hectáreas de la zona que aún se conservaba tal cual estuvo desde hace milenios. Mientras desarmaba mis alforjas dentro de esta carpa sentí pasos en la hojarasca justo debajo, salí y me asomé. ¡Había una mulita caminando abajo mío como si nada! Qué bicho más simpático.<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg7I5wXsM6b_vM-4END_laLvYjIAIeyAFyWubVcVo_84ENgc4AbfteTDF2_idTeNTcItnuifk-L5F7T9dojUVdWd286BIYToRTJwb-2SU8z6W73qd6c5ghdoEo5qQ2irVyitdvA2k96pAfz/s1600/IMG_4238.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="427" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg7I5wXsM6b_vM-4END_laLvYjIAIeyAFyWubVcVo_84ENgc4AbfteTDF2_idTeNTcItnuifk-L5F7T9dojUVdWd286BIYToRTJwb-2SU8z6W73qd6c5ghdoEo5qQ2irVyitdvA2k96pAfz/s640/IMG_4238.JPG" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Entrada a la carpa/cabaña</td></tr>
</tbody></table>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjoEmDMsLFI6X_KSN9djjiKFWpMYpRHqsPdh8ai8du7MRkK9ee1v2hX1II2pjZKdMwVIeDh1WJIbX_1_y86JFXOUu0D0s7sP92RzYW_8MUee7lbOrUM3VOvDw4Pi-XWHX2tgpGFJIu-R9oQ/s1600/IMG_4240.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="427" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjoEmDMsLFI6X_KSN9djjiKFWpMYpRHqsPdh8ai8du7MRkK9ee1v2hX1II2pjZKdMwVIeDh1WJIbX_1_y86JFXOUu0D0s7sP92RzYW_8MUee7lbOrUM3VOvDw4Pi-XWHX2tgpGFJIu-R9oQ/s640/IMG_4240.JPG" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Mi carpa/cabaña</td></tr>
</tbody></table>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjERH-YV5t04TO7C_jOOX7Gv7YRfbmWmbV3g9As2O293nmBvTFK6Zk2hWJoXKnchSD5GfQGVuynAHSH8btvwtvgD4m2edR0creUAJwusdqBVWskWYi4cOB0msktkz5hEIz1pzLmRgIJlsMH/s1600/IMG_4254.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjERH-YV5t04TO7C_jOOX7Gv7YRfbmWmbV3g9As2O293nmBvTFK6Zk2hWJoXKnchSD5GfQGVuynAHSH8btvwtvgD4m2edR0creUAJwusdqBVWskWYi4cOB0msktkz5hEIz1pzLmRgIJlsMH/s400/IMG_4254.JPG" width="266" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Arboles colosales a mis alrededores</td></tr>
</tbody></table>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgeV91Mger_-N4IGB097PZgLdH3NneJAOj4Jmkkng5Q1o2K7GTeLWF2NJK7rvF7Ltmx2s8ZNKcZXN8L7gQ4WpX_-9UCk59yjL7xuhbX_gUuZhX2AIciEcjtUUBOCzUUQ1Rr-nBPkb_-hXuP/s1600/IMG_4268.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgeV91Mger_-N4IGB097PZgLdH3NneJAOj4Jmkkng5Q1o2K7GTeLWF2NJK7rvF7Ltmx2s8ZNKcZXN8L7gQ4WpX_-9UCk59yjL7xuhbX_gUuZhX2AIciEcjtUUBOCzUUQ1Rr-nBPkb_-hXuP/s400/IMG_4268.JPG" width="266" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">¡Helechos de 8 metros!</td></tr>
</tbody></table>
De raje me fui a ver el atardecer a un meandro súper pronunciado del Río Iguazú, uno que hasta se ve en el mapa bien puntiagudo, con una lengua de tierra brasilera penetrando nuestro territorio al lado de otra argentina que los penetra a ellos. Un vamo y vamo. Ahí mandé la foto panorámica pegando 5 fotos para que entre todo ese magnífico paisaje. A la vuelta, ya de noche por esos caminos húmedos de tierra roja entre las matas, pasé por una planta procesadora de mate que me envolvió en un aroma delicioso a yerba calientita!<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhQsSS2FBDZ7vfgO8NF1NIhPEVj3yghyphenhyphenCBk9vutHZyFTOSRU5S8sY9hiohnXnP4Jobll6KXoDC1y5cv1joCSYAGoA5QbvTX_oBeOiDoqMIIhilEVOQzMLs0CiizKmPwUcMbySrEgXLJ3e2K/s1600/IMG_4220P.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="80" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhQsSS2FBDZ7vfgO8NF1NIhPEVj3yghyphenhyphenCBk9vutHZyFTOSRU5S8sY9hiohnXnP4Jobll6KXoDC1y5cv1joCSYAGoA5QbvTX_oBeOiDoqMIIhilEVOQzMLs0CiizKmPwUcMbySrEgXLJ3e2K/s640/IMG_4220P.JPG" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">La panorámica, en el mapa se ve</td></tr>
</tbody></table>
Siendo que ya estaba a sólo 50km del punto final de mi viaje, me tomé el día siguiente para descansar. Después de haber recorrido todos los senderos que encontré, alquilé un kayak y remonté parte del río Iguazú en compañía de Marito, un personaje de esos pagos que me pasó a buscar con una Chevro modelo 60 cargada con los kayaks. Remando nos acercamos a la costa brasilera la cual es reserva virgen, vi tucanes, monos y pájaros varios. Y unos jejenes a prueba de off que ni te cuento. En una nos metimos entre unas islitas y bajamos en unos bancos de arena semisumergidos. Caminábamos con el agua por las rodillas admirando la belleza aparentemente intacta que nos rodeaba. Al pasar junto a un pequeño sector de arena que sobresalía fuera del agua, Marito señaló unas marcas semicirculares.<br />
- Son las huellas de un cocodrilo que estuvo tomando sol - dijo con total naturalidad. Y yo, que tenía las piernas bajo el agua, sentí cómo se me erizaba el escroto.<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjyXisO7DBLPTaIo2y07ctHA0_JsHPutyGOs-ceXieJ1VEhXnSOD-ZNZEdIm6EN_ZA7HKnO0JYXZ-3lfG8rjXLX1m3CEgauiUW0rQLW1_iLq9CW7SKDcovWytKHjauX8EsGJ4XAqpvGkm1n/s1600/IMG_4268T.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="300" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjyXisO7DBLPTaIo2y07ctHA0_JsHPutyGOs-ceXieJ1VEhXnSOD-ZNZEdIm6EN_ZA7HKnO0JYXZ-3lfG8rjXLX1m3CEgauiUW0rQLW1_iLq9CW7SKDcovWytKHjauX8EsGJ4XAqpvGkm1n/s400/IMG_4268T.JPG" width="400" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Con la caripela rodeada de jejenes junto a la costa brasilera</td></tr>
</tbody></table>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjA8T9ii79EmMO3E74ApL6g2pmDpw1hZgpf8LMmSOKq88eaF6DmJRO-TEY_7QVLwlMEmc2H3F5BGKHJ6C-buDRkJ7KdlBExBMnJdXzPnI0a8B8Yx-o3F9huTwsQvDxXJ3kmDBjULbVAV3H1/s1600/IMG_4269T.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjA8T9ii79EmMO3E74ApL6g2pmDpw1hZgpf8LMmSOKq88eaF6DmJRO-TEY_7QVLwlMEmc2H3F5BGKHJ6C-buDRkJ7KdlBExBMnJdXzPnI0a8B8Yx-o3F9huTwsQvDxXJ3kmDBjULbVAV3H1/s320/IMG_4269T.JPG" width="240" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Esperando no me cache el yacaré</td></tr>
</tbody></table>
Llegué de vuelta a la carpa de noche y me fui a dormir, ya que al día siguiente daba el paso final: atravesar de punta a punta el Parque Nacional Iguazú por dentro para llegar, el día de mi cumpleaños, a las Cataratas. Esa madrugada me desperté para ir al baño. Con la linterna caminé por la pasarela sintiéndome rodeado de vida por donde quiera que mirara, eran tantas las especies que me rodeaban, tanto vegetales como animales, que semejante explosión de vida rozaba lo agresivo. Al volver a la carpa sentí ruidos, alguien estaba caminando muy cerca, alumbré con la linterna y a dos metros mío había una comadreja inmensa en la oscuridad de la espesura, que en vez de huir volteó y me miró a los ojos. Nunca, jamás olvidaré esa mirada ni lo que me hizo sentir. En la mirada de esa comadreja sentí el reproche de cada ser vivo de esa reserva por la matanza, la masacre que mi raza había cometido contra esas tierras dejándoles apenas esas pocas hectáreas vírgenes para arreglarse, y sentí culpa de caminar sobre dos patas y de andar vestido.<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjjLu-3mHCn0QPS3rl-1feSe31xXPBrsXDGCDj2vHcJhMRv2FxlrDHj8rcDyGrI60-wuhkWF3tpf6Yr7VuJ-sHnn0pxbGcYMd-n2trSesdUG1udlQUPnZdy18fTbKLV8qUGHazprnGRLXaZ/s1600/IMG_4242T.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="300" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjjLu-3mHCn0QPS3rl-1feSe31xXPBrsXDGCDj2vHcJhMRv2FxlrDHj8rcDyGrI60-wuhkWF3tpf6Yr7VuJ-sHnn0pxbGcYMd-n2trSesdUG1udlQUPnZdy18fTbKLV8qUGHazprnGRLXaZ/s400/IMG_4242T.JPG" width="400" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Estudiando en el mapa el paso final</td></tr>
</tbody></table>
Al día siguiente desperté con todas las pilas. Primero que nada tuve que hacer un trámite ridículo: ir a la comisaría de Andresito para justificar porqué no votaba para algo tan al pedo como un presidente. Con la moto cargada estacioné frente a la misma y esperé una media hora por un papelito. De ahí, seguí las indicaciones que me habían dado para encontrar la entrada al parque nacional. Tenía cierta intriga acerca de cómo sería ese camino, ya que sabía que era de tierra. Por fortuna, era tierra firme y sólida, sin piedras sueltas, así que podía manejar tranquilo y a una velocidad agradable bajo el sol abrasador. Eso sí, cuando llueve se debe volver un barrial intransitable.<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEioLudClVlTzv_pXdHVGX6tofpxISfRgEf2HKdoQNPMza0oA76R6vZAoLuRSyL0hnz4y_bjTGgxAhuFITiVc6gRDeOr_M0eGju0lWMDa74q9vlvx-qYAHRsZoPpOsd7vwonyZtsrYmkuylg/s1600/IMG_4277.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="427" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEioLudClVlTzv_pXdHVGX6tofpxISfRgEf2HKdoQNPMza0oA76R6vZAoLuRSyL0hnz4y_bjTGgxAhuFITiVc6gRDeOr_M0eGju0lWMDa74q9vlvx-qYAHRsZoPpOsd7vwonyZtsrYmkuylg/s640/IMG_4277.JPG" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Entrada al Parque Nacional desde el este</td></tr>
</tbody></table>
Para mi inmensa sorpresa, durante los 50km que atravesé el corazón del parque Nacional Iguazú el día de mi cumpleaños fui guiado por millones de mariposas amarillas que volaban en la misma dirección que yo, fue mágico. Hice una parada a mitad de camino en medio de la selva a descansar y tomar agua, pensando en cuántos yaguares me estarían olfateando...<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjuz3HWkggVSSuDhQ-vNJ0gvAlEgLfy7OYsmY5kjAM904pcAL65lUuFiUaI4bS-3Mms8vdABxun9tcHpBhAWGBhsGiriPk6NE11B4X3Yzx_i4uwfZ5MgTEixjYKdsfQGgWTD9eLQpTj4etR/s1600/IMG_4290.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="427" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjuz3HWkggVSSuDhQ-vNJ0gvAlEgLfy7OYsmY5kjAM904pcAL65lUuFiUaI4bS-3Mms8vdABxun9tcHpBhAWGBhsGiriPk6NE11B4X3Yzx_i4uwfZ5MgTEixjYKdsfQGgWTD9eLQpTj4etR/s640/IMG_4290.JPG" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Parada a descansar en el corazón del Parque Nacional Iguazú</td></tr>
</tbody></table>
Al llegar al asfalto pocos kilómetros antes de las cataratas las mariposas desaparecieron, y en vez de encarar para Iguazú a dejar mi gran cantidad de equipaje, encaré directo para las cataratas, ¡quería la frutilla de mi postre! Dejé la moto en el estacionamiento con todo el equipaje puesto, no me importó nada. Después de tres semanas de caravana sólo quería llegar a la Garganta del Diablo. Me tomé el trensito y bajé en la estación de la Garganta. Primero pasé por un kioskito ya que no había almorzado, me vendieron un sanguchito por un precio que acá me alcanzaba para comprar 6 ó 7, pero el hambre era tanto que le entré, me clavé una birra refrescante y encaré para las pasarelas que llevan a la susodicha garganta. La pasarela está armada sobre el río y tiene más de un kilómetro de longitud, así que esa caminata se me hizo interminable. Mi ansiedad por llegar a las cataratas era mucha, y los mensajitos de felicitación por mi cumple irónicamente me caían todos juntos sin dejarme disfrutar plenamente de la realidad que me rodeaba, hasta que finalmente llegué.<br />
Difícil expresar con estas teclitas lo intenso que fue ese momento. Frente al inmenso caudal de agua que caía con estruendo y majestuosamente frente a mí, con sus arcoiris que desaparecían en la nube sin fondo debajo mío y los vientos que me salpicaban la cara, se me hizo un nudo en la garganta y casi se me pianta un lagrimón. ¡Había llegado!<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgdbBNNid1Tk4Kc4zQXGR15XLN84ROsyimxXW33rDkpQZ1JKgLjgX7bE7CA9_XiiYn-ox0COD3zP9HNK9o1dR29thkmlktQRySOmJJXNAqkMsYWI7ED7NYgI8p1Ut-8Zlw5CkJo0Rkhy8pd/s1600/IMG_4294T.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="480" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgdbBNNid1Tk4Kc4zQXGR15XLN84ROsyimxXW33rDkpQZ1JKgLjgX7bE7CA9_XiiYn-ox0COD3zP9HNK9o1dR29thkmlktQRySOmJJXNAqkMsYWI7ED7NYgI8p1Ut-8Zlw5CkJo0Rkhy8pd/s640/IMG_4294T.JPG" width="640" /></a></div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjBP0yJFOFOxWhgTPE0uQ78qmRxId7ZBJXw1-XBMJiOBOIiXuJanejt1_PX619RMkkSqGC0AuYd5M4y3l8qaArojD8dVlk1msI1Ie7BQdJATM7sLnCKiDtuTqIZpX0HoWrRQuSi-GWOWfKQ/s1600/IMG_4293T.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjBP0yJFOFOxWhgTPE0uQ78qmRxId7ZBJXw1-XBMJiOBOIiXuJanejt1_PX619RMkkSqGC0AuYd5M4y3l8qaArojD8dVlk1msI1Ie7BQdJATM7sLnCKiDtuTqIZpX0HoWrRQuSi-GWOWfKQ/s400/IMG_4293T.JPG" width="300" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEicp8_KkQvxfnG_y3SQhgF-0S7SLTdGHNkb2uAWG5aT98p_I9eebd5WFOVXG3qpONDWccRN3p1sSOyzD5kTjwqb6fztbhertQa5Tk71r0hTxxa0LZyeV_8VDv-SzH6rR-CtGJQVz_I8xKRy/s1600/IMG_4373.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="266" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEicp8_KkQvxfnG_y3SQhgF-0S7SLTdGHNkb2uAWG5aT98p_I9eebd5WFOVXG3qpONDWccRN3p1sSOyzD5kTjwqb6fztbhertQa5Tk71r0hTxxa0LZyeV_8VDv-SzH6rR-CtGJQVz_I8xKRy/s400/IMG_4373.JPG" width="400" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhQbq-wFVbm_CamcnkAPqhEgZWZo11Yx8_BnUNsUfOxvXyJ6LA4Ed3G1mT37Ef2iOcv-6H56hRgLqvtatsUr3BDh4pP4aOwvGzw9d0YgTqCLRuF1e4LyL7X1CBJJN6Pmfun-YIduNCxSXow/s1600/IMG_4385.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="265" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhQbq-wFVbm_CamcnkAPqhEgZWZo11Yx8_BnUNsUfOxvXyJ6LA4Ed3G1mT37Ef2iOcv-6H56hRgLqvtatsUr3BDh4pP4aOwvGzw9d0YgTqCLRuF1e4LyL7X1CBJJN6Pmfun-YIduNCxSXow/s400/IMG_4385.JPG" width="400" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgJ3BIJKDbCvHi26pbs4gdKoY_ebF8krfUd742ru3Fq9iaklq9QAGGhtvFsyPaRuBw5kZYtRdyhBWA8Rg6MYgqTP9PiMzdLIaQCNFDLilJRfwBXomphlwx0uZzb8pSdCKZAWTSdJvfPGsN9/s1600/IMG_4387.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="226" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgJ3BIJKDbCvHi26pbs4gdKoY_ebF8krfUd742ru3Fq9iaklq9QAGGhtvFsyPaRuBw5kZYtRdyhBWA8Rg6MYgqTP9PiMzdLIaQCNFDLilJRfwBXomphlwx0uZzb8pSdCKZAWTSdJvfPGsN9/s400/IMG_4387.JPG" width="400" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
Al día siguiente volví a las cataratas obviamente desde temprano a recorrerlas hasta el atardecer. No era mi primer, había hecho un viaje con gente de la universidad de Mar del Plata 15 años atrás. Eran de la facultad de económicas y de inglés, y un colgado de letras (yo). Tanto no me acuerdo de aquel viaje, eran otras épocas y los recuerdos quedaron empañados en alcohol. El último día lo habíamos tenido libre. Algunos se quedaron en el hotel de Foz do Iguaçu a hacer un asado, otros se fueron a nosédónde, y yo quise volver a las cataratas del lado argentino, desde adentro. Así que me levanté temprano y me fui solito a cruzar la frontera. Cuando habíamos ido en grupo días atrás, en la isla San Martín que está en el medio de las cataratas había visto una ventana gigante en la piedra, al otro lado del río, y me había quedado la idea fija de cruzarlo (pese al cartelito con un dibujito de una víbora). Entonces, crucé la frontera, entré al parque, llegué hasta el muelle, me tomé el barquito que me dejó en la isla, subí los cientos de escalones, pegué la vuelta, y ahí la tenía. Frente a mí, la ventana en la piedra, sólo tenía que cruzar el río saltando las piedras sin mirar el cartel de la viborita. En ese tipo de escenarios admito que un poco me transformo, y a veces, como esa, puedo perder el control. Venía a los saltos sin demasiado cuidado creyéndome Tarzán hasta que me patiné y me fui de rodilla contra una piedra. El golpe fue tan fuerte que me inmovilizó unos minutos, quedé con el agua por la cintura aferrándome para que no me lleve la correntada hacia el salto San Martín, el mismo de la película "La Misión", por el que tiraban a los curas crucificados, ¿se imaginan? Qué bizarro... Me até la rodilla con una media y seguí. Llegué finalmente a la ventana y me senté. Frente a mí se abría un paisaje paradisíaco: piletones encerrados por las cascadas, totalmente agreste. En uno de ellos había una pareja... Sanamente los envidié, y me propuse a mí mismo volver alguna vez en mi vida con una chica, ¡hasta se me ocurrió la idea de que sería el lugar perfecto para procrear! Llegué al hotel al anochecer rengueando con una media atada en la rodilla, los pibes estaban justo en la puente y se cagaban de risa, todavía tengo las cicatrices. Pero 15 años después, el río estaba muy crecido y el barquito no llegaba a la isla, ¡habrá que volver!<br />
Si bien me quedaban 5 días libres los cuales pensaba quedarme descansando en Iguazú, mi culo inquieto pedía más (espero no se malentienda). Mandé la moto en un camión a Buenos Aires y me tomé el micro. De vuelta en mi ciudad, tomé un taxi hasta el galpón en el que me entregarían la moto. Arriba de ese taxi la radio sintonizó la FM Tango, y siendo que hacía casi un mes que no bailaba ni escuchaba tango, cuando sonó "Tristeza marina" por Di Sarli-Rufino me invadió una súbita emoción y, de nuevo, casi se me pianta el lagrimón. (Escucharlo <a href="http://www.youtube.com/watch?v=ju05ofjP8SQ">acá</a> ) Durante las tres semanas de caravana por el litoral ni me había acordado del tango, pero arriba de ese taxi extrañé bailar con locura.<br />
Pero no había tiempo para eso, el tango debería de esperarme todavía unos días más. Me entregaron la moto llena de tierra colorada, y así como la recibí manejé hasta Constitución donde la despaché en el furgón a Mar del Plata y me tomé el tren: mis últimos días libres los pensaba pasar junto a los míos.<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj6A1f-MMvWpI1z-t6_cEhQqlNsG6XkCaKT1L9mUmJOz0h-XDsx5U5iIDxr1T2vpeOyXdG-ZWa54dh95aEtUADrWtU4W_7VdWkn4IVI76GrVwstX-dfDQ_1rOhI6jJiGd7sZp7m_J_pwZZ5/s1600/IMG_4460.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="427" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj6A1f-MMvWpI1z-t6_cEhQqlNsG6XkCaKT1L9mUmJOz0h-XDsx5U5iIDxr1T2vpeOyXdG-ZWa54dh95aEtUADrWtU4W_7VdWkn4IVI76GrVwstX-dfDQ_1rOhI6jJiGd7sZp7m_J_pwZZ5/s640/IMG_4460.JPG" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">¡La Morocha en los Acantilados!</td></tr>
</tbody></table>
Apenas llegado a Mar del Plata recibí la moto y, en vez de entrar a la ciudad, salí a la ruta 226 rumbo a la reserva de la Laguna de Los Padres donde acampé una noche en ese lugar tan especial para mí desde hace tantos años, donde tantas cosas he vivido. Al día siguiente ya estaba listo para entrar a la civilización. A manera de recompensa por tanto esfuerzo paré en la suite de lujo del Sheraton con vista al mar, ¡qué contraste! ¿Se imaginan la Morocha con una roña tremenda y llena de tierra roja en la dársena de ese hotel entre autos importados carísimos? ¡Muy bueno! De la lujosa habitación que me tocó me fui al anochecer al típico asadito y fogón con los amigos en el bosque de Playa de Los Lobos, el ansiado reencuentro para el que tantas anécdotas venía guardando. ¿Y me imaginan de vuelta en el Sheraton entrando al ascensor de madrugada junto a una pareja "paqueta" con una baranda a humo bárbara? ¡Jajaa! ¡Tremendo!<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh4BEeD4nZjcACWjv9zqYkktw5WPArMV77slNOJNdFoOhy2YAaOdcRkWnbLQoLecM6mcTpjRlGOLTFssdB5C8LCnJRMEGvDVsw2RNGgqhXQf90fLQbdE7MkzpHmlnSyiFt3Rd5T38VrXLxJ/s1600/IMG_4526.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="266" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh4BEeD4nZjcACWjv9zqYkktw5WPArMV77slNOJNdFoOhy2YAaOdcRkWnbLQoLecM6mcTpjRlGOLTFssdB5C8LCnJRMEGvDVsw2RNGgqhXQf90fLQbdE7MkzpHmlnSyiFt3Rd5T38VrXLxJ/s400/IMG_4526.JPG" width="400" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">La Morocha en la dársena del Sheraton</td></tr>
</tbody></table>
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjNfJznu7HM8SEMfpM_igUHexab7rpka037qIp7bTbG3f2NtisioJu86x6hNOJJ62ppiS6EG-8ytSGn6iHWexi0R0eTzQrUJ_acaZHj0JsVQ113xJY5xZgL7Z2sjrk0Qx3B8sdPExlzwk8-/s1600/IMG_4519.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="266" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjNfJznu7HM8SEMfpM_igUHexab7rpka037qIp7bTbG3f2NtisioJu86x6hNOJJ62ppiS6EG-8ytSGn6iHWexi0R0eTzQrUJ_acaZHj0JsVQ113xJY5xZgL7Z2sjrk0Qx3B8sdPExlzwk8-/s400/IMG_4519.JPG" width="400" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Relax en la suite de lujo</td></tr>
</tbody></table>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhkdN8PamEKkDQGfMobEijQkgljvFry1Kutzdcoltd4a9Pw6LAZdRKdgeWKVS6BS8rNXCqnZcHBb1-R_D9GIkEsSvgTiNYH9sFGgnh47IcDwc8OqK1F7hvrMybiH5av8yl7fY9vWf4movum/s1600/IMG_4525.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="266" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhkdN8PamEKkDQGfMobEijQkgljvFry1Kutzdcoltd4a9Pw6LAZdRKdgeWKVS6BS8rNXCqnZcHBb1-R_D9GIkEsSvgTiNYH9sFGgnh47IcDwc8OqK1F7hvrMybiH5av8yl7fY9vWf4movum/s400/IMG_4525.JPG" width="400" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Preparándome para volver a Bs As</td></tr>
</tbody></table>
Si bien las comodidades de este alojamiento eran cómodas, durante el desayuno no me sentí tan a gusto. El restaurant estaba lleno, era domingo de un fin de semana largo. Me pareció como que la gente no se relajaba. Yo no tengo nada en contra de ninguna persona por su posición social en sí, pero daba la impresión de que nadie disfrutaba realmente su desayuno, ¡con la variedad de cosas ricas que había! Era como que todos estaban de alguna manera prestando demasiada atención a los desconocidos de las otras mesas (pero sin mirarlos), actuando para dar la mejor impresión posible, o hasta compitiendo. Al menos esa fue la impresión que me dio a mí, la de un ambiente para nada distendido, que es lo que uno esperaría de un lugar donde la gente está de vacaciones.<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEixcpTB-HaF_DGKSh6l5243KhlG9tMuTNL7Rk9tmK6v-ax-bxfY6bvDAqXPYIZKwDrj9em2QqfBjJK8DPpr_InMLkH4fdjV-dkIrbGwYgt_BqBUXZDJEA-ca3KUl5tlFzBBWbPq19tCJRtz/s1600/IMG_4528.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="427" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEixcpTB-HaF_DGKSh6l5243KhlG9tMuTNL7Rk9tmK6v-ax-bxfY6bvDAqXPYIZKwDrj9em2QqfBjJK8DPpr_InMLkH4fdjV-dkIrbGwYgt_BqBUXZDJEA-ca3KUl5tlFzBBWbPq19tCJRtz/s640/IMG_4528.JPG" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Sin imaginar las horas de ruta que me esperaban...</td></tr>
</tbody></table>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
En la dársena volví a amarrar todo mi equipaje sobre la Morocha, y salí sin imaginar que tenía por delante la jornada más larga de todo el viaje, ya que había caravana de autos por el feriado largo: ¡¡¡tardé nueve horas y media en llegar a Buenos Aires!!!!! Llegué sin sentir las manos, pero llegué feliz. Había completado con éxito el plan de mi primer viaje en moto, había recorrido una región pendiente de la Argentina, y tenía la plena convicción de que era recién el comienzo.<br />
Ya nada podría pararme...<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjYdSdy_Stpljtb2ITd2d5IInurrq9GEekW9cXUH_Prvy43K4MPqGHm0VbjG7isX6uP20t-taMZ-6VPDthNP95sXlpgCxzwQIQpOqMxOjM5Fan9AGVNZJTICIKZg7YUQDYnHMJTf0H6qOOL/s1600/IMG_4359.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="426" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjYdSdy_Stpljtb2ITd2d5IInurrq9GEekW9cXUH_Prvy43K4MPqGHm0VbjG7isX6uP20t-taMZ-6VPDthNP95sXlpgCxzwQIQpOqMxOjM5Fan9AGVNZJTICIKZg7YUQDYnHMJTf0H6qOOL/s640/IMG_4359.JPG" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">¡Misión cumplida!</td></tr>
</tbody></table>
Hernan Brusahttp://www.blogger.com/profile/00907133139203446621noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7372026833175286890.post-41466545595994432622013-04-18T14:16:00.000-07:002013-12-09T13:32:16.642-08:00Litoral parte IIISe ve que yo ya andaba con la idea revoloteando dentro de mi cráneo, porque aquel día que la morocha se puso celosa relatado en otro apartado y que conocí el taller Dos Rueda, mientras Pablo me solucionaba el problema le pregunté:<br />
- ¿Con esta moto me puedo ir hasta las Cataratas?<br />
Se dio vuelta, sonrió y dijo ¡claro!<br />
Tenía muchas ganas de recorrer esa provincia, desde hace mucho. Conocía cataratas, sí, pero <br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjgIdkx4R1EtrogvIYoO05K2SZ1m5ioqsWCXCm-KjN_B_bmlw0JnT9W9FZ4bO0B2z2tVWV1pOZ3VvE3iWdCuEFAM8L7p0Po4_f-X0eTpqJQh0-atE8YgSvzIDxrBhBOPn9vhqvFbKmdj6nL/s1600/IMG_3544T.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="185" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjgIdkx4R1EtrogvIYoO05K2SZ1m5ioqsWCXCm-KjN_B_bmlw0JnT9W9FZ4bO0B2z2tVWV1pOZ3VvE3iWdCuEFAM8L7p0Po4_f-X0eTpqJQh0-atE8YgSvzIDxrBhBOPn9vhqvFbKmdj6nL/s320/IMG_3544T.jpg" width="320" /></a></div>
absolutamente nada más de esas selvas. Por eso, la mañana que desperté con Misiones al alcance de mi mano el sol brilló más radiante que de costumbre. Armé las alforjas bien temprano y salí a la ruta, Corrientes fue quedando atrás en un adiós de hasta la próxima. Al comienzo eran los campos infinitos. Cuando pasé por el empalme de la ruta de tierra que venía desde los Esteros (la que pensaba agarrar originalmente para salir de Colonia Carlos Pellegrini con los primeros 30km/h de arenales pero la lluvia no me dejó), lo miré imaginando la aventura que me había perdido, y no pude evitar dudar de su éxito. Dejé esa idea atrás y aceleré de frente al nuevo cambio en la travesía.<br />
Al norte de Corrientes el terreno ya se empezó a ondular y aparecieron las primeras sierras y campos de yerba mate. La mano venía interesante venía. Hice una parada bajo un arbolito a la altura del establecimiento Las Marías, pocos kilómetros antes de la frontera, para entrarle a la picada con mate. Después de unos minutos de tareas preparativas de los materiales a ingerir, me dispuse a achicarlos y lubricarlos a masticada limpia mientras que mi realidad bajaba su ritmo afinando con el del entorno y me entregué a la contemplación. Me llamó mucho la atención verme rodeado, por toda la extensión del pastizal bajo cuyo único árbol me sentaba, de insectos dedicados a la orgía desenfrenada. Eran una especie de hormiga voladora pero más grande, habían millones, y TOD@S estaban entregados al sexo.<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEimPy5OmP0hKLJpOE02TEHgV_6RnVNXH6DDpE2Z8eSdR2nWEnGnn6E_H4JVWwqSDC_NPgzCw67UW5lidifLLNRav314jew1yBo2HowVG6R9drSTpOi9WDOzS62Zx4N2ktBarj6Yzcxd5QLy/s1600/IMG_3558.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="425" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEimPy5OmP0hKLJpOE02TEHgV_6RnVNXH6DDpE2Z8eSdR2nWEnGnn6E_H4JVWwqSDC_NPgzCw67UW5lidifLLNRav314jew1yBo2HowVG6R9drSTpOi9WDOzS62Zx4N2ktBarj6Yzcxd5QLy/s640/IMG_3558.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Campos de mate hasta el horizonte</td></tr>
</tbody></table>
<a name='more'></a><br />
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEierpLBkzxWOGMzFyyif_0qwPqyT5rEuF33IgTAmaiZdeJi0lWe1h7Vm6_U-SZ-r-RB52ZxqEp9xfEbMmrmTZipjFmD3U9oU19vnHq22Q0n3mJcTlHrkbKfBB4Dw3mgbDD6UWmIkNCeeBCJ/s1600/IMG_3574.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEierpLBkzxWOGMzFyyif_0qwPqyT5rEuF33IgTAmaiZdeJi0lWe1h7Vm6_U-SZ-r-RB52ZxqEp9xfEbMmrmTZipjFmD3U9oU19vnHq22Q0n3mJcTlHrkbKfBB4Dw3mgbDD6UWmIkNCeeBCJ/s320/IMG_3574.jpg" width="213" /></a>Una vez cruzada la frontera me desvié de la famosa ruta de la muerte que no me mató, rumbo a San Javier. Como no conocía absolutamente nada de Misiones, ni había buscado nada en internet antes de partir, elegí un lugar sobre el mapa a dedo. Había una ruta directa desde Santo Tomé bordeando el río, pero por lo que averigüé estaba en muy mal estado, con baches hondos, así que subí al cordón montañoso central de Misiones y volví a bajar hasta el mismo río del cual había partido. La ruta 1 que tomé atravesaba el corazón de la zona del mate, era muy poco transitada y estaba totalmente flanqueada por arbolitos de mate hasta el horizonte. ¡Joya! Aunque probé una hojita y no tenía el gusto ni ahí, días después probé una de té y tampoco, las dos sabían a hoja de árbol. Parece que con el secado y el tostado es que andan tan bien con el agua caliente. Pasé por Apóstoles, la capital argentina del mate y, obviamente, paré en la casa del mate. Por el horario estaba cerrada (como todas las otras casas del lugar), era mediodía y el sol estaba alto y caliente, pero los expendedores de agua a 80º estaban afuera y cargué el tanque estimulante. Manejando por esas rutas entre las sierras alfombradas de yerba fui muy feliz.<br />
Llegado a San Javier al atardecer, paré en la oficina turística donde me atendió una señora macanudísima que me preguntó si venía para el encuentro de motos. Nunca había ido a un encuentro de motos, este iba a ser el primero y por casualidad. Al consultarle sobre las opciones para parar, nombró entre otras unas cabañas en los árboles. Insistí con esa y me explicó cómo llegar. Por suerte llegué, porque fácilmente me podría haber perdido. Había que volver por la ruta y tomas unas calles de tierra, la última una bajada arcillosa en medio de la selva, con raíces de árboles salientes y agujeros por las caídas de agua. Tenía que bajar despacito y con un pie en el suelo. Llegué a unos alambres donde se abría un descampado con una gran cabaña en el medio. Después de varias palmadas aparecieron unos flacos, todos mamados. Uno me dijo algo y yo interpreté que me trataba de extranjero, le respondí medio socarronamente que era argentino como él, pero resultó que él era el extranjero. Era francés, y estaba hace 8 meses trabajando ahí a cambio de casa y comida. Pero si tenía una pinta de criollo bárbaro... Habían también dos sudafricanos, estos sí bien rubios y morruditos, que también llegaron por una propuesta difundida por internet. Los dueños del lugar (que no estaban, por eso los gringos se pusieron en pedo con los otros trabajadores que eran lugareños a sueldo) eran belgas. Cansados de su rutina vendieron todo, compraron una camioneta y viajaron con sus hijos un año y medio por América. Terminaron eligiendo San Javier para contruir una especie de "resort" (no puedo encontrar la palabra en castellano) con cabañas construidas sobre los árboles.<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj0PY35nIhlCeoExpox0SKWVEQoDS87YFMq7vWi3Dfja7dL7TbFEwxaZVk7pgYHBSmjXHGKaEwOyxe40kzG1zakF1WkresRP4qwkUnXS5hNMjMKZSozvbdWDIXs8fqJRQjlwOmDAq2bARSx/s1600/IMG_3669.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="267" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj0PY35nIhlCeoExpox0SKWVEQoDS87YFMq7vWi3Dfja7dL7TbFEwxaZVk7pgYHBSmjXHGKaEwOyxe40kzG1zakF1WkresRP4qwkUnXS5hNMjMKZSozvbdWDIXs8fqJRQjlwOmDAq2bARSx/s400/IMG_3669.jpg" width="400" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">¡La Morocha llegó a la selva!</td></tr>
</tbody></table>
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh5otrxERjXwY2PGmEsAWOJAgQw9mlxCxVV9yV3zorSY5tleZnggMzy9AlG2hp2beStWhOHsBiDQrIZNpI0thP7A9PzK3RBv1HC5T3V4eIj5fn9S7eay-xW9oOj_py6_WIkXzxKAYMFITjF/s1600/IMG_3598.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="267" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh5otrxERjXwY2PGmEsAWOJAgQw9mlxCxVV9yV3zorSY5tleZnggMzy9AlG2hp2beStWhOHsBiDQrIZNpI0thP7A9PzK3RBv1HC5T3V4eIj5fn9S7eay-xW9oOj_py6_WIkXzxKAYMFITjF/s400/IMG_3598.jpg" width="400" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Una de las cabañas de los belgas</td></tr>
</tbody></table>
<br />
Resultó que las cabañas estaban todavía en construcción. El francés nos hizo pasar y nos fue mostrando todas ellas, construidas efectivamente sobre árboles, era asombroso. Tenían por supuesto una técnica para ir modificando los agarres debido al engrosamiento de los troncos, ¿pero me pregunto cómo harán con el crecimiento? Al rato llegaron los belgas, quienes nos invitaron a quedarnos en una de esas cabañas. Las estructuras estaban todas terminadas, faltaban los cerramientos y las comodidades. Hasta me trajeron el colchón. Habían demasiadas abejas y avispas dentro de la cabaña, así que me acosté en la entrada/galería desde donde veía la salida de la luna y el amanecer. Todas las cabañas en altura comunicaban con la cabaña central que estaba en tierra (la que vi desde la entrada) por medio de pasarelas sobre el pasto, ya que eran terrenos inundables, y habían muchas víboras.<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEijW6dKJTkIMBBzdOoskO4r40jHA2ZlQPUTwcExzhOd2WQmdZdq7tkhSryIlXz5W21SYUos0q1NEglGXCtcSfbkAdILceRDDpB7bTiNOeqxDNx9fYZbooz5l4KSNtBWwyswIvFKTfViPxJf/s1600/IMG_3634.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="267" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEijW6dKJTkIMBBzdOoskO4r40jHA2ZlQPUTwcExzhOd2WQmdZdq7tkhSryIlXz5W21SYUos0q1NEglGXCtcSfbkAdILceRDDpB7bTiNOeqxDNx9fYZbooz5l4KSNtBWwyswIvFKTfViPxJf/s400/IMG_3634.jpg" width="400" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Bajo esa galería es donde yo dormía</td></tr>
</tbody></table>
<br />
Con la llegada de la noche fue llegando cada vez más gente. Había otra familia de europeos que estaba esperando que su camioneta llegara de Europa, ya que iban a emprender otro viaje parecido. Tenían un bebé y una nena de dos años, nada más parecido al sol he visto en mi vida que esa niña. Y se embarcaban en la aventura de su vida, ¡qué lindo! He visto otras familias viajando así por América, todos en una camioneta, qué experiencia para todos, inolvidable...<br />
Terminamos cenando en la galería de la cabaña central, con caballetes armaron una mesa larga, seríamos más de 20, de varias nacionalidades, ¡y yo era el único argentino! Porque había también algún pariente de visita, y estaban los hijos, dos adolescentes grandotes a los cuales yo les preguntaba cómo fue para ellos cambiarse de un colegio europeo a uno de un pueblo misionero sin siquiera saber el idioma. Uno de ellos me pasó de su mano una especie de cascarudo largo como mi dedo, de un negro purísimo con reflejos azules. Lo acepté por "hombría", pero internamente tenía que hacer fuerza para no sacudirlo de encima mío, era realmente impactante. Qué loca familia, fue una muy buena cena. Dentro de su organización, trajeron las ollas con agua y se armó una fila de lavadores/secadores de vajilla, de la que por supuesto participé.<br />
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: right; margin-left: 1em; text-align: right;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiXZc_J2cTQ5RTNvqluMg8C9vPe9Q9-QZRNVGWRuwSdH2LQNx828I0C-fEt2JNv60tj2tA6nMp9FaBLrY7ycrND_dq_9novVNyA4rz4kuEY5mgBCS0uwEoDKmhR63F9LQojz8Ox49nD1khv/s1600/IMG_3673.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="213" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiXZc_J2cTQ5RTNvqluMg8C9vPe9Q9-QZRNVGWRuwSdH2LQNx828I0C-fEt2JNv60tj2tA6nMp9FaBLrY7ycrND_dq_9novVNyA4rz4kuEY5mgBCS0uwEoDKmhR63F9LQojz8Ox49nD1khv/s320/IMG_3673.jpg" width="320" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">La Morocha no tiene nada que envidiar...</td></tr>
</tbody></table>
Al día siguiente, obviamente fui al encuentro de motos. Estando en la frontera con Brasil, vino mucha gente de allá también. Habían unas motos buenísimas, otras rarísimas, todas estacionadas una al lado de la otra sobre el pasto y sus dueños conversando al lado. Un auto con el capot abierto vomitando reggaeton a todo lo que daba, y unos borregos con ciclomotores acelerándolos a lo pavote me rompieron la capocha. Mucho no aguanté, le saqué una foto a la Morocha entre las demás y me fui a tomar tereré al río, bebida clásica de Misiones para combatir los calores, es una especie de mate pero en vez de agua caliente se usa limonada bien fría.<br />
<span style="text-align: center;">De San Javier tomé la ruta 2 que bordea el Río Uruguay hacia el norte, una ruta nueva y en mi opinión la más linda de Misiones, llena de curvas, subidas y bajadas con unas vistas a Brasil incomparables.</span><span style="text-align: center;"> Hice una parada en el salto Penambí, el cual vi en el mapa a mitad de camino de El Soberbio, el lugar donde pensaba pasar la noche. Para llegar al salto resultó que me tuve que meter, así cargado como venía, unos 5km de tierra y piedra suelta con unas subidas y bajadas bárbaras. El salto era altísimo, a sus pies pude finalmente meter mis poros en remojo y me sentí parte de la selva. En ese lugar, percibí de alguna manera estar rodeado de secretos.</span><br />
<span style="text-align: center;"><br /></span>
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEixK1rshTulwCKTK0UQgfE3BcHbeAz9aAJI3MlR69ITS_cQCDo3nosUlMQAfSmzOuLYhTfobM5yMWGCSxS6dtDA2qvFHBq29R7GK9MrRx-Cu5tVJmz1xLSrR-TsRL49xWrQWn2YxosJ-eHW/s1600/IMG_3700.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="267" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEixK1rshTulwCKTK0UQgfE3BcHbeAz9aAJI3MlR69ITS_cQCDo3nosUlMQAfSmzOuLYhTfobM5yMWGCSxS6dtDA2qvFHBq29R7GK9MrRx-Cu5tVJmz1xLSrR-TsRL49xWrQWn2YxosJ-eHW/s400/IMG_3700.jpg" width="400" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Camino al 1º salto</td></tr>
</tbody></table>
<span style="text-align: center;"><br /></span>
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh7_5__cGsyZc7u_SSkuKp4kAnO3sc5RaiiK6pIFkNlxi2UKa2zXtykgIlmeSS14hbQ7YASFhDove-ehBW4s5Z4oPFA6mqr1Y677YaLhDejDc00TTb246GKZcP5KAcnGKZcDtTvoCwlprEV/s1600/IMG_3681.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh7_5__cGsyZc7u_SSkuKp4kAnO3sc5RaiiK6pIFkNlxi2UKa2zXtykgIlmeSS14hbQ7YASFhDove-ehBW4s5Z4oPFA6mqr1Y677YaLhDejDc00TTb246GKZcP5KAcnGKZcDtTvoCwlprEV/s400/IMG_3681.jpg" width="267" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Salto Penambí (en guaraní "mariposa")</td></tr>
</tbody></table>
<span style="text-align: center;"><br /></span>
<span style="text-align: center;">En El Soberbio no pude encontrar el camping, paré en una cabaña cuyo dueño era de Entre Ríos, un viejo macanudísimo que se había alejado de las ciudades, había comprado ahí y con 3 cabañitas vivía tranquilo bajo los árboles. Tenía una Patagonia 150 a la que le había puesto una rueda de Citro. Cuando llegué a preguntar el precio (era temporada baja, no había ningún turista) me invitó a tomar un café, charlamos un rato y después me pasó un precio razonable. El Soberbio es la puerta de entrada a los Saltos del Moconá, saltos muy llamativos ya que, aunque no sobrepasan los 10m de altura, tienen una extensión de 3km. No cortan el río como el resto de los saltos, sino que van longitudinalmente por una falla geológica que llega a tener hasta 170m de profundidad. Por algo en idioma aborígen "moconá" significa "que se traga todo". La ruta 2 en esa zona se pone mucho más interesante todavía, ya que corre en medio de una biósfera protegida, de selva pura, y con montañas realmente altas, ¡unas bajadas que ni te cuento!</span><br />
<span style="text-align: center;"><br /></span>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi9xFC8l8gBkWw1QQeWMdBk0yk0xy_p3GqDRQKDDKqkCyPSAg4_OLqvH-HDZreRLthugPpVKCrHfvnqJsKNj39P1Qwrtyd9ezoAOPLcp1B0deTOl24xScJToFwg_0HS8aLd_4406hoLQDs9/s1600/IMG_3898.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="267" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi9xFC8l8gBkWw1QQeWMdBk0yk0xy_p3GqDRQKDDKqkCyPSAg4_OLqvH-HDZreRLthugPpVKCrHfvnqJsKNj39P1Qwrtyd9ezoAOPLcp1B0deTOl24xScJToFwg_0HS8aLd_4406hoLQDs9/s400/IMG_3898.jpg" width="400" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh0ThHtvl6x981zubeasL-viutLQr3BkKfmpTf1U-fUANtY_5nBTKHfyhR4okgO23N7LiRBbxs26lrxnabGFPFh2ZlbxxymGIdBoUXohlbu-AlfIVxpTnuIvcFio1Azt8_TJtpkwhuj_f_I/s1600/IMG_3993.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="267" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh0ThHtvl6x981zubeasL-viutLQr3BkKfmpTf1U-fUANtY_5nBTKHfyhR4okgO23N7LiRBbxs26lrxnabGFPFh2ZlbxxymGIdBoUXohlbu-AlfIVxpTnuIvcFio1Azt8_TJtpkwhuj_f_I/s400/IMG_3993.jpg" width="400" /></a></div>
<span style="text-align: center;"><br /></span>
<span style="text-align: center;">Lamentablemente, no pude conocer los saltos. Este fenómeno sólo se aprecia cuando el río está bajo, cuando las aguas suben los saltos desaparecen, ¡así que tendré que volver! A pesar de esto, me metí por unos senderos en busca de un salto oculto en la espesura de la selva, y lo encontré.</span><br />
<span style="text-align: center;"><br /></span>
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg4YpNrlqoA25yzHnDseDX0MmMVJ63WqklJnDZVDTXGG2NY7w-K33VLzFIj32IAmCxE28Z07aOrufVEiCodyplifd-tVLO_QNWuuFtqoO4WRQmW_SZY-Zw3lmZh3qQ9wlLrs0mXylCNfFgn/s1600/IMG_3786.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="267" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg4YpNrlqoA25yzHnDseDX0MmMVJ63WqklJnDZVDTXGG2NY7w-K33VLzFIj32IAmCxE28Z07aOrufVEiCodyplifd-tVLO_QNWuuFtqoO4WRQmW_SZY-Zw3lmZh3qQ9wlLrs0mXylCNfFgn/s400/IMG_3786.jpg" width="400" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">En busca del salto oculto</td></tr>
</tbody></table>
<span style="text-align: center;">.</span><br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj-h9QDVyiIKlp7DKydCeUmIsGSHe4VQzAMv6bQxhvvQj22cyacxPcIpV39Glk_fGJDWrTbXeHML99PLQ3grtVV862upWimbZg60F5vWZTgGwBDN__yE9NUPuYsD5FZ8MlyJWig94gD4DBS/s1600/IMG_3894.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="267" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj-h9QDVyiIKlp7DKydCeUmIsGSHe4VQzAMv6bQxhvvQj22cyacxPcIpV39Glk_fGJDWrTbXeHML99PLQ3grtVV862upWimbZg60F5vWZTgGwBDN__yE9NUPuYsD5FZ8MlyJWig94gD4DBS/s400/IMG_3894.jpg" width="400" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Salto Horacio</td></tr>
</tbody></table>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjlUVvr70gR6mjtoi5-7IWNNmvtGLj0JJOiL1SSNtyt1O6rwzRTqWgifzQXYshj64mbzHZv3Xm-WfjkJLVAvHfXoovOAfD6MeBRV97vEEkZZL3Y9CBRPZTlcjiYvcPpkJqMg98bt-ayNA9o/s1600/IMG_3816.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="267" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjlUVvr70gR6mjtoi5-7IWNNmvtGLj0JJOiL1SSNtyt1O6rwzRTqWgifzQXYshj64mbzHZv3Xm-WfjkJLVAvHfXoovOAfD6MeBRV97vEEkZZL3Y9CBRPZTlcjiYvcPpkJqMg98bt-ayNA9o/s400/IMG_3816.jpg" width="400" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Otra vez en remojo</td></tr>
</tbody></table>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhgtHCE5VHtW_rIrcDCPPMwto2iwxH3XFV5MkfYPvlQVaVfpvrOjCr9CULEnz_LJnPnYSMaag44G-3rSJNatyv6UoiaX7woIDsPYEDJmOsx5McF_h3gvmbMDGBEdssV3fSlRoufxXtUmZAh/s1600/IMG_3862.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="267" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhgtHCE5VHtW_rIrcDCPPMwto2iwxH3XFV5MkfYPvlQVaVfpvrOjCr9CULEnz_LJnPnYSMaag44G-3rSJNatyv6UoiaX7woIDsPYEDJmOsx5McF_h3gvmbMDGBEdssV3fSlRoufxXtUmZAh/s400/IMG_3862.jpg" width="400" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Esta no paraba de chuparme</td></tr>
</tbody></table>
<span style="text-align: center;"><br /></span>
Del Soberbio subí nuevamente las sierras a Salto Encantado, donde paré en el camping “Piedras Blancas”, a mi juicio el mejor camping del universo, con un salto en corredera de 38 metros propio donde me bañaba como Dios me trajo al mundo, ya que era la única carpa (siempre planeo los camping entre semana, nunca un finde). Las dos noches, truculentos asados, carne y verduras a la parrilla. Fui a visitar también el parque del Salto Encantado, con senderos para perderse horas por la selva y encontrar saltos ocultos en la espesura. Encontré uno totalmente escondido por la vegetación, con un senderito finito como única entrada, con una pequeña islita en el medio habitada por un gran floripondio lleno de flores. Si existía algún hada, vivía ahí. El camping en el que paraba era un lugar para quedarse indefinidamente, pero la caravana pedía más. A pesar del tiempo que ya venía viajando y del cansancio físico acumulado, no podía estar más de dos noches en ningún lado, la sed de explorar era insaciable, así que volví a salir a la ruta rumbo a Bernardo de Yrigoyen.<br />
<br />
<div class="MsoNormal">
<o:p></o:p></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgNqoMbraawFQ_ux1N00v8kkrhPQGo-v7GE468qZOZv_ipRdLlauPHdyNtg0z0R-7heNQCosLJ_vTCAfPtka7CB3AzXSCHqfT51dmi-Mg21YqQgZJDN0euxsoyN0bDwmgnGdpARLuzOpY_Y/s1600/IMG_4044.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="267" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgNqoMbraawFQ_ux1N00v8kkrhPQGo-v7GE468qZOZv_ipRdLlauPHdyNtg0z0R-7heNQCosLJ_vTCAfPtka7CB3AzXSCHqfT51dmi-Mg21YqQgZJDN0euxsoyN0bDwmgnGdpARLuzOpY_Y/s400/IMG_4044.jpg" width="400" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">En bolas y a los gritos en el salto Piedras Blancas</td></tr>
</tbody></table>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgYDyFQiobhGFycYgQTyWkBrBHCSmuzShMnjx4bl3APW69O8hCge-mfKUop0c3h3koZIrjQDe5XO9PpUL_HP99pkvWFndcclysPoqowKBM0J63kTu_hmspcklCJaEaUUCk5oUQ37CH_U27w/s1600/IMG_4188.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="267" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgYDyFQiobhGFycYgQTyWkBrBHCSmuzShMnjx4bl3APW69O8hCge-mfKUop0c3h3koZIrjQDe5XO9PpUL_HP99pkvWFndcclysPoqowKBM0J63kTu_hmspcklCJaEaUUCk5oUQ37CH_U27w/s400/IMG_4188.jpg" width="400" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Camping "Piedras Blancas". El salto a 10m a la derecha</td></tr>
</tbody></table>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi6EcHYdmFkK5jjC_aXHW4rp3F17zovWes9AnwDWZFpccqaXX3sdnwwypm6c364ZXEpTJ4Un0dnAp9cXYIQt7lo1QPSTQSLBAybipggljXCIHziYIQneD2fdFtm8b1qFST0tSIPfCC9yxHz/s1600/IMG_4100.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="267" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi6EcHYdmFkK5jjC_aXHW4rp3F17zovWes9AnwDWZFpccqaXX3sdnwwypm6c364ZXEpTJ4Un0dnAp9cXYIQt7lo1QPSTQSLBAybipggljXCIHziYIQneD2fdFtm8b1qFST0tSIPfCC9yxHz/s400/IMG_4100.jpg" width="400" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Salto Encantado</td></tr>
</tbody></table>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjTS-lbmfJMI-qUzbuaLuhAqnlK1FTWiQNY5GdqvRRZyeEXx1j8sgIm5RCmdF06JnnuVajaPCE23Ka9Mr1FJRvh9V4U0A4CRH3rMMUHR3xdIS-mVTl5ZII8vb3h7IQi3s5a1qdzotZNhsQn/s1600/IMG_4113.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjTS-lbmfJMI-qUzbuaLuhAqnlK1FTWiQNY5GdqvRRZyeEXx1j8sgIm5RCmdF06JnnuVajaPCE23Ka9Mr1FJRvh9V4U0A4CRH3rMMUHR3xdIS-mVTl5ZII8vb3h7IQi3s5a1qdzotZNhsQn/s400/IMG_4113.jpg" width="267" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEicI0zPKHluoXmvgTmnk8ydc7_OspWX_afCZsj672NauDxN4AX9qOaOjGQ767Z5RmudT-VWR2BUARK_dUYy71fbXKnJevXGg_m92_H6HK46VFcdEVRcH6xvLS640kLnPl8Hm4pSexVU5wuZ/s1600/IMG_4108.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="266" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEicI0zPKHluoXmvgTmnk8ydc7_OspWX_afCZsj672NauDxN4AX9qOaOjGQ767Z5RmudT-VWR2BUARK_dUYy71fbXKnJevXGg_m92_H6HK46VFcdEVRcH6xvLS640kLnPl8Hm4pSexVU5wuZ/s400/IMG_4108.jpg" width="400" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
La idea original era hacer una parada a almorzar en el Parque Nacional Las Araucarias en San Pedro (me quedaba medio salame de Chajarí) y seguir a Bernardo de Yrigoyen, pero ahí tuve un segundo percance inexplicable. Al llegar a San Pedro cargué el termo y pregunté por el parque. Definitivamente no agarré el mejor camino, ya que la calle que tomé era empinadísima y con muchas piedras sueltas. Tan empinada era la calle, y tan cargada venía la moto, que perdí el control y se me paró el motor en plena subida. Lamentablemente, por acto reflejo no solté el embrague para trabar la rueda de atrás y los pies los usé para sustentarme contra el suelo, por lo que solamente usé el freno delantero, cuya rueda obviamente comenzó a derrapar. Con las piernas no pude frenar semejante masa y al ver que me iba peligrosamente contra la banquina (la cual era un pozo de piedras afiladas), acosté la moto hacia la izquierda. Resultado: con la caída se partió el manillar del embrague. En pleno mediodía y con un sol abrasador calcinando un pueblo que dormía la siesta, el panorama no era muy alentador. Ahí aprendí a manejar sin embrague, lo cual me pareció muy fácil, lo que no fue nada fácil fue conseguir el repuesto. En una casa de repuestos que finalmente encontré andando a los tumbos conseguí una parecida, la cual el mecánico de enfrente adaptó limándole un costado y agrandándole el agujero. Problema resuelto, hasta ahí joya.<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhLQU-SGSLm9WfTwm63ane1MuAQSHRwuGV_7nTn04t5oZdhHuPjBUV4B207kqTLqIfxSvcpS-ss5nSx_8TGAAquK3cixGFTkhd6hrLJlN7oEcfjzF2sFFOEMygVVTB_7pQ13rZVdwi2Sr41/s1600/IMG_4207.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="425" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhLQU-SGSLm9WfTwm63ane1MuAQSHRwuGV_7nTn04t5oZdhHuPjBUV4B207kqTLqIfxSvcpS-ss5nSx_8TGAAquK3cixGFTkhd6hrLJlN7oEcfjzF2sFFOEMygVVTB_7pQ13rZVdwi2Sr41/s640/IMG_4207.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Almuerzo bajo las araucarias</td></tr>
</tbody></table>
<br />
<div class="MsoNormal">
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Una vez solucionado el problema fui a almorzar al Parque a la sombra de las Araucarias según tenía previsto. Después de ver morir a mi último chacinado y de una vuelta por el parque, apreté las alforjas y encaré para la ruta, haciendo una parada en el banco para retirar dinero, con tanta mala suerte que al estacionar la moto el asfalto estaba en declive y se cayó ¡¡partiéndose nuevamente el manillar!! ¿¿Cómo podía ser eso posible?? ¡Imaginen la cara del repuestero al verme volver a comprarle el mismo manillar otra vez roto, ni que hablar de la del mecánico que me lo tuvo que volver a adaptar! Era cosa de no creer. Decidí pasar la noche en San Pedro, por algún motivo ese día no tenía que volver a la ruta.<br />
<br />
CONTINUARA...</div>
Hernan Brusahttp://www.blogger.com/profile/00907133139203446621noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7372026833175286890.post-54797054145688704162013-04-10T15:03:00.001-07:002014-06-22T19:13:53.026-07:00Litoral parte IIApenas cruzada la frontera con Corrientes el cambio se notó, esta provincia parecía haber quedado un par de décadas atrás de su vecina. Se notaba tanto en la infraestructura como en el comportamiento de la gente. Me desvié de la transitada 14 por una ruta vieja y casi abandonada rumbo a Mercedes. Llamaba mucho la atención ver ñandúes corriendo por los campos, ¡qué lindo! ¿Cómo se las arreglarán con los alambrados? Y pensar que antes estaba lleno hasta en la provincia de Buenos Aires, ¡ahora no se ve ni uno! Morpheus el de Mátrix tenía razón... el ser humano se comporta igual que el virus...<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgLImhE-4YXwSaGUM0dEuQc7JCMU4kwnGOUhj01zVhJhVf-AVzQRlbzbn-tbGiGxBQVxU1P9l-vEghyphenhyphen6bqFLa4AMutnl5gqF8NQm8YGhvdJ5ho73LoKCj1xDiU8e7KnAsfne1z-cz3-fQ7y/s1600/IMG_3219.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgLImhE-4YXwSaGUM0dEuQc7JCMU4kwnGOUhj01zVhJhVf-AVzQRlbzbn-tbGiGxBQVxU1P9l-vEghyphenhyphen6bqFLa4AMutnl5gqF8NQm8YGhvdJ5ho73LoKCj1xDiU8e7KnAsfne1z-cz3-fQ7y/s640/IMG_3219.jpg" height="426" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Santuario del Gauchito Gil</td></tr>
</tbody></table>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: right; margin-left: 1em; text-align: right;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjr4bpWY-SgwC_bHnrRWvYIVJVsfB1oj3PPGwIPwluQm9l_PUOVDSIR3yoq8dGVqMztF9gyygMHGJqve9fV37cOdMTzkttyUIrv562RAnKecuhGF7RQUWU5RqZjiam82g_t_i4wnTPtE-yb/s1600/IMG_3228.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjr4bpWY-SgwC_bHnrRWvYIVJVsfB1oj3PPGwIPwluQm9l_PUOVDSIR3yoq8dGVqMztF9gyygMHGJqve9fV37cOdMTzkttyUIrv562RAnKecuhGF7RQUWU5RqZjiam82g_t_i4wnTPtE-yb/s320/IMG_3228.jpg" height="320" width="235" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Pareja bizarra</td></tr>
</tbody></table>
En Mercedes es un clásico visitar el santuario del Gauchito Gil, a unos 5km por la ruta. El lugar es más una feria que otra cosa, invadido por innumerables puestos de venta de todo tipo de chucherías además de muñequitos. En el patio central varias parejas bailaban chamamé, y doy fe de que no solamente ninguna de ellas lo bailaba como nosotros lo conocemos, sino que además cada una lo bailaba con su propio estilo, ¡como pasa con el tango! Había una que rayaba lo surrealista, ya que el chabón le metía bien el muslo en la entrepierna a la mujer y la colgaba y revoleaba hasta casi tocar el suelo. Pero a pesar del circo y de mi clásico escepticismo pegué onda con el gauchito. De todas las estatuas de él me acerqué digamos a la principal, una que está sobre un escenario dominando la escena, y le prendí mi palo santo entre las patas. Le humeé un rato las verijas y la espalda y ahí se lo dejé, para que me proteja en toda la caravana que aún tenía por delante. Desde entonces, cada vez que veo el clásico altar señalado con telas rojas a la vera de cualquier ruta, lo saludo con una sonrisa.<br />
<br />
<a name='more'></a><br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg6o4_99Giz9FZcYQKQjb4PpTPL37_zlRBHzgOKMI97QS612WgM8yyVICCTZ-vJTxqZhsnrvyCvanURQOpH-sIVQNDGr0otHiZ3EE95vvMJ3LpmUNTlMiTFGYoBeJUCDMoe0npTKsQEhilI/s1600/IMG_3234.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg6o4_99Giz9FZcYQKQjb4PpTPL37_zlRBHzgOKMI97QS612WgM8yyVICCTZ-vJTxqZhsnrvyCvanURQOpH-sIVQNDGr0otHiZ3EE95vvMJ3LpmUNTlMiTFGYoBeJUCDMoe0npTKsQEhilI/s320/IMG_3234.jpg" height="400" width="330" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Y sigue la pareja bizarra</td></tr>
</tbody></table>
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiiVxJCW9T5ygp1pOKtoQQYEbV7iKCiQ0dAYF2S6omfkDazpdWTPpz0TLXUBqNXxSw8GX6SJyhv9LIrf3-jt8XbtVQcrquLKSakMCsXNoydeyn99UQhSyb7J7OE6nyBuSv6ZLZx2K4lgHte/s1600/IMG_3250.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiiVxJCW9T5ygp1pOKtoQQYEbV7iKCiQ0dAYF2S6omfkDazpdWTPpz0TLXUBqNXxSw8GX6SJyhv9LIrf3-jt8XbtVQcrquLKSakMCsXNoydeyn99UQhSyb7J7OE6nyBuSv6ZLZx2K4lgHte/s320/IMG_3250.jpg" height="400" width="300" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Un estilo más "de salón"</td></tr>
</tbody></table>
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgKO80A-yU54VbihS2wYQB1TVGXWmgj6Ge2Rjr-XzN0lgW2bT3eEaTHsDQ7hBfMLQ08HCCW10DvsE75XG5ZEJWFudgHde0FAAvFdS0DJDwYUTDb7BMj5AEI-HR4rd-O0C1fQdC_kOgc3qRK/s1600/IMG_3220.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgKO80A-yU54VbihS2wYQB1TVGXWmgj6Ge2Rjr-XzN0lgW2bT3eEaTHsDQ7hBfMLQ08HCCW10DvsE75XG5ZEJWFudgHde0FAAvFdS0DJDwYUTDb7BMj5AEI-HR4rd-O0C1fQdC_kOgc3qRK/s320/IMG_3220.jpg" height="400" width="280" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Al fondo, el gauchito del Palo Santo</td></tr>
</tbody></table>
De Mercedes no hay mucho que contar, la idea era conocer los Esteros del Iberá, uno de los humedales más importantes del planeta y tan poco conocido por los argentinos. Eso sí, jamás imaginé que ese camino iba a ser tan difícil. Sinceramente no sé si me animaría a hacerlo de vuelta en esta moto y/o con tanto peso. La ruta que separa Mercedes de Colonia Carlos Pellegrini (entrada a los esteros) está asfaltada sólo los primeros 5km, los 120km restantes son de ripio en mal estado literalmente en el medio de la nada, no hay casas, ni estancias, ni tranqueras, ni nada, ¡el puro planeta! Con una moto supuestamente diseñada para asfalto, de motor chico y con su peso excedido muy por encima de lo que decía el manual, con dos personas, fue una odisea. En las peores partes iba a 20km/h. Se me cruzaron ciervos, carpinchos, ñandúes y cocodrilos, era una cosa de no creer, realmente estaba en territorio salvaje.<br />
Bien al principio, cuando el camino era todavía de asfalto, se cruzó un ñandú en la ruta que comenzó a correr por la misma alejándose en vez de cruzarla, y no pude resistir la tentación de ir tras él. Acelerando lo comencé a perseguir para ver qué velocidad alcanzaba. Corría sacudiendo las plumas y mirándonos de refilón con mucha gracia, pero cuando lo estaba por alcanzar… ¡se tropezó! Cayó y rodó, y le pasé tan pero tan fino que en su rodada con las patas me pegó en las piernas y las alforjas dejando la marca de barro. No me lo llevé puesto por apenas unos centímetros, de tan corpulento que era seguro me caía, lo lastimaba y quizás rompía la moto y quedaba ahí perdido sin rastros de civilización ni señal de celular. ¿Imaginan lo bizarro de la situación? Por un tiempo me costó manejar de la risa, no podíamos parar, se nos caían las lágrimas de las carcajadas, ¡la imagen de semejante pajarraco rodando abajo mío fue muy fuerte! El ñandú se levantó y se fue ofendido, había incluso otro al borde de la ruta sin poder creer lo que veía jajajaaa.<br />
Algunos ejemplares de la fauna de los esteros (a la víboras y al cocodrilo los dejé tranquilos):<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjmh2iBvD6PDDle2LTGcBovizkuT6EcYFcLJ8F1WUugiL5lRrWGFEphdUmp3FubozN-GHiiZE3gxtFHJMp1h76_YiD4k10xv1IvtT2Kvzdpa7Ex4VYWA68CN0E_P5oeOUNTUBgRgMSyqdfj/s1600/IMG_3277.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjmh2iBvD6PDDle2LTGcBovizkuT6EcYFcLJ8F1WUugiL5lRrWGFEphdUmp3FubozN-GHiiZE3gxtFHJMp1h76_YiD4k10xv1IvtT2Kvzdpa7Ex4VYWA68CN0E_P5oeOUNTUBgRgMSyqdfj/s400/IMG_3277.jpg" height="425" width="640" /></a></div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiuujb2RSNQq5h1BKADm3gAqXfM3NVvg0IfX9HzYOLWxSbBurFyeoVfplQUMUcG4vYN4dyfHIb2TC71YyO2ehom3oIqQbhFX2V3vmja51PzUciUmUa6myb10d38cNNZVu64y5IuyRllCJu-/s1600/IMG_3285.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiuujb2RSNQq5h1BKADm3gAqXfM3NVvg0IfX9HzYOLWxSbBurFyeoVfplQUMUcG4vYN4dyfHIb2TC71YyO2ehom3oIqQbhFX2V3vmja51PzUciUmUa6myb10d38cNNZVu64y5IuyRllCJu-/s400/IMG_3285.jpg" height="425" width="640" /></a></div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEixrtVqE4iW0h52uNB4LkaUKCjhNrKHTl8L4M8upw0JlA4oEmCKysymAxv-WwT_9oo0ggcJiDmyFw7JSh8N5avGGULDhTOvCXBqRnhCl7Yy8fg0xtikD0snC2yQurVRABORoXyl7IE-pr_x/s1600/IMG_3298.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEixrtVqE4iW0h52uNB4LkaUKCjhNrKHTl8L4M8upw0JlA4oEmCKysymAxv-WwT_9oo0ggcJiDmyFw7JSh8N5avGGULDhTOvCXBqRnhCl7Yy8fg0xtikD0snC2yQurVRABORoXyl7IE-pr_x/s400/IMG_3298.jpg" height="425" width="640" /></a></div>
<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj5syI3fWweYjcHJFOEnQEiRzMOatburbclP9QVMJEujLW9NvmmKaLqWiE-xKAzrkc45UYT3BR9xP6hcEZACSpdrPPtyr1tQsidVc3w_cXUSvaV0659-rYwDoWWPATnV7mXJGr7eFOTt6N9/s1600/IMG_3334.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj5syI3fWweYjcHJFOEnQEiRzMOatburbclP9QVMJEujLW9NvmmKaLqWiE-xKAzrkc45UYT3BR9xP6hcEZACSpdrPPtyr1tQsidVc3w_cXUSvaV0659-rYwDoWWPATnV7mXJGr7eFOTt6N9/s400/IMG_3334.jpg" height="425" width="640" /></a></div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg_vvkKZilzQ7rlr-wjXWC59pTkUio_NAKlce5LTDtNE3RXzcI56GuX5uGRduAfYFmVPrBHLkXm7xEwOWU0i9LrbCMwL17Nq2il8Ktn3Q2LtdR_zbZJ8i0C4RK3G4_Vga_3M6J_3ym11wmZ/s1600/IMG_3360.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg_vvkKZilzQ7rlr-wjXWC59pTkUio_NAKlce5LTDtNE3RXzcI56GuX5uGRduAfYFmVPrBHLkXm7xEwOWU0i9LrbCMwL17Nq2il8Ktn3Q2LtdR_zbZJ8i0C4RK3G4_Vga_3M6J_3ym11wmZ/s400/IMG_3360.jpg" height="425" width="640" /></a></div>
<br />
<br />
Como dije, ese camino fue interminable, 120km de tierra suelta y piedras entre 20 y 30km/h bajo un sol abrasador. En la parada a comer abajo de un arbolito junto a unos estanques, tuve que cerciorarme bien de que no hubieran cocodrilos en los alrededores, ¡eso fue bien loco! No veía la hora de llegar, además del cansancio físico estaba el mental, ya que tenía que estar continuamente concentrado en el camino sin dejar ni un segundo de mirar en dónde metía la rueda de adelante. Lo más sorprendente fue cómo la Morocha se bancó ese camino durante tantas horas. Después de 5 horas y media de semejante caravana llegué exhausto, con los brazos y la espalda muy contracturados, la mente cansada, ¡pero estaba en el paraíso! El puente que cruza la laguna Iberá es tan antiguo que le faltan tablas. Eso en auto no es un problema, pero en moto... ¡te la regalo! Colonia Carlos Pellegrini resultó ser un pequeño pueblo de calles de tierra de 10 cuadras x 8 la parte más ancha, perdido en el tiempo y en la naturaleza salvaje. No tiene estación de servicio ni mercados, es un lugar realmente mágico, de esos donde el tiempo transcurre más despacio. (Eso sí, los días que estuve ahí, se escuchaba a lo lejos el ruido constante de la motosierra, ayayayay Morpheus...).<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj2NxYb92Zl5PNlr8AaLLUNvTgw8df3A_FBGfy__FHg2vkki4dgEATonoyH5kHrWt_V6nZVd-b5-AQiWfPkRhUm7uR13qVNNOnsZdAKg4-HkV9GkSwF6BQAhs2LsOhiLU_D-2JuMIkkKGg4/s1600/IMG_3385.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj2NxYb92Zl5PNlr8AaLLUNvTgw8df3A_FBGfy__FHg2vkki4dgEATonoyH5kHrWt_V6nZVd-b5-AQiWfPkRhUm7uR13qVNNOnsZdAKg4-HkV9GkSwF6BQAhs2LsOhiLU_D-2JuMIkkKGg4/s400/IMG_3385.jpg" height="425" width="640" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgYrQyeWm-ci8q8zl0y4NDFZh4lSCCF19xsVaKN5YzXdzBZxEN5uHGzO0kC6eGvbqC9s6RV-KC5XR1zY2yMa57afMNl-V7AiHk6grMlsOLyZphnRnfmpyC9HZCMHG0emU5QMGIDiRNb1q0P/s1600/IMG_3311.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgYrQyeWm-ci8q8zl0y4NDFZh4lSCCF19xsVaKN5YzXdzBZxEN5uHGzO0kC6eGvbqC9s6RV-KC5XR1zY2yMa57afMNl-V7AiHk6grMlsOLyZphnRnfmpyC9HZCMHG0emU5QMGIDiRNb1q0P/s400/IMG_3311.jpg" height="425" width="640" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjVw8dBEQYRe4scPwETl0ByulXoB7CZMfruSOnBPu7w_kKqh2uOyJBJOoz57kfCxbOpMEjsc-rFGIwJSnoVevTYhcz3uGt9Z0hHCAXBxFL2_T08pB8Kt5UO_k1N9HqQ4TNn28NBkRRN4HnI/s1600/IMG_4261.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjVw8dBEQYRe4scPwETl0ByulXoB7CZMfruSOnBPu7w_kKqh2uOyJBJOoz57kfCxbOpMEjsc-rFGIwJSnoVevTYhcz3uGt9Z0hHCAXBxFL2_T08pB8Kt5UO_k1N9HqQ4TNn28NBkRRN4HnI/s400/IMG_4261.jpg" height="425" width="640" /></a></div>
<br />
La belleza del camping era tan intensa que inmediatamente volvieron las energías y alquilamos un kayak para ver el atardecer desde la Laguna Iberá. Primero me adentré en las aguas, pero después fui bordeando las orillas alejándome del pueblo. Me metí en un sector donde las pajas salían del agua dejándome lugar para navegar entre ellas sintiéndome un animal más. Así venía a lo Daktari cuando vi una entrada y me mandé con el kayak a pesar de la alta probabilidad de encontrarme cara a cara con los cocodrilos dentro del estanque en el que me había metido, y de la cara de asustada de la croata, pero no. Apenas estuve dentro de este pequeño santuario escondido y levanté el remo, el expectante silencio que me envolvía fue destrozado por una sinfonía en nuestro honor dedicada desde las orillitas de este lugar en el que me había metido. Un sinfín de individuos de alguna variedad de anfibios nos rodeaba y nos dedicaba una serenata, con principio y fin. Me sentí en un cuento de hadas. Cuando terminaron, salí despacito con la impresión de dejar atrás un mundo paralelo.<br />
Al salir del área de pajas, vi que el atardecer estaba por vivir su corta vida, así que preparándome para la frutilla del postre me adentré en la laguna, pero la frutilla estaba podrida. De lejos vi acercarse una lancha a toda velocidad con la mujer más fría que conocí en mi vida. Era la guardaparque, quien se acercó a decirnos que sólo se podía navegar hasta las 18hs, y eran las 18:05. Siendo que el sol se acercaba al horizonte prometiendo una explosión de colores sin igual, traté de explicarle, de pedirle, de convencerla de que me deje quince minutos más, pero no hubo caso, a las 18hs terminaba el horario de los guardaparques y se querían ir a su casa. Volví remando despacito, girando la cabeza con cada remada para apreciar la belleza que el horizonte me regalaba custodiado por semejante ortiva, parada sobre su lancha con los brazos cruzados detrás de la espalda, pero viendo que yo le daba más bola a la realidad que a las estúpidas convenciones humanas la minita se volvió a acercar para insistir en que entremos al camping, y me enojé.<br />
- ¡No puedo creer que seas tan fría! ¡¿No ves lo que hay ahí?! - casi le grité señalando el atardecer irradiando esplendor a sus espaldas.<br />
- Y yo no puedo creer que seas tan desconsiderado, -contestó inmutable sin volverse-, nuestro horario terminó y nos queremos ir.<br />
Nunca me cayeron muy bien los guardaparques, los considero policías sin armas que no distinguen un turista de un amante de la naturaleza, pero ese día fue el colmo. Si bien en mi último viaje (que será relatado en su momento) conocí una guardaparque macanudísima, se las tengo jurada. Aquella de los esteros se notaba que era porteña, y si bien tuve ganas de refregárselo y aconsejarle que se vaya a laburar a una oficina, opté por usar la inteligencia. Volví rápidamente a la carpa, agarré la cámara y el trípode y fui a la orilla a inmortalizar uno de los mejores atardeceres que me tocó vivir. ¡Tomá pa vos!<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiQARjUobucJAOM3KCj_NuOqwQIxdPixKha6ElfzxiIJlIYDOcHfO3E5VIIyNDYP3j6nP4IzBMtVqNEr6YXp-sZThpxZiwdkRFEbmoXm-BOV41jh9PF68ai6Y-7knHJtiJ9CCjxafDBiUqb/s1600/IMG_3404.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiQARjUobucJAOM3KCj_NuOqwQIxdPixKha6ElfzxiIJlIYDOcHfO3E5VIIyNDYP3j6nP4IzBMtVqNEr6YXp-sZThpxZiwdkRFEbmoXm-BOV41jh9PF68ai6Y-7knHJtiJ9CCjxafDBiUqb/s640/IMG_3404.jpg" height="426" width="640" /></a></div>
<br />
En Colonia Pellegrini pasamos 4 días recorriendo esos parajes desbordantes de vida, y como siempre en cada viaje calculo dónde pasar la luna llena, fue ahí donde la pasé. Cuando oscureció completamente caché la cámara, el trípode y salimos del camping en dirección al puente. Curiosamente apareció una perra de pelo blanco y largo que me acompañó toda la noche y a la cual bauticé, por supuesto, Luna. Después de unas horas admirando la quietud ancestral y experimentando con las fotos, volví al camping donde tiré un par de fotos más y me fui a dormir. A la mañana siguiente, Luna había desaparecido.<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEii5V9lUqs1zNvw5bt8G02wiErbvM6vjko8r0W9cC7RM8MfZMxX4gOm6hByFyKK0Nnxn8xJFEJO947qYo0vhM0MdfcezmDqVtEwpYoLEjF__Fa3nlqMkocUI4f8vJCkWTCOlQUnXVXkXvYD/s1600/IMG_3433.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEii5V9lUqs1zNvw5bt8G02wiErbvM6vjko8r0W9cC7RM8MfZMxX4gOm6hByFyKK0Nnxn8xJFEJO947qYo0vhM0MdfcezmDqVtEwpYoLEjF__Fa3nlqMkocUI4f8vJCkWTCOlQUnXVXkXvYD/s400/IMG_3433.jpg" height="425" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">La luna llena asomando y prometiendo...</td></tr>
</tbody></table>
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjDf_AhidnQ7sDJwOiONwnZJDkjB1aAlgqD9o_6AT5tEK-OV29j_YwF2WZEGtsIWLx2RRaGY0AXTotTnKktsFJ8jKxT4vrVrger_ezSh1TCXI5O1qFnC_TPK1OpDw1_bVsg_0su9LMqg7v4/s1600/IMG_3444.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjDf_AhidnQ7sDJwOiONwnZJDkjB1aAlgqD9o_6AT5tEK-OV29j_YwF2WZEGtsIWLx2RRaGY0AXTotTnKktsFJ8jKxT4vrVrger_ezSh1TCXI5O1qFnC_TPK1OpDw1_bVsg_0su9LMqg7v4/s400/IMG_3444.jpg" height="425" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Puente de entrada a Colonia Pellegrini</td></tr>
</tbody></table>
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhh6fZSq8g8f7d_T5yie3zRee6DQHI5biVbrmV-iJjkbA_mYqL7AYFhbnuT_3cxwhDeLBcwXDdFkeQK1xktXJVxBRODYTN4k-hWI6mi-zAd7fKN0tJrV-5dO4wVY2WbRcYFd1KLYTmTiEcH/s1600/IMG_3449.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhh6fZSq8g8f7d_T5yie3zRee6DQHI5biVbrmV-iJjkbA_mYqL7AYFhbnuT_3cxwhDeLBcwXDdFkeQK1xktXJVxBRODYTN4k-hWI6mi-zAd7fKN0tJrV-5dO4wVY2WbRcYFd1KLYTmTiEcH/s400/IMG_3449.jpg" height="425" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Autorretrato en el puente</td></tr>
</tbody></table>
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh_qzqC9omQrrGk_MTM5dLnklp6m9pf1y1UoOeQAjakey9Unzw9ZIFsjeHwdvH3dkmLiHzzoZIHkyprAdT5K1URhvbefr_GZufzFW-NJNMWql4DbdbyVwdp1IYNPmOwAUjhomA2tjdA-UJI/s1600/IMG_3453.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh_qzqC9omQrrGk_MTM5dLnklp6m9pf1y1UoOeQAjakey9Unzw9ZIFsjeHwdvH3dkmLiHzzoZIHkyprAdT5K1URhvbefr_GZufzFW-NJNMWql4DbdbyVwdp1IYNPmOwAUjhomA2tjdA-UJI/s400/IMG_3453.jpg" height="425" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Autorretrato en el camping</td></tr>
</tbody></table>
Debo admitir que en ocasiones no soy muy consecuente con lo que digo, porque si bien había asegurado que no volvería a hacer un camino así con esta moto, el plan era seguir hacia el norte hasta empalmar con la 14 nuevamente, y sabía tanto por el mapa como por los lugareños que el camino estaba en peores condiciones aún, es más, ¡los primeros 30km era arenales! Así y todo, y pese a los pronósticos de lluvia, enceguecido me decidí a seguir por este peligroso camino con tal de no tener que regresar hasta Mercedes para volver a subir todo de vuelta por el asfalto, pero las circunstancias estuvieron de mi lado.<br />
Esa mañana las nubes negras fueron un mal augurio. Lo más rápido que pude empaqué todo con la idea de salir hacia el norte, ¡qué locura! Pero apenas terminé, exactamente, comenzó a llover fuerte y lo único que pudimos hacer fue subir a la moto y salir a toda velocidad hacia un hospedaje que había visto a unos 200 metros antes de que las calles se anegaran. Llegué justo, ya que al entrar comenzó un aguacero de horas que convirtió las calles en manteca durante días. Si bien nos habíamos salvado del garrón de que la lluvia nos atrape en medio de aquel camino donde quién sabe lo que hubiera pasado, y habíamos podido salir también del camping antes de que todo se me moje y que las calles sean intransitables, estábamos atrapados, ya que el asfalto más cercano era Mercedes 120km de barro hacia el sur. Trabé conversación con el dueño de ese hospedaje, quien después de contarme que una vez había aparecido un cocodrilo paseando por su jardín, me sugirió que busque a la familia que hacía el transporte de pasajeros todas las noches unas 4 cuadras más arriba.<br />
Caminar esas cuatro cuadras fue casi imposible. Tanto era el barro que cruzar las calles era casi tan difícil como cruzar un río. Al tipo por suerte lo encontré, hacía el viaje Colonia-Mercedes a la madrugada, pasaría a buscarnos a las 3AM, dijo que en el fondo tenía lugar para equipaje y ya había llevado motos. A esa hora yo ya tenía todo listo, sentado en silencio bajo la galería acompañado por los grillos hasta que lo vi venir, ¡y no lo pude creer! ¡Era un bondi de los viejos! Le faltaba la fila de 5 asientos de atrás, y tuvimos que subir la moto por la puerta que se usaba para bajar. Increíblemente, ¡la Morocha entró! En un momento de la noche me despertó el oleaje. Sí, escribí bien, oleaje, el micro se abría paso sobre el barro coleteando como un barco. Al amanecer bajé en Mercedes con la convicción de que civilización=asfalto.<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjvPwHMYhU9dk61PVzxwvxqpZP-ngqqSK5VW3FM7l136ohKVNo44xwbfwEFaUV2qwA3eEPOLzSHlFujWqoaIrHyUg9lPZ3gmpOgJEtdsgj_OI_kSJIwRDEIrehksZtyYDZ9VlmnDlh6o1w9/s1600/IMG_3454T.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjvPwHMYhU9dk61PVzxwvxqpZP-ngqqSK5VW3FM7l136ohKVNo44xwbfwEFaUV2qwA3eEPOLzSHlFujWqoaIrHyUg9lPZ3gmpOgJEtdsgj_OI_kSJIwRDEIrehksZtyYDZ9VlmnDlh6o1w9/s400/IMG_3454T.jpg" height="480" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Rescatados por un bondi de los de antes</td></tr>
</tbody></table>
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhZOCt6UGNiQ5i2SBUlJwb2S8_VSjf5xFCCKNeS4xM5C8I7FBIKAEsmGqiEDq5N1Vb5buELvrewcEEoDXekigW1eNeGnhU-tlMI05doxSHDjqkZUwe-DQuJXQ91e_dCyUPRTBwKv_7kKfb2/s1600/IMG_3455T.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhZOCt6UGNiQ5i2SBUlJwb2S8_VSjf5xFCCKNeS4xM5C8I7FBIKAEsmGqiEDq5N1Vb5buELvrewcEEoDXekigW1eNeGnhU-tlMI05doxSHDjqkZUwe-DQuJXQ91e_dCyUPRTBwKv_7kKfb2/s400/IMG_3455T.jpg" height="480" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Volviendo a la civilización (asfalto)</td></tr>
</tbody></table>
La idea era seguir hasta Santo Tomé, la última parada antes de Misiones. La primera parte de dicho recorrido, la ruta 123 que une Mercedes con el empalme de la 14, los vientos de costado eran tan pero tan fuertes que a veces me cambiaban al carril contrario, ¡por suerte no había un alma! Al principio me cagaba todo con estas ráfagas y desaceleraba a 60km/h ya que ahí mantenía un poco más el control, volvía a acelerar hasta el próximo cachetazo, y así. Aunque, claro, después me fui acostumbrando. Al llegar finalmente al empalme con la 14 tuve la inmensa suerte de bajar a mear. Había un bosque a la vera de la ruta, del cual salía un sonido que jamás voy a olvidar. Es más, ¡¡¡¡me prometo a mí mismo volver a investigar qué sería eso!!!! Debido a las lluvias del día anterior, habían unos dos metros de inundación todo a lo largo del bosque antes del alambrado, y a pesar de buscar, no encontré por dónde pasar. El bosque estaba formado por árboles altos sin maleza en su interior, pero con unos montículos cónicos de tierra de algo más de un metro distribuídos por doquier. El sonido que exhalaba ese bosque, producido por quién sabe qué tipo de animales y que surgía desde toda la masa del mismo y no desde algún sector en particular, me remitía a pájaros extraterrestres esquizofrénicos. Algo así, es muy difícil de explicar. Como si alguna especie de locura extraña habitara ese bosque. Me imaginé a mí mismo adentrándome en ese ambiente lisérgico como traspasando el portal hacia la dimensión descosida.<br />
<br />
<div class="MsoNormal">
<o:p></o:p></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: right;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgvkWh9Rmznu7GXD-8wCBD2_FIWKaIoXfrZoHCGJJYEQW99LjCR9rHKLARHVo-aSbr1WPQaRLQFuID2jc2qfWDOxRTuivIT1Rhho9vLXlS9Z-niuIuCfTlEkrsdaaOWypTBaGTW7uSUNgWf/s1600/IMG_3515.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgvkWh9Rmznu7GXD-8wCBD2_FIWKaIoXfrZoHCGJJYEQW99LjCR9rHKLARHVo-aSbr1WPQaRLQFuID2jc2qfWDOxRTuivIT1Rhho9vLXlS9Z-niuIuCfTlEkrsdaaOWypTBaGTW7uSUNgWf/s640/IMG_3515.jpg" height="428" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Relax después de 15hs de caravana</td></tr>
</tbody></table>
Santo Tomé me pareció una ciudad muy hermosa, la verdad me sorprendió. Paré en el hotel del Automóvil Club que me hizo precio de socio por caerle bien al conserje (cosa que me pasa<br />
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: right; margin-left: 1em; text-align: right;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjakAF6nGHzr5qIqHgjxiIU9bT30ON42A5Q27VixUDIe0_W2RitHDS_Z9yPdrLSuqZl8wLl-hMNc7DDGAG3j-U1bf37lWCEsGDvwgu3XVHRpNh9V5zow1p8QUnMEiPofAllcYizwyeIZJs_/s1600/CIMG3487.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjakAF6nGHzr5qIqHgjxiIU9bT30ON42A5Q27VixUDIe0_W2RitHDS_Z9yPdrLSuqZl8wLl-hMNc7DDGAG3j-U1bf37lWCEsGDvwgu3XVHRpNh9V5zow1p8QUnMEiPofAllcYizwyeIZJs_/s320/CIMG3487.jpg" height="240" width="320" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Sin comentarios...</td></tr>
</tbody></table>
muchas veces al verme llegar en moto), dejé las cosas y me fui de raje a agarrar el atardecer a orillas del Río Uruguay frente a las costas del Brasil. Venía viajando desde las 3AM de la noche anterior, pero la experiencia de los esteros me había enriquecido tanto que no estaba roto. El día siguiente lo dediqué a poner en orden mis cosas, civilizarme digamos, limpiar y ordenar mi cuerpo y las telas que, a diferencia de todo el resto de los animales, lo cubren. Siendo que viajando en moto llevo un solo pantalón (el puesto) tuve que ir al lavadero... ¡con la malla y las botas! Jajaja habían unas minitas que se me cagaron de risa. Al retirar el pantalón me lo puse en la misma lavandería y me fui a tomar un helado, con tanta mala suerte que me senté sobre una mancha de dulce de leche derretido, ¡al levantarme parecía que me había cagado! En el hotel tuve que lavar esa parte del lienzo para el día siguiente, un día del cual ya desde antes de partir de Buenos Aires venía lleno de expectativas: mi entrada en Misiones.<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiwpfmHJ_O-lRbjAW8fsM7dujwOC3bIMt5NhyphenhyphenswdIuSSC3Q0JMS8pH-pSd4OLZdAxsyYsNPbPJmwLRsd6Qiu9w_UIYxaxTseUnjLJ_dq7RilFbbv5qXsU0zZMtFJYWkCiu_ELBTZ33LtfVj/s1600/IMG_3543.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiwpfmHJ_O-lRbjAW8fsM7dujwOC3bIMt5NhyphenhyphenswdIuSSC3Q0JMS8pH-pSd4OLZdAxsyYsNPbPJmwLRsd6Qiu9w_UIYxaxTseUnjLJ_dq7RilFbbv5qXsU0zZMtFJYWkCiu_ELBTZ33LtfVj/s640/IMG_3543.jpg" height="427" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">¡Misiones allá vamos!</td></tr>
</tbody></table>
<br />
CONTINUARA...Hernan Brusahttp://www.blogger.com/profile/00907133139203446621noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-7372026833175286890.post-62169770353822819002013-04-03T16:53:00.000-07:002014-06-22T18:51:18.182-07:00Litoral parte IVamos a empezar por el principio, ya que el viaje a Córdoba había sido el más reciente al momento de comenzar con este Blog, pero el segundo viaje a relatar debe de ser el primero que hice con la Morocha.<br />
<div class="MsoNormal">
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: right; margin-left: 1em; text-align: right;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhsk2wxrOXLOJqIttu1VQKemJdbr3thzX6QEZrTP2GLrGe6COMOETBW8YLFXIfPfal2V7USafQO9IGJfMBAdIKb2-3KJYDxcfdQqiLQjZdVf1t3OWgv_IHSbTdfoxXeyBUKr8x0QrdtZUfF/s1600/IMG_6942.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhsk2wxrOXLOJqIttu1VQKemJdbr3thzX6QEZrTP2GLrGe6COMOETBW8YLFXIfPfal2V7USafQO9IGJfMBAdIKb2-3KJYDxcfdQqiLQjZdVf1t3OWgv_IHSbTdfoxXeyBUKr8x0QrdtZUfF/s320/IMG_6942.jpg" height="320" width="204" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Feliz con chiche nuevo</td></tr>
</tbody></table>
A mis 33 años nunca antes había manejado una moto. Al volver de Japón, y después de 7 años dedicados íntegramente a bailar y enseñar a bailar el tango, decidí cambiar de rubro porque estaba comenzando a perder el placer de hacer lo que me da más placer, ¡y eso no podía ser! Así fue que comencé con un laburo normal de 8 horas diarias.<br />
Como quedaba en Zona Norte y yo vivía en Boedo, no aguanté mucho las dos horas y media de viaje por día en colectivo, eso realmente es malo para la salud, pero los humanos somos bichos jodidos, tendemos a hacer lo que nos hace mal, como en este caso amontonarnos. En colectivos, en boliches, o en ciudades, ¿de qué tenemos miedo que buscamos la protección del anonimato?<br />
Entonces fue que pensé en una moto. Obviamente, busqué una que sirviera para viajar y elegí una chopera. Ya desde el mismo momento en que la monté por primera vez descubrí ese incomparable placer que todo motoquero conoce, por lo que desde aquellas primeras épocas imaginé lo interesante que sería usarla para ir al infinito y más allá...<br />
<br />
La moto es muy peligrosa, eso lo tuve en cuenta desde antes de subirme. No me podía caer, por lo tanto nadie me podía tocar. Y eso había que mantenerlo SIEMPRE. El primer día que fui a trabajar con la moto y agarré la Panamericana tuve mi bautismo. La autopista estaba muy congestionada, y yo avanzaba en zig zag esquivando autos impacientes. Así venía sin entender demasiado dónde estaba ni qué hacía, hasta que una persona tapada con una sábana, un charco de sangre sobre el asfalto y una moto retorcida me pegaron varios cachetazos, como para que me avive. La moto no es joda, sensibilizate flaco.<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhxctRb9TKhS5pZQCxTPWaaD-N4FO1wM_KR9qGP1k0-zYnVuJr3T9XIfBN2c94CM44FDs4ZWAsO1Y3G1X5XK7DL3AdTcjdHISBlhfZY2m_tis7OrzkjCFO5g55UY-zgF7pkI7_zt6niHJMa/s1600/IMG_7790.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhxctRb9TKhS5pZQCxTPWaaD-N4FO1wM_KR9qGP1k0-zYnVuJr3T9XIfBN2c94CM44FDs4ZWAsO1Y3G1X5XK7DL3AdTcjdHISBlhfZY2m_tis7OrzkjCFO5g55UY-zgF7pkI7_zt6niHJMa/s400/IMG_7790.jpg" height="420" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Lorenzo Lástima, Parque Pereyra Iraola en mi primer salida a la ruta</td></tr>
</tbody></table>
<a name='more'></a>Comencé viajando a Las Tejas, un camping a 90km de BA. La Morocha en la ruta se portaba de maravillas, cómoda y segura a pesar de que no alcanzaba grandes velocidades. Luego, en invierno/2011 me lancé a visitarlo a mi viejo a Rosario. Si bien tardé 5 horas y media en hacer 300km dada la velocidad final de esta moto (calculando una parada de 1 hora bajo los árboles), viajé muy a gusto a pesar de un tramo en el que sentía que mi culo desaparecía. Descubrí entonces que viajar en moto era único, una nueva forma de libertad. ¿Quién me iba a parar?</div>
<div class="MsoNormal">
En aquel viaje a Rosario cometí el descuido de salir de milonga hasta la última noche. Me terminé acostando a las 6 y levantando a las 8 ¡ya que a las 17 entraba al trabajo! Imposible manejar 5 horas y media con tanto sueño y tanta niebla, así que dejé la moto ridículamente atada a un horno de pan en desuso de un barrio periférico de Rosario. Me tomé un micro y me desmayé en la butaca. Toda esa semana que tuve que ir y venir a trabajar en colectivo extrañe a la Morocha como loco, ¡sufría por haberla abandonado! Para mi inmensa alegría, 7 interminables días después volví a Rosario y la encontré igualita a como la había dejado, llena de polvo. La última noche de este segundo viaje, fiel a mi irremediable adicción tanguera también me fui de milonga, aunque dormí un poco más, unas 4 horas, y salí a la ruta esfumándome en la peligrosa niebla que rodea Rosario por la mañana.<br />
En octubre/2011 tuve mi viaje iniciático. Conseguí un mes de licencia en el trabajo, un herrero que muy prolijamente me armó unos portaalforjas ya que había comprado unas bien amplias, más una mochila de tanque y un bolso grande en el pequeño portaequipajes. Y a todo este sobrepeso se sumó el de una acompañante, una croata que no hablaba castellano con la que habíamos vivido un romance de apenas 10 días unos meses atrás que dejó al dorima y se tomó un avión para embarcarse en esta locura. Con el peso muy excedido por encima de lo recomendado en el manual, y con un motor de apenas 125cc, juntos agarramos la Panamericana. ¡Al infinito y más allá!<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhtSWMF20lMAjWy2sAHZTENP80laXEYmlqgqfwJxlqnWKLBRZx7OkkEGWl6MbPwH10YrtaSN-C8GKkfc3TQFSKNcZOr9P5qTDfseJwlhmtXaABdXuf_CbSdlCfK85KwHAIqwh8jRWUGhiAN/s1600/IMG_3045T.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhtSWMF20lMAjWy2sAHZTENP80laXEYmlqgqfwJxlqnWKLBRZx7OkkEGWl6MbPwH10YrtaSN-C8GKkfc3TQFSKNcZOr9P5qTDfseJwlhmtXaABdXuf_CbSdlCfK85KwHAIqwh8jRWUGhiAN/s400/IMG_3045T.JPG" height="480" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">El Jacarandá que me liberó</td></tr>
</tbody></table>
Comenzamos recorriendo Entre Ríos. La primera noche armé la carpa bajo un jacarandá en un camping 20km antes de Colón. Resalta de esa noche lo que soñé. Para que se entienda, debería primero contar un suceso extraño vivido semanas atrás. Había empezado con problemas de salud que ningún médico o análisis pudieron diagnosticar. El diagnóstico lo encontré disimulado bajo mi cama: un gualicho. Algo que jamás había imaginado iba a vivir, efectivamente me estaba ocurriendo. Decidí deshacerme del mismo con un intenso auto-ritual para no meterme en ese mundo oscuro de las brujerías, me mudé inmediatamente y comencé a planear este viaje. El sueño de esa noche bajo el jacarandá en flor junto al Río Uruguay fue así:<br />
A diferencia de lo que había decidido en mi vida diurna, visitaba una bruja. Me hizo sentar y comenzó a hablarme en un idioma desconocido, mi cuerpo empezó a temblar sin control mientras unos rugidos de animal retumbaban dentro de mi pecho. De a poco, estos rugidos fueron apagándose hasta desaparecer. Después de esa noche, no tuve más problemas y continué mi viaje con tranquilidad.<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh6hRydeXIGSzyvmZaxL_8bAQY7mOECQ7LUVEAlejPUkWk-HuovWVBDLPmc8JXcXnluNglOmTV7gREzUJcWVSImcMmi_V4prPIb0cYWt5wHVgTaN9fVHdCG7Cg45HK24QjvAyZ6TE9395DC/s1600/IMG_3046.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh6hRydeXIGSzyvmZaxL_8bAQY7mOECQ7LUVEAlejPUkWk-HuovWVBDLPmc8JXcXnluNglOmTV7gREzUJcWVSImcMmi_V4prPIb0cYWt5wHVgTaN9fVHdCG7Cg45HK24QjvAyZ6TE9395DC/s400/IMG_3046.JPG" height="425" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Al segundo día, el primer asadito</td></tr>
</tbody></table>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: left;">
De ahí enfilé para Colón por caminos internos de tierra bajo la llovizna de esa mañana. Colón me pareció un pueblo hermoso, tranquilo y con unas termas deliciosas al aire libre donde relajar el cuerpo ya entumecido por los kilómetros recorridos, ¡y eso era sólo el principio!</div>
</div>
De Colón seguí al Parque Nacional El Palmar, el cual desde chico quería visitar. El parque es vastísimo, con sectores que desbordan belleza para perderse a apreciar la magia de los atardeceres. Había leído en internet que una de las curiosidades del camping eran las vizcachas, quienes salen de noche de sus madrigueras. Grande fue mi sorpresa al llegar y ver dichas madrigueras dentro del camping, con carteles previniendo no acampar a menos de 4 metros de ellas. Por esto, esperaba con ansiedad la llegada de la noche para ver estos animales por primera vez, ya que no tenía la menor idea de cómo eran. Cuando la oscuridad finalmente me envolvió, en un momento en que volvía del baño, vi un animal oscuro correr rápidamente, luego otro, y otro. Entrecerraba los ojos intentando distinguirlos. Al volver a la mesa en la que estaba cocinando con un calentador, me vi de pronto rodeado por estos simpáticos animales que no eran sino roedores que se paraban en dos patas olfateándome.<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi0SKl4BVQnhJFPqfmBB-X3JvKODdStAEEf0mkPREPaTzoJic2PP1wEFlCDXTWxcI6ArPjgNuluwOWRyamkXdDON3DYTpYsIUgZXspnXfOVoEx2UhH1-vHPsYBeaXC0Mc6fzgbG7rF9yeFQ/s1600/IMG_3044T.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi0SKl4BVQnhJFPqfmBB-X3JvKODdStAEEf0mkPREPaTzoJic2PP1wEFlCDXTWxcI6ArPjgNuluwOWRyamkXdDON3DYTpYsIUgZXspnXfOVoEx2UhH1-vHPsYBeaXC0Mc6fzgbG7rF9yeFQ/s400/IMG_3044T.JPG" height="449" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">La Morocha cargada hasta las tetas</td></tr>
</tbody></table>
Si bien pensaba pasar un par de días ahí, a la mañana siguiente tuvimos que rajar por una tormenta inminente que amenazaba con dejarnos incomunicados, ya que además de estar en carpa tenía 8km de tierra hasta el asfalto, y en moto por barro (como ya sabemos por capítulos anteriores) no es conveniente andar. Literalmente huimos a Concordia, donde paramos románticamente en un hotel durante el diluvio de tres días. A pesar de la lluvia no nos bajábamos de la moto, sólo no quería hacer ruta esquivando camiones por la llamada "ruta de la muerte" bajo el agua. Nos calzábamos el traje impermeable y bolsas de nylon en los pies y salíamos a pasear, parecíamos dos astronautas al caminar por la plaza con los cascos puestos por una Concordia empapada y desierta.<br />
Uno de esos días tuve un percance hasta ahora inexplicable. Manejando bajo la lluvia por la costanera la moto comenzó a fallar. El motor se apagaba y después de un rato de patearla volvía a arrancar. A cada rato la moto me quedaba y me costaba volver a encenderla. Supuse le entraba agua por algún lado, pero no la iba a revisar bajo la lluvia. Después del almuerzo encaré para las termas.<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhbPh0B0Itp4hyhXJ0PvJDLOaZzxnyn_GQSoDRJa0YHQK9YSFOtQ_i4coRq3dyAj11AspTvGkFW-kms7RGgB5MrLUtm3-FaS5s5G6lRqKsG3Ri95HtM-LETqKJMtqbXpsMRyspFfMNb347H/s1600/IMG_3086T.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhbPh0B0Itp4hyhXJ0PvJDLOaZzxnyn_GQSoDRJa0YHQK9YSFOtQ_i4coRq3dyAj11AspTvGkFW-kms7RGgB5MrLUtm3-FaS5s5G6lRqKsG3Ri95HtM-LETqKJMtqbXpsMRyspFfMNb347H/s400/IMG_3086T.JPG" height="480" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Vizcacheras por todo el camping</td></tr>
</tbody></table>
<div class="MsoNormal">
<o:p></o:p></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="MsoNormal">
Ya en los suburbios, cruzando unas vías, la moto se quedó y ya no arrancó. Era un cruce solitario de las afueras de la ciudad, lo primero que hice fue llamar al hotel para que me manden un taxi a rescatar a a croata. Una vez rescatada éramos la Morocha, el diluvio y yo. Comencé a caminar arrastrando la moto en busca de un mecánico en aquel barrio de casas desperdigadas entre terrenos baldíos. A los 50m encontré una comisaría donde me acerqué a preguntar, pero el policía con mucha generosidad me invitó a entrar la moto ofreciéndose a revisarla. Con mucha dedicación le limpió el carburador y la bujía, pero nada, entonces me indicó el camino a seguir para encontrar un mecánico. Eran 7 cuadras por caminos de tierra, de los cuales 100 metros estaban totalmente inundados y tuve que avanzar con el agua por los tobillos. Cuando llegué no encontré un mecánico sino una casa de repuestos en la que no me quisieron atender, pero sí me indicaron que vaya a otro lugar a unas 5 cuadras más. Ahí por suerte dejó de llover. Cuando llegué me lo solucionaron en seguida, le había entrado agua al corte de corriente del manillar, lo anularon y listo. Ese fue el único problema mecánico que tuve con esta moto en los 46000km que ya lleva rodando.<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjUpl2cE98jSmgY2wW7Q8juh69fkyvcGDpITImdbg6_DQJ4hEElF8wH1e4rlZKGvTpbQM-fTUcxbLqati9z7t843LHLSpoJWwOWcpzaxv25plz-CPtIOwnVUPmoueXtMidKbMxNd0JZ1vBn/s1600/IMG_3070BN.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjUpl2cE98jSmgY2wW7Q8juh69fkyvcGDpITImdbg6_DQJ4hEElF8wH1e4rlZKGvTpbQM-fTUcxbLqati9z7t843LHLSpoJWwOWcpzaxv25plz-CPtIOwnVUPmoueXtMidKbMxNd0JZ1vBn/s640/IMG_3070BN.JPG" height="425" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">La Morocha en el Palmar</td></tr>
</tbody></table>
El sol ya rayaba el horizonte asomándose entre los nubarrones en dispersión, y después de semejante odisea, las termas eran ya una idea fija entre mis cejas, así que encaré para el hotel. Desperté a la croata que plácidamente dormía entre las sábanas, le hice poner nuevamente el equipo de lluvia mojado y volvimos a la calle, y acá viene lo raro: cuando pasé exactamente por el mismo lugar por el que me había quedado bajo la lluvia, y tuve que pisar el freno de atrás para aminorar la marcha frente al paso a nivel, ¡el pedal se hundió hasta el fondo! Había perdido la tuerca de tope del freno de atrás y me quedé sin frenos... ¡en el mismo lugar! Me puse a buscar la tuerca sobre el asfalto, y en eso salió el policía que antes me había ayudado a preguntarme qué estaba haciendo. Cuando le conté no pudo evitar reírse y dijo: “¡flaco no pases más por acá!” ¿Se imaginan la cara del mecánico cuando me vio volver? Muuuy bizarro, rayando lo inexplicable, ya que nunca más en la historia la Morocha tuvo problemas mecánicos, sólo dos, ¡pero en el mismo lugar! Cosa ´e mandinga... Eso sí, las termas de noche bajo las estrellas fue una delicia.<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg_EvnsI-fpONwp4CuUE3URg5RHiWZr8yAJLaLzi2Nl1ruEFQaITeKgwoGaUYT5q_uiMiIQ_HaRDqGCx7iv-A70ETXcd0XK9OysOkxDh9E3DK7ZkYxRX_HdZJbsrRPmHJUViDT8kbhzU98U/s1600/IMG_3140.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg_EvnsI-fpONwp4CuUE3URg5RHiWZr8yAJLaLzi2Nl1ruEFQaITeKgwoGaUYT5q_uiMiIQ_HaRDqGCx7iv-A70ETXcd0XK9OysOkxDh9E3DK7ZkYxRX_HdZJbsrRPmHJUViDT8kbhzU98U/s640/IMG_3140.JPG" height="425" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Atardecer en El Palmar</td></tr>
</tbody></table>
A Chajarí lleguamos justo para la Fiesta Nacional del Salame. En la entrada del pueblo me dieron un folleto anunciando dicho acontecimiento, ilustrado con una chica vestida de noche y un salame al lado, ¡imposible no ir! Se festejó en una cancha de fútbol techada, acudió gente de muchos pueblos de los alrededores. Serían más de mil personas, sentados todos en mesas largas tipo caballete. Una de las mejores partes fue cuando eligieron la Reina del Salame, chicas de alrededor de 20 años vestidas de fiesta desfilando para que las coronen y saludando estilo "miss mundo", fue muuuy bizarro. Mucha fiesta y baile, y eso sí, los mejores salames que probé en mi vida, lejos. Me llevé varios, siempre que parábamos en la ruta a almorzar era un clásico pelar algún salame de Chajarí con un queso de Colón (no me gusta parar en estaciones de servicio ni restaurants, sino a la vera de algún curso de agua bajo los árboles a comer picadita con mate).</div>
<div class="MsoNormal">
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Mi primer viaje en moto venía sobre ruedas... ¡cuack!<br />
<br />
CONTINUARA...</div>
Hernan Brusahttp://www.blogger.com/profile/00907133139203446621noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-7372026833175286890.post-15948115808830538942013-03-07T15:55:00.000-08:002014-06-18T16:44:09.685-07:00Córdoba parte V<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">Los últimos días en San Marcos Sierras visité Ongamira (un lugar con la
onda de Cerro Colorado por esos cerros misteriosos que albergan pinturas e
historias de antes del tiempo), el Río Quilpo (una delicia en las tardes de
calor, ya que por bajar desde las Altas Cumbres posee caudal todo el año y al
no pasar por ningún asentamiento humano sus aguas son puras) y la Quebrada del
Río San Marcos el último día. El río estaba bajo y con poca agua, pero encontramos
una olla profunda y nos quedamos largo tiempo abrazados
románticamente con el agua hasta las tetas, despidiéndonos de quienes supimos
ser en ese inolvidable pueblo cordobés, donde comprendimos una nueva forma de
vivir en </span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">armonía con la naturaleza y con nosotros mismos. La salida del agua ya
no fue tan romántica... ¡porque teníamos los pies llenos de sanguijuelas! ¡¡Híjole!!
Yo sentía como "cosquillitas", pero miraba desde arriba y pensaba
eran pastitos. Me frotaba un pie contra el otro y no les daba bola, hasta que
vi que uno de esos pastitos ¡¡se movíaaa!! Era difícil sacarlos, eran como
gusanitos chiquititos que no soltaban por más que uno tirara de ellos, la única
manera era pasar con fuerza la uña por la piel, y salían. Tardamos bastante,
eran muchísimas. Pero la sorpresa fue cuando, al imaginar ya habían salido
todas, abrí los dedos de mis pies... ¡¡Adentro habían unas grandes y negras!!
Puaj... Luego averigüé se acumulan cuando hay poco caudal y el agua se estanca,
cuando el río sube se las lleva. Después subimos al cerro de la cruz para ver
el atardecer sobre el pueblo y grabarnos esa hermosa última imagen en la
retina. Mientras contemplábamos la transición eterna entre el día y la noche, la
voz de una chica cantando coplas se elevaba desde la quebrada hasta los
cóndores verdaderos dueños de esos cerros.</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;"><br /></span>
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: right;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi1-ZgPeoxkJm2YaxtpacnBxSeV9bVqmALfHcxpsrk-h9V-nJb8b78H4rwVDVdt3P6i2iWUOvn9BPIwUcj5BbWg-XZQFJsreW9UpZmyWa6qnmqlZtQBxBJPy0_EY-ILf0moWo0JEP1Ng1eM/s1600/IMG_1015.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi1-ZgPeoxkJm2YaxtpacnBxSeV9bVqmALfHcxpsrk-h9V-nJb8b78H4rwVDVdt3P6i2iWUOvn9BPIwUcj5BbWg-XZQFJsreW9UpZmyWa6qnmqlZtQBxBJPy0_EY-ILf0moWo0JEP1Ng1eM/s320/IMG_1015.jpg" height="426" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Cuevas de Ongamira</td></tr>
</tbody></table>
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;"></span><br />
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;"></span>
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: right;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj71fuSuwineIfRyEPip4lNavTkBlTHvHaw4JwzV94BHwMNgROrLGolSQ8gNWyGx_nvDqp-ROtJOpYbdh7tb6T9xDnbDj5Afg49u0kby4XJ07quRpvtqvZdRZJDqy0HjXuBzS5D6lLm5dN8/s1600/IMG_1025.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj71fuSuwineIfRyEPip4lNavTkBlTHvHaw4JwzV94BHwMNgROrLGolSQ8gNWyGx_nvDqp-ROtJOpYbdh7tb6T9xDnbDj5Afg49u0kby4XJ07quRpvtqvZdRZJDqy0HjXuBzS5D6lLm5dN8/s320/IMG_1025.jpg" height="426" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Majestuosidad de los cerros de Ongamira</td></tr>
</tbody></table>
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;"></span><br />
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;"></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt;">
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjTinSo0TKGMTOjctAOWhyphenhyphenY9fx6Prd0LUqi4pOgI_zabdjiXUl-XPTI_QMSIcWm4JbmlTPybMOuiip6QpLqBLQ8ksnYjuv_0Fdc11wzc0whsIwUMhkhkAiz0_p1dSIb27WBcR53DFee2w5D/s1600/IMG_1002.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjTinSo0TKGMTOjctAOWhyphenhyphenY9fx6Prd0LUqi4pOgI_zabdjiXUl-XPTI_QMSIcWm4JbmlTPybMOuiip6QpLqBLQ8ksnYjuv_0Fdc11wzc0whsIwUMhkhkAiz0_p1dSIb27WBcR53DFee2w5D/s400/IMG_1002.jpg" height="425" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Quebrada del Río San Marcos</td></tr>
</tbody></table>
<a name='more'></a><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">Finalmente, y después de 6 noches gloriosas, partimos de San Marcos Sierras,
un lugar que quedó para siempre dentro de nuestros corazones. No solamente por
la belleza de sus parajes, la calidez y el amor de su gente, la bondad de su
clima, la hospitalidad de nuestro gran amigo, sino porque conocimos desde
adentro otra forma de vivir apartada del sistema globalizador capitalista,
donde la gente era feliz...<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">Hicimos una parada en Cruz del Eje para reponer algunas de las varias
tuercas y tornillos que habíamos perdido tras tantos días de serrucho. Entre
otros, se había piantado el que sujeta el portaalforjas y el amortiguador
derecho el 1º día de viaje, y por los lugares lejanos por los que anduvimos no encontramos
bulonerías para reponer estos repuestos de roscas milimétricas, así que llevábamos
esto totalmente suelto arriesgándonos a que en plena ruta se separe la rueda de
atrás del asiento y nos desmadremos, ¡pero la Morocha es noble carajo! Perdió
la tuerca que aseguraba todo esto pero las cosas no se salieron, ¡ahijuuuuna!
Hasta llegué a perder el tornillo que sujeta uno de los dos lados de la
mandíbula desmontable de mi casco, así que andaba con la carcaza colgando,
sacudiéndose con las fuertes ráfagas de viento de esa mañana los 15 km que
separaban San Marcos de Cruz del Eje, punto desde el cual tomaríamos la ruta
hacia el sur rumbo a nuestra siguiente meta: Traslasierra.<o:p></o:p></span><br />
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt;">
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEji92Am7RItG0ngNQ-LGt8HiTiGkt3Bh-G775dKoqG-EVL2uzdR6N-aY8cnMMX3KSBugzxetF0kqYoTMELKXdJlWwUihzcMw6sRAjkd1fPr6DTFgGiRMfKi1vJEPVsgtqWyT_CIBiIKJJHx/s1600/IMG_1029.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEji92Am7RItG0ngNQ-LGt8HiTiGkt3Bh-G775dKoqG-EVL2uzdR6N-aY8cnMMX3KSBugzxetF0kqYoTMELKXdJlWwUihzcMw6sRAjkd1fPr6DTFgGiRMfKi1vJEPVsgtqWyT_CIBiIKJJHx/s400/IMG_1029.jpg" height="425" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Reparando pinchaduras...</td></tr>
</tbody></table>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEii6e_E0EptiCR4Tj1HLidxIdrBOB00BZiDjzw0dw95P0F3ip3PQZN3J-BGnyzAoAcla07j1MujUA4UuSXAWYRMxhr3PzI-fje4puQGdS4IbFOzGEHufPSA5Z8qZ606G-1apxW4Lls8Ht6Y/s1600/IMG_1031.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEii6e_E0EptiCR4Tj1HLidxIdrBOB00BZiDjzw0dw95P0F3ip3PQZN3J-BGnyzAoAcla07j1MujUA4UuSXAWYRMxhr3PzI-fje4puQGdS4IbFOzGEHufPSA5Z8qZ606G-1apxW4Lls8Ht6Y/s400/IMG_1031.jpg" height="425" width="640" /></a></div>
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;"><br /></span>
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">Desde mi temprana adolescencia quise conocer dicha región por ser el lugar
que sacó a Luca de las terribles garras de la heroína, fue así: Luca Prodan era
italiano, pero sus padres lo habían mandado a estudiar a un selecto colegio
escocés donde había trabado sólida amistad con Timmy Mc Kern, un chico
argentino. Después del colegio (no sé si lo terminó o no) se fue a vivir a
Londres donde vivió el movimiento punk de la época, y cayó en el pozo sin fondo
de la heroína, una de las sustancias más adictivas y peligrosas que existen. En
esas circunstancias fue que recibió una postal de su amigo Timmy (quien vivía
en Traslasierra) invitándolo a visitarlo y dejar atrás ese presente sin futuro.
Dicen que la belleza del paisaje de esa postal cautivó tanto a Luca, que decidió
dejar atrás Londres y toda su suciedad. El resto de la historia es conocido.<o:p></o:p></span><br />
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;"><br /></span></div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiuiZjEgfgIvRpslUPPYl6ga8B9_a9kAER7yFQDXREHKdJbjIJmXva7ezdjqpeYYNzWYWLNwQqlJWagwIl1u_wezRL3UZ5NJ47p6Rjs0PnIWyShfDT4QqBofBqVkyqz2_ZT_7EZs-M_jmnr/s1600/IMG_1036.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiuiZjEgfgIvRpslUPPYl6ga8B9_a9kAER7yFQDXREHKdJbjIJmXva7ezdjqpeYYNzWYWLNwQqlJWagwIl1u_wezRL3UZ5NJ47p6Rjs0PnIWyShfDT4QqBofBqVkyqz2_ZT_7EZs-M_jmnr/s640/IMG_1036.jpg" height="266" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Valle de Traslasierra</td></tr>
</tbody></table>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">Ir a Traslasierra era saldar una deuda adolescente, así que volvamos al
relato. Entré a la ferretería a comprar tuercas y tornillos mientras mi compañera me
esperaba sentada en la placita principal de Cruz del Eje. Dentro del negocio
noté un ambiente extraño; había mucha gente y estaban todos expectantes a la
radio, la cual anunciaba que había habido un tornado en Calamuchita (al lado de
Traslasierra) y que venía para el norte. Había volado techos, árboles, y la
gente hablaba en voz baja con preocupación. Miré hacia afuera, y a través del
vidrio de la ferretería las copas de los árboles se sacudían como locas...
Obviamente, se me frunció el tujes. Salí rápido a contarle que un
tornado se dirigía hacia nosotros (y que nosotros nos dirigiríamos hacia él)
pero ya estábamos jugados. Como siempre, ¡la Morocha no iba a volver atrás! El
bagre picó y ahí mismo nos hicimos unos tererés y unos sánguches que teníamos
guardados para el almuerzo. Mientras tanto, no pude evitar que un golpe
seco en mi espalda producto de una cagada líquida caída del cielo me hiciera
pensar en un oscuro presagio… Después me ajusté las tuercas y encaramos pa la
gomería, ya que la rueda de adelante se sentía bien rara, como que al doblar el
manubrio la moto doblaba menos que antes. ¡Menos mal! Ahí descubrí que veníamos
con las dos ruedas pinchadas, encontraron un agujero en cada una. Morochaaaa
vieja y peluda nomás.<o:p></o:p></span><br />
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt;">
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiH9T2s5qKapxfeefw_Dbw6XqBRiZE538ZdaDc3IMeRrIaZUqaY9FEyAQtl4IpFVxTQ8BuwAv6G19rXxESHRqLjTlZvXaFHrtUnGJymSh-rsmeSZpgDRcj8VcnA1fsvXkihtyX-NU0maImO/s1600/IMG_1239.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiH9T2s5qKapxfeefw_Dbw6XqBRiZE538ZdaDc3IMeRrIaZUqaY9FEyAQtl4IpFVxTQ8BuwAv6G19rXxESHRqLjTlZvXaFHrtUnGJymSh-rsmeSZpgDRcj8VcnA1fsvXkihtyX-NU0maImO/s640/IMG_1239.jpg" height="235" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Valle de Traslasierra</td></tr>
</tbody></table>
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">Cuestión que salimos a la ruta (con la rueda de atrás con tres agujeros más,
sin saberlo) recién al mediodía, con un sol y un calor increíbles, tanto, que a
veces ni el vientito de la velocidad alcanzaba. El cielo azul intenso
contrastaba con el panorama de nubes verticales que nos esperaba adelante en la
lejanía. Durante esas horas de ruta poco transitada que atraviesa llanuras con
montañas que lamen el horizonte, nos bajamos litros de gatorade, los cuales
iban siendo recolectados en los pueblitos de paso.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">Cuando por fin tuvimos Traslasierra a nuestros pies, entendí todo. La zona
es de una belleza extrema, con esa alta cadena montañosa y los pueblitos sobre
sus pies, adorándola. El cuadro venía completito, porque sobre el valle al cual
íbamos a bajar se cernían unas nubes azules de kilómetros de altura que nos
miraban a la cara de frente, no amenazadoramente, sino como bestias mansas
desconocedoras de su descomunalidad. Puse punto muerto y nos mandamos a toda
velocidad por la bajada a Cura Brochero.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">Yo venía con la estúpida idea de parar en un ciber para ver el pronóstico,
¡como si lo que teníamos sobre nuestras cabezas no fuera suficiente! Pero
quería saber cuánto iba a durar la lluvia para planear los pocos días que nos
quedaban. Mina Clavero no nos gustó, eso lo sentimos en seguida, era demasiado
turística. Para colmo, la computadora pronosticó tormentas eléctricas ese día y
el siguiente comenzando a esa misma hora, pero como quedarnos en esa “pseudo
Villa Gesell” no era una opción, nos subimos a la Morocha y seguimos viaje. <o:p></o:p></span><br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">A la altura de Villa Las Rosas comenzaron a caer las primeras gotas.
Instintivamente encaré para el primer hospedaje que encontré, ya que preveía se
iba a largar demasiado fuerte por lo pesado del clima. Como era fuera de
temporada no había lugar, ¡suerte! Las gotas amainaron y decidimos volver a la
ruta buscando lugares menos turísticos.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">De ahí a San Javier llovió casi todo el camino y nos mojamos bastante,
sobre todo los pies que fueron charcos chapoteantes, pero el calor no aflojó.
Al llegar salió el sol y paramos en la placita a secarnos y matear con el mejor
lemon pie del universo que vendía una señora con huevos de su casa. Ahí nos
enteramos que habían caído piedras. Después de un rato de relax subimos las
sierras buscando donde hospedarnos, pero eran todas posadas y hostales pipí
cucú inútilmente caros, nada de un pueblito común cordobés que es lo que
nosotros buscábamos, así que volvimos a la ruta rumbo al sur a seguir rebotando
en los pueblitos siguientes. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">Fue en ese trayecto que comenzó a formarse otra tormenta sobre nosotros,
pero ésta bien agresiva. Era una sola masa oscura en forma de triángulo que
avanzaba con el vértice en pos nuestro, amagando con sacarnos del asfalto con
unas ráfagas difíciles de controlar<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">Cuando llegamos a La Paz parecía que se nos venía el mundo encima, y me
puse nervioso. Ahí ya no me importó nada, ni el turismo ni los cordobesitos, ya
quería un lugar seguro antes de que sea tarde, y por algún feliz motivo que
conscientemente desconozco, agarré a la izquierda por un camino de tierra que
subía la montaña hacia un pueblito llamado “Loma Bola” (agarrar ripio con
lluvia inminente no tiene lógica). Había un cartelito indicando un hotel, el
cual debo de haber elegido entre las decenas que ya había visto. Fueron un par
de kilómetros largos en subida que se transformaron en una callesita de pueblo
de posta, ¡por fin! Casas donde vivía gente común; ni negocios, ni ningún tipo
de albergue. Eso lo aprecié en realidad después, ya que durante esa subida que
recordamos larga venía con la desesperación del bicho que frente al peligro
busca un hueco para esconderse con la cola entre las patas. Lo negro del cielo
y la agresividad del viento eran lo único que percibía.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt;">
<div style="text-align: right;">
</div>
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">Cuando por fin llegamos, nos mojamos pero no con lluvia, sino con agua
fría: $800 la noche, ¡híjole! Era un hotel lujoso de estilo antiguo y rural
escondido en las montañas, pero el viejito que nos atendió hizo un llamado y
nos mandó pa otro üín, ahí la pegamoh. Terminamos quedándonos los últimos días de
este viaje en una hostería de dos viejitos de Liverpool muuuy personajes, en un
lugar bellísimo. Ahí nos enteramos que había pasado un avionsito y a la primer
tormenta le había sacudido con algo para frenar la granizada (truco ilegal y
ecológicamente dañino de las aseguradoras de cosechas, para ahorrar), lo cual
frenó hasta la lluvia, pero se formó esa tormenta enojada que asoló la zona
gritando con unos vientos fuera de lo normal.<o:p></o:p></span><br />
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt;">
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: right;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh6ige8olDho5d_A9AmOuTYUHAk-xxmidhyphenhyphenyFPhb_hyd7dZd6H-4hSuScvMGeCoPG5ZSbPFalPwKvyacbPF3ZddFaPQmYN7uGbmkVvHhgCgW1pZ-cIJjKdbTiss2hZmHOvzStR0S-q-aEOi/s1600/IMG_1245.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh6ige8olDho5d_A9AmOuTYUHAk-xxmidhyphenhyphenyFPhb_hyd7dZd6H-4hSuScvMGeCoPG5ZSbPFalPwKvyacbPF3ZddFaPQmYN7uGbmkVvHhgCgW1pZ-cIJjKdbTiss2hZmHOvzStR0S-q-aEOi/s320/IMG_1245.jpg" height="400" width="266" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Alturas de Loma Bola</td></tr>
</tbody></table>
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">Cuando por fin entramos a la seguridad del cuarto después de todo un día de
caravana, vi por la ventana que había una franja de cielo entre la tormenta y
el horizonte por el cual iba a aparecer el sol apenas para despedirse de
nosotros, obviamente no nos lo podíamos perder. La posada estaba a los pies de
la Loma Bola propiamente dicha, la cual tenía en su empinada subida un vía
crucis, así que caché la cámara y le dije a mi compa: ¡vamos! El último esfuerzo
del día, la frutilla del postre. ¡¡Y valió la pena!! Era bien empinado, pero
las vistas desde ahí arriba, el atardecer haciéndole burla a la tormenta,
nuestra felicidad de haber sobrevivido a tantas aventuras y de haber encontrado
un lugar romántico para festejarlo nuestros últimos días, dejaron atrás todo
cansancio. Habíamos encontrado por fin un pueblo auténtico en Traslasierra, nos
enamoramos de Loma Bola.<o:p></o:p></span><br />
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;"></span><br />
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;"></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt;">
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjLe-Nwl_a9C8-zCR4r6U3tL46m-4gHpiG7vlWnsUGUIPnSCwBFNEinsqTxthmiRA8laHW1OYpdrBVmixE9bmtXPsSqORKO7qvnoApXf_my3POOzBgUF-XMer2UphHHP4zVQUszWQFM4FNR/s1600/IMG_1063.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjLe-Nwl_a9C8-zCR4r6U3tL46m-4gHpiG7vlWnsUGUIPnSCwBFNEinsqTxthmiRA8laHW1OYpdrBVmixE9bmtXPsSqORKO7qvnoApXf_my3POOzBgUF-XMer2UphHHP4zVQUszWQFM4FNR/s640/IMG_1063.jpg" height="427" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">El atardecer burlando la tormenta</td></tr>
</tbody></table>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiRNx75_3FlqEYORy8mu77bl3GaLJUOYgCAhWSlJV6DTpwXeTFX_NICUyTCHEQ-_o-Y9brb-li3vtPueM4CLeURSCLH5dOyamSf9VdUX1HpuyIwF6m90ohA-b2Bzje2OYTxqNyQ_7Os9nga/s1600/IMG_1066.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiRNx75_3FlqEYORy8mu77bl3GaLJUOYgCAhWSlJV6DTpwXeTFX_NICUyTCHEQ-_o-Y9brb-li3vtPueM4CLeURSCLH5dOyamSf9VdUX1HpuyIwF6m90ohA-b2Bzje2OYTxqNyQ_7Os9nga/s1600/IMG_1066.jpg" height="423" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">La tormenta en la cima de Loma Bola</td></tr>
</tbody></table>
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;"><br /></span>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh_cw46Zc-GZMZ3qWHq02-QG0oulr-1jtvpeCr2GHWc4XukMVLzQuINj47XCKSO7K2T_7K9Prbr3-VGkSt-gM3-4U_1hWVyoHh2sC18iPmBxiBTmbWyzKAmiL1nTXQdaE_GKSCImtAd_VSa/s1600/IMG_1041.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh_cw46Zc-GZMZ3qWHq02-QG0oulr-1jtvpeCr2GHWc4XukMVLzQuINj47XCKSO7K2T_7K9Prbr3-VGkSt-gM3-4U_1hWVyoHh2sC18iPmBxiBTmbWyzKAmiL1nTXQdaE_GKSCImtAd_VSa/s1600/IMG_1041.jpg" height="423" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Clima extraño, el ser humano metió la cola...</td></tr>
</tbody></table>
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">Esos últimos días los pasábamos solos en unas ollas deliciosas formadas por
arroyitos bien arriba en la montaña, había que subir media hora más en moto hasta
que lo precario del camino ya no lo permitía más, dejábamos la Morocha entre lo
yuyo y caminábamos hasta un cruce de arroyos, y de ahí 15 minutos más por un
senderito, siempre parriba. En esas ollas paradisíacas el agua era tan pura que
nadaba y tomaba al mismo tiempo, fue el lugar perfecto para meditar sobre el viaje que nos habíamos pegado.</span><br />
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;"></span><br /><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;"></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhZLsNpEMR6N8vW50A-na0_qL-DEdZYoA7txX2yGpstiDsZQdKd4hKcOk3JB1c2b1Vu5f7QEGFnQ6LplQZrloksnbq7wl4T-fcOqszaK_fAB1TssYHQcex2nvDhaPSY66Bn3osBTqdF_gsV/s1600/IMG_1291.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhZLsNpEMR6N8vW50A-na0_qL-DEdZYoA7txX2yGpstiDsZQdKd4hKcOk3JB1c2b1Vu5f7QEGFnQ6LplQZrloksnbq7wl4T-fcOqszaK_fAB1TssYHQcex2nvDhaPSY66Bn3osBTqdF_gsV/s400/IMG_1291.jpg" height="424" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">En la olla</td></tr>
</tbody></table>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt;">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEilUTYBCwTGk9pje-1iOEmNCZcU7l-dKleNKUD_ZeBLVOcOL-bdzS-UUOlZBUdruv7m1SP8Xp73UavkOGwlHonxbNXhtj6b5NfSPG6GIRG1gNrHEJHd4nd2i5YiZAUYicRod3Af596IKQzd/s1600/IMG_1210.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEilUTYBCwTGk9pje-1iOEmNCZcU7l-dKleNKUD_ZeBLVOcOL-bdzS-UUOlZBUdruv7m1SP8Xp73UavkOGwlHonxbNXhtj6b5NfSPG6GIRG1gNrHEJHd4nd2i5YiZAUYicRod3Af596IKQzd/s400/IMG_1210.jpg" height="425" width="640" /></a></div>
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;"></span><br />
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;"></span>
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjtil6bB2PGVv1XxYT7B5R0rFH-tlYE92FfQ048oa6WCxSUXMW3tmG_tHAsqJB9utnuqXENotdzRTdXE3NxhiW62QMK3W3fyYLan4_DAeLeAbiWDTRwmanrlJQVoU7SJ656GtwB5E5FyYlt/s1600/IMG_1370.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjtil6bB2PGVv1XxYT7B5R0rFH-tlYE92FfQ048oa6WCxSUXMW3tmG_tHAsqJB9utnuqXENotdzRTdXE3NxhiW62QMK3W3fyYLan4_DAeLeAbiWDTRwmanrlJQVoU7SJ656GtwB5E5FyYlt/s400/IMG_1370.jpg" height="348" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Despedida de Loma Bola</td></tr>
</tbody></table>
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">La vuelta a Córdoba Capital fue sorprendente. Ella se fue un día antes en
micro desde La Paz, yo pasé la última noche en San Javier en lo de un amigo y
tomé bien temprano el camino de las Altas Cumbres que atraviesa esas montañas
de vuelta a las grandes ciudades. Era más alto de lo que pensaba, y con unas
vistas y unos pequeños cactus en flor inolvidables. Allá arriba tuve que usar
polar y campera, a Córdoba Capital llegué con 47º de térmicaaaa. En esos
momentos, en Bs As caía un diluvio histórico, uno hasta se mandó a practicar
windsurf por Av Libertador…<o:p></o:p></span><br />
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;"><br /></span></div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgSP59H5RzbTRUlzi5MtXGYQLbh42-gQy0kDu1AYinYLbeze1H9-2O5Nn70x1OY7sQmGZwoUzEoIM0-9M3UGO2ZVNOLFYTctqqZDnfUOn-8HUyMb3eGWxUbOs7kWaqGTt987M9C_RAu6OU5/s1600/IMG_1376.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgSP59H5RzbTRUlzi5MtXGYQLbh42-gQy0kDu1AYinYLbeze1H9-2O5Nn70x1OY7sQmGZwoUzEoIM0-9M3UGO2ZVNOLFYTctqqZDnfUOn-8HUyMb3eGWxUbOs7kWaqGTt987M9C_RAu6OU5/s400/IMG_1376.jpg" height="425" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Camino de las Atlas Cumbres</td></tr>
</tbody></table>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgWKF9c5nRIoCpJfRkXplZxCQ60_R3iTb8lbPJhCVr5QDb8hVBNRE_95fVDlv-ZpVmgUpsU2lB49jbSCP99a4fYEImyh7rL58V8tZmdHDJszh6-8skFTNLWpYOVIAMXmbgrirkpGC_6aE0t/s1600/IMG_1390.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgWKF9c5nRIoCpJfRkXplZxCQ60_R3iTb8lbPJhCVr5QDb8hVBNRE_95fVDlv-ZpVmgUpsU2lB49jbSCP99a4fYEImyh7rL58V8tZmdHDJszh6-8skFTNLWpYOVIAMXmbgrirkpGC_6aE0t/s400/IMG_1390.jpg" height="425" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Camino de las Atlas Cumbres</td></tr>
</tbody></table>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">Despaché la Morocha agradeciéndole por todo y me fui pal trocén a sacar
pasaje para la noche. Con ese clima no me quedó otra que hacer tiempo tomando
cerveza bien fría y deambular medio borracho hasta el anochecer cuando me
despabiló la tormenta con una empapada deliciosa, libre de todo equipaje. El ómnibus
salía supuestamente a las 22hs, pero 21.55 sospeché que algo ocurría, me dirigí
a la ventanilla y una ortiva me informó que el micro no salía con tanta
despreocupación como si me dijera ¿tenés un pucho? ¡¡Jajaja me puse de los
pelos, al día siguiente a las 9AM tenía que estar en el trabajooo!! Mis
protestas fueron en vano, agarré la guita y cargado como estaba con alforjas,
casco, mochila y aislantes rajé a recorrer ventanillas. Tuve la enorme suerte
de cachar un asiento cancelado a último momento en un micro que estaba
saliendo, y viajé. Al llegar, me pegó una tristeza que me duró una semana…
hasta que comencé a planear el siguiente viaje, nuestro próximo encuentro…</span><br />
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;"><br /></span>
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: right;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh3SFQlcKKo8bATlAxNHgAxXhPi_NC2T1iizAJ48qp7oBquTgEd5uW7mBrEdRISwnwQO5aklV5gFoVyQXZhdF1Fk-jWf-N-MySDv6LdqnCD_3Lpdj4mk9WQC-wH-7yrjdfIMX4S2zdYrvh0/s1600/IMG_1380.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh3SFQlcKKo8bATlAxNHgAxXhPi_NC2T1iizAJ48qp7oBquTgEd5uW7mBrEdRISwnwQO5aklV5gFoVyQXZhdF1Fk-jWf-N-MySDv6LdqnCD_3Lpdj4mk9WQC-wH-7yrjdfIMX4S2zdYrvh0/s400/IMG_1380.jpg" height="400" width="267" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Flora de las alturas</td></tr>
</tbody></table>
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;"></span><br />
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;"></span></div>
Hernan Brusahttp://www.blogger.com/profile/00907133139203446621noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7372026833175286890.post-16135751525029256302013-02-26T15:25:00.001-08:002014-06-15T18:58:12.416-07:00Córdoba parte IV<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: inherit;">Después de un paseo matinal por ese pintoresco pueblo volvimos a la hostería, nos cambiamos, armamos las alforjas,
las cargamos en la Morocha, llenamos el termo con agua caliente, y arrancamos.
Pero no anduvimos más de 4 metros… Finalmente, llegó el momento tan temido
durante casi tres años (desde que nació la Moro): ¡¡¡PINCHAMOS!!!
¡¡Juaaajajajaja, increíble!! Cuántas veces, cuántos motoqueros se asombraban de
que NUNCA haya pinchado una goma, y más con los caminos que he recorrido.
Pasa que la Morocha no tiene cámara, y por eso se la banca loco. Caminamos unas
10 cuadras en subida hasta la ruta donde tenía su taller el único gomero del
pueblo, el cual gentilmente nos llevó con su auto hasta la moto, le sacó la
goma trasera, la cargamos en el auto hasta la gomería, le encontró TRES
ESPINILLOS CLAVADOS, la arregló, nos llevó de vuelta a la moto y la colocó.
¡Pensar que los gomeros de Buenos Aires ni siquiera aceptan sacarte la goma! Y
me salió tres veces más barato que acá…</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: inherit;">Queda demostrada la nobleza de la Morocha, con tres espinillos clavados nos sacó de esos barriales del
fin del mundo y nos llevó en ruta hasta un lugar seguro antes de perder todo el
aire. Si llegaba a quedar en llanta por esos caminos del salar todavía estábamos
ahí…<o:p></o:p></span><br />
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgtdi7_kQEXJ23wuQZ3ZiCOAcvFBokF9un4mtDCOI7Spg_nkE6x20y_uIxMOaWq0IP2IU_G15I06fTT2QnCirWr2P8viDfsp6yhNZV_P2sjEfj9v0D7_2qC4NBilTwsxLl_D9TpXmSR3i-s/s400/IMG_0947.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgtdi7_kQEXJ23wuQZ3ZiCOAcvFBokF9un4mtDCOI7Spg_nkE6x20y_uIxMOaWq0IP2IU_G15I06fTT2QnCirWr2P8viDfsp6yhNZV_P2sjEfj9v0D7_2qC4NBilTwsxLl_D9TpXmSR3i-s/s400/IMG_0947.jpg" height="363" width="640" /></a></div>
<span style="font-family: inherit;"></span><br />
<a name='more'></a><br />
<span style="font-family: inherit;">Volvimos a cargar todo y ya rayando el mediodía, partimos.
Lo que nunca imaginamos era que estábamos saliendo a la ruta y que íbamos a
manejar TODO EL DIA CON LAS DOS GOMAS PINCHADAS. Es más, a más de dos semanas
del regreso TODAVIA TENGO LA RUEDA DE ATRÁS PINCHADA, la tengo que inflar a
diario… ¡Qué moto noble! ¡¡Aguante Morocha carajo!! Pero no me adelantaré a los
hechos, sigamos.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgtdi7_kQEXJ23wuQZ3ZiCOAcvFBokF9un4mtDCOI7Spg_nkE6x20y_uIxMOaWq0IP2IU_G15I06fTT2QnCirWr2P8viDfsp6yhNZV_P2sjEfj9v0D7_2qC4NBilTwsxLl_D9TpXmSR3i-s/s1600/IMG_0947.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><span style="font-family: inherit;"></span></a><span style="font-family: inherit;">Llegamos a Cerro Colorado, un lugar para el asombro. Me
permito en este caso un adjetivo que siempre evito usar para no empañar la
realidad de mis relatos: Cerro Colorado es mágico. Además de su belleza
intensa, el ambiente lo hace único, es transportarse a otra dimensión, algo
así. Los cerros son distintos a los de los alrededores, rojos y rocosos,
albergue de antiguos Comechingones que dejaron tatuados dibujos en las rocas, hacen
sentir que encierran misterio, secretos. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: inherit;">Hace muchos años llegó Atahualpa Yupanqui a conocer estas
pinturas. Trabó entonces amistad con un lugareño, cuyo padre era inválido y
tenía varias tierras por la zona. Don Ata lo visitó en varias ocasiones, le
tocó y le cantó, y el viejo en agradecimiento lo invitó a elegir el lugar que
más le plazca, que tire lazos a los cuatro vientos, y se quede con esa tierra.<o:p></o:p></span><br />
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh3g0I8E7RQxN-FAR5OkHCJhPNNSPCZScQ46egmr3hwYtR_CVRZuNd8tkywl1uH0Ptc-OKSSmkNXI3k8dhYYe4exMXryH-UR7dFB1v9ivAr-xOSFnOkr9PKoLzV3nNmsSxEUG1LWBYUNQV6/s1600/IMG_0948.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><span style="font-family: inherit;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh3g0I8E7RQxN-FAR5OkHCJhPNNSPCZScQ46egmr3hwYtR_CVRZuNd8tkywl1uH0Ptc-OKSSmkNXI3k8dhYYe4exMXryH-UR7dFB1v9ivAr-xOSFnOkr9PKoLzV3nNmsSxEUG1LWBYUNQV6/s400/IMG_0948.jpg" height="408" width="640" /></span></a></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span>
<span style="font-family: inherit;">Don Ata la hizo rebien, se eligió un lugar hermosísimo junto
al cerro y al arroyo. Lentamente construyó ahí su casa, la cual comenzó a
funcionar de museo estando él aún en vida. Debo admitir que tenía más
expectativas respecto de las pinturas rupestres que del museo, pero me
equivoqué. Para llegar tomamos un camino de tierra con empinados subibajas que
se adentraba en los cerros, tanto que por momentos ella tenía que caminar para
disminuir el riesgo de un resbalón en la pendiente. Estábamos rodeados de
cerros colorados cuando lo vimos. Lo rodean lajas inscriptas con sus frases
entre flores y árboles, lo flanquea por el arroyo que lleva al pueblo y por el
que Don Ata bajaba a caballo, y lo protege el Cerro Colorado. <o:p></o:p></span><br />
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjgdD5cusr0KaSwtgONJPJGPns9Sifl8vAHqpz1uzfxZ2wvwKZQoOySdwwKsOKag6FUPLl8CDorg2U_27Ug2_TeJHNMzIawdh6ua6wXubFqmVc4NUjbN8p9zxGby-UG4rcHCHUCYfM5Y9DX/s320/IMG_0954.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjgdD5cusr0KaSwtgONJPJGPns9Sifl8vAHqpz1uzfxZ2wvwKZQoOySdwwKsOKag6FUPLl8CDorg2U_27Ug2_TeJHNMzIawdh6ua6wXubFqmVc4NUjbN8p9zxGby-UG4rcHCHUCYfM5Y9DX/s320/IMG_0954.jpg" height="400" width="266" /></a></div>
<span style="font-family: inherit;"><br /></span>
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjgdD5cusr0KaSwtgONJPJGPns9Sifl8vAHqpz1uzfxZ2wvwKZQoOySdwwKsOKag6FUPLl8CDorg2U_27Ug2_TeJHNMzIawdh6ua6wXubFqmVc4NUjbN8p9zxGby-UG4rcHCHUCYfM5Y9DX/s1600/IMG_0954.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><span style="font-family: inherit;"></span></a><span style="font-family: inherit;">La tumba es realmente hermosa, que gusto pasar la así eternidad...
Debajo de un árbol que don Ata plantó el día en que nació su hijo, reposan juntos él
y Santiago Ayala “El Chúcaro” (eran grandes amigos y habían hecho ese pacto en
vida). No tienen lápida ni mucho menos cruces, las cenizas de ambos están
debajo de dos bloques de piedra, y sin urna, “pa que nada los separe de la
tierra”…<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: inherit;">Pero lo fuerte fue la casa. A los dos pasos de entrar se me
hizo un nudo en la garganta que recién aflojó al traspasar el umbral hacia
afuera, rato después. Las fotos antiguas, su voz cantándome desde un rincón,
sus objetos personales, los instrumentos, los muebles y principalmente su
presencia que se podía percibir en cada molécula de ese aire que era más pesado
que otros aires, me invadieron el espíritu inesperadamente y se lo llevaron a
dar una vuelta por esos cerros lejos del tiempo. Respiraba hondo y no hablaba
para que no se me derramaran los ojos. Como dije, al salir de nuevo al jardín
se me pasó, y no me volvió a agarrar ni dentro de su biblioteca, ni siquiera
junto a su tumba. Era su casa, de alguna manera él seguía ahí…<o:p></o:p></span><br />
<span style="font-family: inherit;"><br /></span>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgkKW6TvV-Oknxw3hVFswcPUZ8pTx9FY4hGyoEJY7CvCEcKq4RR4uE7fwZOLLzJpfEv9NGkwya25n4bfQDxwkN8q816QcrbUhHOpQHhbRw2_hKdnaMaHJu-cTMm7gnyxvmn5bqSIKZTz_ox/s320/IMG_0955.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgkKW6TvV-Oknxw3hVFswcPUZ8pTx9FY4hGyoEJY7CvCEcKq4RR4uE7fwZOLLzJpfEv9NGkwya25n4bfQDxwkN8q816QcrbUhHOpQHhbRw2_hKdnaMaHJu-cTMm7gnyxvmn5bqSIKZTz_ox/s320/IMG_0955.jpg" height="426" width="640" /></a></div>
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgkKW6TvV-Oknxw3hVFswcPUZ8pTx9FY4hGyoEJY7CvCEcKq4RR4uE7fwZOLLzJpfEv9NGkwya25n4bfQDxwkN8q816QcrbUhHOpQHhbRw2_hKdnaMaHJu-cTMm7gnyxvmn5bqSIKZTz_ox/s1600/IMG_0955.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><span style="font-family: inherit;"></span></a><span style="font-family: inherit;">En una amena conversación el guardaparque nos aconsejó
volver por otro camino mucho más pintoresco que la ruta lisa por la que
habíamos llegado una vez bajados de los cerros tulumbanos. Al verlo en el mapa,
nos parecieron demasiados kilómetros de ripio teniendo en cuenta de que queríamos
llegar a San Marcos antes de que anochezca y de que teníamos poca nafta, por lo
que nos sugirió un plan alternativo que comenzaba por ese camino de montaña,
pero que a los 5km bajaba a la ruta por la cual habíamos llegado, teniendo así
asfalto hasta la entrada al monte donde nos esperaba nuestra carpa (y Antorcha
con su infinita fidelidad). Pero, por primera vez en estos años de caravana, me
equivoqué de camino, me perdí. Tomé por otra ruta que en vez de bajar, subía
hacia el oeste internándose en el cordón montañoso. <o:p></o:p></span><br />
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhaCWEVDgnBIRrdH_NS0Zpu75Jg4dJMRQWxLuE0ncu40jYdAru_3Lhb7cvS8-PNzDN-fIM9PaqeUxCXcvwR8ohfooKOtUC5r9RajXWvp41I2OQbeXPxzJuxydcniFDCnlsBzigc4dLTXTtK/s1600/IMG_0962.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><span style="font-family: inherit;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhaCWEVDgnBIRrdH_NS0Zpu75Jg4dJMRQWxLuE0ncu40jYdAru_3Lhb7cvS8-PNzDN-fIM9PaqeUxCXcvwR8ohfooKOtUC5r9RajXWvp41I2OQbeXPxzJuxydcniFDCnlsBzigc4dLTXTtK/s640/IMG_0962.jpg" height="424" width="640" /></span></a></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span>
<span style="font-family: inherit;">El camino fue fabuloso, el ripio en su mayoría estaba bueno
salvo algunos sorpresivos tramos con arena por los que la Moro coleteó peligrosamente
y yo pensaba: “si nos llegamos a caer acá y se rompe la moto estamos fritos”,
porque eran los puros cerros, ni casas, ni señal de celular, ni nada. “Tengo
que ponerme las pilas y manejar más despacio”. Y así hasta el próximo arenal. Se
suponía que a los 5km debíamos tomar un desvío hacia el este para retomar la
ruta, pero ya pasábamos 10, y nada.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: inherit;">De pronto y sin previo aviso, llegamos a un pueblo llamado
Caminiaga. ¡Ese sí que estaba perdido en la infinitud argentina, sin ninguna
cinta asfáltica que lama sus pies! Abrí el mapa y caí en la cuenta del error:
había equivocado el camino. Para colmo, planeaba cargar nafta en San José de la
Dormida, justo antes de tomar la ruta que atravesaba el cordón de cerros en los
cuales se encontraba Tulumba, así que estaba peligrosamente cerca de la
posibilidad de quedarme sin nafta.<o:p></o:p></span><br />
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhxHeUqRn1WtH3w4g1AoUQmAM65PTIoAmZm6eGKqu6p2zh9XDGUouMJZ-UL2F0JcyWR077IZjWzCtF0dTHS2oFEN_vfL3zl4oEWo93XOUS3bqwX3xOawvj0zgEUzhKvyETc2WCtVAoXSdDc/s640/IMG_0956.jpg" height="424" style="margin-left: auto; margin-right: auto;" width="640" /></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">La tumba de don Ata y del Chúcaro</td></tr>
</tbody></table>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhxHeUqRn1WtH3w4g1AoUQmAM65PTIoAmZm6eGKqu6p2zh9XDGUouMJZ-UL2F0JcyWR077IZjWzCtF0dTHS2oFEN_vfL3zl4oEWo93XOUS3bqwX3xOawvj0zgEUzhKvyETc2WCtVAoXSdDc/s1600/IMG_0956.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><span style="font-family: inherit;"></span></a></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: inherit;">Teníamos dos opciones: o seguir subiendo hacia el oeste
hasta el centro del cordón montañoso, encontrar el Camino Real (más y más
ripio) y recorrerlo hasta su desembocadura cerca de Tulumba y encarar de ahí para
Deán Funes donde me esperaba el petróleo salvador (según los cálculos por esta
ruta me quedaban apenas 5km de tolerancia de combustible), o volver a Cerro
Colorado para retomar la ruta y encontrar una estación mucho antes de perder la
libertad, que es a nafta… Pero como dije antes, la Morocha aún no conoce el
camino en el que haya tenido que recular, así que seguimos adelante. Cuando
pasamos por la placita de Caminiaga, la gente sentada en la puerta de sus casas
nos miraba con asombro, no debe ser muy usual ver a una parejita pasar con una
chopera embarrada por ahí… Gentilmente nos explicaron cómo tomar los 10km que
nos faltaban para encontrar el Camino Real. Esos 10km el camino no era muy
bueno, pero el paisaje formado por cerros que parecían estar cerquita del
cielo, con una vegetación de palmeras que no habíamos visto hasta entonces, era
buenísimo. Para alivio de nuestras pieles y nuestras temperaturas
intracerebrales estuvo todo el día nublado y no sufrimos el sol, pero ya arriba
en el Camino Real las nubes nos envolvieron y nos mojamos.</span><br />
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj5oQP7JfHPQIJUA8FmcaKk2gu51sqeC-Fucx1Fd5KR6xo82cZ9CG2Pqzw1zF6hOHHgTTzNlhiKjK9IYDb4Inlt8NZzvQHsrNueaIlNIBPOOUPXDqUeV-4lXcTIv9dkVqRhG-FuRJDGp2_8/s640/IMG_0964.jpg" height="426" style="margin-left: auto; margin-right: auto;" width="640" /></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Pinturas rupestres de Cerro Colorado</td></tr>
</tbody></table>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj5oQP7JfHPQIJUA8FmcaKk2gu51sqeC-Fucx1Fd5KR6xo82cZ9CG2Pqzw1zF6hOHHgTTzNlhiKjK9IYDb4Inlt8NZzvQHsrNueaIlNIBPOOUPXDqUeV-4lXcTIv9dkVqRhG-FuRJDGp2_8/s1600/IMG_0964.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><span style="font-family: inherit;"></span></a></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: inherit;">Llevábamos horas de ripio, y según mis cálculos ya teníamos que estar avanzando sobre asfalto,
por lo que esos 5km de tolerancia de combustible que yo había calculado, uno
por uno los perdí inquietantemente en el cuentakilómetros del tablero. Cuando
por fin llegamos al asfalto y tomamos la ruta que llevaba a Deán Funes, me
quedaban apenas unos kilómetros de nafta y casi 20 de bajada, así que aceleré y
me encomendé (por segundo día consecutivo) a mi suerte. Pero la Morocha es
noble ¡carajo! Aguantó más de lo que calculaba y llegamos a la estación. Tras
dos días de caravana, entramos más roñosos que el día anterior, una pareja de alucinados que se habían
perdido por aquellos caminos. Apuramos un café y subimos de nuevo a la moto a
pesar de nuestros cuerpos entumecidos por horas de sacudidas, ya que, al igual
que el día anterior, no quería hacer la ruta que teníamos por delante de noche
y el atardecer estaba cerca de su despedida. La mitad de esa ruta tuve el sol
llegando al horizonte cegándome de frente, pero entrecerraba los párpados,
inclinaba la cabeza para ganar aunque sea sombrita en un solo ojo y aceleraba a
fondo. Pa colmo la Moro estaba pesada y me costaba doblar, no imaginaba que
tenía las dos ruedas pinchadas, la de atrás con ¡¡CUATRO AGUJEROOOOOSSSS!! Y
que había manejado así todo el día…</span><br />
<o:p></o:p></div>
<span style="font-size: 14pt; line-height: 115%;">¡¡¡Qué moto noble, vamos Morocha
todavíaaaa!!!</span><br />
<span style="font-size: 14pt; line-height: 115%;"><br /></span>
<span style="font-size: 14pt; line-height: 115%;">Continuará...</span>
<!-- Blogger automated replacement: "https://images-blogger-opensocial.googleusercontent.com/gadgets/proxy?url=http%3A%2F%2F2.bp.blogspot.com%2F-WVaovJTuwt4%2FUS07PES8rsI%2FAAAAAAAAA0A%2FjozOtEJDR_c%2Fs320%2FIMG_0955.jpg&container=blogger&gadget=a&rewriteMime=image%2F*" with "https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgkKW6TvV-Oknxw3hVFswcPUZ8pTx9FY4hGyoEJY7CvCEcKq4RR4uE7fwZOLLzJpfEv9NGkwya25n4bfQDxwkN8q816QcrbUhHOpQHhbRw2_hKdnaMaHJu-cTMm7gnyxvmn5bqSIKZTz_ox/s320/IMG_0955.jpg" --><!-- Blogger automated replacement: "https://images-blogger-opensocial.googleusercontent.com/gadgets/proxy?url=http%3A%2F%2F3.bp.blogspot.com%2F-SQa1w3jg8lM%2FUS07NFzyzcI%2FAAAAAAAAAz4%2FcKywhedZE48%2Fs320%2FIMG_0954.jpg&container=blogger&gadget=a&rewriteMime=image%2F*" with "https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjgdD5cusr0KaSwtgONJPJGPns9Sifl8vAHqpz1uzfxZ2wvwKZQoOySdwwKsOKag6FUPLl8CDorg2U_27Ug2_TeJHNMzIawdh6ua6wXubFqmVc4NUjbN8p9zxGby-UG4rcHCHUCYfM5Y9DX/s320/IMG_0954.jpg" --><!-- Blogger automated replacement: "https://images-blogger-opensocial.googleusercontent.com/gadgets/proxy?url=http%3A%2F%2F4.bp.blogspot.com%2F-Xkqqc5qKZXA%2FUS07I-rbJXI%2FAAAAAAAAAzY%2F9grnx4uBCOE%2Fs400%2FIMG_0947.jpg&container=blogger&gadget=a&rewriteMime=image%2F*" with "https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgtdi7_kQEXJ23wuQZ3ZiCOAcvFBokF9un4mtDCOI7Spg_nkE6x20y_uIxMOaWq0IP2IU_G15I06fTT2QnCirWr2P8viDfsp6yhNZV_P2sjEfj9v0D7_2qC4NBilTwsxLl_D9TpXmSR3i-s/s400/IMG_0947.jpg" -->Hernan Brusahttp://www.blogger.com/profile/00907133139203446621noreply@blogger.com0